Mi idea es que la personalidad de un avatar es muy cercana a la suya. Nace de la observación de varias personas y la conducta de sus avatares y su forma de hacer las cosas. Así, la distancia que los avatares mantienen al interactuar en Second Life es muy similar a lo que sucede en la vida real. Cuando alguien se acerca mucho a ti, instintivamente, das unos pasos atrás. Porque, aunque es la interacción entre dos avatares, aún así sientes la sutileza, el grado de intimidad y así la necesidad de mantener distancia. Creo que se aplica a muchas cosas, incluida la forma de hablar o escribir. Algunas personas son muy groseras. Algunas pueden golpearte o el vocabulario que usan contiene cierta violencia. Creo que la identidad del avatar es semejante a la personalidad de uno. Tal vez soy solo yo, pero creo que varios revelan su verdadera personalidad mediante las conductas de sus avatares. Al viajar por Second Life, sin evitarlo, proyectamos nuestra primera vida allí. Traemos muchos de los dilemas y disyuntivas que enfrentamos en la vida real al frente de Second Life, con la esperanza de resolverlos. O esperamos e intentamos usar Second Life para descifrar e interpretar la vida real. Pero somos incapaces de hallar una solución a los dilemas propios de la condición humana. El hecho es que no podemos resolver nuestras propias dificultades.