Cuando creces en una familia
de músicos como yo,
nunca se te ocurre no ser músico.
Parte de las actividades familiares,
era cantar y bailar juntos.
No, en serio. Eso hacíamos.
Y a medida que creces,
encuentras tu propio camino.
Para mí, es el piano.
Se ha convertido en mi voz musical.
En algún momento, a medida que
profundizas en este mundo musical,
normalmente aprendes y te familiarizas
con el lenguaje formal
de tu música preferida.
Esto se aplica a los sistemas
musicales clásicos de todo el mundo.
Aprendes el sistema de símbolos
de tu música preferida
que transmite conceptos y prácticas
musicales de tu música preferida.
También permite
conservar las creaciones musicales
por mucho tiempo
y transferir ideas musicales
a otros músicos.
Así que como resultado
de este tipo de proceso,
la partitura musical
se ha vuelto sumamente importante.
Y los músicos que saben "leer" música
son muy valorados.
Ya sea la tradición shakuhachi
de Japón,
o el sistema musical cromático
del sur de la India
o el canto gregoriano, Beethoven,
la música del cine,
las canciones patrióticas,
la partitura musical hace posible recrear
una experiencia musical
en cualquier momento y lugar.
Como resultado, casi toda
nuestra música nos llega ya preparada.
Preparada para nuestro consumo,
nuestro entretenimiento,
nuestra ilustración.
Típicamente, somos consumidores
pasivos de música preparada,
entregada a nosotros por músicos
que son letrados en el sistema musical.
Pero hay otro mundo de la música
donde el énfasis está en hacerla.
Todos, haciéndola.
Vamos ahí.
(Cantando)
(Cantando)
(Zapateando y aplaudiendo)
Vamos.
Shh...
(Zapateando y aplaudiendo más suave)
(Aplaudiendo más fuerte)
(Se detienen los aplausos)
(Cantando)
(La audiencia canta junta)
Bien, ¿cuándo recibieron la música?
¿Cuándo recibieron la partitura?
¿Cuándo aprendieron la música?
Este es un buen ejemplo de la diferencia
entre la música como producto,
es decir, la partitura musical,
y el hacerla,
el proceso musical.
Y esta pequeña improvisación
fue posible porque
todos nacemos musicales.
Eso es correcto. Nacieron musicales.
Todos nacimos musicales.
¿Qué significa eso?
Nacieron con ciertas
capacidades musicales.
Son innatas.
Recordemos la improvisación
que acabamos de hacer.
Les canté una melodía
y su cerebro percibió
que eran tonos diferentes.
Eso se llama discriminación de tono.
Luego, fijé un tempo y un patrón rítmico.
Encontraron el ritmo
y usaron su cuerpo para participar.
Eso se llama inducción rítmica.
Entonces, se acordaron de la melodía
que canté y la cantaron Uds.
Eso se llama memoria musical.
Discriminación de tonos,
inducción rítmica, memoria musical.
Estas son cosas con las que nacieron.
No tuvieron que aprenderlas.
No tuvieron que comprarlas.
Son virtualmente suyas
por ser homo sapiens.
Lo sabemos porque investigaciones
recientes se han enfocado en los bebés.
Sigamos ahora mismo
con la inducción rítmica.
(Música)
Aquí hay un bebé, balanceándose,
mietras escucha una pista de batería.
(Risas)
No se cansa de esto.
(Risas)
(La música se detiene)
Lo que estas investigaciones
nos han demostrado
es que nuestros cerebros están
bellamente programados para la música.
Esto no es una cuestión del cerebro
derecho o el cerebro izquierdo.
Los receptores de la música
están por todo el cerebro.
Independientemente
de su música preferida.
Así que esto plantea una pregunta:
si todo esto es innato y estamos todos
pre-programados para la música,
¿qué hay de otras especies?
Sigamos con la inducción rítmica
por el momento.
(Música)
Aquí está Bola de Nieve.
(Risas)
(Música) (Risas)
(Fin de la música) (Aplausos)
Él podría hacer esto todo el día.
(Risas)
Bien, ¿qué tal un león marino?
Aquí está Roland.
(Música)
(Misma música con ritmo más rápido)
Esta es mi investigación con nuestro
primo primate más cercano: el Bonobo.
(Bonobos tocando tambores)
(Voces de personas hablando
con los bonobos)
Bien, eso es inducción rítmica.
¿Y qué hay con la discriminación
de tono y la memoria musical?
(Una ballena jorobada grita)
Permítanme hablar un poco sobre
la canción de las ballenas jorobadas.
Todos los machos cantan
la misma canción estacional
y crean esta canción estacional
como un esfuerzo de colaboración.
Lo hace una ballena que canta una frase
y recibe una respuesta
que se incorpora
en esta canción estacional.
Pasan seis meses creando juntas
esta canción estacional.
Luego se callan durante seis meses,
mientras van a los comederos.
Cuando vuelven a cantar
seis meses después,
comienzan con la canción estacional
del año pasado.
Discriminación de tonos,
memoria musical.
¿Qué significa todo esto?
Trabajo en un campo
llamado Biomúsica
que estudia los cerebros y capacidades
musicales en todas las especies.
Porque la habilidad para interactuar
con los demás y con el entorno
depende de estas
capacidades musicales.
También predicen la habilidad
para sobrevivir y avanzar.
Pensemos en estar juntos
con nuestros semejantes.
¿Qué sería del marchar,
cantar juntos, bailar,
hacer deportes de equipo, e incluso
el porrismo, sin la inducción rítmica?
En una conversación con otra persona,
todo el discurso no tiene que llegar
a un punto muerto de silencio para que
la otra persona empiece a hablar.
No. La otra persona asimila
esa conversación
en ese momento rítmico natural
que fluyó desde ti.
Este tipo de cambio de turnos
conversacional es rítmico
y el cerebro lo hace automáticamente.
Piensen en cómo se sincronizan.
Cuando caminan, sus brazos
se sincronizan natural y rítmicamente.
Y si están gesticulando mientras hablan,
sus gestos se sincronizan
automáticamente a los énfasis
y al tempo de su discurso.
Inducción rítmica.
Respecto a la discriminación de tonos,
en esta sala llena de celulares,
todos Uds. saben cómo suena
su tono de llamada.
(Risas)
Y todos podríamos cantar
ahora mismo el Feliz Cumpleaños
gracias a nuestra memoria musical.
Estos escenarios se apoyan en un gran
sistema de comunicación musical
que reside en nosotros
y en nuestro entorno.
Y lo que estamos descubriendo en esta
investigación es que no estamos solos,
que estas capacidades musicales están
muy arraigadas en la naturaleza.
Más aún, estas capacidades musicales
son esenciales.
Esto tiene implicaciones realmente
profundas para nuestra especie
y para otras especies.
Estoy haciendo mapas de sonido
del Arrecife Mesoamericano.
Lanzamos hidrófonos en el segundo
arrecife más grande del mundo,
porque la visión no es
la mejor herramienta en el océano.
Estamos capturando los sonidos
de los animales
que viven en el arrecife y migran por él.
Y estamos aprendiendo, de forma
diferente, cómo interactúan entre sí
y con su entorno.
Volviendo a nuestra especie,
se están desarrollando nuevas terapias
que utilizan este magnífico
sistema musical en nuestro cerebro
para reprogramar cerebros dañados.
Así que al usar la creación musical,
podemos recuperar habilidades perdidas
debido a un accidente cerebrovascular
o una lesión cerebral traumática.
Y, cuando se trata de intervenciones,
tenemos algunas nuevas
que combinan la producción musical
con la coordinación ojo-mano
para estimular un mayor aprendizaje.
En el futuro,
queremos continuar expandiendo
nuestra comprensión
de este fabuloso sistema
de comunicación musical
y aprender a usarlo mejor
para nuestro beneficio.
En el futuro, diseñaremos ambientes
de sonido que apoyen el bienestar.
Diseñaremos ambientes de sonido
que sean prescritos
e individualizados,
que apoyen la sanación.
Gestionaremos ambientes sonoros
que preserven y protejan
a otras especies.
Consideren que la nueva tecnología
ya está en marcha,
que va a poder grabar los sonidos
de las células individuales
dentro de su cuerpo.
Eso significa que podemos usar
patrones de sonido
y de tiempo para escuchar
las células que estén sanas
versus a las células enfermas.
Esto nos abre las posibilidades
de tener una herramienta
de diagnóstico que no sea invasiva,
que escuche al cuerpo
e identifique las células enfermas.
Y puede ser posible escribir
un código de ondas sonoras
para neutralizar esas células enfermas.
También deben saber que la NASA
ya ha enviado grabaciones
de música humana
y cantos de ballenas
al espacio intergaláctico,
con la posibilidad
de que la vida inteligente extraterrestre
nos conozca por estos sonidos,
creando la posibilidad de que
la primera comunicación con un E. T.
pueda ser en realidad
una comunicación musical.
Con todo esto dicho,
quizá deberíamos reconsiderar
la importancia de hacer música
en nuestras vidas
y el papel que juega en la educación
y orientación de nuestros hijos.
Porque van a necesitar elevación
en las capacidades musicales
para poder tomar
estas nuevas carreras y trabajos.
La música no es sólo
una actividad culta.
Es un potente sistema de comunicación
que está integrado en la naturaleza
y que conecta toda la vida del planeta.
Así que, acepten su musicalidad.
Experimenten este mundo
como un lugar musical.
Y sepan que el futuro tiene una
conversación musical robusta y rápida.
Gracias.
(Aplausos)