Los seres humanos tienen el equivalente
biológico de un coche deportivo
entre sus orejas.
Y es maravilloso que tengamos
este dispositivo.
Nuestra capacidad para razonar y resolver
problemas; planificar, predecir, evaluar,
abstraer o crear es la envidia
del resto de la creación viviente.
Pero Uds. no saltarían dentro de
un rápido coche deportivo
y pisarían el acelerador si alguien
no les hubiera dicho
dónde están los frenos y cómo utilizarlos.
Y esta mente nuestra, a veces,
nos lleva en la dirección equivocada.
Y cuando hace eso,
debemos saber cómo ralentizarla
y poner esos frenos.
Y en dónde se encuentran no es algo obvio.
Nuestra tentación es frenar
apretando el acelerador
y virar hacia delante y atrás
muy rápido.
Pero resulta que los frenos están
en un área totalmente diferente.
Estoy dando esta charla en un TEDx
patrocinado por la Academia Davidson,
que es uno de los tesoros de EE. UU.,
una escuela para los dotados y talentosos,
donde son educados los jóvenes
que tienen un C.I. del 99,9 o superior.
Así que sé que estoy mirando a personas
que durante los próximos años,
marcarán una profunda diferencia en
la sociedad humana, muy probablemente.
Pero también soy un psicólogo clínico.
Y sé que estoy mirando a personas
que van a sufrir.
Sé que estoy mirando a personas
que van a tener pensamientos
muy parecidos a
"No mereces ser amado", o
"La vida no vale la pena".
Como, "Algo malo pasa contigo".
"En el fondo, eres malo" o
"Eres malvado" o "Deberías avergonzarte".
O "Necesitas encontrar una forma de
escapar de ese doloroso rechazo",
o traición o esa cosa traumática
que te pasó.
Y cuando eso pasa, no me importa
lo inteligentes que sean,
van a necesitar saber cómo poner
los frenos mentales.
Lo que quiero compartir con Uds.
es la sorprendente ciencia
de dónde están esos frenos.
Durante los últimos 30 años,
mis colegas y yo
hemos estudiado el lenguaje y
la cognición a través del filtro,
a través de la lente, de la
Teoría de los Marcos Relacionales, o RFT;
una perspectiva que desarrollé
hace décadas,
y su extensión aplicada en la
Terapia de Aceptación y Compromiso, o ACT,
todo un conjunto de métodos que usamos
en muchas, muchas áreas diferentes
del sufrimiento humano.
Quiero explicarles qué es
el lenguaje y la cognición,
por qué lo que hacemos
ahora mismo es diferente
de lo que está haciendo el pájaro de
fuera de la ventana.
Porque cuando lo vean, sabrán un poco
sobre cómo realmente pisar
el acelerador aún más.
Ese no es el propósito de mi charla.
También sabrán por qué no confiar
en esa parte de su mente
solo cuando necesiten frenar,
cuando les esté llevando
por la dirección equivocada.
Podría resumir 30 años de trabajo
en una cancioncita,
es un poco humillante poder hacerlo,
pero se puede,
y es:
"Apréndelo en una vez, derívalo en dos;
ponlo en redes relacionales
que cambian lo que haces".
Eso son 30 años de trabajo.
(Risas)
Quiero explicarles lo que significa
y por qué somos diferentes al
pájaro de fuera de la ventana.
Tomemos las dos primeras líneas;
"Apréndelo en una vez, derívalo en dos".
Tomen la cosa más simple:
el nombre de un objeto.
Niños muy pequeños, bebes,
aprenden que si algo tiene nombre,
si llamara a esto bu-bu, por ejemplo, y
luego dijera, "¿Dónde está el bu-bu?",
el niño, muy pronto,
intentaría encontrar esto.
Somos las únicas criaturas que lo hacen.
Los chimpancés entrenados en el lenguaje
no lo hacen.
No bajo investigación controlada.
Y por cierto, no me manden emails
sobre lo listo que es su perro o gato.
(Risas)
Sé que los tienen, yo también tengo uno.
Y no lo hacen.
Pero nosotros lo hacemos.
Si resulta que saben, por ejemplo, que
una cosa redonda y roja se llama manzana,
si se lo dijera a un bebé
que ha estado expuesto lo suficiente
a una comunidad verbal normal
y que se está desarrollando normalmente,
sobre los 12 meses,
"¿Dónde está la manzana?",
el bebé la buscará.
Y entonces pueden ponerlo
en las redes relacionales
que realmente cambian lo que hacemos.
Si Uds. supiesen que el nombre de
la manzana también es "jabuka",
y entonces pidiera que imaginen
cuando tienen mucha sed,
van a la nevera y sacan una botella
de zumo fresco de jabuka
y lo sirven en un vaso, y luego
se imaginan alzando
ese zumo de jabuka y oliendo
a lo que huele el zumo de jabuka,
y luego toman un par de largos,
dulces tragos de zumo de jabuka.
¿Pueden imaginarlo?
Si tuvieran algodón en la boca y
lo escupieran, muchos
tendrían el algodón más pesado, porque
salivan por el zumo de jabuka.
A no ser que hayan vivido en Croacia,
donde las manzanas se llaman jabukas,
nunca lo habrían oído antes, hasta que
este tipo viejo y calvo se los dijo.
Así de rápido pasa.
Y es maravilloso ya que empezamos
entonces a aprender otras relaciones
aparte de nombres,
como "antes" y "después",
"causa" y "efecto",
"mayor" y "menor".
Y los niños pequeños rompen libremente
las propiedades formales de las cosas.
Un niño pequeño cree que 5 céntimos
son más que 10,
pero un niño de 4, 5 y 6 años sabe
que 10 céntimos son más que 5.
Pero un minuto.
Si 10 céntimos pueden ser
más que 5,
entonces no importa cuán exitosos sean,
tal vez no sea suficientemente grande.
Deberían haber sido mucho más.
Esta misma herramienta de resolución de
problemas puede volverse en nuestra contra
y lo hace.
¿Y qué harán cuando pase?
Déjenme enseñarles
algunos problemas
de confiar solamente en la resolución de
problemas para poner los frenos.
Tomen un ejemplo como éste:
No quiero que piensen en donuts
rellenas de crema.
Así que cuando ese pensamiento les venga
a la mente o miren esto,
no lo piensen;
no lo hagan, es malo.
Es importante que no lo piensen.
Les sugiero pensar en
sombreros en su lugar.
Así que cuando piensen en donuts,
piensen en sombreros.
Sombreros; recuerden, sombreros.
Piensen en donuts,
piensen en sombreros.
Sombreros, sombreros.
¿Lo pillan? ¿Lo han pillado?
Ahora, es cierto en el momento
en que piensen en sombreros.
parece que esto funciona.
De aquí viene el trastorno
obsesivo-compulsivo
y lo rechazamos,
lo rechazamos, lo rechazamos.
Pero puedo enseñarles que eso no es real.
Esa sensación de tenerlo bajo control,
esta mente resolutoria de problemas
ha eliminado ese donut malo,
les mostraré que no es cierto.
¿Qué les viene a la cabeza si digo esto?
Negro... blanco, ¿verdad?
Caliente... frío, ¿verdad?
Sombreros...
(Risas)
Donuts.
(Risas)
Así de rápido pasa.
Apréndalo en una vez, derívelo en dos,
póngalo en redes relacionales.
La red es ahora más grande,
y porque digan "no es", no
significa que no tengan relación.
Oposición es una relación,
differente es una relación.
Así, las redes se han hecho más grandes.
Y ahora los sombreros les
recordarán a Donuts.
Lo he puesto en sus cabezas.
(Risas)
Otras personas ponen cosas
en sus cabezas.
No sería tan malo si todo lo
pusieran Uds., pero no.
La televisión, o su hermano, o un
padre cuando está muy enfadado
y les critica, o solo cosas que
les ocurren;
las cosas van a su cabeza.
Una vez dentro, es un problema.
Supongan que les dijera,
--esto es para ver lo rápido que pasa--
que tengo 3 números que
quiero que recuerden.
Y que la gente de TED Talk junto con
la Academia Davidson,
puede que los mismos davidsons,
me hayan dado dinero para que
cuando les pregunte
cuáles eran los números que les di
la semana pasada,
si los recuerdan,
les dé 10 000 dólares,
así que es muy importante.
Aquí están los números:
Uno, dos, tres.
Ahora no los olviden.
10 de los grandes están en juego.
Si dentro de una semana les pregunto:
"¿Cuáles son los números?",
Uds. dirán...
Uno, dos, tres; bien, no lo olviden;
es muy importante.
He mentido; no hay dinero.
(Risas)
¿Pero dudan de que si dentro de
una semana aparezco y digo,
"¿Cuáles son los números?"
¿Cuántas personas creen que
no los sabrán?
¿Y dentro de un mes?
¿Hay gente lo bastante rara como
para que dentro de un mes
haya cogido esa materia gris,
y esa blanca,
y tenga uno, dos, tres en la cabeza?
¿De verdad?
¿Y dentro de un año?
Hay gente aquí que los recordará...
¿Y qué tal en su lecho de muerte?
"¿Cuáles son los números?".
(Risas)
¿Por qué?
Solo porque los dije, es suficiente.
Porque así funciona
el sistema nervioso humano.
Es como tener una calculadora donde
no hay botón de resta,
y no hay botón para borrar,
solo sumas e iguales y multiplicadores.
Una vez que entra, se queda.
Lo digo como psicólogo
no hay ningún proceso en psicología
llamado "desaprender".
Existe la extinción,
pero eso es inhibición.
No es desaprender.
Pueden aprenderlo más rápido
la próxima vez,
incluso si lo han olvidado, significa
que debe estar en alguna parte.
Uno, dos, tres estará en su cabeza
por el resto de su vida.
(Risas)
Supongan que fuera algo
muy doloroso.
Supongan que es su novia diciendo
"No te quiero".
Supongan que han sido
profundamente traicionados.
No hay otro lugar adonde se pueda ir.
Y cuando eso se nos acerca,
cuando esa voz les dice
que no merecen vivir;
que nadie los quiere y que
la vida no merece la pena,
cuando eso ocurre, van a tener
que poner los frenos.
Y esta cancioncilla nos orienta
hacia dónde pueden estar.
No es la parte de "apréndelo en una vez,
derívalo en dos, redes relacionales".
Construyen redes relacionales justo
cuando discuten consigo mismos.
Cierto, si no tienen la información,
vale, consíganla.
Si necesitan pensar de manera
más flexible, bien.
Pero muchas de las cosas
que nos cuestan,
pensamos que vamos a conseguir
un borrador,
o un botón de borrado,
y eso no existe.
La última línea nos dice qué
podemos hacer:
cambiar lo que hacemos.
Existen maneras de cambiar cómo
funcionan sus pensamientos,
cómo funcionan cuando aparecen.
¿Cuáles son los números?
(Risas)
Hemos montado este tigre del
lenguaje y cognición
desde el homo sapiens,
y probablemente,
basándose en el tamaño del cerebro,
algunos de los primeros homínidos.
Probablemente 400 000 años de edad.
Sabemos que no más de
2,8 millones de años
porque los chimpancés no hacen esto.
Pero nosotros sí.
Pero hemos montado este tigre
y tratado de entenderlo.
Y, realmente, si quieren
escoger un lugar donde
puede que hallemos alguna idea
de qué hacer,
no será la parte resolutoria de
problemas de nuestra cultura;
está en las tradiciones sabias.
En nuestras tradiciones
espirituales y religiosas.
Eso nos ayudará a orientarnos
hacia el proceso que es.
¿Cómo cambiar lo que hacemos?
Una vez que lo ven,
verán que hay otros caminos
fuera de esas tradiciones.
Hemos llegado a esto en el trabajo sobre
RFT y ACT, y los hemos analizado.
Todo lo que voy a contarles
ha sido comprobado en
múltiples estudios científicos,
literalmente cientos de estudios sobre RFT
y cerca de mil sobre ACT.
Así que cojamos este primero
que viene directamente de tradiciones
espirituales y religiosas,
que es la consciencia plena
sobre los pensamientos,
porque nos ayudará a ver el principio.
Si cualquiera de los que hay aquí medita,
sabrá que su trabajo es
observar sus pensamientos
desplegarse desde una posición
de observación desapasionada.
No tienen que poner un gran envoltorio
religioso para hacerlo.
Cualquiera puede hacerlo.
Podrían hacerlo simplemente
viendo pasar las nubes,
y con cada pensamiento que aparece,
poner otro en la nube.
No lo aparten; la nube va
a su propio ritmo.
No se aferren a él;
no controlan las nubes.
Solo pónganlo allí y déjenlo ir,
y si vuelve, pongan otro.
O tomen cualquier cosa, como coches
que circulan por la autopista
u hojas flotando; practiquen y
tendrán esta sensación.
¿Y cuál es esa sensación?
Ahí es donde se encuentra el freno.
Esto es lo que es esa sensación:
observar el funcionamiento de tu mente
con una sensación de distancia
y curiosidad desapasionada.
No es sumergirse en los pensamientos
y observar cómo estructuran el mundo,
sino observar el proceso de pensar
al vuelo,
y eso es lo que hacen mediante la
contemplación y la meditación.
Eso es lo que pone los frenos.
Es como ver una araña tejiendo su tela,
una pequeña telaraña cognitiva
Miren eso.
¿No es interesante?
Eso pone los frenos.
Y si eso es lo que ocurre aquí, sí,
por supuesto la práctica contemplativa,
Se lo aconsejo a todo el mundo,
es algo bueno que hacer.
Pero voy a decirles algunas cosas
que parecen tontas, raras,
pero que he visto en investigaciones
científicas que son de ayuda.
Mi primer consejo;
denle un nombre a su mente.
Si tiene un nombre,
es algo diferente a Uds.,
pueden escucharla con una sensación
de distancia y verla parlotear
y tomar algunas decisiones;
¿van a dejar que los guíe o no?
A veces tiene buenos consejos,
otras malos.
No tienen que discutir con ella
o hacer que deje de hablarles.
No tienen que cambiar de opinión.
Solo digan, "Vale, gracias, George;
¿algo más que decir?
Oh, de acuerdo. Gracias".
Llamo a mi mente "George".
Si no les gusta "George",
elijan su propio nombre.
Si no tienen uno en mente,
tomen Sr. Mente o Sra. Mente
y consigan distanciarse cuando
tengan un pensamiento doloroso,
dense cuenta de que es su mente
hablando con Uds.
Puede que algunas de esas cosas
las hayan oído.
¿Cuáles son los números?
No es algo con lo que se tengan
que hacer algo respecto.
Si algún pensamiento viene a Uds. y
necesitan dejarlo ahí,
no hacer que desaparezca,
pero solo verlo como es, en vez de
ver el mundo a través de él.
Lo mismo con un pensamiento.
Si tiene un pensamiento,
un pensamiento malo,
como "Soy malo, muy malo", y
se sienten mal consigo mismos,
les aconsejo cantar ese pensamiento.
A falta de otra recomendación,
¿por qué no "Cumpleaños feliz"?
(Cantando "Cumpleaños feliz")
"Soy muy, muy, muy malo.
Soy muy, muy, muy malo.
Soy muy, muy, muy, muy, muy
muy, muy, muy malo".
(Termina de cantar)
(Risas)
Gracias, George.
(Risas)
Esto no es para ridiculizar su mente.
No estoy haciendo eso.
Es solo para recordarles que
es solo una voz hablando.
Y lo que quiera que hagan con ella,
básenlo en su corazón, sus valores
y lo que se ajusta a la situación,
no solo en el piloto automático,
el tira y afloja,
el click-click de aprenderlo en una
dirección, derivarlo en dos,
y ponerlo en las redes relacionales.
No pueden confiar que el modo resolución
de problemas les de la respuesta correcta.
Esta es una, y voy a pedir un poco
de participación del público.
Tienen que ayudarme aquí o voy
a parecer muy estúpido.
Esto fue inventado por Titchener,
uno de los padres de la psicología
americana hace más de 100 años,
en realidad, exactamente 100 años.
Él tenía esta teoría
de lenguaje y cognición
que se orientaba hacia esta idea de que
si sacabas el lenguaje de su contexto
perdía su significado.
Y el modo en que lo hizo, en charlas
y demostraciones públicas,
era haciendo repetir a la gente una
palabra en voz alta muy rápido.
Lo hemos investigado.
Siente que disminuye el estrés
disminuye la credibilidad a los
30 segundos.
Así que lo voy a hacer solo en 20,
para que pillen el sentido
y no quiero volver loca a la
gente de YouTube.
Lo que les pido es tomar una palabra.
Elijamos leche.
¿Por qué? Porque muchos de nosotros
sabemos cómo es.
Y tomen un minuto para pensar
en cómo es la leche;
cómo sabe, cómo huele,
cómo se ve.
Leche fría, leche blanca,
las funciones perceptivas.
Y luego lo que les voy a pedir
que hagan conmigo,
lo haré con Uds., así seré
tan tonto como Uds.,
es que digan la palabra "leche" muy alto
y rápido, durante 20 segundos.
Y luego miren lo que le pasa
a ese glu-glú blanco, frío y cremoso.
¿Están preparados para parecer completos
idiotas por solo 20 segundos?
Ayúdenme en esto.
¿Preparados? Muy bien.
Preparados, listos, ya.
Fuerte.
(Repiten "leche" durante 20 segundos.)
Un poco más alto.
Un poco más rápido.
Vale; los 20 segundos más largos
de toda la charla.
(Risas)
¿Qué ha ocurrido con
el glu-glú blanco, frío y cremoso?
Empezó a desaparecer,
empezó a desaparecer.
Y otras cosas aparecieron,
como qué difícil es decir esa palabra
una y otra vez.
Su boca se empezó a cansar.
Y el sonido extraño,
¿no es un sonido extraño?
Pero miren, algunos de estos pensamientos
complicados son programados,
como, ¿cuáles son los números?
Uno, dos, tres.
Llegado a un punto no son
más que sonidos.
¿Van a basar su
vida en eso?
¿De verdad?
No es seguro.
Pongan los frenos.
Si se sienten mal,
hagan 30 segundos.
Al parecer 30 funcionan bien
y rápido sobre lo malo.
Di una charla en Stanford;
era un grupo grande y prestigioso.
Estuve hablando de la cantidad
de dinero que gastamos
en medicamentos para dormir
y cómo ha ido aumentando,
la diapositiva decía "tres", y yo
debería haber dicho "Tres billones",
y en su lugar dije, "Ha aumentado
hasta tres trillones de dólares".
(Risas)
Después volví al hotel y
me fui a dormir.
Y a las tres de la mañana,
me levanté derecho y dije
"¡Tres trillones de dólares, estúpido!
(Risas)
Eso no está bien".
Me levanté de la cama, me puse
a caminar de un lado a otro.
"Probablemente lo han grabado;
la hice en Stanford".
(Risas)
Dije, "Eres estúpido;
¿cómo puedes ser tan estúpido?".
Y eso me recordó lo de la
repetición de palabras.
Si solo dijeras una y otra vez,
"¿Cómo puedes ser tan estúpido?"
hay suficientes espacios ahí,
para mantener el significado.
En vez de eso me senté en la cama
y dije muy rápido y en alto, a nadie,
"Estúpido, estúpido, estúpido,
estúpido, estúpido, estúpido,
estúpido, estúpido, estúpido, estúpido."
Y luego me fui a dormir.
(Risas)
Lo recomiendo; es un descanso.
Oh, vaya; este es uno que parece
muy, muy ridículo,
pero que hace una diferencia dramática.
Si tienen un pensamiento difícil,
díganlo con diferentes voces,
a lo mejor con la de su político
menos preferido.
No intentaré adivinar quién puede ser.
(Risas)
O si no les gusta eso, ¿qué tal
un personaje de dibujos animados?
Si tomamos ese pensamiento como,
"Soy malo, soy muy, muy malo",
les garantizo que les parecerá muy
diferente si dicen,
(Con voz del Pato Donald)
"Soy malo. Soy muy malo".
(Risas)
Tengan cuidado; no digo que
ridiculicen tu mente.
De verdad, no es eso.
Al final les explicaré una manera
de asegurarse de ello.
Se trata de crear una pequeña separación,
dejar correr el aire en la sala.
Frenarlo,
para poder tomar decisiones.
Si ya han hecho su trabajo y
están muy cansados
están enfermos y cansados de cierta
autocrítica o autoevaluación
y están preparados para dejarlo ir,
no hagan esto hasta que hayan
hecho el trabajo,
porque el paso final es algo parecido
a una declaración pública
como forma de coger ese secreto profundo
y oscuro y compartirlo con otros,
porque la gracia de todo es que
nuestros secretos son los mismos.
Escríbanlo y péguenlo en su pecho
en una nota adhesiva,
o si lo prefieren, mándenlo imprimir
en una camiseta.
Y observen lo que pasa.
Llévenla en público.
Les aseguro que esa cosa va
a liberar toda la energía,
prácticamente al minuto.
Robyn Walser, persona ACT en Palo Alto,
pensó en esto trabajando con veteranos
que tienen que enfrentarse a
pensamientos realmente difíciles.
Les pedimos a los soldados
hacer una cosa así de dura.
Y tenían cosas como "asesinato"
en su pecho.
Y por Dios, saben, no voy a
ir por todas partes
y tener eso dirigiendo mi vida
nunca más, aquí.
Lo llevaban como si fueran
medallas de boy scout, ¿sí?
La primera vez que lo hice, cuando
escuché que Robyn hacía esto,
estaba dando un taller en un campamento
de una iglesia en el Lago Tahoe
y escribí la palabra "malo".
Y tuve ese recuerdo de ser pillado.
cuando tenía seis años con una lupa
en El Cajón, California,
averiguando lo rápido que pueden ir las
tarántulas si calientas su parte trasera.
(Risas)
Y la mirada de mi madre
ese día, como...
(Hace una mueca)
Soy muy malo.
Saben, esa es la típica cosa rara que
hacen los niños pequeños.
Y sí, no debería hacerles eso
a las arañas, lo he entendido.
Pero aquí estoy,
en mis 60 o 50 por entonces,
paseando con un "Soy malo"
durante el resto de mi vida.
¿De verdad?
Así que me lo pegué al pecho.
Pero era tan duro.
Cuando nos tomamos un descanso y fui
por café a la cocina del campamento,
me fui así para que nadie lo viera.
(Risas)
Y ahora se ha ido por completo;
lo entiendo, sé que tengo una historia.
Vale.
Pero no soy malo.
No voy a esconderme de "malo"
por el resto de mi vida.
Una manera más fácil de hacerlo,
una versión más pequeña,
es ponerlo en tu salvapantallas,
de los que hacen aparecer palabras.
Tomen pensamientos difíciles,
pónganlos en el salvapantallas,
dense la oportunidad de ver con
regularidad esos pensamientos y observen:
¿de verdad eso tiene que dirigir su vida?
Mis alumnos, estoy seguro de que
fueron ellos, se colaron en mi despacho.
Y estoy seguro de que fueron ellos
porque estaba en una reunión.
Miro mi ordenador.
Y pone, "En el fondo,
hay algo que no va bien contigo".
(Risas)
Algún día descubriré quién lo hizo,
no piensen que no lo haré.
Alguien se coló.
Dije que intentaría sacar el vínculo
emocional por esto,
y quiero terminar con un último ejemplo
de los cientos que hemos desarrollado.
Los tienen disponibles en libros de
auto-ayuda y otros trabajos de ACT
Si tienen algo que se parezca a esto,
eso tiene una historia que se
remonta tiempo atrás,
imagínense a Uds. mismos
lo más jóvenes que puedan
teniendo ese pensamiento
o alguno parecido.
Tómense un tiempo para imaginar
cómo eran a esa edad:
cómo tenían el pelo,
cómo vestían.
Y luego, imaginen que esas palabras
salen de la voz de ese niño,
saliendo de ese niño
con la voz de un niño.
Y les aseguro, sentirán
una puñalada en el corazón.
Escuchar algunas cosas que nos
decimos a nosotros mismos,
cuando las escuchas salir
de la boca de un niño.
Y sacará de Ud. la autocompasión
y amabilidad
que tiene como objetivo
este tipo de métodos.
No se trata de hacer el ridículo.
Se trata de aprender a manejar
el tigre del lenguaje
y montarlo, sin dejar que los lleve
directo al borde del precipicio.
Les estoy dando solo algunas ideas
de la sorprendente ciencia sobre
dónde están los frenos mentales.
No están en solo encontrarlos,
y evaluarlos
y hacer que su pensamiento cambie.
Se hallan tomando una postura
amable y compasiva con uno mismo,
y mirar esa pequeña araña mental
haciendo su trabajo
con una actitud
de curiosidad desapasionada.
Dejen que su mente haga lo que
esté haciendo,
pero averigüen cuándo les lleva
por la dirección equivocada,
cómo poner los frenos mentales.
Necesitan esa capacidad;
todos lo hacemos.
Y los frenos mentales evitan
daños mentales.
Espero que les haya sido de ayuda.
Gracias.
(Aplausos)