Muchos de nosotros vemos
al sol como nuestro amigo.
Ayuda al crecimiento de las plantas,
nos entrega calor
y a quién no le gusta recostarse
en la playa un día de sol.
Pero a pesar de sus ventajas,
el sol en exceso puede ser dañino.
Por eso inventamos el protector solar.
El protector funciona
como escudo para el cuerpo
contra los rayos ultravioleta,
que producen efectos dañinos
como las quemaduras,
el envejecimiento
y el aumento del riesgo de cáncer.
Estos rayos se clasifican
por la longitud de sus ondas,
en tipos como el UVA
y el UVB,
que producen múltiples efectos en la piel
debido a la absorción de patrones de cromóforos,
que son componentes de las moléculas
responsables por su color.
Los principales cromóforos son la hemoglobina,
que se encuentra en nuestros glóbulos rojos,
y la melanina, que le entrega el pigmento a la piel.
Sabemos que los rayos UVB causan las quemaduras.
El rol de los rayos UVA es menos conocido
y pareciera tener un efecto
en nuestra respuesta al bronceado,
la carcinogénesis,
y el envejecimiento.
Entonces, ¿cómo nos cuida
el protector de estos rayos?
Existen dos tipos básicos de protector:
los bloqueadores físicos y los químicos.
Los físicos, como el óxido de zinc
o el dióxido de titanio
reflejan los rayos del sol
actuando como una barrera física.
Si haz visto a los salvavidas
con la nariz blanca
entonces ya sabes cómo son.
Los mismos ingredientes
son componentes primarios
de las cremas para coceduras de bebé
en donde el objetivo
es crear una barrera física.
Históricamente, han sido
difíciles de aplicar
y eran muy visibles en la piel,
pero para las nuevas fórmulas,
esto ya no es un problema.
Por otra parte, los bloqueadores químicos
absorben los rayos del sol.
Se deterioran más rápido
que los protectores físicos,
porque su capacidad para
absorber los rayos disminuye.
Por lo general, estos
son más transparentes
cuando se aplican en la piel.
Sin embargo, algunas personas
desarrollaron reacciones alérgicas
a algunos de estos químicos.
Independiente del tipo
de protector solar,
todos están sujetos a pruebas
para determinar su factor
de protección solar
o FPS.
Esto es en esencia
una medida de protección
de que el protector funciona
contra los rayos UVB
antes de que comiences a quemarte.
Pero incluso si no te quemas,
aún necesitarás usar protector
porque, a menos que
vivas en una cueva
no eres inmune a los
efectos del sol.
Es cierto que las personas
de tez morena
y aquellos que se
broncean con facilidad
poseen más protección
contra las quemaduras,
pero aún así son vulnerables
a los efectos del UVA.
Los niños menores de 6 meses,
por otra parte,
no deben exponerse al sol
ya que sus mecanismos de protección
no funcionan en su totalidad,
y su piel es más propensa a absorber
cualquier protector que se les aplique.
Usar protector solar ayuda
a combatir el desarrollo
de 3 tipos de cáncer de piel:
carcinoma de células basales,
carcinoma espino celular,
y melanoma.
Diariamente, el ADN de tus células
produce mutaciones y errores
que generalmente son manejados
por mecanismos en el interior
de las células,
pero los rayos UV del sol
producen mutaciones
que las células no podrían derrotar,
generando un crecimiento exagerado
y un posible cáncer de piel.
Lo más aterrador de todo esto
es que normalmente no puedes
ver que esto está ocurriendo
hasta que ya es muy tarde.
Si aún estos riesgos
concretos para tu salud
no son suficientes para
convencerte de usar protector,
también hay razones antiestéticas.
Junto con el cigarrillo,
las quemaduras solares son la mayor
causa de envejecimiento prematuro.
El envejecimiento solar
por exposición solar crónica
lleva a la pérdida
de elasticidad en la piel;
en otra palabras, la hace ver flácida.
Observa a este conductor
su lado izquierdo siempre está
expuesto repetitivamente al sol
y vé la diferencia.
Este es un punto importante.
Las ventanas de los automóviles
bloquean los rayos UVB, los que queman,
pero no los UVA,
los que hacen envejecer.
Se recomienda el uso diario
de protector solar,
pero debes poner especial atención
antes de una exposición prolongada al sol
o cuando estés en la playa
o en la nieve
ya que el efecto del agua y el hielo
amplifica los rayos del sol.
En estos casos, se debe
aplicar cerca de 28 gr
15 ó 30 minutos antes de salir
y luego otra vez cuando hayas salido.
Luego de eso, debes volver
a aplicarlo cada 2 ó 3 horas,
especialmente luego de nadar o sudar.
Sino, debes usar ropa protectora
con factor de protección
ultravioleta o FPU.
Prefiere los lugares con sombra,
como debajo de árboles o sombrillas,
y evita el sol en las horas más intensas
como desde las 10 hs hasta las 16 hs.
Y, ¿cuál es el mejor tipo de protector?
Todos tienen sus preferencias,
pero busca las siguientes cosas:
el rango de protección,
FPS de al menos 30
y a prueba de agua.
Una crema hidrante ligera con FPS 30
es aconsejable para uso diario.
Pon atención si decides
usar un protector en espray.
Se necesitan varias capas para
cubrir efectivamente la piel,
como la diferencia entre
pintar una pared con espray
versus con un pincel.
Así que, disfruta del sol,
pero hazlo con protector solar.