[Arlene Shechet: Hora de esculpir]
Voy a ver obras que no he visto
en veinte años
porque las tenían otras personas,
en otros lugares.
Lastimosamente no pudimos
localizar todas.
Hace veinticinco años, una amiga
muy cercana, Carol,
estaba muriendo muy joven,
al mismo tiempo que yo
estaba teniendo a mis bebés.
Un día, cuando era bastante claro
que Carol moriría pronto,
Le expliqué entre lágrimas
a un maestro budista.
Él dijo: "Deja de preocuparte tanto".
Y cuando dijo eso, me di cuenta
de que tenía toda la razón.
Dijo: "Todos van a morir",
"no seas tan dramática".
Me di cuenta por primera vez
de que yo iba a morir,
lo cual no debería ser una sorpresa
pero fue una bastante grande, [RISA]
al menos para mí.
Así que, para honrar a Carol,
tiré todo lo que había en mi estudio
y comencé de cero.
En vez de ser de eso neoyorquinos
diciendo "no tengo tiempo",
yo dije "el tiempo que tenga
es todo el tiempo que necesito".
El yeso consume mucho tiempo.
En cada segundo muere, cambia.
Aunque he trabajado con yeso muchas veces,
apenas empezaba a prestar atención
a lo que estaba ocurriendo,
y yo tomaba la sopa mojada
e intentaba moldearla,
y comenzaría a solidificarse.
Moldeaba sin un armazón.
Hice algunas pinturas con pieles.
Comencé a adherirles pieles.
Lo que tardara, una hora o cinco,
y hacía una obra en ese tiempo
con ese material,
de repente eso era lo correcto.
Por como un año, sin que nadie lo supiera,
ni siquiera mi esposo. [RISA]
Armé esta familia.
Los ponía en los bancos.
Los veía como si vivieran allí.
Y ahí se quedaron.
[Arlene Shechet: Todo en uno]
No aspiraba a hacer
una figura perfecta;
aspiraba a hacer un... significante.
El verdadero significado de
un icono, para mí,
era que me hiciera recordar
lo que debía recordar.
Después de un tiempo, hice algo
que parecía a un Buda.
En resumen, decidí hacer eso
porque buscar una forma me
daba un poco de dirección
sin que fuera demasiada dirección.
De hecho vivía con ellos.
No se verá como en mi estudio,
pero trata de las cosas que viví,
recordatorios de la fragilidad de la vida,
algo que siempre quise recordar
todos los días en mi estudio.