La encantadora y hospitalaria capital de Minas Gerais. (Aplausos) Me gustaría pedirles su ayuda. Aquí están tranquilamente, sentados. hace más de una hora, reunidos. Querría que todos se pusieran de pie, si fueran tan amables. Aprovechen incluso para cambiar de posición. Y querría un aplauso para las personas que se encargaron de nuestro desayuno, de nuestro almuerzo. Que están preparando nuevamente nuestras comidas. Y también para aquellos empleados que mientras estamos aquí, discutiendo nuevas ideas continúan limpiando los baños que nosotros ensuciamos. (Aplausos) ¡Gracias! ¡Gracias! Yo sé que hago el ridículo. Lo sé. Y para poder hablar sobre cómo nuestra historia nos ha llevado a tener a individuos esclavizados, que usan este tipo de ropa 8 horas al día, 6 días a la semana durante muchos años, serían necesarios más de 18 minutos. Sin embargo, quería comentarles algunas cosas importantes sobre esto. Antes que nada, no estoy solo aquí en el escenario. A mi izquierda Ernesto Che Guevara, John Lennon, Mahatma Gandhi, Sigmund Freud y Karl Marx. A mi derecha don Moisés, don Nilce, don João, don Tonhão y otros tantos, que me enseñaron a comprender esas caras que me son muy queridas. Yo era estudiante de Psicología. Segundo año en la USP. Hubo una propuesta de trabajo en una materia llamada Psicología Social. El profesor dijo: "Se trata de lo siguiente: Además de las tareas académicas Uds. se someterán por un día a una tarea manual que no exija calificación técnica ni escolar". Algunos trabajaron como empacadores de supermercado. Otros trabajaron como taquilleros de cine. Algunos compañeros y yo trabajamos como barrenderos, dentro de la propia ciudad universitaria. Muy bien. Primera dificultad: En la USP, como en toda ciudad universitaria, todo edificio, todo instituto, tiene un letrero. Nadie tiene dificultad para encontrar estos lugares. Instituto de Psicología, por aquí. Facultad de Economía, por allí, Hospital Universitario, siga recto. Llegué a la USP, el lugar en el que yo estudiaba desde hacía dos años, y abordaba a los peatones, "Por favor, ¿alguien me puede decir dónde están los roperos de los barrenderos? SIlencio... Cuando no era silencio, era un susto. ¿Barrendero? ¡Barrendero! ¿Dentro de la USP? Uy, sí, ¿Por qué? ¿Las calles se limpian solas? ¿Estamos en Disneylandia que las hojas caen de los árboles y van directamente a los cubos de basura? Después de eso, fui al lugar de trabajo designado. Todos estaban esperando que el extranjero llegase, ¿Cierto? El estudiante de psicología que estaría entre los barrenderos. Me di cuenta de que los trabajadores son llevados en contenedores de camiones, Junto con escobas, con palas, con azadas, con cubos de basura, con bolsas de basura y muchas veces con la propia basura. Vi que las herramientas son todas ordinarias. Como esta aquí. Esta aquí está un poco mejorcita porque el palo es un poco más largo, ¿verdad? Sin embargo, imaginen a alguien que pasa 8 horas al día en este movimiento. Perdóneme director, por salir de la alfombra roja. Imaginen el dolor que queda en los antebrazos. Imaginen cómo queda la columna de este chico tras algunos pocos meses de trabajo. Muy bien, llegando al lugar de trabajo, todo el mundo trabajaba con pala y azada porque el día anterior había llovido mucho en São Paulo. Suciedad pesada, acumulada en los rincones de las vías. No tienen cómo trabajar con escoba. Todo el mundo con cabos, ¿verdad?, de palas y azadas en las manos, trabajando en esta posición. El encargado llega y dice: "Usted no, usted no". "Usted barra allí al otro lado". Fui al otro lado. Cuando miré, parecía que ellos ya habían limpiado el lugar y habían colocado 2 o 3 hojitas para que el playboy pensara que estaba barriendo. Y obedecí al jefe. Por cierto, es bueno decirlo: Nosotros decimos por ahí que unos nacen para mandar, otros nacen para obedecer. Me gustaría, por favor, que levantaran la mano las personas que sienten que nacieron para obedecer. 1, bien... Genial, y los que nacieron para mandar, hay muchos aquí, ¿no? Interesante. Muy bien. Lo que pasó a partir de allí fue muy curioso. Porque había una distancia. ¿No? Obviamente no solo una distancia geográfica sino una distancia también psicológica porque son mundos tan diferentes. ¿Cómo se encontrarían aquí? Un estudiante de Psicología, dentro de la Universidd de São Paulo, mira qué paradoja, trabajando con personas semianalfabetas. Eso es muy curioso también, llama la atención. Hasta que el trabajo se detuvo. Y no había absolutamente ningún contacto entre nosotros. Lo que pasó a partir de entonces fue lo siguente: Apoyaron sobre una plataforma de concreto un termo y no vi ni una taza, ni un vaso, ni ningún tipo de vasija que pudiera usarse para servir la bebida. Moisés, como todo buen nordestino cargaba un machete, en fin, un cuchillo. Fua a un cubo de basura, de allí dentro clavó con este cuchillo 3 latitas. Las cortó por la mitad y con el fondo de estas latitas empezaron a servirse el café. Vean bien. Latas rescatadas de un cubo de basura. Donde lo más limpio que existe son las cucarachas. Así estaban bebiendo el café. Me quedé allí, parado, sin saber exactamente qué hacer. Con ansiedad esperando que al final continuara olvidado por ellos. Porque tenía dos problemas si me servían café: primero, yo no bebía café; segundo, tendría que beber café en aquellas condiciones. Moisés se acordó de mí. Y yo que pensaba que no se acordaría. Sirvió el café y me entregó la taza. Miento, lata de refresco rescatada del basurero. Sirvió allí el café y me lo entregó. Estaba tan sucia, estaba tan mugrienta la lata, que si abría la mano no se caería. Se quedaron todos mirándome. Para comprobar si el playboy, si el joven estudiante rico, bebería café o no en aquellas circunstancias. Algo me dijo que debería beberme el café. Porque si no, y pediré una licencia poética, pienso que nadie dijo ninguna palabrota. Pero la situación era la siguiente: ¡No joda! Beba el puto café, ¿entendió? O no investigará aquí, amigo. O nos cerramos. O está con nosotros, o no está. Perdón: "O se está con nosotros o no se está". ¿Entendió? Muy bien, me bebí el café. En el momento en el que me bebí todo el café. aquella ansiedad se evaporó. Los antropólogos acostumbran a llamar eso el rito de pasaje o prueba de ingreso. Obviamente yo no estaba aceptado definitivamente en el grupo, pero obviamente eso de alguna forma nos hermanó. Y a partir de aquel instante me empezaron a traer cosas que rescataban de los contenedores y mostrarme lo que era su realidad, contar chistes, casos graciosos, hablar de los apodos o de la actividad sexual de cada uno. El trabajo se interrumpió y luego volvimos a barrer. Mentira, no volvimos a barrer porque yo casi no podía sujetar la escoba con el puño y ellos venían así: "¿Has visto la manera cómo nos tratan?" ¿Has visto las escobas? ¡Qué porquería!" "Díles allá que las escobas aquí son así" "Y el café. ¿has visto qué inmundicia la manera cómo nos tratan, la manera cómo bebemos café? "¡Díles que nos tratan de esa manera!" Y yo pensaba, ¿Decirle a quién? ¿Decirle a quién? 19 años de edad, nadie me apoya, no soy amigo de Aécio Neves, no soy amigo del presidente, del gobernador. Yo no soy... ¿A quién se lo voy a decir? No soy de la familia Sarney. ¿Qué hace uno en esta mierda de país si no tiene influencias? Díganme. ¿Cómo podría imaginar que 20 años después yo podría estar hablándole a un público? No solo aquí, sino también vía Internet, espero que esto llegue a otros lugares. Porque me parece que este no es un problema solo brasileño. El problema de personas dominadas pasa en todo el mundo. Además, existen naciones que dominan a otras naciones y eso no es nuevo para nadie. Lo que estaba por venir fue aún más sorprendente. Porque tuve que pasar por la Facultad de Psicología. con un uniforme rojo, no era este naranja. Y pensaba así, bueno, juego a fútbol, pin-pong. conozco a mucha gente, tengo compañeros de aula. Será interesante, la gente me mirará y dirá así: "¿Y eso amigo? ¿Qué haces con esa ropa?" Entré por la planta baja, pasé por la biblioteca, por el Centro Académico, por la cafetería, y nadie me vio. Y ahí, cuando mis compañeros barrenderos lo supieron y de mi expectativa, me dijeron: "(Risas) Eres ridículo, pensaste que te verían con este uniforme?" ¿Crees que vamos con este uniforme por ahí?" "¿Quién se va a sentar a nuestro lado en el autobús?" "¿Quién va a conversar con nosotros?" "Servimos, cuando mucho, para dar alguna información". Yo estoy aquí en nombre de esos amigos. Porque pasé 10 años allí. Barriendo la calle 2 veces a la semana. Limpiando contenedores de basura, recogiendo animales muertos. Y digo, después de media hora de trabajo el primer día: El trabajo de la limpieza pública es estúpido. Y cuando digo que es estúpido es por respeto a estas personas. Como Wagner que estaba limpiando los baños, —estuve conversando con él hace un rato—. Extremadamente inteligentes, con gran potencial creativo y que nosotros esclavizamos. No le llamamos a eso esclavitud. Le llamamos trabajo asalariado. ¡Mentira! ¡Mentira! El trabajo asalariado es un mal y es un mal mundial. Ninguna relación humana es verdadera a partir del instante en el que uno manda al otro. Agradezco lo que dijeron Eloan y Pamela, incluso por contar eso. Desde el instante en el que estamos en una situación asimétrica no existe más verdad. Y si estamos distantes de la verdad estamos también distantes de nuestra humanidad. Es un problema muy antiguo. Tiene que ver con el hecho de que vivimos en sociedades segregadas en clases sociales. Cosa que el capitalismo no inventó. Eso no es invención del modo de producción capitalista. Pero el capitalismo aprendió de manera perversa a propagar esa desgracia. Y nosotros aprendemos del hecho, de que debemos tener una profesión. Aprendemos del hecho de que debemos ser jefes o subalternos. Y que estos lugares simbólicos son inmutables. ¡Eso es una gran mierda! ¡Eso es una gran bobada! Y a pesar de haber estudiado mucho en la universidad más grande del país, aprendí eso con Moisés, con Nilce. Aprendí con gente que compartió su pan en el momento de la comida. Que me daban naranja. No era como el compañero de clase, ocupados en estudiar, en montar un consultorio. o en tener algún articulito publicado en una revista científica indexada. Porque eso es lo que hace un académico. El académico de hoy no está interesado en la enseñanza. No está interesado en el intercambio. Está interesado en publicar un artículo, libro, aparecer en los medios de comunicación y todo eso. Eso es una gran porquería. Lo que quería decirles es lo siguiente: Fronteras geopolíticas, esto es prácticamente algo en que pienso como Ernesto (Che) Guevara, son ilusorias. Les hablo especialmente a nuestros hermanos latinoamericanos. Les hablo especialmente a nuestros hermanos africanos. Y lo que nos hermana a estas personas es la dominación. Somos un pueblo dominado. Si yo pido aquí que me digan una ciudad de los EE. UU., Uds. me dirán 18. Washington, Nueva York, Miami, Orlando y por el estilo. Díganme por favor, ¿cuál es la capital de Sudán? País responsable del envío aquí de gran parte de la población negra que construyó Brasil. No sabemos, no sabemos ni el nombre de la capital de Sudán. Eso se llama dominación. La única forma de vencer la dominación es resistiendo. No con balas, no con armas. Porque la bomba de los estadounidenses, la bomba de Europa Occidental, es mucho más grande que la nuestra. Allí la gente necesita pedir prestadas las ideas de John Lennon y Mahatma Gandhi. Esto es, resistencia. Volkswagem, Fiat, todas las industrias farmacéuticas no están aquí para nuestro bien. ¡No lo están! ¿O Uds. piensan que ellos están aquí para que tengamos un auto cómodo? ¡Es obvio que no! Están aquí porque ganan divisas y eso sustenta sus yates Eso sustenta sus sistemas de salud con los que se nos cae la baba como si fueran cosas maravillosas. Pero su riqueza es resultado de nuestra pobreza. ¡Eso es obvio! La única forma de defendernos de esa confusión, de toda esa porquería, es la resistencia. Eso pasará si retomamos nuestras escuelas. y retomamos nuestra educación. Todo lo que hacemos es reproducir modelos que se enseñan de arriba hacia abajo. Aprendí por ejemplo en el colegio cosas sobre la independencia de los EE. UU., la Guerra de Secesión o algo así. ¿Qué mierda es esa? ¿Para qué me sirve aquí abajo en Brasil? Necesito aprender historia de nuestro pueblo. La historia de África. Necesito oír a los derrotados, no a los vencedores. Necesito oír lo que los indios tienen que decir. respecto de los pioneros. Lo diré en inglés, que Laísse ahí no necesita ensuciarse la boca: "Hijos de puta". ¿No? Que diezmaron un montón de indios y en el estado de São Paulo se les homenajea. Carretera Borba Gato. Palacio de los Pioneros. Los primeros grandes deforestadores de Brasil. Mataron un montón de gente y la Iglesia Católica lavándose las manos como en la época del Holocausto. Si la negligencia no fuera una forma de violencia, la omisión de socorro no sería crimen. ¿No es verdad? ¿Y qué haremos ante eso? Necesitamos, obviamente, retomar el control de nuestra tierra. Necesitamos nacionalizar y expulsar estas empresas transnacionales. Porque o funcionan a nuestra manera o fuera de aquí. Porque están aquí explotando a nuestro pueblo. Porque están aquí explotando nuestra alma. Tenemos sangre en las venas. Tenemos cuerpo, tenemos alma. Somos seres humanos, tenemos sentimientos y pensamientos. Y somos capaces de cambiar esta realidad. Solo conseguiremos cambiar resistiendo. Y la resistencia vendrá a través de una mente abierta. A través de estudios profundos para entender que cuando William Bonner habla en la televisión: "La China comunista". Comunismo, ¡una mierda! China no es comunista. Cuba no es comunista. La Unión Soviética no era comunista. Quien haya leído 3 líneas de Marx sabe que el comunismo no preveía a alguien sentado con el culo en el poder 50 años. Lo que existe allí es capitalismo de estado. ¿Por qué el Sr. William Bonner en la televisión no dice: "Los EE. UU. capitalistas". Cuando se habla mierda de un país es siempre así: "Corea del Norte comunista..." Nosotros necesitamos del comunismo. Pero necesitamos estudiar el comunismo. El comunismo no quiere decir que tengamos que tener a tres personas durmiendo en nuestra habitación, debajo de nuestra cama o algo así. Quiere decir que todos somos responsables de producir riqueza. ¡Todos nosotros! Solo que esta riqueza se la apropian algunos Ese es el problema. Y eso es injusto. Mientras no modifiquemos el modo de producción, continuaremos produciendo personas invisibles. Personas humilladas, que mientras estamos aquí pensando que cambiaremos el mundo, están allí, haciendo pan de queso para nosotros, lavando los vasos que nosotros ensuciamos. Eso es indigno. ¡Eso es muy indigno! Eso es más que indigno. ¿De qué sirve que discutamos aquí de ideas y de la revolución si continuamos manteniendo a personas humilladas e invisibles? Por eso digo: Si la revolución no parte de América Latina, si no parte de África como resistencia, como pensó Gandhi, no conseguiremos nada. Nosotros somos dueños de nuestro suelo. Somos dueños de nuestro territorio. Y somos dueños de nuestra fuerza de trabajo. Pienso eso, incluso en relación a cualquier esfera. Cualquier esfera de trabajo. Eso no sirve solo para cosas intelectuales. Eso sirve también para nuestra mano de obra explotada por estas fabriquillas que vienen a ganar dinero aquí. ¿O creen que todo el dinero de los países ricos de dónde viene? Antes nos robaban piedras preciosas. Nuestros tesoros ahora son nuestras mentes. Son nuestros cuerpos. Aún tengo casi 2 minutos. Y estoy muy feliz por eso. No soy cantante, pero sí les diré una cosa. Como soy subversivo saldré aquí nuevamente. Necesitamos aprender a cambiar de lugar. Necesitamos aprender a ser subversivos, para pensar cosas diferentes. Porque si no, repito, mientras pensamos que estamos haciendo la revolución, Wagner limpia los baños que nosotros ensuciamos. Y eso es indigno. "Una negra y un niño en los brazos, solitaria en la selva de cemento y acero. Vean, mire otra vez un rostro en la multitud. La multitud es un monstruo sin rostro ni corazón. São Paulo, tierra de rascacielos. La llovizna que rasga la cara es la torre de babel. Familia brasileña, dos contra el mundo. madre soltera de un promisorio vagabundo, Luz, cámara y acción, grabando la escena va. ¿Un bastardo? Un hijo pardo más sin padre. Hey, señor de ingenio que sé Ven. ¿Quién es usted solo? Uno solo no aguanta. Solo uno no aguanta. Se dijo que era bueno y la favela oyó Allá tiene whiskey y Red Bull. Tenis Nike y fusil. Admito, su auto es bonito, sí lo es. Y yo no sé hacer, Internet, vídeocasete y los autos locos. Estoy atrasado, un poco, sí. Pienso, solo que su juego es sucio y no encajo. Yo soy problema de un montón, de carnaval a carnaval. Vine de la selva, soy león. Soy demasiado para mi patio" —para su patio, perdón—, "Problema con escuela yo tengo mil. Mil escenas, increíble pero su hijo me imita. En medio de Uds. él es más listo. Ginga y habla jerga, jerga no, dialecto. Ese no es más suyo, oh, subió. Entré por su radio, lo tomé, nadie vio. Pero es eso o aquello. ¿Qué? ¿No te lo decía? Su hijo quiere ser negro. ¡Ja! ¡Qué ironía! Pega el cartel del 2Pac ahí que da lo que dice. Siente el negro drama va, intenta ser feliz. Hey bacana, ¿quién te hizo así tan bueno? ¿Qué dieron Uds.? ¿Qué hicieron? ¿Qué hicieron por mí? Recibí su tic, es alcantarilla a cielo abierto. y pared de aglomerado. De vergüenza no he muerto. Estoy bien, he me aquí. ¡Uds. no! Uds. no pasaran cuando se abra el mar rojo. Yo soy un hermano, hombre duro, del gueto. Brown, obá. Aquel loco que no puede errar. Aquel que Uds. odian amar en este instante. Piel parda, oigo funk. ¿De dónde vienen los diamantes? De barro". ¡Gracias! (Aplausos)