Soy Victoria Rodriguez Soldán. Soy Gerente Superior de Políticas en AIDS United, donde trabajamos para terminar con la epidemia de HIV. Soy una ferviente defensora de la discapacidad, debido a mis propias discapacidades de salud mental, eso lo traigo a lo largo de toda mi vida, para intentar impulsar el mundo de la discapacidad en uno más inclusivo para todas las discapacidades de la salud mental y del desarrollo, no sólo las discapacidades fotogénicas. Tenía un año cuando se aprobó la Ley para Personas con Discapacidades (ADA). Tengo 31 años, y estamos celebrando el aniversario número 30. No tengo recuerdos, crecí con esto. Mi primer recuerdo de la ADA, fue mi madre, que era diabética, hablabando sobre adaptaciones en su trabajo para almacenar insulina en el refrigerador del trabajo. Recuerdo que ella hablaba sobre esta cosa nueva llamada ADA. Hablaba en casa de cosas del trabajo. Pero la ADA... Yo tenía mi propio concepto mental sobre lo que es una persona con discapacidad hasta que yo misma tuve que lidiar con el sentirme diferente, tanto por ser transgénero debido a mi salud mental, y eventualmente lidiar con eso y recibir tratamiento cuando estaba en la facultad de derecho. La facultad de derecho es siempre una experiencia interesante, Es un ritual de novatadas de tres años. Pero debo admitir que una de las cosas que me motivan en cuanto a discapacidad, es ver cuánto... Solemos tratar a las personas con discapacidad como pobrecitas, con lástima, o como aterradoras, y necesitan ser encerradas básicamente. Con frecuencia, con la discapacidad física es motivo de lástima. Con las discapacidades mentales, es lo que da miedo, encerrémoslos. ¿Por qué esas personas andan libremente en la comunidad? Y al haberlo visto y haberle temido, habiendo estado asustada por mi carrera si yo confesaba mi sexualidad que es mucho para una persona trans preocuparse por confesarse como alguien con una discapacidad de salud mental. Creo que debemos alterar fundamentalmente cómo la sociedad concibe lo que es normal y lo que no lo es, y cómo eso funciona con respecto a ser inclusivo con todas las discapacidades. Diría que una de las cosas que más me impactan fue, por ejemplo, cuando salí de la facultad de derecho. En la facultad de derecho, recibí adaptaciones justo cuando estaba a punto de graduarme, y ayuda de la Vicedecana de estudiantes en ese momento, Sherry Abbott, porque estaba experimientando un montón de problemas relacionados a mi discapacidad. Eso no hubiera sido posible sin la ADA, sin su espíritu. Y unos meses más tarde, cuando comencé mi carrera, me incorporé con un contrato especial por discapacidad al Departamento de Trabajo de EE. UU. Si no fuera por la iniciativa del gobierno federal, parcialmente inspirada en la ADA, para garantizar que las personas con discapacidades fueran contratadas por el gobierno federal entonces quizás yo no hubiera comenzado en derechos civiles en D.C. Por eso, hizo la diferencia para mí al recibir adaptaciones en los trabajos que he tenido y demás. Es cuestión de cómo nosotros... Ya tenemos una generación entera de gente como yo, que apenas pasamos los 30 años, o tenemos veintitantos, todos los millenials y zoomers. que no recordamos los días oscuros antes de la ADA. Pero no podemos decir simplemente: "Qué bueno, hicimos la ADA, ahora vayámosnos a casa y celebremos", porque hay mucho más trabajo por hacer, básicamente. Las personas con discapacidades aún tienen que luchar rutinariamente porque se resuelvan sus derechos conforme a la ADA. Si fuéramos por DC detectando barreras arquitectónicas podríamos detectar una docena en un radio de una milla. Y ese es un problema, y esto es precisamente cierto. Quiero hablar sobre las discapacidades atractivas y las no atractivas. Cuando hablamos de discapacidades, la gente con frecuencia suele tener esta imagen mental de inspiración pornográfica de una persona fotogénica en silla de ruedas, suman puntos extra si son heterosexuales y blancos, pero no quieren hablar ni excluir de la imagen, de esa bonita imagen grupal, la persona que tartamudea, la que sufre de dolor crónico y no puede trabajar debido a eso, la persona con discapacidades mentales que ha tenido psicosis u otras experiencias como esa. Cuando hablamos de salud mental, intentamos terminar con el estigma y otros llamados a la acción. A menudo nos enfocamos en la idea de "hablemos de las personas que estaban deprimidas y tomaron Prozac y se sintieron mejor", pero no queremos hablar de aquellos que están internados en instituciones, de aquellos que sufren de psicosis, de aquellos que sufren de trastorno bipolar, y demás. Debemos tener en claro que importan todas las personas discapacitadas, con el riesgo de sonar parecido a "todas las vidas importan", no sólo aquellos que nos agradan más. Diría que, fundamentalmente, se necesecita que haya un cambio en cómo las leyes federales tratan a las personas con discapacidades mentales. Necesitamos ponerle un fin a la institucionalización. Necesitamos incluir una cobertura de salud universal, porque la gente no debería depender de tener un trabajo para tener acceso a una cobertura médica que sea asequible. También estoy pensando, como un cambio mayor la idea fundamental de que las personas con discapacidades mentales o del desarrollo tengan derechos en general. Fundamentalmente cambiar la cultura y también pedirle ayuda a la gente. Me gusta decirle a la gente: "Usa tu privilegio". Algo así como los letreros que pusieron en el metro de Nueva York que dicen: "Si ves algo, dí algo". Esto aplica aquí. Si ves alguna discriminación por discapacidad, dilo. No esperes hasta que alguien con discapacidad, quien está cansado de tener que luchar por sí mismo, tenga que decirlo. Cuando las personas lo mencionen, evalúalo y ayúdalas. Sé un aliado.