Saludos agitadorxs...
bienvenidxs a "Trouble".
Mi nombre no importa.
El capitalismo, como un sistema de
dominación económica internacional
e interconectado,
asume diferentes formas
en distintos lugares del mundo.
En parte para adaptarse a las
costumbres y condiciones locales,
pero también por designio.
En algunos sitios, la importancia de una
región dentro de la economía global,
como lugar de extracción o fuente de
producción agraria,
condiciona la vida diaria.
Vengo de una zona minera.
Todos mis abuelos fueron mineros.
Otras regiones, como el Delta del Río
de las Perlas, en el sudeste de China,
han sido elegidas por su
concentración de mano de obra barata
para la construcción de epicentros de
explotación industrial.
La alta tecnología es producida en masa
bajo la atenta mirada del Partido
Comunista Chino
y enviada a los mercados consumistas
del Norte Global,
hacia un gran número de metrópolis
que compiten por convertirse en las
principales productoras
de cultura, I+D y Tecnologías de la
Información.
Pero aunque la expresión local de la
explotación capitalista
y su alienación varíe, cada esquina de
su imperio global
se conecta a través de una lógica
unificadora
que pretende que la gran mayoría de
nosotrxs desperdiciemos nuestras vidas
por el beneficio de una pequeña minoría.
La gentrificación, como una de las
formas de planificación urbana
en el sistema capitalista,
también resulta diferente en cada
barrio y ciudad.
Pero igual que el sistema económico
más amplio al que pertenece,
la gentrificación tiende a la
homogeneización,
dando lugar a barrios de un parecido
insólito
con sus homólogos al otro lado del mundo.
Como ya vimos en el primer reportaje
aquellxs atrapadxs en este
proceso experimentan
la violencia que supone el
desplazamiento
y la dislocación general de sus vidas
tras la
alteración de sus comunidades de
origen
Muchas personas, en vez de asistir
pasivamente
al desalojo de sus propios hogares,
deciden resistir.
En los próximos 30 minutos veremos
ejemplos de resistencia en Bay Area,
(San Francisco),
Berlín y Montreal.
Por el camino, hablaremos con una
serie de personas
que están marcando su territorio,
combatiendo la intrusión
de la industria tecnológica y las
boutiques en sus barrios
...y causando bastantes problemas.
Silicon Valley se encuentra al sur
de San Francisco y Oakland.
Emergió como un proyecto financiado
por el gobierno y el ejército
para la producción de
tecnología durante la Guerra Fría.
Tras la guerra muchas de sus empresas
redirigieron su mirada al consumidor.
Este momento coincide con el
nacimiento de Internet
y la burbuja de las punto-com.
Lo que vemos ahora es que los ejemplos
de Google y Apple
no tienen por qué acabar colapsando de
la misma forma
en la que lo hicieron las empresas de
los 90 y del 2000.
San Francisco tiene un montón de
"start-ups".
También empresas grandes, como
Twitter, justo en el centro.
Las compañías de Silicon Valley
facilitan a sus trabajadorxs
el transporte de casa al trabajo y
viceversa,
para que puedan vivir en los barrios
más guays y culturetas
de San Francisco y Oakland.
La gentrificación afecta a toda la zona
de Bay Area.
Pequeños actos de resistencia personal,
cometidos por gente
que es diariamente explotada y
oprimida, se suceden por doquier.
Las principales zonas de resistencia se
encuentran en San Francisco y Oakland.
Muchxs artistas, incluso
lxs mejor intencionadxs,
contribuyen al proceso desarrollando
espacios y creando obras
que atraen audiencias gentrificadoras,
sin reconocer la forma en la
que sus proyectos facilitan
el desarrollo del sector inmobiliario
y la destrucción de las culturas locales.
KHY es una pandilla de grafiterxs, una
red creativa radical,
pero también un movimiento mediante
el cual vecinxs de distintos barrios,
espacios y comunidades expresan
su amor, rabia y solidaridad.
Participamos en proyectos callejeros
locales que generan
una resistencia cultural y material
priorizando el trabajo con
personas oprimidas y explotadas. Gente
que no posee los medios para
constituir organizaciones artísticas o
de activistas.
El arte callejero suele ser legal
porque no desafía el concepto de
propiedad privada
ni contribuye a combatir al capital en la
lucha por el espacio público.
Pero el grafiti cuestiona la lógica de la
propiedad y acaba con la ilusión
de que el Estado puede controlarnos en
cualquier momento.
Aún así, lxs grafiterxs también pueden
convertirse en agentes gentrificadores
si no son conscientes de determinadas
cuestiones.
Cuando el grafiti es tanto ilegal como
explícitamente radical en su intención,
no es solo un acto de resistencia
material,
sino también una fuente de inspiración
y una forma de comunicación,
para explorar y familiarizarnos con
nuestro entorno,
y desarrollar confianza en la capacidad
de unx mismx para llevar a cabo acciones
tanto en solitario como en grupo.
El Proyecto Cartográfico Anti-
Desahucios es un colectivo
digital de visualización de datos que
genera mapas-web,
organiza eventos comunitarios,
y elabora investigaciones colaborativas
para combatir la crisis de los desahucios.
Trabajamos de manera conjunta con
otras asociaciones afines
y ahora mismo contamos con unas 50
personas.
Hemos descubierto una relación entre
los desahucios
y el fenómeno conocido como "paradas
de autobús-Google".
Son paradas utilizadas por las grandes
empresas - no sólo Google -
para transportar a sus trabajadorxs.
El 69% de los desahucios ocurren en las
cuatro manzanas
donde se sitúan estas paradas de autobús.
En 2013, decidimos bloquear una.
Esta primera protesta contra los buses
fue protagonizada por un colectivo de
activistas por la vivienda en Bay Area.
Más tarde otros grupos como San
Francisco Anti-Desahucios
organizaron sus propios bloqueos.
Colectivos anarquistas de Oakland
también se sumaron a la estrategia.
Los medios dieron mucha cobertura.
De pronto, creo que todo el mundo se
dio cuenta a un nivel local
pero también nacional e internacional
de la relación entre la especulación
inmobiliaria
los desahucios y la industria tecnológica.
La policía es cómplice de la
gentrificación
porque proporciona la violencia física
necesaria.
Es la policía la que desahucia,
intimida y amenaza en los barrios y
proyectos de clase obrera,
acosa a lxs indigentes, criminaliza a lxs
empleadxs sexuales, ejecuta requisitorias
y recurre a la violencia general contra
nosotrxs para demostrar
que estos espacios ya no nos pertenecen.
En ambas urbes han habido asesinatos
policiales,
en su mayoría raciales, relacionados
con la gentrificación.
Muchas de las personas asesinadas
vivían en espacios sociales disputados,
como parques o calles de barrios
obreros acosados por la gentrificación.
La ciudad ha desarrollado unas apps
para reservar pistas de juego públicas.
Pagas para reservar una parte de la
pista o del parque público.
Una vez se produjo un gran evento en el
que algunxs empleadxs
de DropBox y Air Bnb utilizaron la app
para reservar una pista pública
y organizar un partido de fútbol.
Intentaron echar a lxs jóvenes de color
de la pista porque la habían reservado
sólo para ellxs.
Lxs jóvenes habían estado jugando al
fútbol durante años
en esa misma pista y no conocían la app.
Nunca habían tenido que pagar, era su
zona de ocio.
Si queréis jugar, hacedlo como todo el
mundo.
No es un partido cualquiera. Hemos
reservado.
Aunque tengáis dinero para
alquilar la pista
no podéis joder a estxs chavalxs y
echarles como si...
¡Son 80 pavos! ¡80 pavos por persona!
Y una mierda. ¡Mentira!
Afortunadamente tras el incidente hubo
una manifestación
y lxs jóvenes ganaron el derecho a
continuar jugando en la pista
sin utilizar la app.
Los "sideshows" son grandes
espectáculos ilegales
de acrobacias de autos.
Son shows organizados por jóvenes
no-blancxs de clase obrera
de forma descentralizada y que reúnen
a decenas, cientos
o incluso miles de participantes
Los coches de policía que llegan para
dispersar a la gente
son ignorados, pisoteados o atacados
con botellas y otros proyectiles.
¡A la mierda con la policía!
Que los "sideshows" tomen la calle
es un esfuerzo colectivo que puede
aliviar la alienación,
ansiedad y depresión de tener que vivir
en los barrios más pobres y violentos.
En Berlín, el precio medio de la
vivienda subió más de un 20% el año pasado
convirtiendo la ciudad en el mercado
inmobiliario más "puntero" del mundo.
Todo ello se debe a una nueva oleada
de especulación inmobiliaria,
desencadenada en parte por la venta
masiva,
durante el mandato del ex-alcalde K.
Wowereit,
de unas 110.000 viviendas protegidas a
empresas privadas
y bancos de inversión como Goldman Sachs.
La subida del valor inmobiliario se ve
acompañada
por un boom en la construcción de
nuevos bloques de pisos
que está transformando los barrios de
clase obrera.
Esto ocurre en una ciudad donde el
85% de lxs residentes alquila.
Paralelamente al incremento meteórico
en los costes de vida,
Berlín se ha convertido en el nuevo
Silicon Valley de Europa.
Además de albergar un gran número de
"startups" tecnológicas,
la ciudad fue elegida para la apertura
de un nuevo campus de Google
en Kreuzberg, el barrio obrero de moda.
El anuncio desencadenó una respuesta
inmediata por parte de lxs vecinxs
y lxs defensorxs de la privacidad digital,
convirtiendo la propuesta de Google en
un símbolo potente
de los efectos negativos de la
gentrificación
y de la re-estructuración de la
economía global
liderada por la industria tecnológica.
A la gente le preocupa que Berlín se
convierta
en una nueva San Francisco, Toronto o
Londres,
donde las personas más vulnerables
han sido echadas del centro
y empujadas hacia las periferias.
Históricamente, Kreuzberg ha sido el
foco de las luchas sociales.
Desde los años 90 el barrio se llenó de
colectivos anarquistas
y se organizaron toda clase de
movimientos sociales.
El año pasado, muchas asociaciones e
individuos
se mobilizaron contra la instalación de
un campus de Google en Kreuzberg.
Por un lado, mucha gente del vecindario
afectada por los procesos de desalojo
está combatiendo la reestructuración
capitalista
porque sabe que el incremento en los
costes de vida se debe a
la proliferación de "startups"
y que el campus de Google
acelerará el proceso.
Por otro lado, cada vez más gente se da
cuenta de que Google
es la clave para desarrollar un sistema
de control tecnológico totalitario.
Se creó una red descentralizada de
opositorxs contrarixs al proyecto
Primero se pegaron carteles,
después se organizaron reuniones
en la librería anarquista Kalabal!k.
Es impresionante cómo estas redes
descentralizadas
y sin jerarquía son capaces
de realizar todo tipo de acciones directas
como grafitis en las paredes del campus
de Google o ataques de pintura.
Han organizado caceroladas sin permiso
cada mes, frente al campus,
y lanzaron un coctel molotov contra
una de las "startups" tecnológicas.
Shitstorm, un
periódico de 8000 ejemplares
también publica críticas contra Google
y todo lo que representa,
desde una perspectiva anarquista.
Google es un actor principal en la
alianza entre
TIC, cibernética, nanotecnología,
neurociencia y biotecnología.
No se trata de una simple renovación
del sistema industrial,
sino de un cambio crucial en la
dominación a través del poder.
Por eso no queremos que esta entidad
se convierta en nuestra vecina.
No se trata de una forma de
gentrificación hipercapitalista cualquiera
sino del propio imperio-Google,
encargado del control a gran escala de
cada una de las personas del planeta.
Google ha normalizado el negocio del
control de masas.
Luchar contra la gentrificación también
significa combatir este control masivo,
combatir la distopía tecnológica,
combatir el hiper-capitalismo.
La seguridad en torno a lo que sería el
campus de Google se incrementó
muchísimo cuando lxs activistas
comenzaron a atacar el edificio en sí.
Hemos dejado de contar el número de
grafitis y ataques de pintura.
Por toda la fachada del edificio se
puede leer "Fuck Google"
en todo tipo de estilos y colores
diferentes.
Primero pusieron algunos guardias de
seguridad que luego apostaron noche y día.
Después pusieron varios más.
Comenzamos a ver con mayor
frecuencia a la policía.
Google ha intentado desarticular
nuestras críticas comprando
a lxs propietarixs de los negocios,
a lxs políticxs y a otras instituciones
municipales
y haciendo una contra-campaña de
relaciones públicas.
Hasta hace poco todos los grupos
estaban de acuerdo en negarse
a negociar con lxs representantes.
Pero la estrategia 'divide y vencerás'
empieza a debilitar al colectivo.
La policía sirve a los intereses
financieros
de Google y de las personas que
quieren arrebatarnos la ciudad.
Vemos que existen intereses políticos
por fomentar la gentrificación
de la industria tecnológica dentro de la
administración local.
Quieren convertir nuestras vidas y
nuestros barrios en negocios.
Tenemos claro que no nos importa
quién esté en el poder
porque siempre se pondrá del lado del
capital.
De alguna forma, queremos
hacer de la ciudad
un lugar poco atractivo para todas
estas compañías.
Si echamos a Google de Kreuzberg,
quizás el resto de empresas,
los otros gigantes de Silicon Valley, se
lo piensen dos veces
antes de hacer lo mismo.
En los territorios coloniales ocupados y
controlados por el Estado canadiense
Montreal sobresale por encima del
resto de ciudades,
tanto por su cultura de resistencia
militante
como por sus alquileres asequibles.
Y aunque no ha sufrido una
gentrificación tan acelerada
como la del resto de regiones
metropolitanas,
como Greater Toronto o Vancouver
Areas,
también se enfrenta a muchas de las
mismas presiones gentrificadoras
visibles en innumerables entornos
urbanos de todo el mundo.
En concreto: el boom de la
construcción, proyectos de lujo,
una saturación de Air Bnbs,
y la apertura de numerosas boutiques,
restaurantes de moda y cafés hipsters
que buscan atraer a lxs turistas y a lxs
residentes más adineradxs.
Ya sabes, compramos un edificio
en lo que antes era un suburbio
y transformamos lo que era, pues eso,
un espacio ruinoso en todo esto,
sabes, en un lugar super lujoso,
fantasioso y del rollo 'club de hombres',
un sitio al que soñaríamos con ir.
Estos cambios están
incrementando los niveles de desalojo
en barrios obreros y de población
migrante,
dando lugar a la propagación de una
resistencia comunitaria
que incluye numerosos ataques
anónimos
provenientes de la red anarquista en la
sombra, bastante considerable en número.
La gente tiende a utilizar buena parte
del discurso colonial
para legitimar la gentrificación en Parc
Ex.
Se refieren al vecindario como si fuera
algo "exótico",
un "diamante en bruto", o un barrio que
"acaban de descubrir".
La gente se interesa mucho por sus
restaurantes pero apenas se preocupa
por la vida de las personas que habitan
el barrio.
Parc Extension es un barrio
mayoritariamente obrero, pobre y
de población migrante no-blanca,
más o menos en el norte de la zona
centro de Tio'tia:ke, la llamada Montreal.
A día de hoy Parc Extension es uno de
los barrios más pobres de Canadá.
Plaza Hutchison ha servido mucho
tiempo de centro social
y punto de encuentro para lxs
residentes.
En la primavera de 2017, el edificio de
Plaza Hutchison fue comprado
por el grupo BSR para ser convertido
en apartamentos de lujo.
Desde el principio, su director Ron
Basal ha sido muy claro con que
los apartamentos serán alquilados a
"precio de mercado" y no han sido
concebidos para ser económicos.
Intentamos intervenir en el proceso de
adjudicación,
también interrumpimos varios plenos
para impedir
que lxs representantes adjudicaran
el permiso.
La policía nos echó de la sala con
bastante violencia.
Algunas personas del comité fueron
inmovilizadas
arrestadas y multadas.
Por sus acciones, queda bastante claro
que Basal no tiene el mínimo interés
por el bienestar del barrio
y tan sólo busca sacar provecho del
desalojo de sus residentes.
Según nuestra experiencia, participar
en política municipal
sólo te conduce a un callejón sin salida.
Hay muchos ejemplos
-ya sea la huelga de alquileres en
Toronto o Hamilton,
o las okupaciones que se han
organizado en Montreal-
que prueban la existencia de toda una
serie de tácticas ajenas
a los canales políticos y administrativos
y que pueden ser
mucho más efectivas para frenar
la gentrificación.
Creo que de alguna forma nos hemos
inspirado en Hochelaga y St. Henri
como lugares en los que han existido
movimientos comunitarios más amplios,
pero también grupos autónomos de
afinidad que han sido capaces de
llevar a cabo acciones mucho más
beligerantes,
y creemos que esos grupos han hecho
un gran trabajo
señalando la violencia que acompaña al
proceso de gentrificación
y cómo los cafés y las tiendas vintage
no son asequibles para la gente de esos
barrios
y esperamos trabajar mucho más en los
próximos meses para enviar
un mensaje claro a las promotoras y
posibles agentes gentrificadores,
que si intentan llevar a cabo estos
proyectos,
serán confrontados durante todo el
proceso.
Sabemos que la gentrificación suele
acompañarse de
una mayor violencia policial y represión
estatal.
Y Parc-Ex, en particular, ya es un barrio
con un número bastante
significativo de identificaciones
raciales, vigilancia policial y acoso.
Una pregunta importante que nos
hemos estado haciendo es cómo podemos
convertir el barrio en un lugar poco
atractivo para posibles gentrificadores,
pero tratando de limitar la forma en
la que podríamos desencadenar
una mayor presencia policial en la zona.
Históricamente St Henri era un barrio
blanco de clase obrera.
Bueno...históricamente es territorio
Kanienkehaka
Pero este es uno de los problemas al
hablar de gentrificación.
Puede ocultar la violencia y el
expolio colonial todavía en curso
A veces, la lucha contra la
gentrificación se atasca en el
"queremos quedarnos" y eso puede
degenerar en discursos de mierda,
sobre todo en un contexto poblacional
obrero, blanco y francófono,
y en un momento de reacción contra
la llegada de refugiadxs.
Hemos vivido buenos momentos en
South West.
Por ejemplo, la okupación en 2013 en la
que POPIR estuvo implicado
y que obligó a la ciudad a retirar unos
cuantos solares del mercado privado.
¡No tengo ninguna simpatía, cero!
Son punks, son anarquistas. Pertenecen
al 'black bloc'.
Hay y siempre ha habido un rango muy
amplio
de tácticas usadas en la lucha contra la
gentrificación en Montreal.
El 'asalto salchicha' fue una de las más
interesantes. Inspirada en Robin Hood.
Justo antes del cierre, el sábado
noche, 30 personas enmascaradas
irrumpieron en Maxine Tremblay.
La mitad de ellxs entró con bolsas y las
llenó de comida...
Le dijeron al empleado: "cállate y no
te muevas,
no hagas nada, solo queremos robar un
par de cosas."
Lanzaron bombas de humo, robaron
comida, pintaron grafitis
y pegaron carteles en las ventanas.
¿Su mensaje? 'Fuera gentrificadores'.
Fue un ataque descarado contra varios
negocios
cerca de medianoche el sábado.
Un grupo de personas con máscaras
de ski,
rompió los cristales de cuatro tiendas
Lxs vándalxs, vestidxs de negro,
rompieron escaparates,
como muestra el vídeo de seguridad
obtenido por Global News.
Si hablamos sólo de los ataques, diría
que la comunicación se mantiene
mayoritariamente a través de
comunicados anónimos en internet.
A veces hay carteles, a veces algunos
grafitis,
a veces, ya sabes, la gente deja flyers
por ahí.
Hay gente que ha ido metiendo flyers en
los buzones.
Los medios oficiales cubren los ataques
más llamativos,
pero no están de nuestra parte y no
creo que la gente confíe en ellos
para obtener información fiable.
Ya no es vandalismo, es terrorismo
contra la gente que vive en la zona.
Corey Saphiro es propietario de varios
negocios en St. Henri.
Dos de ellos fueron atacados el fin de
semana.
Hace unos años, Corey Saphiro,
el cómico cabecilla malvado de la
gentrificación en St. Henri...
O como me llaman en la zona donde
vivo en Montreal
...'El Gentrificador Infame'.
interpeló a lxs propietarixs para unirse
y contratar guardias de seguridad.
Su tienda de gafas de lujo, L'Archive,
no paraba de recibir escupitajos
y eso le cabreaba.
Una persona fue multada por
escupir en el escaparate porque había
polis de paisano vigilando su tienda de
noche.
La pasma protege a los que tienen dinero
En Hochelaga, la llegada de emprendedorxs,
la Plaza Valois, y los apartamentos
fueron uno de los principales factores.
La ciudad quiere renovar el
barrio rebautizándolo como 'HOMA'
- una mierda de remix hipster entre
Hochelaga y Maisonneuve.
Quieren transformar la imagen de un
barrio obrero, rudo,
y de tendencias criminales en una
atracción para burguesitxs.
Claramente, no es más que la
continuación
del proyecto de ocupación colonial
capitalista.
La policía de Montreal juega un papel
determinante en el proceso.
Echan de las calles a lxs trabajadorxs
sexuales, drogadictxs e indigentes.
Pueden fingir ser todo lo neutrales que
quieran
pero las leyes que ejecutan sólo
benefician a propietarixs y negocios.
Han habido numerosas peticiones por
parte de empresarixs,
especialmente aquellxs afectadxs por
las acciones directas,
para que se incremente el número de
cámaras en la zona.
Quieren que si alguien se pasa de
la raya
haya pruebas y condenas firmes.
La colaboración entre el Estado y lxs
capitalistas es jodidamente clara.
El partido político Proyecto Montreal
apela a la 'diversidad social',
un eufemismo de mierda para
'gentrificación'.
'Toda esta gente tan amable se muere
de ganas por que mejoremos la zona
"limpiándola" y enriqueciéndola.'
Hay colectivos haciendo
un gran trabajo en
cuanto a reducción de daño y apoyo
mutuo
También hay acciones directas
descentralizadas
que ofrecen resultados bastante
interesantes.
Algunos negocios quedaron tan
destrozados que tuvieron que cerrar.
Da miedo, porque no es la primera vez.
Preocupa a lxs empresarixs. Cabrea a
lxs ricxs.
Pone en duda la efectividad policial,
y da lugar a un cierto tipo de venganza
catártica.
Al hablar de territorialidad, deberíamos
referirnos a la tierra
y no a unos espacios netamente
definidos, como los barrios.
No deberíamos dividir la isla en
parcelas cada vez más pequeñas.
No es algo que hayamos decidido sino
una estrategia estatal
para planificar y controlar mejor la
ciudad.
Lxs concejales tienden constantemente
a pacificar las luchas.
Si les escucháramos, ninguna acción
que no fuera la de votar sería adecuada.
Son intrínsecamente contrarixs a
cualquier conflicto.
Aunque pueda parecerlo, la lucha
contra la gentrificación
no es una cuestión de todo o nada.
Organizando una resistencia colectiva
contra las fuerzas que alimentan este
proceso,
las comunidades se hacen más fuertes y
resilientes
incluso cuando han de enfrentarse a las
consecuencias del desalojo.
Una campaña contra la construcción de
un conjunto de apartamentos de lujo
puede inspirar otras luchas
para frenar la venta de viviendas
de protección oficial.
Las tácticas desarrolladas en la lucha
contra un nuevo café
también pueden ser útiles para
presionar a un explotador.
Cada vez que tomamos caminos
inexplorados,
ya sean éstos callejones oscuros para
romper cámaras de seguridad,
o los pasillos de un edificio para
organizarnos con nuestrxs vecinxs,
adquirimos habilidades que no
desarrollaríamos
si no hubiésemos tomado la iniciativa
de actuar.
La confianza y la militancia son
contagiosas.
La táctica perfeccionada durante la
lucha pueden ser catalítica
y extenderse más allá de sus participantes
inspirando a otrxs para pasar a la
acción y defender sus barrios.
Reflexiono mucho sobre la importancia
de implicar
en la organización a las personas
afectadas de forma directa.
Creemos que es importante tener en
cuenta quién viene a nuestras reuniones.
¿A quién van dirigidos nuestros
eventos? ¿Cómo llegamos a la gente?
¿Estamos haciendo ese trabajo de base
tan importante de repartir flyers,
ir puerta por puerta,
acudiendo al encuentro de la gente?
Empieza con compañerxs en lxs que
confíes.
Podéis pegar carteles o incluso
preparar algo más grande,
pero actuad cuanto antes.
Aseguraos de que no solo os unan lazos
ideológicos,
sino también de amistad y solidaridad.
Sobre todo, creemos que es importante
tomar partido
en otras luchas del barrio contra la
pobreza, el racismo, y los desahucios.
Aprender, crecer y construir junto a
personas de diferentes lugares y culturas
para que las redes se extiendan más
allá de pequeños grupos radicales.
Organizar éstas redes desde una
perspectiva local
pero con un objetivo y un alcance
globales.
Hacer todo lo posible por inspirar al
mundo con lo que ocurre.
No olvidar que estamos en
territorios robados,
recordar a lxs que fueron
inicialmente desplazadxs
y continuar apoyando la lucha de
solidaridad indígena.
Obtener información y construir la
lucha de la A a la Z,
recolectar datos pero también recurrir
a la acción directa.
Cada grupo puede encargarse de cosas
diferente.
No todxs tienen que trabajar en políticas,
No todxs tienen que generar mapas,
No todxs tienen que, ya sabes,
organizar acciones directas.
Si diferentes grupos adquirieran
distintas responsabilidades,
o si cada grupo trabajara en barrios
diferentes
o en ámbitos regionales distintos, creo
que las luchas serían
más poderosas y efectivas.
Hay que ampliar el análisis, conectar la
lucha
con la autonomía colectiva y el apoyo
mutuo.
Hay que concentrarse en el objetivo a
corto plazo y
conectarlo con las metas a largo plazo.
Quédate por el barrio,
relaciónate con tus vecinxs aunque no
sean anarquistas.
Que no te asusten los métodos más
combativos, pero tampoco los fetichices.
La lucha contra la gentrificación no es
per se anticapitalista o anticolonial.
Es mucho más limitada y susceptible a
la asimilación.
Desafortunadamente, creo que por
todos lados
se han idealizado tácticas y discursos
tanto en la organización colectiva como
en los ataques descentralizados
Me molesta el discurso populista y el
'municipalismo' abstracto de la
izquierda,
pero también el postureo en los círculos
informales.
Es interesante discutir diferentes
estrategias.
Ser honestxs en relación a su
efectividad y limitaciones.
Y mantenerse abiertx a cualquier
novedad.
Participar en la lucha en diferentes
grados
y recurriendo a tácticas diversas
es muy importante, y considero
imprescindible que los procesos
y las luchas conserven una perspectiva
antiracista, anticapitalista y feminista
tanto en la teoría como en la práctica.
Creo que es de vital importancia.
El deseo consciente de libertad absoluta
requiere cambios en nosotrxs mismxs y
en nuestras relaciones en un contexto
de lucha revolucionaria
No se trata solamente de sumarse
a cualquier acción porque sí.
Sino de aprender a usar todas las
herramientas que puedan servirnos
para combatir el orden establecido,
basado en la dominación.
En particular, hacen falta: un análisis
de nuestra posición en
el mundo, relaciones de afinidad y un
espíritu indomable.
También es necesario reconocer y
evitar
cualquier herramienta de cambio
dentro del orden establecido
que tan sólo reafirme la lógica de la
dominación y la sumisión:
representatividad, negociación,
petición, proselitismo,
la creación de imágenes mediáticas de
nosotrxs mismxs, etc.
Estas herramientas refuerzan la
jerarquía, el separatismo y la
dependencia de las estructuras de poder,
por eso nos las ofrecen como
alternativas de lucha.
¡A la mierda Google! (x6)
Quizás ayude.
Mientras nuestras urbes continuén
siendo alteradas
siguiendo los dictámenes del capital,
expulsando a lxs obrerxs, migrantes y
poblaciones racializadas
hacia nuevos guetos suburbanos,
la lucha contra la gentrificación será
cada vez más desesperada y urgente.
Pero mientras la gente siga viviendo en
ciudades,
estos entornos urbanos continuarán
siendo lugares de resistencia.
La forma que ésta resistencia tome y su
efectividad
dependerán de acciones concretas para
construir solidaridad vecinal,
preparar defensas colectivas y mejorar
nuestras herramientas de ataque.
Este proceso requiere de un
compromiso activo
por parte de revolucionarixs armadxs
de paciencia
para construir relaciones de confianza
mutua y respeto,
y de humildad para aprender diferentes
estrategias y adaptarlas al contexto.
Ahora, os recordamos que Trouble fue
concebido para verse en grupo
como un recurso de
debate y organización colectiva.
¿Quieres involucrarte más en la lucha
contra la gentrificación
y en la defensa de tu barrio?
Queda con algunxs compañerxs,
organizad una proyección de éste vídeo
y discutid por dónde podéis empezar.
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Si tienes cualquier sugerencia o
quieres contactarnos,
escríbenos a:
Este mes, nos despedimos con cariño de
uno de nuestros colectivos colaboradores,
Tierra Morena, que nos deja para
poder concentrarse en otros proyectos.
Tierra ha formado parte esencial de
nuestro equipo en Trouble,
y esperamos poder colaborar con ellxs
en el futuro.
Último pero no menos importante, este
episodio no
habría sido posible sin el apoyo de
Magdalena.
Y ahora, ¡Sal a la calle y haz de las
tuyas!