Vengo de Egipto,
también llamado "Umm al-Dunya",
la Madre del Mundo.
Es un país rico
lleno de historias de rebelión,
historias de auge y caída civilizacional,
y de una gran diversidad religiosa,
étnica, cultural y lingüística.
Al crecer en un ambiente así,
aprendí a creer firmemente
en el poder de las historias.
Y buscando la forma de contar mi historia,
me topé con el diseño gráfico.
Me gustaría compartir con Uds. un proyecto
sobre cómo el diseño gráfico
puede darle vida a la lengua árabe.
Pero primero, les contaré
por qué quiero hacerlo.
Creo que el diseño gráfico
puede cambiar el mundo.
En mi ciudad de El Cairo, al menos,
ayudó a destituir a dos dictadores.
Como pueden ver en esas fotos,
el poder y el potencial del diseño gráfico
como herramienta de cambio positivo
es innegablemente fuerte.
La revolución egipcia de 2011 fue también
una revolución del diseño popular.
Todos se volvieron creadores.
El pueblo era el verdadero diseñador
y, de un día para el otro,
El Cairo se inundó de afiches,
letreros, graffiti.
La comunicación visual
fue el medio para expresar
con más fuerza que las palabras
cuando se suprimió la voz de
más de 90 millones de habitantes
durante más de 30 años.
Fue precisamente
esta represión política y social,
sumada a décadas de colonialismo
y mala educación
lo que erosionó lentamente el significado
de la escritura árabe en la región.
Todos estos países solían usar el árabe.
Ahora son solo los verdes y los azules.
En términos simples,
la escritura árabe está muriendo.
En los países árabes postcoloniales
que funcionan en un mundo
cada vez más globalizado
es una creciente preocupación
que cada vez menos gente
se comunica con escritura árabe.
Mientras hacía mi maestría en Italia,
me di cuenta de que extrañaba el árabe.
Extrañaba ver las letras,
digerir su significado.
Un día entré a una de las bibliotecas
más grandes de Italia
buscando un libro en árabe.
Me sorprendió que tuvieran esto
en la categoría de "Libros árabes
y de Medio Oriente".
(Risas)
Miedo, terrorismo y destrucción.
Ona palabra: ISIS.
Me dolió en el alma
que en el mundo nos vieran así,
aun desde un punto de vista literario.
Me pregunté: ¿qué pasó
con los escritores de fama mundial
como Naguib Mahfuz, Khalil Gibran?
¿O los poetas icónicos
como Mutanabbi, Nizar Qabbani?
Piensen en esto.
El producto cultural de toda una región
tan rica y tan diversa como esta
se ha dejado de lado,
o incluso ignorado por completo.
El producto cultural de toda una región
no tiene la posibilidad de marcar
un impacto importante
en los medios a nivel mundial
y en el discurso social de actualidad.
Y después me acordé
de mi creencia número uno:
el diseño puede cambiar el mundo.
Solo hace falta que alguien
le dé una ojeada a tu trabajo,
sienta algo, conecte.
Entonces empecé.
Pensé, ¿cómo puedo hacer
que el mundo deje de vernos como el mal,
como los terroristas del planeta,
y empiece a vernos como iguales,
como humanos?
¿Cómo puedo salvar y honrar
la escritura árabe
y compartirla con otras personas,
con otras culturas?
Y ahí se me ocurrió:
¿Por qué no combinar
los dos símbolos más significativos
de la inocencia y la identidad árabe?
Tal vez así la gente podría notarlo.
¿Qué puede ser más puro, inocente
y divertido que los LEGO?
Es un juguete universal.
Juegas con ellos, construyes con ellos,
y con ellos te imaginas
infinitas posibilidades.
Mi momento de inspiración llegó en forma
de solución bilingüe para enseñar árabe,
porque la comunicación efectiva
y la educación hacen posible
una mayor tolerancia en las comunidades.
Sin embargo, la escritura árabe y latina
no solo representan mundos diferentes
sino que crean dificultades técnicas
para las comunidades
orientales y occidentales
todos los días.
El alfabeto árabe y el latino
difieren por muchas razones;
aquí hay algunas de las principales.
Sí, los dos tienen trazos
ascendentes y descendentes,
pero tienen líneas de base
completamente diferentes.
El árabe tiende a ser más caligráfico
y la conectividad es importante porque
las letras deben estar mayormente unidas
para poder articular una palabra.
También usa un sistema de puntuación
y diacríticos totalmente distintos.
Pero, más importante aún,
el árabe no tiene mayúsculas.
En cambio, las letras tienen
cuatro formas distintas:
inicial, media, aislada y final.
Quiero presentar el idioma árabe
a los jóvenes, a los extranjeros,
pero sobre todo quiero ayudar
a los refugiados a integrarse
en las sociedades que los reciben,
a través de un sistema
de aprendizaje bilingüe,
un flujo de comunicación bidireccional.
Lo llamé "Let's play".
La idea es simplemente crear
una manera divertida y atractiva
de aprender árabe estándar moderno
usando LEGO.
Estas son las dos palabras: "Let's Play".
Cada barra de color marca una letra árabe.
Como ven, para cada letra
se explica la forma, el sonido
y ejemplos de uso de la palabra,
además del equivalente en alfabeto latino.
El set completo forma
un entretenido libro de bolsillo
con las 29 letras árabes
en las cuatro formas diferentes,
más un diccionario de 400 palabras.
La página se ve así.
Tiene la letra, la transliteración
en escritura latina,
y una descripción debajo.
Les explico el proceso.
Primero armé las letras
en mi diminuto estudio, en Florencia.
Fotografié cada letra por separado,
y luego retoqué cada una
y elegí el color de fondo
y los tipos de letra.
Y así terminé el set de letras completo.
que son 29 letras
por cuatro formas diferentes.
O sea, 116 letras en solo una semana.
Creo que la información debería
y puede ser divertida y portátil.
Este libro es el producto terminado,
que algún día voy a publicar
y traducir a la mayor cantidad
de idiomas posibles
para que enseñar y aprender árabe
sea divertido, fácil y accesible
en todo el mundo.
Con este libro, espero salvar el futuro
de la hermosa escritura de mi país.
(Aplausos)
Gracias.
Trabajar en este proyecto fue
como una forma de meditación visual,
como una danza sufí,
una plegaria para un planeta mejor.
Un solo set de bloques
dio a luz a dos idiomas.
LEGO es solo una metáfora.
Y dado que todos estamos hechos
de los mismos bloques,
me imagino un futuro
donde se desmoronan las barreras
entre las personas.
Entonces, no importa cuán feo sea
el mundo que nos rodea,
o cuántos libros desalentadores
sobre ISIS, el grupo terrorista,
no Isis, la antigua diosa egipcia,
sigan publicándose,
yo voy a seguir construyendo
un mundo de colores.
Shukran, que quiere decir "gracias".
(Aplausos)
Gracias. Muchas gracias.
Gracias.