¿Qué tal si les cuento
que tengo un elixir mágico?
Uno que puede prevenir y revertir
casi todas las enfermedades crónicas.
Uno que podría resolver
la crisis de la sanidad.
Uno que traería más compasión
a este mundo.
¿Que incluso podría curar
la devastación del planeta?
¿Que podría salvar a billones de
animales al año y prevenir su dolor?
¿Que podría acabar con
el hambre en el mundo?
¿Que fomenta la paz, la comunidad
y la benevolencia?
Esta poción es gratis,
y hay suficiente para todos.
¿Creerían que existe algo así?
¿Alucinarían por su sencillez?
¿Les fascinaría lo obvio que es?
¿Tienen ganas de saber qué es?
¿Se sentirían frustrados de que nadie
les haya dado antes esta información?
Como me sentí yo.
Cuando era adolescente, cayó en mis manos
el brillante libro de John Robbins.
llamado: "Dieta para un nuevo EE.UU."
Cambió mi vida para siempre.
Ciertamente, este elixir
está en todas partes.
Es, seguramente, de lo poco que
compartimos a la vez en el planeta.
Que está al alcance de
la mayoría, y estoy segura
de que es la posibilidad más potente
que tenemos para salvar nuestro futuro.
La de nuestra especie, el planeta,
y de la vida como la conocemos.
Bien, lo admito, esto suena
algo sospechoso, es verdad.
Mi proposición puede parecer
poco creíble al principio.
Pero escúchenme bien.
Y luego decidan:
Una dieta basada en frutas
y verduras es el elixir mágico.
El ingrediente secreto que
hará todo esto realidad.
Alimentarse de verduras, frutas, semillas
grano integral, legumbres y frutos secos.
les traerá todos los beneficios
que antes mencioné.
Somos lo que comemos.
A nivel celular e inmunológico.
En un sentido holístico.
También estarán conectados
a la naturaleza y a otros humanos,
e incluso a otras especies
a través de lo que comemos.
"Somos lo que comemos" es literal,
una vez entra en nuestro cuerpo,
Desde el principio,
empezando a nivel celular.
Estamos compuestos por entre
10 y 50 billones de células.
La mayoría de ellas se regeneran,
como en constante dinamismo;
fluyendo, moviéndose, cambiando.
Incluso nuestros huesos, creemos
que están como en estado vegetal,
pero están en constante cambio.
Intercambian, liberan,
absorben minerales.
Por desgracia, el cerebro,
el corazón y los riñones,
no se regeneran.
Pero piensen en las posibilidades,
si constantemente se reinventa
la mayor parte de nosotros.
Ahora tenemos suficientes
datos irrefutables
que confirman que una dieta
basada en plantas,
es la ideal para nuestra óptima salud.
Que comer plantas puede ayudar
a células, órganos y cuerpo
a prevenir enfermedades crónicas,
a conseguir y mantener
el peso ideal, a mejorar la forma física
y vivir saludablemente.
Lo he visto en los últimos 5 años,
desde que incluí esto
en mis consejos de nutrición.
En el último año, he tenido
dos oportunidades muy especiales
de ver esto a gran escala.
La primera fue durante
la pasada primavera,
donde, como directora ejecutiva
de "EarthSave International",
tomamos 21 muestras de personas,
que viven donde la comida escasea,
y les pusimos en un programa
de nutrición basado en plantas.
Les enseñamos a hacer la compra
y a preparar su comida,
Incluso a hacer ejercicio, todo ello
de una forma sostenible.
Después de 28 días, los participantes
cumplieron el objetivo
con entusiasmo --debo añadir--
y con una media de 7,5 kg menos.
Su colesterol total bajó un 18 %,
el colesterol malo bajó un 22 %.
La tensión de 18/11 a
16/10, sin medicación.
De hecho, redujimos en un 84 %
el total de medicamentos que usaban.
Se incrementó la sensación de energía.
¡Es increíble!, ¿no? ¡Fantástico!
¡Sin duda, no pasa todos los días!
También hubo un descenso
en molestias no específicas,
como dolor de cabeza, abdominal,
acidez, resfriados,
diarrea, migrañas o dolor
en las articulaciones.
Los resultados fueron asombrosos.
Mi segunda oportunidad fue en octubre
cuando me invitaron a estar
en el programa del Dr. Oz.
Trabajamos con 3 mujeres con
hipertensión y colesterol alto.
Les pusimos en la "dieta prehistórica".
Pasaron 2 días en el zoo
comiendo fruta y verduras crudas.
Luego, cuando volvieron a casa,
añadimos verduras cocinadas,
granos integrales, legumbres,
frutos secos y semillas.
En solo 4, de los 5 días a dieta,
perdieron casi 2 kg de media,
redujeron el colesterol malo
considerablemente.
Todos ellas tenían la tensión alta
y se la normalizamos.
En 4 de los 5 días.
(Aplausos)
Sí, gracias.
Somos realmente lo que comemos.
Pero también cómo comemos.
Analicémoslo logísticamente:
la mayoría hace 3 comidas al día,
más algún que otro tentempié.
Pensar en los alimentos
antes de ingerirlos
no es algo habitual ya que,
tomamos algo rápido de comer,
comemos por el camino,
nos olvidamos de masticar bien,
comemos más que nunca
y así se entiende el éxito
de las industrias de comida rápida
y procesada.
Tendemos a comer de manera reactiva.
Consideramos, quizás,
lo bueno que estaba el plato
o nos quejamos de estar llenos,
o de ardor estomacal.
Y se acaba con problemas de tensión,
gota o diabetes tipo 2.
Enfermedades derivadas
de una mala nutrición.
Sin embargo, ¿si comiéramos
de manera proactiva?
Pensar antes de comer y,
ser conscientes de todo aquello
que va desde la semilla
hasta nuestro plato.
Si planean sus comidas
y disfrutan de su preparación,
estarán comiendo de forma
proactiva y no reactiva.
Dije antes que comer una dieta
basada en plantas es algo natural,
inherentemente proactivo,
es la herramienta más poderosa
para controlar variables como,
nuestra salud, el planeta,
el sufrimiento de los animales, etc.
Es algo que podemos hacer
unas 3 veces al día.
Comida.
La comida es cultura, tradición,
historia, amor, familia,
nutrición, confort, medicina.
La comida unifica nuestro cuerpo,
mente y espíritu, esencialmente.
"Se me antoja", "me comería",
"quiero"...
Pero esto es más importante
que nosotros mismos.
La comida también unifica la tierra,
el sol, el agua que somos;
la semilla se planta, el sol
y el agua le ayuda a crecer.
Termina en nuestro plato,
lo consumimos,
va a través del tubo
gástrico intestinal
y al flujo sanguíneo, donde
se convierte en parte de Uds.
Y, finalmente, de vuelta a la tierra.
de una manera preciosa, harmoniosa,
simbiótica y cíclica.
La comida también
unifica a las personas.
Disfrutamos de una comida juntos.
¡Hacemos negocios mientras comemos!
Nuestros hijos aprenden normas sociales
y costumbres mientras comen.
Celebramos festividades con comida,
unimos culturas con la cocina.
"Compartamos el pan".
Esta frase tiene muchas connotaciones
históricas y bíblicas,
pero si lo buscamos en el diccionario,
"compartir el pan" significa:
comer juntos.
Comer en familia.
Imaginen "compartir el pan"
en cada bocado,
conscientes a todos los niveles
a los que estamos conectados
a través del tenedor.
Les reto a que piensen, no solo
en lo que comen, sino en cómo comen.
Comer con conocimiento
y plena consciencia.
Cambien su mundo y el cómo
conectan con los demás,
simplemente con una dieta
basada en plantas.
Gracias.
(Aplausos)