Llevo 30 años frente al público
hablando sobre las drogas.
Y suelo comenzar
mis presentaciones disculpándome.
En concreto, me disculpo por las mentiras
que los anteriores educadores
han dicho sobre las drogas, incluido yo.
Soy consciente de que
hemos contado tres mentiras.
Hemos exagerado las consecuencias
de las drogas sin hablar de sus beneficios
ni de la estrategia dominante
para controlar las drogas en la sociedad:
a través de su prohibición,
lo cual no sirve de mucho.
(Aplausos)
Durante gran parte de mi carrera
he tratado este punto,
el fracaso de la guerra contra las drogas.
Pero hoy hablaré sobre
los beneficios de las drogas.
Concretamente, hablaré sobre
las drogas alucinógenas.
Las drogas alucinógenas han sido
parte de la cultura humana
desde tiempos inmemoriales.
Y se observan en, al menos, cuatro pueblos
que las han acogido dentro de su cultura:
el curandero que usa setas alucinógenas,
el ayahuasca que se consume
en la cuenca del Amazonas,
el huichol que consume peyote
y el chamán que consume
Amanita muscaria en Siberia.
Aparentemente, la manera en que
se trata de forma saludable
la experiencia alucinógena en estas
culturas es totalmente diferente.
Pero si nos fijamos en cómo se integra
la experiencia en la cultura,
es bastante similar.
Se utilizan para curar,
tanto el cuerpo como la mente.
Se utilizan para celebrar
las transiciones,
desde los cambios de estación
hasta los ritos de la pubertad.
Y se enfocan en la espiritualidad,
para conectar a las personas y la cultura
con el universo en su totalidad.
Si pudiera describirlo
en una sola palabra,
diría que el mundo sería "prosocial".
Las drogas alucinógenas siempre
se han usado para conectar
a las personas con sus culturas
y con el universo.
En los años 60 ocurrió un hecho
histórico sin precedentes
cuando las drogas alucinógenas
se asociaron a un mensaje antisocial.
Nunca antes había ocurrido.
Tim Leary dijo: "Enciéndete,
sintonízate y desconéctate",
y eso desencadenó una reacción social
violenta que causó un gran sufrimiento
a la humanidad y que hoy día continúa.
En realidad, había otros
problemas culturales en esa época,
pero el mensaje de desconexión
caló profundamente.
Y los medios participaron
tejiendo esta red de ilusiones:
"Simio viola actriz de TV
bajo los efectos del LSD".
(Risas)
"El LSD me hizo prostituirme",
"Niña da a luz a una rana".
(Risas)
Incluso la ciencia de entonces
estaba reprimida.
Durante 40 años, los científicos
no pudieron hacer lo que debían,
es decir, hacer mediciones.
Ahora bien, ¿hubo algún momento
en la historia de la humanidad
en que la ciencia estuviera reprimida
o fuera considerada un delito?
Bueno, de hecho, sí lo hubo.
En 1616,
y durante los siguientes 143 años,
la ciencia del telescopio
estaba prohibida.
Era ilegal informar qué se podía ver
a través de la lente de un telescopio
y, especialmente, que la Tierra
no era el centro del universo.
El LSD es al estudio de la mente
lo que es el telescopio a la astronomía
y el microscopio a la biología,
según Stanislav Grof.
Bueno, pues las drogas
alucinógenas han vuelto.
(Risas)
La revista "Canadian
Medical Association Journal",
la voz conservadora
de la medicina canadiense,
analiza en varios artículos
el renacimiento alucinógeno,
la explosión de la investigación
que se ha dado en los últimos años.
De esto quiero hablarles.
Pero seamos claros,
estoy hablando sobre profesionales
cualificados y competentes
que usan sustancias puras
de manera controlada.
No estoy hablando de drogas
callejeras de baja pureza
consumidas sin supervisión
por adolescentes irresponsables.
¿Cómo conciben los investigadores
las drogas alucinógenas hoy en día?
Las dividen en tres categorías.
La primera incluye a las clásicas:
el LSD,
la mescalina,
la dimetiltriptamina
y la psilocibina.
Ofrecen a los investigadores
una variedad de cualidades
dignas de ser investigadas.
Por ejemplo, la espiritualidad.
Es algo como espiritualidad neutral,
lo que los budistas encuentran en Buda,
los cristianos en Cristo,
y los ateos y agnósticos en el universo.
Este aspecto particular
de estas drogas es bastante útil
en situaciones de ansiedad
en etapas terminales.
Cuando agonizamos y estamos
nerviosos ante la experiencia,
tomamos un poco de psilocibina
y conocemos al Creador,
y nos dice que estamos bien,
que podemos relajarnos,
que estamos volviendo a casa.
Tiende a reducir el estrés
de la transición.
Las clásicas drogas alucinógenas
también desorientan el ego,
que puede ser muy útil en algunos
tratamientos, como el alcoholismo.
Además incrementan la permeabilidad
entre el consciente y el subconsciente;
nos permiten acceder
a nuestro subconsciente
de una forma que no podríamos
hacer de otra manera.
Si piensan en la experiencia humana,
gran parte de nuestras vidas
la vivimos inconscientemente.
Por ejemplo, al conducir un coche.
La parte consciente de la mente
piensa en la radio,
en qué vamos a comer,
en la discusión que tuvimos
con nuestra pareja.
No pensamos en nuestros pies.
Nuestro subconsciente conduce el coche.
Vivimos nuestras vidas en círculos
que se repiten automáticamente.
Y si algo malo ocurre en nuestra infancia
y se repite constantemente
en nuestra vida adulta,
y nos causa problemas,
es muy complicado solucionarlo,
porque se trata del subconsciente.
Las drogas alucinógenas
pueden ayudar con eso.
Las drogas alucinógenas
clásicas también ofrecen
lo que yo llamo "el efecto portal",
que es algo como: "¡Vaya, qué genial!".
Es como subir al Monte Everest
o graduarte de la escuela secundaria;
sientes el éxito y el cambio.
Y es muy útil en diferentes condiciones.
El segundo grupo de drogas
alucinógenas incluye los empatógenos,
como la 3-MMC, la MDA o la MDMA.
Unen a las personas
e incrementan la empatía.
Son muy útiles a la hora de unir a un
psicólogo con alguien que necesita ayuda.
Esa conexión es muy importante.
Podría ser más fácil con esas medicinas.
También eliminan el miedo.
Si un soldado que está en Afganistán,
regresa a Norteamérica
y no deja de repetir
el trauma una y otra vez,
la terapia normal no puede ayudar.
En parte, porque es inconsciente;
y en parte porque todo lo que
se le parezca, provoca un gran miedo.
Y la MDMA, en concreto, elimina ese miedo
y permite que todo vuelva a la normalidad.
La psicoterapia con MDMA
es el mejor tratamiento para el TEPT,
o trastorno de estrés postraumático.
Y luego está todo lo demás.
La ibogaína, por ejemplo,
que parece ser realmente útil
contra la abstinencia de heroína
o la adicción al opio.
La 2C-B, la salvia y la ketamina
parecen ser útiles contra la depresión.
Bien, mi tema de interés académico
es explicar los modelos de posprohibición
para regular y controlar todas
las drogas que son ilegales actualmente,
basado en los principios
de sanidad pública.
Puede que se hayan dado cuenta
de que la prohibición de las drogas
se está desmoronando lentamente
bajo el peso de su propia ineficacia.
No protege a nuestra sociedad.
No protege a nuestras familias
ni a nuestros hijos.
Por lo que acabará desapareciendo.
Y yo me pregunto: ¿con qué
vamos a reemplazarlas?,
mientras miro a través de la lupa
de la sanidad pública.
El objetivo de la salud pública
es aumentar los beneficios
y disminuir los perjuicios.
Ya he hablado sobre los beneficios,
así que ahora lo haré sobre los daños.
Los perjuicios de todas las drogas
se pueden dividir en tres cateogrías:
dependencia, toxicidad y comportamiento.
Dependencia.
He trabajado en el ámbito
de la drogadicción durante 30 años.
Jamás nadie ha entrado en mi oficina
diciendo: "No puedo dejar el LSD".
(Risas)
¡Nunca ha pasado!
Por lo que la potencial dependencia
de las drogas alucinógenas es muy baja.
Toxicidad.
La última vez que tomaste
una droga recetada,
si tomaste seis veces la dosis indicada,
probablemente te hizo daño.
Esa relación de uno a seis en las dosis
es muy común en la mayoría de las drogas.
Con el LSD, sube a miles de veces.
De hecho, Albert Hofmann,
que inventó el LSD,
dijo que era una de las sustancias
menos tóxicas del planeta.
La dependencia y la toxicidad
son muy bajas,
por lo que los daños de las drogas
alucinógenas proceden de una sola cosa:
el comportamiento, que es,
en esencia, la falta de supervisión.
Los pueblos indígenas
lo han sabido durante años.
Siempre vivieron las experiencias
en medio de un ambiente muy seguro,
donde están muy bien controladas.
Hoy en día, los investigadores
piensan, o más bien hablan,
de los siguientes términos:
"preparación", que son las expectativas;
"entorno", que es el ambiente;
"dosis", que es la cantidad que tomas
y "seguridad", que es el término general.
La preparación, el entorno,
la dosis y el ambiente
hoy están cuidadosamente estructurados
por la comunidad de investigadores.
En un mundo construido
tras la prohibición,
si el objetivo es aumentar los beneficios
y reducir los perjuicios de estas drogas,
la gente podría tener acceso
a la experiencia de su consumo,
siempre y cuando esté supervisada,
en un ambiente de seguridad
construido en torno a la experiencia
y con alguien a cargo:
un profesional competente y cualificado,
que tuviese licencia para ofrecer
la experiencia a otras personas
siempre que se controle la preparación,
el entorno, la dosis y la seguridad.
No importaría el ambiente
en el que estuviera:
círculos de curación indígenas,
psicoterapia con drogas alucinógenas
o festivales de música de varios días.
No importa mientras haya
alguien que lo vigile.
Me gustaría reflexionar sobre
la situación actual de los humanos.
Nos encontramos en conflicto
como especie.
El cambio climático global
nos afecta a todos.
Hay una concentración
de riqueza sin precedentes
en lo más alto de nuestra sociedad;
tan pocos controlan tanta riqueza.
Existe una gran cantidad de violencia
y de extremismo religioso.
Y vivimos en estas sociedades
realmente extrañas,
en las que, de alguna forma,
comprar se equipara a ser feliz.
Si me paro a pensar en estas cuestiones,
existe un problema de desconexión:
estamos desconectados de la Tierra,
de los demás.
Estamos desconectados del verdadero
sentido y propósito de nuestras vidas
y también de las experiencias
espirituales saludables.
Lo mejor de las drogas
alucinógenas son las conexiones.
Estas dos imágenes son muy potentes.
Son representaciones del cerebro humano
basadas en la neurociencia.
La de la izquierda representa
el cerebro humano normal.
Las partes de fuera del círculo son
las diferentes partes del cerebro humano,
como la corteza visual.
Fíjense que la corteza visual trata
mucho con la corteza visual
y no tanto con otras partes del cerebro.
La imagen de la derecha es el cerebro
humano bajo el efecto de la psilocibina.
Miren la increíble gama
de conexiones nuevas que se forman.
Las drogas alucinógenas
tienen que ver con las conexiones.
Las conexiones con uno mismo;
podemos acceder a nuestro subconsciente
de una forma que normalmente no podríamos.
Conexiones con los demás;
esta es la investigación
de los empatógenos.
Conexiones con el sentido
y el propósito de la vida;
ya existen numerosas
investigaciones al respecto.
Y conexiones con el verdadero
sentido de la espiritualidad;
las comunidades indígenas
las conocen desde hace cientos de años.
Isaac Asimov dijo:
"El aspecto más triste de la vida actual
es que la ciencia gana
en conocimiento más rápidamente
que la sociedad en sabiduría".
Nosotros, como especie humana,
necesitamos crecer.
Necesitamos aprovechar,
aprender y trabajar
con el conocimiento que ya poseemos.
Y quizás, solo quizás,
algo que podría ayudarnos
a madurar como especie
y tal vez, incluso, a sobrevivir
es utilizar las medicinas alucinógenas
de una forma madura, capaz y sabia.
Gracias.
(Aplausos) (Ovación)