Estoy listo.
¿Estás listo? Vale.
¡Sí! Si quieres, claro.
Estaba dando clases en SUNY College
a las afueras de Nueva York.
Y un estudiante siempre faltaba a clase.
Nada nuevo.
Un día vino a la clase de la tarde,
y me dice: "Necesito que firmes esto"
"y así aceptas que abandone la clase".
y dije: " Verás, no has venido nunca,
no voy a firmar el último día.
Estás suspenso".
y él dice: "Firma el papel".
Entonces le dije
"Este no es ni tu grupo
Estoy dando clase".
Mientras hay unos veinte alumnos mirando.
Entonces se me encara aún más.
Llega un punto en que debo levantarme,
y me golpea con su pecho.
Me lanza contra la pared
y él en plan: "¡Firma el maldito papel!"
Entonces hace en la mesa...
y lanza todo lo que había en ella.
y dice:
"¡Tú no eres un profesor de verdad!
¡Eres profesor de arte!"
"¡Que os den!"
"¡Que le den al arte!"
Le fallé.
Fallé con él.
["Bryan Zanisnik's Big Pivot"]
Creo que había alguna fantasía
en ser un artista en Nueva York
De alguna manera, yo vivo en esa fantasía.
Puedo hacer mi trabajo a diario.
Trabajo con gente increíble,
y grandes instituciones.
Pero por otro lado,
creo que la realidad de trabajar
y vivir en Nueva York
no siempre cumple las expectativas.
Depende del artista
la producción del trabajo
y su financiación.
Dejas de lado todo para ser artista
y no te preocupas de tus finanzas.
Realizo proyectos en los que recojo
miles de objetos,
Los coloco, fotografío
los muevo,
creo una instalación.
Me gusta la idea del animismo-
que un objeto inanimado
tenga espíritu
o personalidad.
Creo que me dejé llevar
por el misterio
y la aventura al conseguir estos objetos.
Es fácil en el mundo del arte
aparentar que lo has conseguido,
y en realidad no tienes nada en absoluto.
Osea, puedes tener mucho
apoyo institucional
pero se gana poco dinero de eso.
Recuerdo un show que tuve en
una galería,
e hice una instalación enorme.
Comencé por estas esculturas
eran unas columnas muy altas
con objetos incrustados en ellas.
Si las vendía, solo tenía que
ponerlas de lado,
y enviarlas a quien las quisiera.
Dame el cheque
y toma tu columna.
Al comenzar a hacerlas,
el equipo se reúne conmigo y dicen:
"Hay un problema"
Y yo: "¿Cuál?"
y ellos: "Nos preocupa
que la columna caiga
y mate a alguien".
y yo: "Bueno, ¿alguna solución?"
y ellos: "Debemos clavar
las columnas al suelo"
y yo como: "Luego ¿cómo hacemos
al acabar la exposición?"
y ellos: "Derribarlas"
Fue como,
"Tío, las columnas en venta,
debo destruirlas".
Quise dar un paso atrás
en lo que estaba creando
y buscar una nueva dirección.
Necesitaba un descanso.
Recuerdo decir:
"Me voy a Suecia"
y la gente decirme:
"¡Lo has logrado!"
Suecia, tierra prometida.
Donde no existen
las preocupaciones financieras.
No debes preocuparte
del seguro médico.
Llegarás y podrás tener
como treinta exhibiciones.
El problema es que
no tenía ni idea de sueco.
Así que, al llegar en plan:
"Soy artista, dame tu dinero gratis",
me dijeron:
"Aquí tienes treinta formularios
en sueco.
Buena suerte".
Me vi atraído por este
aspecto en Suecia,
en el que la profesión no estaba tan unida
a la identidad personal.
Así que comencé a unirme a
actividades típicas suecas.
Escalar es algo grande allí,
especialmente buscar setas y hongos
y aprender a clasificarlos.
Recuerdo volver en autobús
desde el Parque Nacional a la ciudad,
y que hubiera unas cuarenta personas
comparando lo que habían encontrado.
En Nueva York,
todo el mundo va al grano.
Sales,
conoces gente,
y sueltan: ¿Y qué haces?
Y las preguntas salen solas:
"¿Cómo de famoso eres?
"¿Debería interesarme por ti?"
Pero en Suecia sales,
y la gente pregunta:
"¿ Cuál es tu pastel favorito?"
Eso para mí es algo natural.
Pero en nuestra cultura,
si no estás en Instragram cada semana
mostrando qué haces
dónde vas, tu trabajo
en el estudio-
para la gente en Nueva York
es como "Oh, ya no hace arte"
Pero creo que para controlar esto
debemos mirar nuestro interior.
¿Complicamos nuestras vidas
más de la cuenta?
Creo que cabe preguntarse:
Si algo es demasiado fácil
o demasiado divertido
¿es un trabajo satisfactorio?
He comenzado un nuevo proyecto.
Estoy usando un proceso pictórico.
Pienso mucho en el placer
en mi trabajo
y en lo que me hace feliz.
Hay una quietud.
Me siento en un lugar
y repito la acción con mi mano.
Creo que por mucho que lo describa
como inmovilidad física,
también hay quizás
una quietud mental en ello.
Este nuevo proyecto,
quizás no guste
a algunos.
Quizás digan,
"Oh, Bryan ya no es un cúmulo de nervios.
Ya no se tortura.
Ya no transporta cinco mil baldosas
de metro por el país.
Quizás es que,
con la edad,
hay más confianza en crear algo
que realmente se disfruta haciendo
y no hay tanta preocupación
en la recepción de los demás.
Creo que he llegado a un punto,
en el que si no tengo oportunidad,
aún seguiré haciendo arte,
y me convertiré
en el loco del bosque
que grita a la gente
que salgan de mi propiedad.
Y dirán
"Oh, es un artista.
Una vez salió en Art21,
ahora es un ermitaño,
en esa cabaña de ahí.
Volvería a esta experiencia,
una y otra vez,
en la que conozco a alguien
y me dice:
"Se acerca el Midsummer",
una fiesta de Suecia.
y yo:
"Ah,me suena".
Me dicen:
"Una fiestaza.
La gente va al bosque,
se desnuda y corre
y beben y bailan.
La gente se disfraza de elefantes
y bailan.
y yo como: "Wow"
y la persona dice:
"Tengo una fiesta así este finde".
Y yo:
"Oh, no tengo nada que hacer".
y dice: "Bueno, debes buscar una
a la que te inviten"
y añade:
"¡Ten un buen día!"