La idea de eliminar la pobreza es una gran meta. No creo que haya alguien en esta sala que no esté de acuerdo. Lo que me preocupa es cuando los políticos con dinero y las carismáticas estrellas de rock usan las palabras, todo suena tan, tan sencillo. No tengo ninguna cubeta de dinero hoy y no tengo ninguna política para publicar y con seguridad no tengo una guitarra. Le dejaré eso a los demás. Pero sí tengo una idea y esa idea se llama Vivienda para la Salud. Vivienda para la Salud trabaja con gente de escasos recursos. Trabaja en los lugares donde viven y el trabajo se hace para mejorar su salud. Durante los últimos 28 años, este arduo, desgastante y sucio trabajo ha sido realizado literalmente por miles de personas en toda Australia y, más recientemente, en el extranjero y su trabajo ha probado que el diseño centrado puede mejorar incluso los entornos de vida más pobres. Puede mejorar la salud y puede colaborar en la reducción, si no en la eliminación, de la pobreza. Empezaré por el principio de la historia, 1985, en el centro de Australia. Un hombre llamado Yami Lester, un aborigen, administraba un servicio de salud. El 80 % de lo que entraba por la puerta, en términos de enfermedad, eran enfermedades infecciosas: enfermedades infecciosas del tercer mundo o del mundo en desarrollo, causadas por un entorno de vida pobre. Yami reunió a un equipo en Alice Springs. Consiguió a un médico. Consiguió a un chico de salud ambiental. Y seleccionó a mano a un equipo de aborígenes locales para trabajar en este proyecto. Yami nos dijo en esa primera reunión que no había dinero. Siempre una buena partida, sin dinero. Teníamos seis meses. Y quería que empezáramos a trabajar en un proyecto que en su idioma llamaba "uwankara palyanku kanyintjaku", que se traduce como "un plan para evitar que las personas se enfermen", un resumen profundo. Esa era nuestra tarea. Primero paso, el médico se fue durante unos seis meses y trabajó en lo que se convertiría en esas nueve metas de salud, a lo que apuntábamos. Después de seis meses de trabajo, fue a mi oficina y me obsequió esas nueve palabras en un pedazo de papel. [9 principios de la vida sana: el lavado, la ropa, las aguas residuales, la nutrición, el hacinamiento, los animales+, el polvo, la temperatura, las lesiones]. Estaba muy, muy poco impresionado. Vamos. Las grandes ideas necesitan grandes palabras y, preferentemente, muchas palabras. Esto no se ajustaba al perfil. Lo que no vi y lo que Uds. no pueden ver es que reunió miles de páginas de investigaciones sobre salud locales, nacionales e internacionales que complementaron la imagen de por qué estos eran los objetivos en salud. Las imágenes que llegaron un poco después tenían una razón muy sencilla. Los aborígenes que eran nuestros jefes y los mayores eran en su mayoría analfabetos, así que la historia tenía que ser contada en imágenes de cuales eran estas metas. Trabajamos con la comunidad, sin decirles qué iba a ocurrir en un idioma que no entendían. Así que teníamos las metas y cada una de estas metas, y no voy a pasar por todas ellas, coloca a la persona y su problema de salud en el centro y luego los conectan a los trozos del entorno físico que se necesitan para que mantengan bien su salud. Y la máxima prioridad, lo ven en la pantalla, es lavar a la gente una vez al día, en particular a los niños. Espero que la mayoría de Uds. estén pensando: "¿Qué? Eso suena sencillo". Ahora, les haré a todos una pregunta muy personal. Esta mañana antes de que vinieran, ¿quién se habría lavado usando una ducha? No les voy a preguntar si se dieron una ducha, porque soy demasiado educado. Eso es. (Risas) Está bien. Está bien. Creo que es justo decir que la mayoría de las personas aquí pudieron haberse dado una ducha esta mañana. Les pediré que hagan algo de trabajo. Quiero que seleccionen una de las casas de las 25 casas que ven en la pantalla. Quiero que seleccionen una de ellas y noten la posición de esa casa y la mantengan en su cabeza. ¿Todos tienen una casa? Les voy a pedir que vivan allí unos meses, para asegurarme de que lo hayan entendido. Está en el noroeste de Australia Occidental, un lugar muy agradable. Está bien. Veamos si su ducha en esa casa está funcionando. Escucho algunos "oh" y algunos "aah". Si tienen una marca verde, su ducha está funcionando. Ud. y sus hijos están bien. Si tienen una cruz roja, bueno, he mirado cuidadosamente alrededor de la sala y no va a hacer mucha diferencia en este equipo. ¿Por qué? Porque todos son demasiado viejos. Y sé que va a ser una sorpresa para algunos de Uds., pero lo son. Ahora, antes de que se ofendan y se vayan, tengo que decir que ser demasiado viejo en este caso significa que casi todos en la sala, creo, tienen más de cinco años de edad. Estamos muy preocupados por los niños de cero a cinco. ¿Y por qué? Lavarse es el antídoto para el tipo de insectos, las enfermedades infecciosas comunes de los ojos, los oídos, el pecho y la piel que, si ocurren en los primeros años de vida, dañan permanentemente a esos órganos. Dejan vestigios para toda la vida. Eso significa que, para los cinco años de edad, no pueden ver tan bien por el resto de su vida. No pueden escuchar tan bien por el resto de su vida. No pueden respirar tan bien. Han perdido un tercio de su capacidad pulmonar a los cinco años. E incluso la infección de la piel, que originalmente pensamos que no era un gran problema, infecciones leves de la piel de cero a cinco años les da un gran incremento en la posibilidad de insuficiencia renal, y necesidad de diálisis a los 40 años. Este es un gran problema, así que las marcas y cruces de la pantalla en realidad son críticas para los niños. Esas marcas y cruces representan las 7800 casas que hemos visto a nivel nacional alrededor de Australia, la misma proporción. Lo que ven en la pantalla, 35 % de esas casas no tan famosas habitadas por 50 000 aborígenes, el 35 % tenía una ducha que funcionaba. El 10 % de esas mismas 7800 casas tenía sistemas eléctricos seguros, y un 58 % de las mismas tenía un inodoro que funcionaba. Es una prueba simple y estándar: en el caso de la ducha, ¿tiene agua caliente y fría, dos grifos que funcionen, una ducha manual para poder mojarse la cabeza o el cuerpo y un drenaje que se lleve el agua? No muy bien diseñadas, no bellas, no elegantes... solo que funcionen. Y lo mismo para el sistema eléctrico y los inodoros. Los proyectos de Vivienda para la Salud no intentan medir las fallas. Tratan en realidad de mejorar las casas. Comenzamos el día uno de cada proyecto, hemos aprendido, no hacemos promesas, no hacemos informes. Llegamos en la mañana con las herramientas, toneladas de equipos, especialistas y entrenamos a un equipo local el primer día para empezar a trabajar. Para la tarde del primer día, unas pocas casas en esa comunidad están mejor que cuando empezamos en la mañana. Ese trabajo continúa de 6 a 12 meses hasta que todas las casas están mejoradas y hemos gastado nuestro presupuesto de USD 7500 en total por casa. Ese es nuestro presupuesto promedio. Al final de los seis meses a un año, probamos cada casa de nuevo. Es muy fácil gastar el dinero. Es muy difícil mejorar la función de todas las partes de la casa y, para una casa, las nueve prácticas de la vida saludable, probamos, verificamos y arreglamos 250 artículos en cada casa. Y estos son los resultados que podemos tener con nuestros USD 7500. Podemos tener funcionando hasta un 86 % de las duchas, podemos tener funcionando hasta un 77 % de los sistemas eléctricos, y podemos tener funcionando un 90 % de los inodoros de esas 7500 casas. Gracias. (Aplausos) Los equipos hacen un gran trabajo, esa es su tarea. Creo que hay una pregunta obvia que espero que estén pensando. ¿Por qué tenemos que hacer este trabajo? ¿Por qué las casas están en condiciones tan precarias? El 70 % del trabajo que hacemos se debe a la falta de mantenimiento de rutina, el tipo de cosas que pasa en todas nuestras casas. Las cosas se gastan. Debería haber sido hecho por el gobierno estatal o local. Sencillamente no se hace, la casa no funciona. El 21 % de las cosas que arreglamos se debe a una construcción fallida, literalmente las cosas están construidas patas arriba y de atrás para adelante. No funcionan. Nosotros tenemos que arreglarlas. Y si han vivido en Australia en los últimos 30 años, la causa final: siempre habrán escuchado que los aborígenes destruyen las casas. Es una de las pruebas casi tan sólidas como la roca, de la que nunca he visto evidencias. Se descarta que sea el problema de la vivienda del aborigen. Bueno, el 90 % de lo que gastamos está dañado, mal usado o dañado de alguna manera. Sostenemos fuertemente que las personas que viven en la casa sencillamente no son el problema. E iremos mucho más lejos. La gente que vive en la casa es en realidad gran parte de la solución. El 75 % de nuestro equipo nacional en Australia, más del 75 % en este momento, en realidad son personas locales e indígenas de las comunidades en las que trabajamos. Hacen todos los aspectos del trabajo. (Aplausos) En 2010, por ejemplo, hubo 831, por toda Australia y en las Islas del estrecho de Torres, todos los estados, trabajando para mejorar las casas donde viven ellos y sus familias y eso es algo importante. Nuestro trabajo siempre había tenido un enfoque en la salud. Esa es la clave. El insecto de los países en desarrollo, tracoma, causa ceguera. Es una enfermedad de los países en desarrollo, y sin embargo, la imagen que ven detrás es de una comunidad aborigen de fines de la década de 1990 donde el 95 % de los niños en edad escolar tenían tracoma activo dañando sus ojos. Bien, ¿qué hacemos? Bueno, lo primero que hacemos es hacer funcionar las duchas. ¿Por qué? Porque eso elimina el insecto. Colocamos instalaciones de lavado en la escuela también, así los niños pueden lavarse la cara muchas veces durante el día. Eliminamos el insecto. Segundo, los oculistas nos dicen que el polvo daña los ojos y permite que el insecto entre rápido. Así que, ¿qué hacemos? Llamamos al especialista del polvo y existe tal persona. Una minera nos lo prestó. El controla el polvo en los sitios de la empresa minera vino y en un día resolvió que la mayoría del polvo de esta comunidad estaba a un metro del suelo, el polvo impulsado por el viento, así que sugirió hacer montes para atrapar el polvo antes de que fuera a la zona de las viviendas y afectara los ojos de los niños. Así que usamos la tierra para parar el polvo. Lo hicimos. Nos proporcionó monitores de polvo. Los probamos y redujimos el polvo. Luego quisimos deshacernos del insecto. Así que, ¿cómo lo hacemos? Bueno, llamamos al doctor de las moscas y sí, hay un doctor de las moscas. Como nuestro amigo aborigen decía: "Uds. muchachos blancos deben salir más". (Risas) Y el doctor de las moscas determinó rápidamente que había una mosca que llevaba el insecto. Pudo darle a los escolares de esta comunidad la bella trampa de moscas que ven arriba en la diapositiva. Pudieron atrapar las moscas, enviárselas a Perth. Cuando el insecto estuviera en el intestino, enviaría algunos escarabajos del estiércol de vuelta. Los escarabajos del estiércol se comen el estiércol de camello, las moscas murieron por la falta comida y el tracoma se redujo. Y durante el año, el tracoma se redujo radicalmente en este lugar y se mantuvo bajo. Cambiamos el entorno, no solo tratamos los ojos. Y finalmente, tienen un ojo bueno. Todas estas pequeñas ganancias en salud y pequeñas piezas del rompecabezas hacen una gran diferencia. El Departamento de Salud de New South Wales, esa organización radical, hizo un ensayo independiente durante tres años para ver 10 años del trabajo que hemos estado haciendo en este tipo de proyecto en New South Wales y encontraron una reducción del 40 % en las admisiones hospitalarias para enfermedades que pueden atribuirse a entornos precarios. Una reducción del 40 %. (Aplausos) Solo para mostrar que los principios que hemos usado en Australia pueden ser usados en otros lugares, solo voy a ir a otro lugar y ese es Nepal; qué hermoso lugar para visitar. Una pequeña aldea de 600 personas nos pidió que fuéramos e hiciéramos inodoros donde no había ninguno. La salud era mala. Fuimos sin un gran plan, sin grandes promesas de un gran programa, solo nos ofrecimos a construir dos inodoros para dos familias. Durante el diseño del primer inodoro fui a almorzar, invitado por la familia, a la sala principal de su casa. Me estaba ahogando con el humo. La gente estaba cocinando con su único recurso de combustible: madera verde. El humo que sale de esa madera ahoga y en una casa cerrada, sencillamente no se puede respirar. Después encontramos que la causa principal de las enfermedades y las muertes en esta región en particular son las insuficiencias respiratorias. Así que de la nada teníamos dos problemas. Estábamos allí originalmente para ver los inodoros y sacar los desechos humanos del suelo. Eso está bien. Pero de la nada ahora había un segundo problema. ¿Cómo bajamos el humo? Así que dos problemas y el diseño debería ser de más de una cosa. Solución: Tomar los desechos humanos y animales, colocarlos en una cámara, para poder extraer biogás de eso, gas metano. El gas da de tres a cuatro horas para cocinar un día, limpio, sin humo y gratis para la familia. (Aplausos) Se los planteo, ¿es esto eliminar la pobreza? Y la respuesta del equipo nepalí que está trabajando en este momento diría, no sean ridículos, tenemos que construir tres millones de inodoros más antes de siquiera intentar decir eso. Y no pretendo nada más. Pero hoy que estamos todos aquí, hay ahora más de 100 inodoros construidos en esta aldea y un par cerca. Más de mil personas usan esos inodoros. Yami Lama, un joven. Tiene significativamente menos infecciones intestinales, porque ahora tiene inodoros y no hay desechos humanos en el suelo. Kanji Maya, ella es una madre orgullosa. Probablemente ahora esté cocinando el almuerzo para su familia con biogás y sin humo. Sus pulmones se han mejorado y se mejorarán a medida que pase el tiempo, porque no está cocinando con el mismo humo. Surya lleva los residuos fuera de la cámara de biogás cuando el gas se acaba, lo coloca en sus cultivos. Ha triplicado el ingreso de sus cultivos, más comida y dinero para la familia. Y, finalmente, Bishnu el líder del equipo, ahora ha entendido que no solo hemos construido inodoros, también hemos construido un equipo y ese equipo ahora trabaja en dos aldeas donde están formando las siguientes dos aldeas para mantener el trabajo en expansión. Y eso, para mí, es la clave. (Aplausos) Las personas no son el problema. Nunca hemos encontrado eso. El problema: las precarias condiciones de vida, viviendas precarias y los insectos que le hacen daño a las personas. Ninguno de estos está limitado por la geografía, por el color de piel o por la religión. Ninguno. El vínculo en común entre todo el trabajo que hemos hecho es una cosa y es la pobreza. Nelson Mandela dijo, a mediados de la década de 2000, no muy lejos de aquí, dijo que "como la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es natural. Es creada por el hombre y puede ser superada y erradicada por las acciones de los seres humanos". Quiero terminar diciendo que han sido las acciones de miles de seres humanos comunes, creo, haciendo trabajos extraordinarios, que han mejorado la salud, y, quizá solo de una pequeña forma, reducido la pobreza. Muchas gracias por su tiempo. (Aplausos)