Hola.
Hoy voy a habar sobre
qué es la psicopatía, el término,
y qué hacemos para tratarla
en Juniata College.
Empezaré contando que en otoño
de 2016, el laboratorio
del Departamento de Psicología dirigido
por la profesora Rebeca Weldon
intentaba identificar algunos rasgos
subyacentes de la psicopatía
y su relación con la población estudiantil.
Descubrimos, de acuerdo con la denominada
hipótesis específica de angustia
de la que hablaré en un momento,
que los participantes
con más grado de psicopatía,
que es un déficit de empatía,
tardaban más en reconocer rostros
asustados de otras personas,
y explicaré las consecuencias
que esto implica.
En otoño de este año escolar,
quisimos intentar algo distinto,
quisimos plantear lo imposible.
Existen muy pocos tratamientos
para la psicopatía
y quisimos comprobar si podíamos
alterar este efecto,
ese retraso en el reconocimiento
de los rostros asustados de los demás
alimentando la empatía
o algo parecido a la empatía
en las personas con un mayor
grado de psicopatía.
Creo que para comprender
a qué me refiero con "psicopatía"
debemos analizar el uso sensacionalista
del término que se da en los medios.
En la cultura popular de Hollywood
existe un concepto acuñado
como "psicópata de élite".
Les explicaré qué significa esto,
pero antes debo darles algunos ejemplos.
Personajes como Hannibal Lecter,
Patrick Bateman de American Psycho
o la adaptación televisiva
más reciente de Sherock Holmes
podrían ser considerados caricaturas
de estos psicópatas de élite,
lo cual es problemático
en muchos sentidos.
Estos personajes son
en el fondo antihéroes.
Nos invitan a empatizar con estos
personajes protagonistas
que realmente nunca demuestran
empatía hacia los demás.
Y, por supuesto, deseamos imitarlos.
Pero lo cierto es que
muestran algunas
características psicopáticas.
Son fríos, calculadores,
apáticos, sofisticados,
pero también muchas otras cosas
que no se ven con tanta frecuencia
en la psicopatía real.
Siempre van un paso
por delante de los demás,
poseen mentes maquiavélicas,
y eso no suele darse en la realidad.
Así que les explicaré cómo
se define la psicopatía
en el ámbito de la psicología
y esos componentes supondrán
diferencias en la conducta y el cerebro.
También considero importante
destacar que en el DSM-5,
el manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales,
el trastorno de personalidad antisocial
y la psicopatía se consideran sinónimos.
Aunque comparten ciertos síntomas,
consideraremos la psicopatía
de acuerdo con una serie distinta
de características y facetas
que la diferencian aunque por muy poco
del trastorno de personalidad antisocial.
Me gustaría aclarar que en el
trastorno de personalidad antisocial
hay síntomas como agresividad
y agresiones externas
que pueden generalizarse,
impulsividad, conducta dirigida
a la búsqueda de sensaciones,
imprudencia y relación con
comportamientos delictivos.
Hablemos de algunos de ellos.
Hay una falta de culpa o remordimiento.
Hay una falta de expresión emocional.
Estos síntomas son diferencias de
procesamiento emocional o afectivo.
Nuestro estudio se centró en ellas.
Las personas con un alto grado
de psicopatía suelen ser ariscas,
un poco como las representa
la cultura popular.
Carecen de expresión emocional
de manera que no muestran
sus sentimientos a los demás.
También carecen de una respuesta
emocional prosocial,
que significa que si en una interacción
alguien muestra angustia,
se espera que nos comportemos
de determinada manera,
pero ellos no lo hacen.
También hay diferencias
de naturaleza interpersonal.
Manipulan a los demás y los usan
como medios para lograr objetivos.
También adolecen de grandiosidad,
o un sentido exagerado
de la propia importancia.
Todo esto se aprecia en personas
con un alto grado de psicopatía.
Hay una última característica, la búsqueda
de emociones y la impulsividad.
Esto no suele verse en el prototipo
del psicópata de élite.
Las personas con un grado elevado
de psicopatía son impulsivas,
buscan emociones y no ponderan
adecuadamente riesgo y recompensa.
Así, con frecuencia cometen delitos
y como consecuencia son encarcelados.
Cuando buscan sensaciones
deben calcular riesgo y recompensa,
deben sopesar activamente el riesgo
y la recompensa para pasar a la acción,
pero no vemos este comportamiento
en gente con alto grado de psicopatía.
Ya también esta el factor agresión,
la agresividad generalizada.
Las personas altamente psicopáticas
tienen problemas para distinguir
delitos con y sin víctimas.
Por eso, cuando delinquen
no consideran el impacto potencial
que puede tener en los demás.
Hablemos de algunas diferencias
cerebrales de la psicopatía.
Hablaremos sobre todo de la amígdala,
que es el área del cerebro
que se encuentra en el centro
y esta zona se activa menos
en personas muy psicopáticas
cuando observan las emociones de los demás
especialmente las de angustia.
Y eso es importante
porque cuando no se procesa
el malestar de los demás,
quizá no sientan tampoco
la culpa y remordimiento
que una persona normal
sentiría en general
cuando perciben que los demás
sienten esas emociones.
Cuando hay menos activación en la gente
con alto grado de psicopatía,
esta zona del cerebro, la amígdala,
involucrada en el procesamiento emocional,
se muestra menos activa.
¿Qué importancia tiene
el estudio de la psicopatía?
Existe un vínculo entre
psicopatía y delincuencia.
Si analizan la literatura sobre psicopatía
encontrarán que la mayoría
de participantes son reclusos.
Y no es una coincidencia.
Hay una prevalencia mucho mayor
entre los reclusos.
Se calcula que entre el 50 % y el 80 %
de los reclusos podría presentar
alguna sintomatología psicopática
más allá de lo normal.
Fuera de la población carcelaria,
un porcentaje mucho menor de personas
podrían considerarse altas en psicopatía.
Se calcula que entre el 1,30 % y el 6,85 %
de los hombres de la población normal,
mayormente en EE.UU.,
podrían presentar síntomas
relacionados con la psicopatía,
mientras que en el caso de las mujeres,
es el 0,80 %.
Así que muchas menos
podrían considerarse que presentan
síntomas de psicopatía.
También es importante estudiar
la psicopatía porque hasta el momento
los tratamientos han sido
un rotundo fracaso.
El motivo es que tratamientos como
estrategias cognitivas o conductuales
necesitan algún tipo de acción
o voluntad de cambio
por parte de participantes o pacientes.
Como sabrán, las personas
con niveles altos de psicopatía
carecen en apariencia de esta
voluntad de cambiar
y por ese motivo los tratamientos
fracasan estrepitosamente.
¿Qué estamos haciendo?
Actualmente, nuestro laboratorio
en el Juniata College
trabaja en esta hipótesis
específica de angustia
que afirma que los síntomas afectivos,
los síntomas de procesamiento
emocional de la psicopatía,
podrían ser responsables de este déficit
en la comprensión de los sentimientos
de angustia de otras personas.
Pensamos: "Si los preparásemos
para una emoción congruente,
quizá eso podría, ¿es posible
que alterase ese efecto,
ese retraso en la comprensión
de los sentimientos ajenos?"
Utilizamos algo llamado tarea
de memoria autobiográfica emocional,
que reta al participante
a recordar un momento de su vida
en el que sintieron
una emoción determinada.
Utilizamos el miedo.
Los participantes recordaron un momento
de sus vidas en el que sintieron miedo
y como consecuencia,
podría ser que el miedo destacase más,
que fuera más accesible
y más fácil de reconocer en los demás.
Si pudiésemos seleccionar participantes
con niveles altos de psicopatía
y prepararlos para este miedo
quizá posteriormente serían capaces
de reconocer mejor el miedo en los demás.
Si nuestros descubrimientos lo avalan,
es posible que la preparación
para una emoción congruente
sea una manera, a través de la exposición,
de condicionar una respuesta empática
en gente que de otro modo no la tendría.
Es decir, podríamos fomentar
la empatía en los psicópatas.
Esto sería revolucionario
porque la encarcelación en nuestro país
está batiendo récords
y si de alguna manera podemos minimizarlo
con el desarrollo de estrategias para
tratar personas con síntomas psicopáticos
antes de que manifiesten
conductas delictivas
podríamos solucionar
el dilema actual que supone
la psicopatía en EE.UU.
Gracias.
(Aplausos)