No sé muy bien
cómo empezar estas charlas.
Ya que van a ser
seis charlas y siete discusiones,
me gustaría señalar,
si me permiten,
que vamos a reflexionar juntos
sobre nuestros problemas.
Vamos a usar la razón,
el pensar claro,
y no ningún tipo de
creencias firmes, opiniones, juicios
o cualquier forma de conclusión.
Entonces,
se vuelve bastante serio.
No es un entretenimiento,
una mañana o una tarde libre,
sábado y domingo,
sino, más bien, una reunión seria
para considerar, muy profundamente,
los numerosos conflictos humanos,
problemas, sufrimientos, placeres, miedos
y la naturaleza de la meditación, etc.
Vamos explorar todos estos temas,
todos estos asuntos.
Pero, primero, me gustaría señalar,
si me permiten,
que quien habla no está intentando
convencerlo de nada.
Por favor, créalo.
Él no lo está persuadiendo
de que piense como él.
Repito, por favor, créalo.
Él no está ofreciendo
un surtido particular de ideologías
ni creencias ni conclusiones
porque éstas han dividido
el mundo,
a los seres humanos,
unos contra otros.
Así, no nos preocupa
nada de eso,
ni creencias ni conclusiones
ni opiniones ni juicios.
Pero juntos,
insisto, juntos,
usted y quien habla,
con diligencia y objetividad,
vamos a ver
qué ocurre a nuestro alrededor,
no con romanticismo o sentimentalismo,
sino solo observar,
sin ninguna conclusión,
sin expresar ninguna opinión,
sino solo ver y razonar juntos,
reflexionar juntos.
Y creo que es muy importante
comprender la palabra "juntos".
La mayoría estamos acostumbrados
a ir a reuniones de esta clase,
ya sea para aceptar o rechazar
lo que dice quien habla,
una opinión o una idea
contra otra,
o persuadirlo
con argumentos ingeniosos
a seguir o a aceptar
lo que está diciendo.
Y, por lo tanto, estamos pensando
juntos sobre estos problemas,
compartiendo juntos.
Y esto es realmente
muy importante que se entienda,
insisto,
porque se puede escuchar como si
alguien estuviera hablando por ahí y,
sin prestar atención,
aceptar o rechazar.
Entonces, me parece
que es su responsabilidad.
Responsabilidad significa
comprometerse seriamente
a pensar juntos
para averiguar las soluciones
precisas y verdaderas a
estos problemas que nos atormentan
como seres humanos.
Por tanto, corresponde
a cada uno de nosotros
que el razonamiento,
la capacidad de pensar
lógica, sensata e totalmente
se vuelva muy importante.
Tendemos a pensar que todo lo que sea
producto de la razón, del pensar claro,
es demasiado intelectual y,
por tanto, no es para nosotros.
Al contrario, creo que si podemos
pensar, observar, razonar juntos,
dejando a un lado nuestras propias
conclusiones, opiniones, evaluaciones
lo que nos gusta y
lo que no nos gusta,
lo que nos atrae, etc,
si podemos apartar todo eso
y somos capaces de pensar juntos
profunda y sensatamente,
es decir, objetiva e íntegramente,
entonces, creo que podremos
transformarnos profundamente.
Porque, cuando uno viaja por el mundo,
como quien les habla,
en la India, en Europa y aquí,
uno ve un gran dolor,
guerras, violencia,
toda clase de estupideces,
terrorismo, asesinatos, drogas.
Usted sabe lo que está pasando,
como yo.
Y lo aceptamos
como si fuera inevitable.
Y como la mayoría tenemos
una mentalidad tradicional,
natural y fácilmente
toleramos estas cosas.
O nos rebelamos contra ellas.
Pero esa rebelión es
una reacción,
como el comunismo es una reacción
al capitalismo o al fascismo.
Así que, sin rebelión,
sin ir contra algo,
y formar nuestro propio
pequeño grupo o comunas,
o seguir a un gurú particular
o a otro,
de la India o de este país.
Y salen como setas
en todo el mundo, estos gurús,
por desgracia.
Pero, si pudiéramos, sin aceptar
ningún tipo de autoridad...
Porque en asuntos espirituales
no hay autoridad,
no hay gurú, no hay ningún sacerdote,
no hay autorizaciones.
Es muy importante
entender esto
si vamos a ir, juntos,
a investigar todos estos problemas
que los seres humanos hemos tenido,
siglo tras siglo,
generación tras generación.
Así pues, primero, si me permiten
señalarlo, no hay autoridad aquí.
Somos amigos,
dos amigos, hablando juntos sobre
nuestros conflictos, nuestras
incertidumbres, nuestras penurias,
las cosas por las que los seres humanos
pasamos en nuestra vida,
y que terminan en la muerte,
sin entender de qué se trata,
o comprometidos con una tarea
particular, pensando que va a resolver
todos nuestros conflictos
humanos y penas y miedos.
Cuando eso está clara
y decididamente entendido,
que no hay autoridad, que quien habla
no tiene autoridad alguna,
aunque pueda estar sentado
en un estrado,
esto es solo por conveniencia,
para que todos podamos vernos.
Pero un poco de altura no le da
ninguna autoridad.
Entonces, no le otorgue autoridad,
no le dé autoridad.
Lo digo en serio,
pues en cuestiones psicológicas,
que juntos vamos a investigar
a fondo,
no hay autoridad,
ya sean psicólogos europeos
o psicólogos modernos
o gurús o libros
o salvadores, antiguos o modernos,
en ese campo de la psicología
aceptar la autoridad
es obstaculizar la claridad,
el pensamiento claro, la lógica
y el ser sensato y, por tanto,
entero.
La palabra "entero" implica
tener buena salud,
tener cordura,
y también implica h-o-l-y, santo.
así que, cuando utilizamos la palabra
"entero", "holístico",
implica todo eso
—salud, cordura, claridad—,
y lo que es santo, completo.
Así que, como decíamos,
en el campo psicológico,
al no haber autoridad,
desechamos
todo lo que la gente nos contó
—si se puede, es muy difícil—,
y examinamos, paso a paso,
repito, si podemos,
el enorme problema de la existencia,
de nuestra vida diaria.
En lo psicológico, interiormente,
nosotros,
los seres humanos, en donde estemos,
somos el mundo, en lo psicológico.
El mundo es nosotros,
el mundo es yo y yo soy el mundo.
Y eso es un hecho psicológico
incuestionable.
Aunque tenga la piel blanca,
morena o negra
o lo que sea, exteriormente,
rico, próspero,
muchos coches, etc.
O puede que sea muy pobre,
pero interiormente, en el fondo,
somos todos lo mismo.
Sufrimos, estamos solos,
afligidos, en conflicto,
penurias, confusión, dependemos
de que alguien nos diga qué hacer,
cómo pensar, qué pensar.
Somos esclavos de la propaganda
de diversas iglesias
y religiones, sectas.
Eso es lo que está pasando,
por todo el mundo,
no sólo en la política, por los expertos,
por los gobiernos, etc.,
sino que interiormente, en el fondo,
somos esclavos de la propaganda,
somos seres humanos condicionados,
tanto si vivimos en la India
o aquí.
Espero que uno se dé cuenta de eso,
no intelectualmente
ni verbalmente,
porque eso importa muy poco,
sino que vea realmente
el hecho en sí,
que usted, viviendo en los EEUU,
con la riqueza, un país maravilloso,
gente singular, adicta a los fármacos,
todo eso pasa en este país,
la violencia, la brutalidad,
las comunas divisivas,
basadas en sus creencias, etc.
Pero, cuando usted deja de lado
todo eso, lo aparta,
ya sea aquí, en la India o en Europa,
sufrimos las mismas desgracias,
incertidumbre, profundo dolor.
Así pues, realmente somos,
en lo psicológico, el mundo,
y el mundo es usted.
Una vez usted se da cuenta de
este hecho, no verbal o ideológicamente,
o como una declaración, sino que
siente el hecho real y profundamente,
se da cuenta del hecho de que
usted no es diferente del otro
—interiormente—
por más lejos que él esté
porque él sufre muchísimo,
está muy asustado,
desorientado, inseguro,
tanto física como
psicológicamente.
Y cuando usted
se da cuenta de eso,
al examinar esa comprensión
ya no le preocupa
su pequeño ego,
le preocupa
el ser humano entero
—¿lo entiende?—,
la humanidad entera, que es usted,
porque usted es el mundo.
Cuando hablamos de estos temas,
nos preocupa el ser humano,
no el Sr. X, Y u otro cualquiera,
porque él es toda la entidad
psicológica, como ser humano,
viva donde viva.
Espero que esto esté claro.
Son hechos.
Usted puede estar condicionado
de una forma concreta,
puede ser católico, protestante
o Dios sabe qué,
baptista, mentalidad cristiana...
Usted está condicionado.
En la India es igual,
están condicionados por
miles de años de ciertas creencias,
supersticiones, ideas,
dioses y todo lo demás.
Pero bajo ese condicionamiento, en
las profundidades de su mente humana,
cuando están solos,
cuando se enfrentan a la vida,
hay aflicción, hay dolor,
hay pena, hay ansiedad.
Así pues, usted es el mundo
y el mundo es usted.
Y cuando uno ve eso como
un hecho real, indiscutible,
empieza a pensar
completamente diferente,
empieza a observar
no como una persona individual
que tiene problemas e inquietudes,
sino que la humanidad entera
los tiene.
Eso le da a usted
una fuerza extraordinaria
—no sé si me sigue—,
le da una vitalidad extraordinaria.
Entonces, no está solo, usted es
la historia entera de la humanidad
si sabe cómo leer ese libro,
que es usted.
Y eso será lo que haremos,
vamos a leer, juntos,
la historia de la humanidad,
guardada en usted,
como ser humano.
Esto no es retórica
ni un arrebato verbal,
sino un factor importante
que nos afecta profundamente,
un hecho que negamos porque
pensamos que somos muy independientes,
porque estamos tan preocupados por
nosotros mismos, por nuestros problemas
insignificantes, por nuestros pequeños
gurús, nuestras pequeñas creencias.
Pero darse cuenta
de un hecho extraordinario
da una fuerza enorme,
un apremio urgente a investigar
y transformarse uno mismo
porque usted es la humanidad.
Y cuando se da
tal transformación,
usted afecta a
la conciencia entera del hombre.
No sé si se da cuenta de esto.
Usted realmente afecta a
la conciencia entera del hombre
porque usted es
la humanidad entera,
y, cuando cambia
fundamental y profundamente,
cuando se da una revolución
psicológica en usted,
al formar parte de la conciencia
de un ser humano, que es la del resto
de la humanidad,
de forma natural,
la conciencia del mundo
es afectada.
¿Ve la sensatez de esto,
la lógica de esto?
Su conciencia es afectada
por varios profetas,
por varios belicistas:
Hitler, Mussolini, Stalin,
ya sabe, toda esa gente
han afectado a la humanidad,
pero no somos
conscientes de ello.
Y lo que vamos a hacer juntos
en estas charlas es
penetrar en las capas
de nuestra conciencia,
e investigar si es posible
transformar el contenido
de nuestra conciencia
y, a partir de ahí, una dimensión
diferente de energía y claridad
puede aparecer.
Eso es lo que nos concierne
y, por eso, es un asunto
importante con el que no juega.
Si no le interesa,
si usted no es serio,
no pierda el tiempo
viniendo aquí.
Es desperdiciar energía,
de verdad,
porque esto es
muy, muy importante,
y voluntario, nadie le persuade
ni le recompensará,
pues nuestro condicionamiento es
premio y castigo.
Pero, al investigar
nuestra conciencia,
que es la conciencia entera
de la humanidad,
indagamos en nosotros mismos
para, desde ahí, descubrir,
llegar a lo que es la verdad.
Dicho esto, establecido esto,
que es necesario,
que es, probablemente,
una de las cosas más importantes,
que es el primer paso y,
por tanto, el último paso.
Empecemos investigando qué piden
los seres humanos, qué es lo que
básica, fundamental e interiormente
los seres humanos piden, exigen.
Es decir, cuál es,
como ser humano,
que es el representante
del mundo y,
por tanto, es el mundo
—en lo psicológico—,
¿cuál es la más recóndita exigencia
de este ser humano?
No me lo diga, por favor.
Preguntamos esto para poder
pensar juntos sobre ello.
La mayoría de los seres humanos
en una parte de su conciencia
quieren encontrar seguridad,
tanto biológica o física
como psicológica.
Pues usted necesita comida,
ropa y cobijo.
Esa es una necesidad
indiscutible.
Pero, también queremos,
exigimos, anhelamos,
buscamos seguridad psicológica.
Estar seguro de todo,
en lo psicológico.
Examínese usted mismo,
observe,
utilice al que habla, si me
permite sugerirlo, como espejo.
Las palabras que él usa
son meras descripciones,
pero la descripción no es
lo descrito.
¿Verdad? Entonces,
usted se está mirando a sí mismo
y está descubriendo cuál es la más
recóndita exigencia que cobija,
que cobijan los seres humanos.
Y toda esta lucha en el mundo,
tanto física como psicológica,
es para encontrar seguridad.
¿No?
La palabra "seguridad"
significa estar seguro,
su permanencia física,
encontrarse bien físicamente,
continuidad física,
avanzar, crecer, etc.,
y psicológica, interiormente,
encontrar seguridad,
encontrar algo que es
permanente,
porque todo, en lo psicológico,
si observa detenidamente,
es muy provisional.
Sus relaciones, en lo psicológico,
son terriblemente inciertas.
Puede estar seguro temporalmente
en su relación con otro,
hombre, mujer, etc.,
temporalmente.
Pero esa misma seguridad temporal
es el peligro
de que se vuelva, sea
completamente insegura.
Por favor, examínelo,
no lo acepte.
Estamos reflexionando juntos,
estamos razonando
para ver la lógica, la razón,
la cordura de ello.
No porque quien habla
lo afirme,
no porque tenga una espantosa
reputación,
porque todo eso es irrelevante
cuando usted investiga algo
importantísimo.
Así pues, preguntamos: ¿Hay
alguna seguridad, en lo psicológico?
Es decir, uno busca seguridad
psicológica en la familia
—lo investigaremos paso a paso—,
en la familia, siendo la familia
la mujer y los niños.
Ahí, usted intenta encontrar en
la mujer una relación que será segura,
duradera, permanente
—relativamente permanente
porque siempre está la muerte—.
Y como no siempre se encuentra,
hay divorcios, peleas
y todas las desgracias que pasan:
celos, cólera, odio.
Usted es consciente de
todo esto, ¿no?
Se intenta también encontrar
seguridad en una comunidad,
con un grupo de personas,
en las comunas, grandes o pequeñas.
En el mundo se intenta encontrar
seguridad en una nación.
Soy americano, soy hindú,
eso da una gran sensación
de estar identificado con un grupo
y, por tanto, seguro.
Por favor, tal como dijimos,
escúchenlo, no lo rechacen.
Detrás puede haber
sentido común, o no,
pero una persona sensata examina,
ni rechaza ni acepta.
Entonces, cuando trata de encontrar
seguridad psicológica en una nación,
como esa nación es diferente
de otra nación,
naturalmente, hay división.
Y donde hay división
entre naciones,
en las que usted invirtió
su seguridad psicológica,
hay guerras, hay presiones
económicas y divisiones.
Eso es lo que realmente
pasa en el mundo. ¿Verdad?
Y si usted busca seguridad
en las ideologías
—la ideología comunista,
la capitalista, ideologías religiosas,
conclusiones, imágenes, cruces y
todo lo demás, por todo el mundo—
de nuevo, eso es divisivo,
hay división.
Usted cree en un conjunto de
ideales que le gustan,
que le confortan,
en los que busca seguridad
junto a un grupo de personas que
se creen la misma clase de tonterías.
Y otro grupo cree
en otras cosas,
y lo mismo,
la gente está dividida.
Las religiones han dividido
a la gente.
Cristianos, budistas,
hindús, musulmanes,
baptistas, división,
unos contra otros,
cada uno creyendo en algo
extraordinario, romántico,
que no es realista, es irreal,
no es objetivo.
Viendo todo esto no como una
teoría, no como algo a evitar,
o volviéndose desdeñoso
o intelectual,
o apegándose emocionalmente,
sino que viendo todo esto
con claridad meridiana,
uno pregunta: ¿Existe realmente
la seguridad psicológica?
¿De acuerdo?
¿Entiende mi pregunta?
Y si no existe la seguridad
psicológica, ¿qué es un ser humano?
Se vuelve un caos.
¿No? Pierde su identidad,
porque se identificó con Estados
Unidos, se identificó con Jesús,
se identificó con Buda,
se identificó con una nación,
etc., etc.
¡Si la razón y la lógica dicen
lo absurdo que es todo esto!
Entonces, ¿uno se desespera o
—por favor, escuchen esto—
o al observar la falacia de
estos procesos divisivos,
la irrealidad de estas ficciones,
mitos, fantasías sin base,
y la propia percepción de eso,
no es eso inteligencia?
¿Comprende?
No la inteligencia de una mente
hábil y astuta,
no la inteligencia
del conocimiento de los libros,
sino la inteligencia que surge
de la observación clara.
¿De acuerdo?
En esa observación, que produce
una inteligencia extraordinaria,
hay seguridad,
por tanto, eso significa que
esa inteligencia es segura.
¿Lo ha entendido?
No, por favor, ¡debe entenderlo
usted!, no estar de acuerdo conmigo
o decir: "Sí, es extraordinario,
nunca antes se me había ocurrido",
sino que debe formar parte de usted,
debe ser usted quien lo encuentra,
no yo lo encontré y se lo digo,
y usted lo acepta o lo rechaza.
¿Ve la diferencia?
Como dijimos al principio,
yo no estoy decidido,
quien le habla no está decidido
a convencerlo de nada,
no soy un propagandista,
no quiero que piense como yo porque
yo no pienso en absoluto. (Risas)
De veras.
Volveremos a eso luego
porque es un hecho extraordinario
la capacidad de observar
sin el pensamiento,
así, en esa observación,
tener una percepción profunda,
y esa percepción es
la inteligencia suprema,
y esa inteligencia actúa.
Lo investigaremos
cuando discutamos toda la estructura
y la naturaleza del pensamiento.
Pero, como la mayoría de nosotros
no lo soltaremos, no...
Tenemos mucho miedo de soltarlo
y no encontrar seguridad.
¿Entiende?
Puedo soltar,
uno puede dejar de ser católico,
protestante, comunista
y otras tonterías
muy fácilmente.
Pero, cuando usted suelta,
cuando se limpia de todo esto,
o lo hace como reacción
o lo hace porque ha observado
inteligente, holísticamente,
con claridad meridiana
la absurdidad, las fantasías,
las imaginaciones.
Y como usted observa
sin distorsión,
como no trata de
obtener algo de ello,
como no piensa en términos
de premio y castigo,
como observa
con mucha claridad,
la misma claridad de la percepción
es inteligencia.
Ahí hay
una seguridad extraordinaria.
No es que usted se vuelva seguro,
sino que la inteligencia es segura.
¿Estamos entrando en contacto
uno con otro?
¿Hay comunicación entre nosotros?
O ¿es solo una comunicación verbal?
La comunicación verbal es necesaria
para usar la palabra correcta
y, por desgracia, en Estados Unidos
no se usa la palabra apropiada
—dicen cualquier chabacanería
y creen que ya comunican—.
Pero nosotros usamos
las palabras apropiadas.
La comunicación implica
no solo el uso
y su comprensión por
ambas partes,
el correcto significado y sentido
de la palabra,
sino que también implica compartir,
que compartamos lo que se dice,
que es la responsabilidad de
compartir y participar juntos.
Así pues, no estamos solo
comunicando verbalmente,
sino compartiendo profundamente
el hecho,
siendo el hecho, el hecho
absoluto, no relativo,
el hecho irrefutable de que
no hay seguridad
en nada que el hombre
haya inventado, en lo psicológico.
Todas nuestras religiones son
invenciones creadas por el pensamiento.
Todos nuestros empeños divisivos,
que aparecen cuando hay
creencias, dogmas, rituales,
que constituyen
toda la substancia de la religión,
cuando usted ve todo esto muy claramente,
no como una idea, sino como un hecho,
el propio hecho revela la extraordinaria
cualidad de la inteligencia,
en la que hay seguridad total,
completa.
Espero que vea este hecho de
la inteligencia ahora, no mañana.
No se vaya a casa diciendo:
"Reflexionaré sobre ello".
Cuando mañana reflexione sobre ello,
ya lo habrá distorsionado.
Pero estamos pensando
juntos, ahora,
usando nuestra razón, nuestra
capacidad de pensar con claridad.
Así pues, la comunicación del hecho
entre usted y quien habla es ahora,
no al final,
no cuando a usted le convenga.
Entonces, habrá perdido el tiempo,
habrá perdido días y meses.
No actúa así cuando
la casa se quema, ¡actúa!
Cuando a usted le preocupa,
como a todos nosotros, espero,
cuando le preocupa profundamente
la transformación del hombre,
porque el hombre debe
transformarse radicalmente
—cuando uso la palabra "hombre",
incluyo también a la mujer—.
No estamos hablando de igualdad
de derechos, mujeres y hombres,
la liberación de las mujeres
y todo eso.
Cuando decimos "hombre",
hablamos de hombre y mujer.
Por favor, disculpen
si uso la palabra "hombre".
No me escriban cartas preguntando:
"¿Por qué no dice 'mujer'?"
Como ya han hecho. (Risas)
Esto significa que estas personas
en realidad no escuchan,
siguen pensando parcialmente.
Estamos pensando juntos,
holísticamente, como un todo,
no usted y yo, seres humanos
separados, pensando juntos,
miramos algo, juntos.
Mire, cuando siente que
hacemos algo juntos,
hay mucho cuidado,
hay mucha atención,
hay un profundo sentimiento
de solidaridad y afecto.
Uso esa palabra en todos
esos sentidos —juntos—.
Así, en nuestra conciencia,
uno de los factores
es la demanda y la búsqueda
de seguridad psicológica.
Y cuando buscamos
seguridad psicológica en naciones,
en creencias, en gurús, en libros,
en ideas, etc., en líderes,
como eso crea división,
en lo psicológico,
hay divisiones
—hindú, budista,
nación diferente, inglés,
americano, holandés, alemán—,
división.
Por lo tanto, cuando hay
apego psicológico
a una creencia, a una nación,
hay inseguridad física.
¿Comprende?
¿No es así?
¿No es un hecho?
Si estoy apegado a la India
—no es el caso—,
si estoy apegado a la India y a todas
las cosas absurdas que representa
la India, las imágenes, el
romanticismo, toda esa sandez,
si estoy apegado a eso,
yo me separo del resto
del mundo, psicológicamente,
y la división siempre
crea conflictos.
Cuando hay división entre
hombre y mujer, ¿entiende?
Usted está casado,
tiene todos estos problemas.
Cuando hay división,
inevitablemente habrá conflicto.
Es una ley inexorable.
Y la división es producida
por el apego a
las ideas psicológicas.
De ahí que exista la pobreza,
la degradación, guerras,
terror en el mundo,
el mundo se está convirtiendo en
un lugar peligroso para vivir.
Entonces, es posible que
un ser humano,
usted, que es el mundo
—por favor, ese es el meollo
de este asunto,
usted es el mundo y
el mundo es usted—.
El mundo exterior y el interior,
tradicionalmente, ha sido
condicionado a ser un fragmento,
¿entiende?
Un fragmento americano,
un fragmento indio, etc.,
un fragmento católico, de ahí que
externamente no hay paz.
¿Verdad?
Un hombre no puede existir
sin paz, no puede crear,
no puede ser afectuoso,
no puede tener compasión, amor.
Bien. ¿Seguimos?
Así pues, parte de la conciencia del
hombre es el hecho de la búsqueda
y la demanda y el apego
a un fragmento
en el que espera encontrar
seguridad.
Y transformar ese fragmento,
en el que el hombre invirtió
esperando encontrar seguridad,
transformar eso por completo
solo puede suceder
si hay inteligencia,
inteligencia que es percepción.
Ya lo vimos antes.
¿De acuerdo?
¿Lo ve?
Es ahora, no mañana,
no al llegar a casa y pensar en ello
—entonces, ya está perdido—
ahora, mientras está sentado,
escuchando,
usando su sentido común, capacidad,
energía, cuidado y atención,
¿tiene lugar esa transformación?
¿De acuerdo?
Si no, no está escuchando,
no emplea su capacidad
de pensar claramente.
O bien está atrapado en
imágenes verbales
o en un símbolo
al que está apegado,
pues si suelta ese símbolo,
tiene miedo
y está solo
y empieza todo eso.
Hablaremos del miedo luego.
Pero mientras estamos escuchando
juntos, razonando juntos,
acumulando energía,
¿está ahí esa transformación,
que es la libertad,
el estar completamente libre
de intentar encontrar seguridad
en un fragmento?
¿Entiende?
¿Hay libertad?
Por favor, pregúntelo, exíjalo,
porque vamos a investigar
temas muy complejos.
Esto es solo el principio,
pues vamos a investigar, juntos,
todo este problema
de lo que es la conciencia
y el contenido de la conciencia.
Sin el contenido
no hay conciencia. ¿Verdad?
Usted no ha pensado
sobre estos temas.
Porque parte del contenido de su
conciencia, de la conciencia humana,
es esta exigencia de seguridad.
Seguridad en Dios, que es, de nuevo,
una palabra, un símbolo, una creencia,
seguridad en una nación, seguridad
en un grupo, seguridad en una comuna,
seguridad en la esposa, en los hijos,
seguridad en las ideas.
Eso es parte de nuestra conciencia.
Esa conciencia fue creada
durante miles de años,
lo que llamamos "evolución".
Un fragmento no puede evolucionar,
siempre será un fragmento,
no sé si ven esto.
Un fragmento no puede convertirse
en la totalidad.
¿Qué hora es? Si son tan amables.
Audiencia: Las doce menos cinco.
K: ¿He hablado durante
hora y media?
A: No, una hora.
K: ¡Ah! Una hora. Bien.
¿Pueden aguantar un poco más?
A: Sí.
K: No, no estoy muy seguro. (Risas)
Por favor...
Porque si ha escuchado
durante una hora
con mucho cuidado, con atención,
manteniendo el afecto,
¿sabe qué significa eso?
Entonces, usted es el universo.
No, señora, preguntas ahora, no.
Lo discutiremos el martes.
Entonces, parte de
nuestra conciencia,
que es la conciencia humana
del mundo,
un fragmento de esa conciencia
es la demanda y la búsqueda
de seguridad psicológica.
Ese es uno de los fragmentos
del contenido de nuestra conciencia.
Por lo tanto, el contenido
da lugar a la conciencia.
Vea la verdad de ello,
su lógica.
Parte de la conciencia de uno dice:
"Soy americano,
soy budista,
soy esto, soy aquello".
O me he identificado
con una cosa u otra.
Y esta identificación es la exigencia
o el deseo de encontrar seguridad,
temporal o permanentemente.
No hay seguridad permanente.
Y si hay seguridad temporal,
conduce al caos,
como señalamos.
Entonces, puede usted,
después de escuchar durante una hora
con su mente y su corazón,
¿puede usted realmente darse cuenta
del hecho de que está libre de ella?
Si no, o bien no ha usado
su capacidad de razonar
o escuchar a alguien que dice:
"Se lo ruego, por Dios,
mire esto."
Y no mirará.
Y si no mira,
nadie va a persuadirlo,
no quien le habla, desde luego.
La persuasión, la propaganda,
las amenazas,
el premio o el castigo
nunca le ayudarán a mirar.
Si usted mira a la fuerza,
habrá distorsión.
Así pues, ¿puede usted,
como ser humano,
después de una hora
conversando juntos,
ver este hecho extraordinario
y, viendo el hecho
y que es real,
liberar parte de esa conciencia
del fragmento
que es la exigencia,
la búsqueda de seguridad?
Entonces, la mente se vuelve
extraordinariamente despierta.
¿Entiende?
Entonces, ella ya puede
investigar el problema del miedo
—lo haremos mañana—
y el enorme contenido
de nuestra conciencia.
Y, finalmente, la pregunta es: "Se puede
vaciar el contenido por completo?"
¿Entiende?
Vaciar de modo que...
Vacío, no otra cosa.
Esto significa recompensa.
Si no les importa,
lo dejamos aquí,
porque hemos hablado
durante una hora,
y escuchar durante una hora
cosas importantes es muy difícil.
Probablemente no están
acostumbrados a ello.
Yo puedo seguir
pero ustedes, no.
Así que, si no les importa, paramos
y seguimos mañana por la mañana.