♪ (música) ♪
¡Hola, cerebros!
Os digo esto, porque...
si lo pensáis,
no fuisteis vostros
que decidisteis venir hoy.
Fue vuestro cerebro.
Y tanto si decidisteis caminar,
conducir, tomar un taxi o ir en bicicleta
la decisión la tomó vuestro cerebro.
Todo comportamiento se ve afectado
por el cerebro.
Esta es una historia sobre mi cerebro.
Yo fui una niña inteligente.
A los 18 meses ya decía frases enteras.
En tercero tenía notas de bachillerato
en los exámenes estandarizados.
Tenía, como decían todos mis profesores,
muchísimo potencial.
Pero también tenía dificultades.
No tenía demasiados... ningún amigo.
A parte de los libros.
Me abrumaba fácilmente,
estaba ida en clase,
perdía cosas, constantemente.
E intentar que mi cerebro se centrara
en algo que no me interesaba
era como intentar clavar gelatina
a la pared.
Pero era inteligente,
así que nadie se preocupaba.
No fue hasta secundaria,
cuando era mi responsabilidad
ser puntual a mis clases
y acordarme de mis deberes,
que ser inteligente ya no bastó
y mis notas empezaron a notarlo.
Mi madre me llevó al médico
y después de una evaluación completa
me diagnosticaron
déficit de atención e hiperactividad
TDAH
Si no estáis familiarizados con TDAH,
tiene 3 características:
Falta de atención, impulsividad
e hiperactividad.
Algunas personas con TDAH
sufren más de falta de atención.
Esos son los soñadores,
los cadetes del espacio.
Otros sufren más
de hiperactividad e impulsividad.
Estos son los niños
que son diagnosticados temprano.
Pero, lo más común, es que se sufra
una combinación de ambos.
Mi doctor y mis padres decidieron que,
debido a mi nuevo diagnosis,
medicación estimulante podía funcionar
donde azotainas y sermones habían fallado.
Así que lo probé.
Y funcionó.
La primera vez que tomé la medicación
fue como ponerme gafas
y darme cuenta de que podía ver
sin entrecerrar los ojos.
¡Podía concentrarme!
Sin cambiar nada
mi nota media subió un punto.
Era miraculoso.
A los 14 tenía amigos y les gustaba.
A los 15 había publicado mi primer poema.
Tenía novio.
A los 17 sabía
que quería ser periodista.
Mi universidad local tenía un programa
que me garantizaba la admisión en USC.
Tenían un programa de periodismo genial.
Así que me apunté
y empecé a tomar clases.
Me mudé con mi novio.
¡Todo iba de perlas!
Hasta que ya no...
Empecé a tener problemas
para llegar a hora a clase.
Saqué un 10 en un curso de estadística,
pero me olvidé de apuntarme a tiempo
así que la nota no contó.
Me apunté a clases
para ayudar a mi novio con su carrera
pero me olvidé de la mía.
Nunca llegué a la USC...
A los 21 había dejado la universidad
y había vuelto a casa.
En 10 años, empecé y dejé,
o me echaron, de 15 trabajos.
Arruiné mi crédito.
¡Me casé!
Y al año me divorcié.
Ahora tenía 32 años
y no sabía qué hacer con mi vida.
A parte de leer libros de autoayuda
que no parecían ayudar.
¿Qué pasó con todo aquel potencial?
¿No lo estaba intentando?
No, estaba trabajando más duro que nadie,
no tenía ni tiempo para los amigos.
Estaba así de ocupada.
Pero tenía potencial...
Mi fracaso era obviamente mi culpa.
No había hecho lo que hacía falta
para alcanzarlo y, honestamente,
estaba cansada de intentarlo,
esforzándome más en la vida que los demás
y quedándome más y más atrás.
En este punto me podía haber rendido.
Podía haber decidido que los que pensaban
que tenía potencial se equivocaban.
Pero no lo hice, porque sabía
que mi comportamiento me trajo aquí.
Y el cerebro afecta al comportamiento.
Y mi cerebro tiene TDAH.
Mirando a mi comportamiento,
yo lo sabía.
Incluso con medicación,
incluso de adulta,
mi TDAH estaba interfiriendo en mi vida.
Lo que necesitaba
era saber cómo y por qué
y más importante,
qué podía hacer al respeto.
Empecé a investigar
y encontré mucha información buena.
También mucha información mala,
pero eso es otra conversación.
Hay buena información ahí fuera:
webs, podcasts,
charlas... de investigadores
y profesionales médicos.
Libros que me habrían ayudado más
que los de autoayuda que estaba usando
que estaban escritos para...,
bueno, normal no existe.
Para cerebros neurotípicos.
Mucho de lo que encontraba
era muy técnico
o parecía escrito para padres y profesores
que intentaban lidiar con niños con TDAH.
No parecía haber demasiado que fuera
para nosotros, los que tenemos TDAH.
Así, empecé un canal de YouTube.
No tenía ni idea de cómo empezar
un canal de Youtube,
pero empecé un canal de YouTube.
Casi lo llamé "Cómo no actuar con TDAH"
porque era todo lo que sabía entonces.
Pero mi novio, Edward,
me convinció de no hacerlo.
Resulta que mucha gente necesita
ayuda para entender el TDAH.
Incluyendo, quizás especialmente,
aquellos que lo tenemos.
Yo no era la excepción.
Pensaba que tener TDAH
era lo mismo para todos.
Pensaba que era mayoritariamente
estar despistado.
Pensaba que tener TDAH quizás
era la razón por la que fracasaba.
Y pensaba que yo era la que debía cambiar
para conseguir el éxito.
No podía tener éxito
y seguir siendo yo.
Revelación.
Me equivocaba.
Volvamos atrás por un segundo.
Atrás a lo que nos trajo hoy aquí.
El cerebro.
Entender el cerebro con el que trabajas,
resulta ser bastante importante.
Esto es cierto tanto si el cerebro
es de tus empleados, tus estudiantes,
tus hijos, tus parejas
o el tuyo.
TDAH afecta entre
el 5 y el 8% de la población.
Lo que, estadísticamente hablando,
es entre 37 y 60 de los que estamos aquí.
No podéis saber quién somos con solo mirar
pero es divertido veros intentarlo.
(risas)
En algún momento vais a conocer
a alguien con TDAH.
Trabajaréis con ellos, les daréis a luz
o os enamoraréis de ellos.
Lo más probable es que ya lo hayáis hecho.
Y en algún momento os preguntaréis
"¿qué està pasando en su cerebro?"
Después de dos años de aprendizaje
sobre el TDAH y una vida de experiencia,
después de tener el honor de conectar
con investigadores, doctores, expertos
y decenas de miles
de cerebros TDAH por todo el mundo,
¿qué os puedo contar
para ayudaros a entender el TDAH?
Por cierto, muchos de ellos ayudaron
con esta charla.
Primeramente, es real.
No es mala educación
o falta de disciplina
TDAH es un trastorno del neurodesarrollo.
Es la condición mental
mejor estudiada en la actualidad
Y hay diferencias medibles en el cerebro.
Estas diferencias son mayores en los niños
pero para la mayoría nunca se van.
En otras palabras,
también hay adultos con TDAH.
Mientras que los diagnósticos de TDAH
están creciendo
no es por un aumento en al azúcar
o la tecnología.
O... la falta de azotes.
No es eso.
Lo mismo que si alguien se ahoga
no es culpa de Nicholas Cage.
Correlación no es igual a causalidad.
Esos son números reales.
(risas de la audiencia)
Es ambos: un aumento en la comprensión
de que el TDAH existe,
que niñas, adultos y
estudiantes privilegiados lo pueden tener,
e, irónicamente, una falta de comprensión
de que ser demasiado, portarse mal,
o tener dificultade en la escuela,
no significa que tengas TDAH.
TDAH es más serio de lo que pensaba.
Las características de falta de atención,
impulsividad e hiperactividad
no parecen tan serias
y yo no pensé que lo fueran.