Hola a todos.
Fui maestra de escuela por 15 años
y en mi corazón aún soy maestra.
Solo que ahora enseño a la gente
acerca de la práctica restaurativa;
una práctica restaurativa ofrece
lenguajes, habilidades, herramientas
para construir conscientemente
relaciones positivas
y para manejar sanamente
los conflictos que puedan ocurrir.
Y esta noche voy a compartir
con Uds. uno de esos consejos.
He investigado mucho en esta área,
ayudando a maestros
a implementar la práctica restaurativa
en sus clases más desafiantes
y con sus estudiantes más desafiantes.
Y los resultados positivos
realmente han inspirado mi pasión
y compromiso por mi trabajo actual.
De verdad creo en ella, como maestra
y como ser humano en el mundo.
Siento que tiene mucho para ofrecernos.
Y en el corazón del enfoque restaurativo
están los valores, valores restaurativos,
como la empatía y el respeto.
Voy a compartir con Uds. un momento
cómo utilizo esos valores en mi clase,
pero primero les contaré una historia
sobre el momento en que
me puse a la defensiva y me desconecté;
este ejemplo está basado en una clase,
pero cualquiera de Uds.
que viva con un adolescente
podrá identificarse con este escenario.
Es jueves por la tarde,
y estoy cansada, un poco sobrepasada,
y una de mis queridas estudiantes, Lauren,
llega con la tarea sin hacer.
Salté directo al ataque,
ya saben, echándole una reprimenda.
Y ella alzó sus ojos al cielo.
Y le digo:
"¿Acaso alzaste la mirada?"
Y ella dice: "Sí."
Le digo: "Entonces nos veremos
después de la escuela como castigo"
Y ella dijo: "No lo haremos,
porque no estaré."
Y le dije, "Sí estarás,
y si no estás,
estarás en medio de un gran problema."
Yo no sabía exactamente
cuál iba a ser el problema,
pero sabía que iba a poner
mucho empeño en pensar algo.
En esa época,
yo era la líder de la escuela
en la práctica restaurativa.
Y podía oír esta voz en mi cabeza
diciendo:
"¿Qué estás haciendo?"
Y no puedo evitarlo, ya saben,
va escalando.
Así es toda la clase.
Llego a casa con dolor de cabeza.
Y en esa lucha de poderes con Lauren,
me he desconectado de mis valores.
No estoy intentando conectar con Lauren
y cultivar la empatía.
No estoy dando el ejemplo del respeto,
que es algo que uno merece,
ya sea que hayas hecho tu tarea o no.
Es algo que se da,
por el solo hecho de ser.
No estaba promoviendo la responsabilidad,
dándole a Lauren el poder
de ser parte de la solución.
Trataba de castigarla y
de que hiciera lo que yo decía,
sólo porque yo lo decía.
¿Dónde están ahí mis valores?
Como maestra, siempre he sentido
que lo que sabemos es importante,
pero más importante es quiénes somos,
y no me gustó quien yo había sido ese día.
No estaba siendo mi mejor versión.
Aunque estaba haciendo
lo mejor que podía en ese momento
porque la calma es un superpoder.
Brené Brown, una investigadora en empatía,
y, de paso, mi oradora de TED favorita
de todos los tiempos,
quizás hasta esta noche,
ella dice que la calma es una práctica,
que no nacemos así, con calma o sin calma.
La gente tranquila practica dos cosas
antes de responder.
¿Saben lo que hacen?
Leen, y hacen preguntas.
Así que al día siguiente,
Lauren llega así,
y se sienta, me mira.
Si soy totalmente honesta,
una parte mía piensa:
"Que empiece la pelea"
[risas]
Y entonces respiro,
me hago una pregunta muy poderosa.
Y esta pregunta ha sido
una gran amiga a lo largo de los años.
Es: "¿Quién quiero ser
en esta situación?"
Y por supuesto, quiero ser alguien
que expone y vive sus valores.
Lo brillante de la práctica restaurativa
es que ofrece un andamio
y un lenguaje explícito
que le da un soplo de vida a los valores.
Son valores en acción,
de especial ayuda en momentos desafiantes
cuando podemos levantar la armadura,
desconectarnos y perder
nuestra oportunidad de empatizar.
Así que invito a Lauren a conectar conmigo
a través de estas seis simples preguntas.
Le digo:
"Mira, Lauren, sólo quiero hablar
de lo que pasó ayer
con la tarea, ¿de acuerdo?"
Y ella dice: "Sí."
Le digo: "En el momento,
no estaba pensando,
y fui directa al ataque.
Y desde entonces estoy pensando
que podría haberlo manejado mejor.
Lamento cómo te hablé."
Y ella me dijo de inmediato:
"Fui impertinente."
Le dije:
"Desde tu punto de vista,
¿qué pasó?"
Y me dijo: "Bueno, entré a clase.
No tenía la tarea hecha.
Tú te enojaste."
Y agregó, "Fui un poco descarada."
Y le dije: "De acuerdo.
¿Qué pensaste en ese momento?"
Ella dijo: "Pensé si te había hecho algo,
o si yo no te agradaba o algo así.
Nunca te había visto así antes."
Le dije: "No."
Por entonces mi madre estaba enferma.
Dije: "Lauren, mi madre no está bien,
y estoy cansada.
Creo que probablemente
me desquité contigo, ¿sabes?"
Le dije: "¿Qué piensas ahora?"
Y ella dijo: "Sólo tenías un mal día."
Dije: "Sólo tenía un mal día."
Dije: "Mira" -cuarta pregunta-
"¿a quiénes afectó eso?
Yo sé que estaba muy estresada
y me desquité con la siguiente clase,
y me sentí culpable cuando llegué a casa."
Le dije: "¿Qué tal tú?"
Ella dijo: "Si, estaba molesta.
Estaba un poco avergonzada."
Dijo: "Estaba algo preocupada
de venir a clase hoy."
Le dije: "Lo sé, lo siento."
Dijo: "No, yo también lo siento."
Yo dije: "Bueno, veamos.
¿Qué podríamos haber hecho distinto?"
Quinta pregunta.
Dije: "Mira, desde mi punto de vista,
creo que pude haber dicho con calma,
"¿Puedo hablar contigo cuando termine?"
Dije: "¿Y tú?"
Y ella dijo: "Pude haberte dicho
desde el comienzo
que no había hecho mi tarea."
Dije: "Sí, o también, pudiste
haber hecho tu tarea, ¿sabes?"
[risas]
Y ella dice: "Oh, sí, sí."
Pero tuvimos una charla sobre
por qué no había hecho la tarea.
Y nuestra sexta pregunta:
¿Qué debe pasar de aquí en más?
Y honestamente Lauren y yo
nos hemos llevado mejor desde entonces.
Fue una oportunidad
de practicar la empatía.
Hay un gran déficit de empatía
en nuestra cultura.
Y la empatía es algo que
podemos enseñar, puede crecer.
Pero necesitamos cultivarla.
Y las preguntas restaurativas
facilitan eso.
Hacen dos cosas:
Nos invitan a ver la perspectiva
de cada uno,
un ingrediente clave de la empatía.
Y nos permite sentir el uno con el otro,
que de eso trata la empatía,
sentir con los otros.
Ahora trabajo en escuelas, organizaciones
con maestros y estudiantes
que desean cultivar
la cultura restaurativa.
Pero esto es relevante en clases,
en salas de reuniones, en salas de estar,
donde sea que haya personas y relaciones.
Así que los invito a que
la próxima vez que estén
en una situación desafiante
o una conversación difícil
practiquen la calma,
se detengan.
Pregúntense:
"¿Quién quiero ser en esta situación?"
Y quizás en lugar de decir:
"¿Por qué el lavaplatos aún está lleno?"
se pregunten: "¿Qué pasó que
el lavaplatos aún está lleno?"
O en lugar de "¿Por qué llegas tarde?"
"¿Qué pasó para que llegaras tarde?"
"¿Por qué le dijiste eso a tu hermana?"
"¿Qué pasó para que le dijeras
eso a tu hermana?"
O en mi caso, "¿Qué pasó para que
no hicieras la tarea?"
Y tal vez eso nos permita encontrarnos.
Las personas que vienen a mis clases
y conferencias suelen preguntarme:
"¿De verdad funciona
la práctica restaurativa?"
Y lo que normalmente quieren saber
es si la otra persona cambia.
Y en mi ejemplo,
puede parecer que el éxito
radica en que Lauren eligiera
trabajar conmigo el segundo día.
En mi propia experiencia,
en toda mi investigación,
hay una gran evidencia
de que el enfoque restaurativo maximiza
las posibilidades de que esto pase,
pero, los insto a que no busquen
resultados externos
como su única medida de éxito.
Maya Angelou, mi escritora favorita,
dice que el éxito es gustarte a ti mismo,
gustar de lo que haces
y gustar de cómo lo haces.
Y la verdad es,
que me gusta mucho quién soy
siendo restaurativa,
y siendo quien quiero ser en el mundo.
Así que para mí, siempre funciona.
En la práctica,
las preguntas nos trasladan
de la culpa y el ataque
a la empatía,
el corazón
de las conversaciones difíciles.
Y a título personal,
creo que espiritualmente,
nos trasladan del miedo al amor.
Y esto es lo que creo
que nuestro hermoso mundo necesita,
más empatía, más amor.
Gracias.
[Aplausos]