Entre los grandes poetas de la historia literaria, algunos nombres como Homero, Shakespeare, Milton y Whitman son inmediatamente reconocibles. Sin embargo, hay un gran poeta francés de principios del siglo XX que a lo mejor no es tan famoso: Guillaume Apollinaire. Fue amigo íntimo y colaborador de otros artistas como Picasso, Rousseau y Chagall. Acuñó el término "surrealismo" y se cree que robó la Mona Lisa en 1911. Durante su corta vida, creó un estilo poético que mezcló texto e imagen anticipando así una revolución artística. A finales del siglo XIX y en el comienzo del siglo XX, los barrios parisinos pobres de Montmartre y Montparnasse eran el hogar de muchos artistas famélicos. Era todo lo que podían permitirse. Estos pintores, escritores, intelectuales, unidos por su pasión artística y el credo de la contracultura, crearon la subcultura bohemia francesa. Y sus obras de arte, literarias y formas de pensar cambiarían el mundo. A principios del siglo XX, presente en este escenario dinámico, había un crítico de arte, poeta y defensor de la vanguardia: Guillaume Apollinaire, una figura familiar. Como crítico de arte, Apollinaire familiarizó el mundo con el movimiento cubista y surrealista y defendió muchos jóvenes artistas contra un público a menudo xenófobo e intolerante. Como poeta, Apollinaire era apasionado de todas las formas artísticas y un experto en literatura medieval, especialmente en caligrafía y letras capitulares. Apollinaire era un visionario y notó la discrepancia entre las dos instituciones artísticas: por un lado la expresión popular, tradicional y muy apreciada, y por el otro, aquellas formas de expresión artística propuestas por el surrealismo, cubismo o los nuevos inventos de la época como el cine y el fonógrafo. Y en medio de esta división a través de su contribución más importante a la poesía, el caligrama, Guillaume Apollinaire construyó un puente. Apollinaire creo el caligrama como un poema imagístico un retrato escrito, un dibujo de pensamientos y lo usó para expresar su modernismo y su deseo de llevar la poesía más allá de los límites textuales y corrientes poéticas y en el siglo XX. Algunos caligramas son divertidas, como la "Lettre-Océan". otros son dedicados a sus amigos muertos jóvenes como "La Colombe Poignardée et le jet d'eau". Algunos son la expresión de un momento emotivo, Al igual que en "Il pleut": "Llueven voces de mujeres como si estuvieran muertas hasta en el recuerdo; también vosotras llovéis, maravillosos encuentros de mi vida, oh gotitas y esas nubes rebeldes se ponen a relinchar todo un universo de ciudades auriculares. Escucha cómo llueve mientras la pena y el desdén lloran una antigua música. Escucha caer los hilos que te sujetan arriba y abajo". Cada caligrama se propone liberar a los lectores de la experiencia de la poesía habitual para sentir y ver algo nuevo. "Lettre-Océan" es una obra para ser antes vista que leída. Elementos exclusivamente textuales se combinan con las palabras siguiendo diversos patrones y formas. Dos formas circulares, una encerrada en un cuadrado, la otra se transforma en una espiral más allá de la página. Juntas, crean una imagen que apunta al cubismo. Luego, una lectura cuidadosa del texto revela que las palabras aluden a una vista aérea de la Torre Eiffel y hace un homenaje a las ondas electromagnéticas del telégrafo, un nuevo medio de comunicación de la época. Sin duda, los profundos significados artísticos en los caligramas de Apollinaire no son solamente un brillante ejemplo de destreza poética por parte de un maestro de la forma. Cada caligrama es en sí mismo una instantánea en el tiempo, salvaguardando la pasión, el entusiasmo y la expectativa de todos los artistas bohemios parisinos, incluyendo a Apollinaire mismo; muchos de estos artistas se adelantaron a su tiempo y estuvieron un paso más cerca del futuro a través de sus obras innovadoras.