(Aplausos)
Buenas tardes.
¿Cómo andan?
Muchas gracias por venir.
No me hago cargo si esta charla les da hambre
o ganas de comer algo rico,
o mejor aún si les da ganas
de llegar a casa
y cocinar algo casero.
Antes que nada
y antes de arrancar
hablar de comida, de comida rica,
de comida casera,
quiero que se confiesen
gastronómicamente
y que con una mano
en el corazón me digan,
y no vale mentir.
Quiero que levante la mano
el que en las últimas
48 horas comió comida de "delivery",
vamos, no mientan.
Vamos esas manos;
bien, sinceras, bastantes.
¿Quién comió comida de
supermercado o de rosticería?
La rosticería de la esquina.
Bastantes.
¿Quién comió comida casera?
Bien, bien, eso me gusta, eso
habla muy bien de todos Uds.
Hoy vamos a hablar de
lo que es la comida casera.
Gracias por ser sinceros,
gracias por su confesión.
Ahora me voy a confesar yo.
Ayer en la noche
comí comida casera,
cociné comida casera.
Ayer de noche me preparé
un té verde.
Soy fanática del té verde,
me gusta siempre,
sea la noche que sea,
sea Navidad, sea Fin de Año,
sea una noche que
trabajé hasta tarde,
me gusta siempre
prepararme un té verde,
lo dejo en la mesa de luz,
lo tengo ahí
y sé que cuando me levanto
en la mañana,
es como mi bienvenida.
Es el que primero me abraza
y me dice: "Buenos días".
Creo mucho en las propiedades
de los alimentos,
especialmente el té verde
es antioxidante.
Soy fanática del café.
¿Hay más fanáticos del café acá?
Bien, ¿más fanáticos del
chocolate?
Fanáticos de los recuerdos
gastronómicos.
¿Quién piensa en un buen recuerdo
y piensa por ejemplo en
salsa burbujeante de tomate?
Tres horas antes como
la preparaba mi papá.
A la 1 íbamos a almorzar
y a las 10 de la mañana
ya empezaba a picar todo
y a dejarla hervir en casa.
¿Tienen esos recuerdos?
¿Sí?
Recuerdo al llegar de la escuela
y haya olor a torta marmolada,
hornéandose,
esperando que salga para llegar,
me está dando la bienvenida
después del colegio.
¿Tienen ese recuerdo?
Yo hoy también les voy
a hacer mi confesión
y mi confesión es que cuando
tenía un año más o menos,
estaba en la casa
de mis abuelos
y ese día me enamoré
del chocolate.
Era casi, casi tan grande como
la servilleta que me pusieron acá
y ese día es como el primer
recuerdo gastronómico que tengo,
ese recuerdo que me hace pensar
desde ese día ya soy feliz,
porque me daban comida rica,
porque me daban comida casera,
desde ese día todos los momentos
más felices de mi vida tienen
algún tipo de vínculo con
un suceso gastronómico.
Por ejemplo,
ir a pescar, levantar mejillones
de las rocas con mi abuelo
con el Tata.
Y eran las 9,
las 10 de la mañana
íbamos a almorzar a la 1, pero
yo sentía muy feliz el momento
porque pensaba en primero
recogerlos, después lavarlos,
después alguien tenía
que picar ajo,
otra persona que estaba
a la vuelta de la familia
tenía que picar el perejil,
alguien los iba a colocar
en la olla
y era como todo ese momento
que se hacía el plan del día.
Seguramente Uds. también
tengan esos recuerdos,
como por ejemplo...
tu tercer, cuarto cumpleaños
y que no te importara nada
más que el momento en que
se cortara la torta
de cumpleaños.
Era todo lo que importaba,
era siempre algo rico,
algo sabroso, algo gustoso
lo que generaba el vínculo
de la familia, el vínculo entre
los amigos, y a mí me pasó eso.
Todos esos momentos realmente
los voy como acumulando
en mi memoria y pienso,
¡qué lindos que son!
Mi nombre es Ximena Torres,
soy cocinera de oficio,
de vocación
soy fanática de la albahaca,
me encanta picar albahaca,
y sobre todo pico la albahaca
porque me encanta el olor que genera,
que me queda en las manos,
una vez que ya comimos, pero
me queda como ese olorcito rico
a la albahaca; y soy tan fanática
de la albahaca que un día
mezclé chocolate con albahaca y
de ahí nació un producto que hice,
un bombón que se llama "basílico"
y que fusiona 2 cosas que
me gustan mucho.
Soy cocinera, soy chocolatera
y estoy muy convencida de que
la comida casera nos puede hacer
tener una vida más linda,
más alegre y más sana.
Y hoy vamos a hablar de esto,
de lo que es cocinar casero.
Hay distintas razones
por las que cocinamos.
¿Vos cocinás? Sí, bien.
¿Capaz que para conquistar?
Ahí, dudoso, ya va a venir.
Todos cocinamos
para conquistar, por ejemplo,
vas a recibir a un amigo,
vas a recibir a tu chica, a tu chico
o mejor aún, vas a recibir a tu suegra
la primera vez que viene a casa;
todos pensamos en cocinar
para conquistar, cocinar, pensar
qué música vamos a poner,
pensar en la ambientación,
las velas, armar la casa linda.
Originalmente se cocinaba o
la primera vez que se cocinó fue
como forma de subsistencia.
Hace más de un millón de años
que el hombre inventó el fuego,
y buscó la forma de prender fuego.
¿Para qué? Para cocinar
el producto de la caza.
¿Para qué? Para poder alimentarse.
También cocinamos como...
como forma de independencia,
te vas en el primer veraneo
con amigos y te toca cocinar,
porque no podés salir todos
los días a comer afuera
y de repente decís, bueno,
me las arreglo con
arrocito con atún, pues
ya les paso un tip,
le pueden agregar pimentón,
perejil, choclo,
le dan su toque personal.
Cocinamos por independencia,
porque está buenísimo tener
las habilidades de cocina para
poder ir a cualquier parte del mundo
y decir me las arreglo,
soy independiente.
Yo me doy mi propio alimento
para cuidarme, para quererme.
Cocinamos por amor.
Capaz que les pasó una vez,
llegar a casa cuando ya es tarde
y está toda la familia durmiendo,
y te dejaron allí en el mármol
en la mesada,
la tartera con el repasador.
Te están diciendo que te aman.
No hay mejor forma de decir
"te quiero", en una tartera
hay mil te-quieros.
¡Te pasó a vos!
La vez que te dijeron eso, dijiste:
¡Cómo me quiere,
muchas gracias! ¿No?
La tartera habla de eso, ¿no?
Y también el comer bien habla
de cuánto nos podemos
querer a nosotros;
de qué manera nos queremos.
Me gusta pensar, por ejemplo en
nuestro organismo, nuestro cuerpo
como... como un automóvil,
como un auto,
ese auto que ahorraste 5 años
para comprártelo, peso a peso.
Y que, si lo querés cuidar,
yo no sé mucho de automóvil,
pero bueno, hablamos siempre
de los repuestos, en genérico,
de los repuestos o la nafta
que le vas a poner a tu auto
si lo querés cuidar,
los mejores repuestos,
la mejor nafta,
lo vas a cuidar, entonces,
si tu cuerpo es tu automóvil
ese que te va a acompañar
hasta el final de los días.
¿Cómo lo querés cuidar,
de qué manera?
¿Cómo querés quererlo?
Dándole el mejor alimento,
llevándote a ti mismo
todo lo mejor,
comida casera, buenos productos
productos que sepas que
te van a hacer bien.
Voy a tomar hoy prestada,
si me lo permite Hipócrates,
el padre de la medicina, que
imagínense que, ya desde esa época,
se hablaba de lo que era
la buena alimentación.
Y él decía lo siguiente:
"Que el alimento sea
tu mejor medicina,
y que tu mejor medicina
sea tu alimento".
Conocer los productos,
saber de dónde vienen,
conocer lo que tú te
estás llevando a tu cuerpo.
Los alimentos tienen nutrientes,
tienen vitaminas,
bueno yo como cocinera
puedo decir, bueno,
me encanta el dulce de leche,
me encanta el chocolate.
A todos los que nos gusta comer,
¿a quién le gusta comer cosas ricas?
Nunca hay nadie que no le
guste comer cosas ricas,
a ver más manos.
¿A quién lo gusta comer
chocolate, torta milhoja,
torta milhoja, ya les gustó.
¿Massini? ¿Sí?
¿Pizza de carrera?
¿Sí?
Sabían que mi abuelo lo inventó
¿pueden creerlo eso?
Me encanta decir eso pues,
como que me siento orgullosa,
me gusta sentir que en la genética
algo gastronómico hay.
Hipócrates decía eso,
y me gusta pensar que
en los alimentos hay nutrientes,
hay vitaminas,
hay muchas cosas buenas
para llevarnos a nuestro cuerpo.
Hoy en día, vas al médico
de repente, o uno tiene algún...
algo que le falta, y bueno
te dan una pastilla,
te dan un medicamento,
te dan una receta,
te dan la receta médica,
pero la receta médica nunca
coincide con una
receta gastronómica.
Que te diga, por ejemplo,
comé 100 gramos de brócoli,
que tiene más 200 miligramos
de potasio,
la receta médica es
mucho más fácil, bueno,
un poquito de esto,
una pastilla de lo otro.
El cuerpo tiene una facultad
de auto sanación,
que es la que decía Hipócrates
y justamente si nosotros
buscamos llevar
los nutrientes necesarios
a nuestro organismo.
Buscar qué comemos,
cómo lo comemos,
cómo lo cocinamos,
podemos tener una vida sana.
Y está bueno tener en cuenta eso;
está bueno pensarlo.
Yo les puedo contar que hace...
me gusta pensar en qué como,
y hace por lo menos unos 6 años
no tengo ninguna de esas
gripes que te dejan tirada,
que te resfrían, que te matan.
Está bueno pensarlo.
Uds. tienen esa capacidad
de elegir qué comen,
cómo lo comen, cómo fue
cuidado ese alimento
y consumirlo.
Es medio loco pensar
que en el mundo actual
está como bastante
en boga la cocina,
hay muchos cocineros
en la televisión,
hay muchos programas de cocina
hay muchos como
delicatesen, espumas,
esas palabras como
medio extrañas que de repente
pueden darte más conocimiento
sobre la cocina,
pero también te pueden asustar
un poquito, ¿no?
Al mismo tiempo que hay
un auge impresionante
de lo que es la
gastronomía, también
ocurre que hay mucho más
enfermedades relacionadas
con la alimentación o
con la mala alimentación.
En Uruguay hay una persona obesa
por cada cinco personas
y es realmente alarmante eso.
Capaz que si Uds. no se han
animado a cocinar todavía.
Capaz que se les ocurrió esto,
por ejemplo,
agarrar un libro de cocina,
de esos libros que ya
no existen tanto,
no existe el cuaderno tanto.
Una receta que está escrita
de esta manera por ejemplo:
El colchón de verdes,
la sinfonía de especias,
el salmón del mar nórdico.
Claro, al tercer renglón
ya cerrás el libro
y llamás al "delivery".
Pero Uds. también
pueden cocinar.
Ahora vamos a hacer una traducción
simultánea del asunto.
El colchón de verdes,
no es más que, verdes,
lo que encuentres
lo que tenés en el mercado,
lechuga, rúcula, repollo,
lechuga crespa, albahaca, perejil.
Las especias, a mí me encanta
usar especias en mi cocina,
y creo que con un toquecito
de especias, como por ejemplo
hoy el atún con un toquecito
de pimentón, ya podés hacer
como tu toque en tu plato.
Pero las especias
podés ir probándolas,
podés comprar uno o dos tipos de
especias y se compran 10 gramos;
no son caras, y vas probando
cuál te gusta, cuál no,
pero no tenés que esperar a que
nadie haya ido hasta la India
vuelto y todo para
poderlas utilizar.
Los tomates secos, pueden también
usar tomates frescos,
está bueno conocer el mercado,
saber que en julio en Uruguay
no se compra tomate fresco,
se utiliza el seco.
Cuando llega septiembre,
octubre, ya está buenísimo el tomate
tiene que oler a tomate,
tenés que partirlo,
tiene que tener color a tomate
y utilizar tomate fresco.
Salmón del mar nórdico...
muy complicado.
Pescado fresco. Ir a la pescadería,
preguntarle a los expertos,
el pescado, el último que llegó,
el más fresco, es el que
vos tenés que consumir,
conocer sobre la materia prima.
Fruta de la pasión brasileña,
también conocida como maracuyá.
La fruta de estación,
la que encuentres en el mercado,
chocolate, chocolate Nueva Guinea,
está buenísimo,
yo sé que está buenísimo,
porque hoy en día los granos
también se sabe de dónde llegan,
pero utilizando chocolate puro
ya vas a andar bien.
Granos de café, mermelada inglesa
de naranjas amargas,
la misma que usás para
las tostadas todas las mañanas.
Y así se va traduciendo,
las cosas como que
se vuelven más fáciles
y más simples.
Es Gastronomía, no es
Física Nuclear
no es nada así exótico ni raro.
Yo soy cocinera, me gusta
decirme cocinera y no chef
porque creo que todos
podemos ser cocineros
si pensamos en lo bien que
nos hace a nosotros cocinarnos.
No hay fórmula que tire eso,
no hay forma que diga
no quiero hacerlo si
me hace bien a mí.
La industrialización de
los alimentos ha hecho algo que
está muy bueno por un lado
porque nos permite tener
alcance a productos diferentes,
a sabores diferentes.
Hoy en día se encuentra
de todo en el mercado,
pero también ha hecho
que muchos productos
hayan dejado de ser lo que son
y está en nosotros acostumbrarnos
a eso o no, por ejemplo:
Sabor a chocolate.
¿Para qué queremos
sabor a chocolate?
Si podemos tener chocolate,
si podemos tener un alfajor
que sea bañado en chocolate,
si podemos tener un bombón
que sea hecho con chocolate.
El chocolate, producto milenario.
Antiguamente los mayas,
los aztecas valoraban
tanto ese grano,
que lo usaban como moneda.
La forma de negociación era
intercambiando granos de cacao.
El cacao es un súperalimento;
tiene vitaminas,
tiene antioxidantes
tiene un montón de nutrientes,
entonces a la hora de elegir
para qué querés "sabor a",
si podés tener chocolate.
Es como si yo dijera hoy
viene casi Ximena,
o viene casi Juan o casi Pedro.
No, que venga la persona.
Sabor a dulce de leche.
El dulce de leche,
producto lácteo, hecho a partir
de algo tan puro y tan noble,
como la leche de vaca
y como el azúcar.
¿Para qué nos venden una galleta
que diga "sabor a"?
Está bueno conocer el producto,
conocer lo que nos llevamos
a nuestro organismo
y elegir qué queremos comer.
Fiambre de cerdo o jamón.
Jamón es la proteína
de la pata del cerdo
y que hoy en día
si no buscás bien la etiqueta,
está bueno saber leer etiquetas,
conocer lo que comemos
que no sea una mezcla
que tiene gelatina, harina,
un poco de proteína,
y le ponen un molde que tiene
la forma de la pata del cerdo.
Que sea jamón, si comprás jamón.
La margarina.
¿Para qué queremos 10 tipos
de productos de laboratorio,
si podemos tener manteca, que es
el producto lácteo elaborado
a partir de la leche
de la vaca y que te da
un toque noble en el producto,
un toque noble en la comida
que está buenísimo?
Es muy importante
realmente conocer
los productos que
estamos consumiendo
y lo que nos estamos llevando
a nuestro cuerpo.
La Gastronomía también o
la comida casera también
tiene eso de los recuerdos.
Nosotros estamos en una,
estamos como en
un punto bisagra.
Acá la mayoría de caras
que veo son jóvenes
y mientras para nuestra generación
es bastante común pensar en
la salsa burbujeando en
la casa de la nona.
En la lasaña casera
en la casa de mamá.
Pero estamos en un punto
en que somos responsables
de que eso siga ocurriendo o no.
Nuestra generación, me gusta
llamarla de alguna manera
medio dramática, pero somos
la generación del "delivery".
Una generación que de repente
sustituyó los cuadernos,
esos cuadernos que tienen...
Mi mamá tiene un cuaderno
que las hojas ya están amarillas,
que tienen manchas de honor
por haberlas cocinado,
se escribía incluso
entre paréntesis
quién te había dado la receta.
En qué momento, en qué Navidad
te regaló la receta
Doña María.
Y era genial porque te daba
realmente una parte de su historia
y hoy en día casi que
no quedan esos cuadernos
y lo que más hay es
folletos de "delivery".
En la heladera antes había
fotos familiares, ahora
alguna foto familiar queda,
pero hay imanes,
folletos, "delivery".
Tengo una amiga que hasta
los colecciona,
los encuaderna todos y dice:
"Bueno vamos a ver
qué pedimos hoy".
Y abre el cuaderno como si fuera
un gran libro de cocina.
¿Se pusieron a pensar alguna vez
el estrés que genera
el pedido "delivery"?
Cuatro personas,
bueno, ¿qué pedimos?
No, las empanadas, no la pizza,
no el chivito, y ¿quién baja a abrirle?
La pizza nunca te llega bien.
El cartón lo abrís
y tiene la pizza para un lado
y el queso para el otro.
El chivito nunca llega
tan crocante como podría ser
porque llegó con el nylon,
la comida transpiró,
y esa transpiración hizo que
el pan ya quedara más blandito,
no queda tan bueno.
Las empanadas las pediste,
llega la de todos
y la tuya no llegó.
Entonces llamás, y te dicen.
¡Ya te la mando!
Y cuando llega, está todo
el mundo por el postre,
mirando ahí, ya el informativo
de la noche yéndose a dormir,
y llega tu empanada.
En esos 20, 25, 30, 40 minutos,
o te dicen en 30 y llegan en 45,
ya podías seguramente haber
picado un poco de pan casero,
o pan flauta del día anterior,
pan viejo que sobró,
poquito de ajo, tomate,
poquito de queso,
y te hacías unas brusquetas
que estaban divinas.
Y no tuviste que bajar a abrir
cuando no hay portero
y tenías que estar así en
pantuflas a recibirlo
o pensar en cuánto le tengo
que dejar de propina
si estaba lloviendo,
¿es más o menos?
¿Les pasó alguna vez?
O siempre te miran mal.
Ojo, que yo también pido "delivery".
¿No hay nadie acá que
alguna vez me llevó?
Me gusta pedir "delivery"
y está bueno,
que sea una solución,
pero que no sea una rutina,
que no sea tu forma de vida.
En el "delivery" no hay tradición,
no hay recuerdo.
Creo que nunca les pasó
que le preguntes a tu papá
cómo conquistó a tu madre
y te diga, bueno,
abriendo la caja del "delivery",
sentados en la mesa ratona
limpiándole la mano con
el papel de cocina.
Por lo general no va
por ahí la cosa.
Por lo general va por algo más,
más olores.
Entonces vemos por un momento
en que tenemos esa facultad
de si queremos cambiar o no
los recuerdos que puedan tener
nuestras próximas generaciones.
Anthony Bourdain, un cocinero
norteamericano, que capaz
que alguno lo conoce,
ha dado la vuelta al mundo
por todos lados
y una vez una periodista
le preguntaba:
¿Cuál es, cuál fue tu
comida favorita,
tu plato favorito?
Y él le contestó:
unos spaghetti con tuco
y la periodista, claro,
anonadada con todos los viajes
que ha hecho ese hombre,
le dice:
¿Pero spaghettis con tuco?
Sí, unos spaghettis con tuco.
¿Spaghettis con tuco?
Spaghettis con tuco.
El secreto estaba en
con quién los compartía.
Momentos, recuerdos.
Todo lo que implica
una comida compartida,
sentarte, y todo lo que
implica ese plato.
Seguramente más de uno de Uds.
está pensando ahora en que
su plato favorito tiene
que ver con ese ambiente,
con el domingo en familia,
con la situación
que los llevó a compartir
más allá de ese plato,
todo el momento y la comida
como comprada, no te permite
tener ese momento sino
que la comida se vuelve
un tan, tan, tan, rapidísimo;
y además que no podés saber
cómo se lavó el ingrediente
la lechuga, el tomate,
cómo fue cuidado,
si la lechuga tuvo que
viajar 500 kilómetros
para poder llegar a tu plato
o si simplemente fue comprada
a un productor local.
Son datos importantes.
Cómo viaja el producto,
si se congela, si no se congela
para poder mantener
sus propiedades.
Entonces está bueno pensar en
volver a tener esos recuerdos,
esos momentos.
Y nosotros tenemos
en este momento
esa oportunidad de...
recrearnos.
Ojalá que se vayan de acá
pensando en ¿qué vamos a comer
esta noche? Y se animen
a preparar un arroz,
a batir un huevo, a preparar
algo rico, a que haya aroma
en la casa a comida,
a comida rica.
Y que la comida no se vuelva
solamente el momento de sentarse ahí
a la mesa a picar
algo rápido y seguir.
Bueno, Eduardo Galeano, en
el "Libro de los abrazos",
arranca el libro diciendo que
"recordar es volver
a pasar por el corazón,
y creo que coincidimos acá
si yo les preguntara qué es lo
que les gustaría volver a pasar
por el corazón.
Momentos lindos,
momentos ricos,
momentos que estén buenos, que
tengan el porqué ser recordados.
A mí me gustaría que las futuras
generaciones uruguayas,
que mis hijos, puedan volver a
tener ese recuerdo que tengo yo,
de la lasaña cacera,
del pan de carne,
de la salsa burbujeando
y de la mesa en familia.
Ojalá que Uds. vayan
a cocinar a casa.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)