Algunas personas creen que todos tienen dos vidas y que moriremos dos veces. La primera muerte es la del cuerpo físico. Y la segunda, ocurre cuando la última persona que te conocía muere y no hay nadie más que sepa quién fuiste. Cuando era joven, practicaba caligrafía con agua. Lo que más me gustaba era ver cada letra desaparecer tras escribirla. A comienzos de los años '90, recogí una piedra de la naturaleza y comencé a escribir mi diario en ella con agua. Poco a poco, esto llevó a una serie de trabajos usando escritura en agua. La memoria es una parte esencial de nuestra vida. Si pintamos o escribimos algo, es porque queremos recordarlo. Así que pensé en dibujar algo que comience a desaparecer antes que pueda terminar el resto. Algo que no pueda completarse. Siempre será un trabajo en proceso. Casi llegamos a la calle en la que vivía. Mi padre fue muy estricto conmigo. De pequeño lo respetaba y pensaba que no había nada que no pudiera hacer. Pero en la adolescencia, creía que él no sabía nada. Me abrazaba cuando era pequeño. Todavía recuerdo sentir cosquillas por su barba cuando tenía tres años. Pero después, ni siquiera nos dábamos la mano. Yo quería tocarlo, pero no me atrevía a hacerlo. Y entonces pensé en la imagen. La imagen es algo que puedes ver, pero no tocar. Así que decidí filmar primero mi mano en el aire y proyectar la imagen sobre él. Una vez terminada la pieza, no hablamos sobre ella. Pero algo en nuestra relación cambió. Y mi padre podía sentir también esa conexión. Después de esa obra, mi papá y yo hicimos muchas otras por el estilo. Lamentablemente, en 2002, mi padre falleció por un infarto de miocardio. Y pensé: "Si no lo toco ahora con mis manos, nunca más tendré oportunidad de hacerlo." Por esa razón, hice una segunda iteración de "Tocando a mi padre". Estaba terriblemente triste, porque estaba tocando su cuerpo frío con mi mano caliente. Aunque lo grabé, decidí no verlo nunca. Allí comprendí cuan profunda y pesada es la sensación de extrañar a alguien y que no puede expresarse en ningún idioma. [Inaudible] - ¿Así está bien? - Sí. Si eso funciona, ¿cómo lo colocamos? ¿El nuestro aquí y luego, el tuyo? ¿O cómo deberíamos decidirlo? ¿Lo dejamos a la suerte? Dejémoslo a la suerte. Es mucho más justo. Hagamos un sorteo. Así es más interesante. Quiere que dejemos a la suerte la disposición de las obras. Bien, ve a hacer los papelitos. Ve a hacerlos. Me siento muy afortunado de tener a Yin Xiuzhen en mi vida, Y de haber compartido con ella más de treinta años. Somos como dos palillos que se sostienen mutuamente. El tuyo está puesto atrás, es más alto que el mío. Lo puse encima de una plataforma, por eso dije que estaba mejor atrás. Estuviste tramando esto por un largo tiempo. Esta exhibición es una conmemoración a "El camino de los palillos". Al principio, creábamos las piezas juntos. Después comenzamos a hacer cada una por separado y en secreto. Elegíamos un tema y un tamaño. Nuestra última colaboración fue en 2011. Llevamos a nuestra hija a la exhibición. Estaba curiosa y preguntó: "Ustedes dos trabajan bien juntos. ¿Puedo unirme yo también?" Le dije: "los palillos siempre van en pares, ¿cómo podrías sumarte?" Entonces me respondió: "¿por qué no puede haber tres palillos?" Sus palabras me dejaron pensando. Para esa colaboración, hice una pieza llamada "Control remoto". Quería hacer una máquina que pareciera que podía controlar, pero que, en realidad, era inservible. Porque se supone que los niños se salgan con la suya. Esta exhibición marca el 18º aniversario de "El camino de los palillos". Así que la animamos a que se nos uniera de nuevo, si lo encontraba divertido. Finalmente, se decidió por el carácter "Shēng", que representa a los vivos, la vida misma y la reproducción. Comenzamos a pensar qué podíamos crear, basándonos en el tema que escogió. Cuando era pequeña, solíamos jugar con ella.