Pasa que estás leyendo un artículo en Internet cuando te llega un mensaje instantáneo con un enlace a una fotito graciosa, lo que por supuesto tenés que compartir. Y ahora, estás leyendo tu Muro de Facebook, lo que te lleva a un video de un oso panda atacando a un niño. Y ahora estás leyendo Wikipedia para aprender todo lo que puedas sobre el comportamiento violento del oso panda. Y así pasan 3 minutos en Internet. Vivimos así todo el tiempo, y esto debe tener algún tipo de efecto sobre nosotros. La red nos vuelve en pensadores más superficiales. Él es Nicholas Carr. Es el autor de The Shallows: What the Internet is Doing to our Brains. Para entender mejor todo esto, necesitamos volver en el tiempo a, digamos, la época prehistórica. Vos querías saber todo lo que pasaba en tu alrededor porque lo más que supieras en cuanto a tu ambiento, menos era el chance de que te atacara un predador. E incluso hay evidencia de que nuestros cerebros emiten dopamina - una química neurotransmisora que induce el placer para recompensarnos por buscar y encontrar nueva información. Entonces, distraerse hacía sentir bien y nos mantenía vivos. Pero el problema es que hoy en día, los predadores no son gran problema, pero seguimos teniendo los mismos cerebros. Y también hay Internet, es decir... Es un ambiente increíblemente rico en información, lo que la red crea para nosotros. Y por eso la usamos tanto. Digo sonidos, fotos, palabras, textos. Y lo que tiende a hacer es promover un comportamiento compulsivo en que estamos controlando constantemente el celular, mirando constantemente la casilla de mail. Estamos viviendo en un estado perpetuo de distracción e interrupción. Y eso es peligroso porque... Este modo de pensar desplaza otras formas de pensamiento contemplativo más calmas. Y es que con el pensamiento enfocado y calma es cómo aprendemos. Es un proceso que se llama consolidación de memoria. Y eso permite la transferencia de información de nuestra memoria a corto plazo a la de largo plazo. Y es a través de esta transferencia de información de la memoria activa a la de largo plazo que creás conecciones entre esa información y todo lo demás que ya sabés. Entonces tenés esta información asombrosa e importante en tu memoria a corto plazo, pero de repente escuchás el ding, y puf, se te fue. El mail la remplazó y nunca llegás a aprender nada, todo gracias a una distracción. Entonces la atención es el clave. Y si perdemos control de la atención, o estamos dividiendo esa atención constantemente, entonces no gozamos nunca de ese proceso de consolidación. Pero ya te puedo escuchar, hay alguien ahí diciendo, "Éste... qué importa el aprender si toda la información en el mundo está a una búsqueda de Google?" Bueno, eso es engañar a nuestros intelectos. Si así estás usando tu cerebro, sólo para buscar información rápidamente y después olvidarla rápidamente, no estás nunca construyendo conocimiento. Estás simplemente pensando como una computadora. Y esto significa que nuestra humanidad misma está en peligro. Y sería una pena que nos asimiláramos todos porque, bueno, la humanidad es bastante genial. Yo creo verdaderamente que si mirás los grandes monumentos de la cultura, vinieron de gente que sabían prestar atención, que controlan su mente. Eso es lo que nos permite pensar en los términos más avanzados y conceptualmente, pensar críticamente. Y en algunas formas muy creativas. Y es esa forma de pensar es la que está en peligro: deteriorándose de un video en otro de videos de gatitos lindos. No nos malinterpretes: La Internet es buenísima para muchas cosas, y se la debería celebrar. Pero lo mejor que podemos hacer para nuestras mentes es encontrar tiempo todos los días para desenchufarnos, calmarnos, y enfocarnos en una cosa a la vez. Tu mail -- y esos gatitos -- seguirán aquí para cuando vuelvas.