Las viejas generaciones
están desapareciendo.
Ojos que dieron testimonio
del período más transformativo
de la historia de la humanidad
se están yendo a descansar.
Para los indígenas de EE.UU.,
ellos son los testigos
de los movimientos
por los derechos civiles,
de las iniciativas de los internados
y los no muy lejanos
esfuerzos de reubicación.
Seleah Pistubbee nació en 1899.
A los 4 años,
se inscribió oficialmente
en el Dawes Roll para hacerse,
a los ojos del gobierno federal,
indígena de EE.UU.
Su apellido, Pistubbee, es una combinación
de dos palabras choctaws:
"pisa" que significa ver,
y "tubbee" o "abi" que significan matar.
Su nombre significa literalmente
Seleah Ver-y-Matar.
Seleah falleció en 1988. Era mi bisabuela.
Mi abuela, Belvia Mintz
aparece aquí frente a su internado,
la Academia Indígena Chilocco.
Cuando miro estas dos imágenes,
inmediatamente
me vienen dos cosas a la mente.
Primero, que no estaría aquí
sin estas mujeres maravillosas;
de una manera muy real,
estoy viviendo su legado.
Y en segundo lugar, es que mientras
Uds. y yo podemos mirar sus caras
y saber que existieron,
el mundo nunca más escuchará
sus voces otra vez.
Tengo una hija pequeña en casa
y un hijo en camino,
y no puedo decirles
lo que significaría para mí
que ellos pudieran escuchar sus historias,
no a través de mí, sino de sus labios,
y ver sus ojos iluminarse cuando cuentan
cómo era ser nativo en un mundo
donde no siempre es bueno ser nativo.
Y aunque esta historia
es especial y única para mí,
no es exclusiva de nuestra tribu.
Scott Wesley, que también
trabaja en este proyecto,
aparece aquí con un año
con su bisabuelo, Bennet Wesley,
y su abuelo, Otis;
ya ambos han fallecido.
Se suele decir que
"cada vez que un mayor muere
una biblioteca arde con ellos".
Parece que cada semana,
escuchamos acerca de otro anciano tribal,
un primer orador, que ha fallecido.
Y con ellos, todo el conocimiento
que habían aprendido
con la experiencia de la vida.
Así que, ¿por qué hacemos este proyecto?
Primero, para que podamos
mirar atrás.
Si no conocen su historia,
están condenados a repetirla.
Como muchos de Uds. saben,
cuando miran la historia
de los indígenas de EE.UU.,
aquí en EE.UU.,
no siempre es algo alegre,
no siempre es algo positivo.
Pero hay momentos felices,
hay momentos increíbles
que podemos capturar.
No sé si lo saben, pero de hecho
los choctaws fueron los primeros
locutores de claves
de la Primera Guerra Mundial.
Y en 1917, cuando fueron llamados
para luchar junto a las fuerzas aliadas,
ni siquiera eran ciudadanos de EE.UU.
Tobias Frazier era uno de estos locutores.
Tuvimos la oportunidad de sentarnos
con su hija, Ruth Frazier McMillan,
y charlar con ella sobre él.
Quiero reproducir ese clip para Uds.
(Video) Ruth: Yo supe
que papá había estado en la guerra
porque tenía una herida --fue herido--
y tenía una gran herida en su pierna.
Y yo le decía, "Papá, ¿duele?¿te dolió?"
Y él decía: "Era peor
cuando jugaba al fútbol",
es lo que siempre me decía,
no dolía, como, no, no dolía.
Y yo le decía: "Bueno,
¿qué pensabas sobre vivir aquí?"
Era un lugar tan pequeño,
en el medio de la nada, ya saben.
Y el tomó un tren hasta la costa este,
y decía que era una maravilla,
unos ojos grandes mirando cosas
que nunca antes había visto,
eso era.
Nunca le pregunté si se mareó,
porque su hija se marea,
solo me preguntaba si lo hizo.
Desearía haberle preguntado.
Él decía que...
él hablaba sobre los franceses
cuando llegaron allí,
lo bien que le recibieron.
Ellos sentían curiosidad por su pelo;
pensaban que era rizado,
y querían tocarlo,
y tenía que quitarse el sombrero
para que vieran que era liso.
Liso, liso.
Pero él decía que la gente
era simplemente maravillosa.
Pero Francia estaba siendo
mal golpeada en ese momento,
así que estaban realmente felices
de tener a alguien que les ayudara.
(Fin del video)
Tristemente, Ruth falleció hace dos años,
y me gustaría dedicar
este proyecto y esta charla
a su memoria y honor.
Ya saben,
cuando miro esa película y recuerdo
estar sentado allí con ella ese día,
no puedo decirles lo feliz que estoy
de saber que dentro de 500 años,
nuestros hijos, nietos, bisnietos,
podrán escuchar su voz
y ver sus ojos iluminarse
mientras habla de este héroe
a nuestra gente,
pero para ella solo era su papá.
El segundo motivo para hacer esto,
es para poder mirar hacia el futuro.
Si no podemos transmitir
este conocimiento generacional,
hacemos una gran injusticia
no solo a nuestra tribu,
también les hacemos un flaco favor
a nuestros hijos y nietos.
Hace poco tuve la oportunidad
de sentarme con un joven choctaw
en Oklahoma llamado Brenner Billy,
que hace poco tuvo un hijo.
El segundo nombre de su hijo es Ahina,
que en choctaw significa "guardián"
o alguien que se sienta a su lado,
casi como un hermano mayor.
Se llama así porque la familia de Billy
ha sido durante mucho tiempo
guardiana de nuestra cultura.
Han transmitido nuestras canciones
y nuestros cantos y nuestras danzas
tal y como se las enseñaron.
Le pregunté a Brenner:
"Si pudieras transmitir un consejo
para tu hijo, que perdurase para siempre,
¿qué consejo sería?"
Y quiero que lo vean.
(Video) Brenner: Nunca dejes de aprender.
quiero decir, todo lo que hacemos
como choctaws --aprendemos--
nunca dejamos de aprender.
Y para conseguir éxito o ser más cultos,
tenemos que seguir aprendiendo,
y tenemos que seguir aprendiendo
no solo de nuestra familia
sino de otras familias también.
Porque nosotros tenemos
nuestro sentido del conocimiento,
pero también podemos aventurar
cosas que pueden relacionarnos,
y yo les diría que nunca
dejen de aprender,
recuerden siempre,
ejerciten siempre su herencia.
Esa es probablemente una de las cosas
que más determina nuestra identidad.
Me hace choctaw, no solo parecerlo, creo.
aunque lleve las galas,
soy tan choctaw como si no las llevara.
Y es algo que no me puedo quitar.
Es algo que, ya saben, soy yo.
Yo le daría a mi hijo
el siguiente consejo:
"Nunca te alejes de tu cultura.
Siempre va a estar ahí.
Va a ser lo que siempre los mantenga a ti
y al pueblo choctaw,
y eso es algo que nada ni nadie
podrá quitarte".
Se suele decir que los indígenas de EE.UU.
no somos pensadores lineales,
que pensamos en círculo.
Adoptamos un enfoque más holístico
hacia la vida y hacia todo lo que hacemos.
Y la belleza de un círculo
es que pueden tanto mirar atrás
como hacia delante
pero también pueden mirar a su lado,
a las personas que están a su lado.
El movimiento por los derechos civiles
fue un periodo histórico
en el que se dejó de mirar
dentro del círculo
y se comenzó a buscar en otros círculos,
en otras etnias.
Martin Luther King hijo
fue un campeón para la etnia
afroestadounidense durante este periodo,
pero también fue una voz
para los indígenas de EE.UU.
Al pensar en el movimiento
por los derechos civiles,
sé que lo primero que viene a la mente
es la lucha por la igualdad racial,
pero en verdad es más que eso.
Es una lucha por los derechos humanos;
es una lucha por la dignidad humana.
Y creo que eso es algo
que todos podemos apoyar.
Recientemente tuve la oportunidad
de sentarme con Olin Williams,
que, en la época
de Martin Luther King hijo,
era un joven choctaw que vivía
en la reserva del Mississippi.
El contó su historia sobre la primera vez
que escuchó a Martin Luther King hijo.
(Video)
Olin: "Bueno, en ese momento de mi niñez,
había mucha tensión racial,
especialmente en el sur.
Y como un niño que era,
no entendía nada de lo que
estaba ocurriendo en mi vida.
solo sentía los efectos
de las preocupaciones sociales de la época.
Yo no tenía un modelo a seguir;
no tenía a nadie a quien pudiera admirar
que pudiera resolver mis dudas,
algo a lo que pudiera recurrir.
Y en ese momento,
no había tanta tecnología como ahora,
así que el único acceso
que teníamos era la radio.
Y escuchamos a este hombre hablar;
hablaba sobre injusticia,
y en cierto modo me chocó
porque se parecía a lo que
estábamos enfrentando,
y no estábamos preparados,
no sabíamos cómo manejarlo.
Así que le escuché, tenía sentido.
Y sentí que era alguien
con el que podía identificarme,
alguien que podía ayudarme a entender
aunque fuera un poco sobre
la lucha social en ese momento.
Entonces tuve que tomar una decisión.
Entendí que él no era un choctaw,
y sin embargo la idea principal
que nos traía
estaba tranquilizando
a los choctaws también.
Así que enseguida aprendí
que la lucha no estaba fuera,
sino dentro del hombre,
y él hablaba de eso.
Y así con mi comprensión infantil,
comencé a idntificarme,
comencé a educarme con sus palabras,
y creo que tuvo un gran impacto
en mi pensamiento.
(Fin del video)
Los choctaws no son las únicas personas
que tienen historias.
Están todas las historias
que nos importan, ya sean
como personas o como tribu.
Pero Uds. tienen historias.
Sus familias tienen historias.
No importa de qué tribu vengan,
no importa de qué pueblo.
Mientras observo al público,
y he tenido la oportunidad
de hablar con muchos de Uds. hoy,
hay muchas etnias representadas aquí hoy,
hay muchos pasados representados aquí hoy.
Así que quiero animarles
a explorar su historia.
No deseen, dentro de 20 años, de 30 años,
el haberse sentado con sus padres,
con sus bisabuelos,
y poder retroceder y mirar sus caras
y escuchar sus voces;
y pueden pasarles eso a sus hijos.
Todas las vidas importan,
todas las vidas humanas importan,
porque todas las vidas tienen historias.
Quiero animarles a explorar su historia.
y, lo más importante, a compartirla
con todo el mundo alrededor.
Gracias.
(Aplausos)