Nuevas Miradas
Alejando Balaguer
Bueno, buenas noches y muchas gracias
por estar aquí conmigo
durante los próximos 15 minutos.
Pero antes que nada quiero
presentarles un caso perdido.
Vamos a verlo. (Inicio Video)
5 cadáveres...
de grueso calibre...
en la escena del crimen...
¡Caso cerrado!
(Fin Video)
Vamos a reabrir el caso. Porque este caso
es culpable, justamente,
de la gran contaminación
que estamos sufriendo
alrededor de todo el mundo
los seres humanos
por esta suerte de desecho mediático
que nos está haciendo alejar día a día
de los temas trascendentales
nos toca enfrentar.
Hablamos de crisis alimentarias, hablamos
de crisis climáticas, múltiples crisis
que nos agobian y, justamente por esta
entre comillas o en realidad basura
que recibimos día a día, nos estamos
alejando de los temas cruciales.
Bueno, gracias por estar conmigo,
aún así a pesar de este caos audiovisual
yo sigo siendo un fiel creyente como dijo
mi amigo Roberto Sasso en el poder
de las imágenes cuando son bien llevadas,
de los testimonios y de las historias
para poder generar cambios
de actitud tan necesarios
para poder enfrentar todos
los males que hoy sufrimos.
Pero, bueno, esta va a ser una charla
bastante vivencial donde voy a tratar
de contarles un poco experiencias
personales, recuerdos a lo largo
de casi 30 años de andar por el campo.
Hecho que todavía no ha dejado de pasar.
Seguimos todavía en el campo.
Y me siento un poco en estos momentos como un,
a ver, cómo les puedo explicar,
como una especie de cromañón que nació
en la prehistoria de las comunicaciones
y que se tuvo que poner un traje espacial
así como el astronauta Chang
para saltar al hiperespacio
con las nuevas telecomunicaciones y demás.
Y las nuevas posibilidades
que se nos brindan.
Yo comencé mi trabajo muy joven,
a los 23 años, como un corresponsal de guerra.
Era fotógrafo de una agencia de noticias.
Y me tocó a mis 23 años con
más pelo y muchas menos canas
de las que tengo ahora llegar a un Perú
convulsionado por una guerra interna.
Eran tiempos en que todavía
las agencias de noticias
nos manejábamos con teletipos.
Así, como en la guerra de Corea,
teníamos que tipear
en unos papelitos y ponerlos allí
para poder mandar noticias.
Viajar con 200 kilos de equipo
para montar laboratorios en baños de hoteles,
en el campo, en carpas, etc.
para transmitir nuestras fotografías
a través de señales en AM y en FM.
Pero en esta primera parte de mi
experiencia profesional que me tocó
darme de cara con la violencia terrible
que vivió el Perú en los años '80
lo primero que me chocó
fue la indiferencia.
Fue la indiferencia
de la gente de la capital
que no quería ver el problema
que se avecinaba.
El problema que estaba causando
que campesinos como estos
--estas fotografías que tomé
a principios de los años '80--
se vieran en el medio de una guerra
terrible desatada por Sendero Luminoso
que empezó a arrasar a los niños en el campo,
sin tener ningún tipo de piedad.
Las Fuerzas Armadas hicieron lo mismo;
pues, durante 10 años
fueron como una especie, así,
de víctimas de fuego de ambos lados.
Y en Lima, la gente no quería ver.
Estaba indiferente
a lo que sucedía.
Decía, no, la guerra
sucede allá. Acá, no.
Aquí no va a tocar nada.
No pasa nada.
Es más, muchos ni querían
reconocer que había guerra.
En aquellos momentos, yo tanto como
otros fotógrafos decidimos utilizar
como una herramienta de poder
para enfrentar a la gente,
gracias a esas imágenes,
con la realidad que se estaba viviendo
y poder generar algún cambio,
despertar la conciencia de la gente.
Pasó mucho tiempo pero poco a poco
lo fuimos logrando.
El Perú, poco a poco,
también se fue pacificando.
Fueron 15 años de dolor pero,
finalmente, se logro ese momento, ¿no?
Dada una serie de otras circunstancias
pero ya para ese entonces la gente
en la ciudad por el trabajo que habíamos
hecho como les digo, ¿no?,
sacrificadamente corresponsales,
camarógrafos, fotógrafos, lograron
de alguna manera causar despertar
esa sensibilidad dormida
que había en la gente.
Y eso fue generando en mí
como una especie de convicción
de que ahí había un camino a seguir.
Debo decirles que esto termina
finalmente con algo adicional
--esta etapa de mi carrera profesional--
porque finalmente las imágenes captadas
en aquellos años de la guerra sirvieron
para que un grupo de fotógrafos
denominado Fotógrafos de la Verdad
pudiéramos aportar las pruebas suficientes
no solamente par a poder generar
esa memoria colectiva necesaria
para que esto no vuelva a suceder
sino también para llevar
a juicios a los responsables.
Para poder dejar testimonio
de lo que había sucedido.
En ese momento, recuerdo,
tuve mi primer divorcio con la noticia.
Y eso fue debido a los medios.
La agencia en la que yo trabajaba,
una agencia internacional, estadounidense
--no voy a dar el nombre ahora--
decidió que 20 campesinos muertos
en la sierra peruana era una noticia más.
Y simplemente ese compromiso
que teníamos nosotros
con la gente no pudo ser cumplido
y decidí que era tiempo de partir.
Así es cuando entré al mundo
de los documentales.
Empecé a dirigir documentales
pero ya enfocado en otra realidad.
En la realidad de revalorizar la cultura,
de revalorizar los recursos naturales,
y también ver la equidad social siempre
en este tipo de producciones.
Pero me di cuenta que los documentales
no eran suficiente
para llamar masivamente
la atención de la gente.
Había que capturar la atención
de otra manera y masivamente.
Y fue así que nació una idea loca
--les voy a ser sincero, ¿no?--
nació una idea loca que jamás
me imaginé que iba a funcionar
pero realmente funcionó
y fue que decidimos hacer
unas expediciones espectaculares,
unas expediciones multimedia.
Les estoy hablando de mediados de los '90
cuando recién estábamos utilizando
las agencias de noticias en Somalia
y en la Guerra del Golfo unos pequeños
teléfonos rudimentarios satelitales
que nos permitían transmitir
algunas fotografías que creo
me alcanzaban tres dedos de la mano
para medir los pixeles que tenían.
Eran los albores también
de la fotografía digital.
Por eso es que digo que
me siento como un cromañón.
Pero bueno, en fin, esas expediciones
multimedia fueron esto, simplemente,
asociarnos en aquel momento con Internet,
con las páginas web
que estaban empezando cada vez
a ser más populares.
Asociarnos con televisoras,
con radios y demás,
y generar una campaña alrededor
nuestra propia expedición.
Fue así que de esa manera empezamos
a cubrir día a día
ya no para una agencia de noticias
sino las aventuras y desventuras
que tenía este grupo de locos que decidió
alertar por ejemplo el deterioro
de los monumentos arqueológicos
volando en un globo aerostático
en diferentes lugares;
45 sitios arqueológicos del Perú,
los volamos en globo aerostático.
Por ejemplo ese, estamos volando
sobre Chavín de Huantar.
Y desde esa canastilla transmitíamos,
como loquitos,
allí arriba a la señal satelital.
E inmediatamente de ahí iba
a la página web que estaba amarrada
con los medios de comunicación y se generaba
una expedición en tiempo virtual
donde la gente desde Japón, Lima,
donde sea, se comunicaba con nosotros.
Estuvimos recorriendo durante 45 días
las líneas de fronteras.
Viajamos siguiendo ballenas
desde la Antártida hasta Centro América
para alertar sobre la necesidad
de proteger los mares.
Y la gente empezó a --a través de esta, digamos,
de esta singular experiencia--
a tener atención hacia temas
que de repente no le interesaban.
Hay mucha gente a la que no le interesan
nada los monumentos arqueológicos.
A muchos otros tampoco le interesa
mucho esa especie, ese animalito y demás.
Pero a través de la espectacularidad
de esas expediciones
y demás empezamos a generar
interés de la gente.
Fue así en aquellos años y sobre todo
en esa última expedición,
"Bosques de la frontera",
cuando me di cuenta nuevamente
--así como en los años de la guerra--
del poder increíble que tenían
las imágenes para poder captar la atención
de la gente y los testimonios
sobre todo desgarradores.
Fue así que nos encontramos en nuestro camino,
en nuestra expedición,
esa que llamamos "Bosques de la frontera",
con un caso terrible
que era la extinción, el holocausto,
que estaba viviendo una etnia.
Escuchemos este testimonio.
(Inicio Video)
...del lago Rimachi. Detrás mío se encuentra
el entierro de un hombre joven
que ha muerto de hepatitis B.
Todas las personas que lo rodean
también han contraído el mal.
Se encuentra un 70 % infectados
con la hepatitis más o menos.
¿Están abastecidos de medicamentos
aquí en su posta?
Actualmente estamos desabastecidos,
lo que son los trazadores
con que debe contar el puesto
con los medicamentos más importantes;
estamos desabastecidos.
Así los niños, así están sufriendo
y así mueren con esta enfermedad.
Entonces, formándose cirrosis,
ya no tienen solución
Así que lamentando...
por la vida, de cómo defenderla.
(Fin Video)
Nuevamente los invisibles.
Y era increíble, ¿no?
Como entrando casi al 2000, ¿no?,
pudieran suceder estas cosas.
Bueno, nuevamente,
en la ciudad no sabían nada.
Tardamos mucho en alertar sobre este tema.
Pero, finalmente, gracias al poder
de testimonios como estos logramos
llamar la atención de la comunidad
internacional y no solo vacunamos
a toda esa etnia sino
a toda la cuenca completa.
Cinco etnias más fueron vacunadas.
Salvándose de su extinción.
Nuevamente, el poder de la imagen,
de los testimonios y de los mensajes
bien dirigidos podían romper
esos corazones de piedra que a veces
nos dominan, justamente, por esa cultura
caótica que presenté al principio.
Y fue en ese momento que a una fundación
muy conocida aquí en Costa Rica,
la Fundación Avina, le llamó
la atención esta fórmula.
Y me mandó a Panamá.
Porque allí en Panamá estaba sucediendo
que el público panameño no sabía
que una isla que había sido un penal durante
mucho, mucho tiempo, estaba dejando
de serlo y que ahí querían entrar
los grandes hoteles, los campos de golf, etc.
y esta isla era, bueno, un lugar que albergaba
una de las biodiversidades marinas
más grandes del planeta; 85 % de la isla
cubierta por bosques tropicales.
Pero iba a ser convertida
en un desastre, básicamente.
Ahí nos juntamos otros cromañones como yo
e hicimos una campaña muy fuerte
donde intentamos a través
de documentales, artículos, etc.
nuevamente generar un cambio.
Pero no lo lográbamos.
No lográbamos entrar esto.
Y una cosa que me llamó muchísimo la atención
y se los quiero presentar ahora
fue el caso de un bebé delfín
y una madre delfín muriendo
en una arena en las playas de Coiba.
Ahí están viendo las imágenes.
Encontramos allí a esa madre
y ese bebé que ayudó muchísimo a generar
lo que ahora les voy a contar.
Está bueno.
Habían sido cercados
por redes de trasmallo.
Estaban falleciendo en una arena
de las playas esas de Coiba.
La ven al fondo a la isla.
Durante horas hemos tratado de sacar
adelante a estos animales. Y no se podía.
Hemos registrado ese drama y lo filmamos
tal como si fuera una telenovela.
Al mismo tiempo tratando
recuperar la vida de estos lindos
y bellos animales,
tan carismáticos, ¿no?
Finalmente a estos animales los logramos
recuperar, los llevamos mar adentro,
y salieron libres y se convirtieron
en excelentes aliados porque todo
lo que no pudieron hacer los científicos
que entrevistamos, los ambientalistas
que daban su opinión acerca de los beneficios
económicos de conservar la isla,
ante la opinión pública este caso
de telenovela hizo
que la opinión pública panameña
se diera vuelta
y dijera sí, queremos conservar Coiba.
Bueno, después de muchas acciones
donde también entró la acción
luego de organizaciones y demás,
Coiba se convirtió en un sitio
del patrimonio mundial de la UNESCO.
Y estos delfines también sirvieron
para generar santuarios
de mamíferos acuáticos
en ambos mares panameños. Es increíble.
Panamá le debe mucho a esos dos delfines.
(Aplausos)
Esa semillita que nació allá en Panamá
con la Fundación Albatros Media,
así nació Albatros Media...
comprobamos que la cosa funcionaba, bueno,
recibimos ahí por suerte financiamiento.
Nos convertimos en unos bichos raros
porque andamos regalando programas
de televisión a más de 80 canales
de televisión en América latina
en estos momentos, estamos llegando
a millones de personas.
Estamos tratando de tratar
temas que pasan inadvertidos
a veces por algunos medios.
Y, bueno, hasta el día de hoy.
Actualmente estamos produciendo
un programa de televisión
de una hora de duración en miniseries
que tratan de alertar
sobre el cambio climático,
la equidad social.
Pero no los voy a aburrir, mejor los dejo
con lo que mejor sabemos hacer,
con las imágenes que creo que van a hablar
por sí solas y después volvemos.
(Inicio Video)
Primeramente me entra
un gas a mis pulmones
y eso hace que...
cuando respire no pueda
respirar bien
y luego me arden los ojos.
Y cuando está dentro de mi cuerpo
siento que estoy debilitándome.
Ya no tengo energías...
y me siento cansada
y ya no tengo ganas de hacer nada
Mis ojos están medio cerrándose.
Lagrimando.
Sólo me dijeron que tienen este...
plomo en la sangre.
Toda la ecología,
toda la biodiversidad,
toda la Reserva de la Biósfera.
Tenemos que cuidar ambos
pero darle poder a los pueblos indígenas
que hemos... venimos cuidando
hace miles de años.
Yo quiero dejar en paz
todo lo que hay en peligro.
Para mis futuras generaciones.
Para el mundo. (Fin Video)
Qué mensaje poderoso, ¿no?
Bueno, justamente esos mensajes
son, sin decir nada
contra los ambientalistas expertos, etc. etc.
son los que llegan a la gente.
Y en forma contundente.
Son los que despiertan corazones.
Actualmente hemos crecido.
Nos hemos... dobles bichos raros
porque estamos trabajando con tecnología
que tal vez no está muy disponible
en los medios de comunicación actuales
y hemos logrado asociación con alrededor
de media docena de agencias
de Naciones Unidas y otras organizaciones
más que nos ayudan a poder
complementar nuestros presupuestos para así
viajar por toda América latina
y el Caribe, buscando
justamente estas historias.
Voy a mostrarles de qué
manera trabajamos.
(Inicio Video)
[Medio Ambiente]
[Biodiversidad]
[Calidad de Vida]
[Cambio Climático]
[Cultura]
[Realidad Social]
[Programas Televisivos y Radiales]
[Reportajes Documentales]
[Spots Educativos]
[Red de Medios, Radios]
[Más de 60 canales de TV, Internet]
[70 millones de televidentes potenciales]
[Exhibiciones Fotográficas]
[Artículos y reportajes fotográficos]
[Libros infantiles]
[Contribuimos al desarrollo sostenible
de América latina y el Caribe]
[Producimos materiales
educativos de calidad]
[que se distribuyen, sin costo,
en toda la región]
(Fin Video)
Para concluir: existen hoy signos
de cambio en América latina
que nos dicen que sí es posible
enfrentar la indiferencia de la gente
que, en realidad,
es nuestro peor enemigo.
Muchas gracias.
(Aplausos)