Estaba caminando
mi montaña, el otro día,
y me sentía como en casa
en el bosque.
Le estaba muy agradecida
por mostrarme que los bosques
se construyen en relaciones
que forman redes,
como estas hermosas
redes fluviales.
Y pensé:
"Guau, los bosques son
como las familias humanas".
Quedé tan encantada con
la belleza de esta idea
que caí y me estrellé en el piso,
y me golpeé la cabeza con esta cepa.
¡Y estaba muy enojada!
Entonces, estaba muy desconsolada
porque había toda una
familia de árboles talados.
Soy del oeste de Canadá,
donde
hay zonas taladas como esta
escondidas por todas partes,
y recién cuando Google Earth
empezó a enviar imágenes
como esta,
empezamos a darnos cuenta
de que todo el mundo
se estaba limpiando la nariz
con nuestros bosques nativos.
¿Sabían que
la deforestación provoca
en todo el mundo
más emisiones de gases
de efecto invernadero
que todos los trenes, aviones
y automóviles juntos?
Sí, estoy muy enojada por esto,
pero también tengo mucha esperanza
porque en mi investigación
descubrí también
que las redes forestales
se organizan
de la misma manera que
las redes neuronales
y las redes sociales.
Y creo que si aprendemos
a integrar esto como un todo
podemos cambiar este camino peligroso
del calentamiento global
porque creo que estamos
programados para la curación.
Esto es así:
La red más antigua
es esta red de hongos subterráneos,
o la red de setas.
Y evolucionó hace más
de mil millones de años
para permitir que los organismos migren
desde el océano hacia la tierra.
Y, con el tiempo,
se juntaron con las plantas
en esta simbiosis.
Y esto le permitió a las plantas
hacer fotosíntesis,
extrayendo CO2, el gas de efecto
invernadero más importante,
de la atmósfera y emitiendo oxígeno,
que nos permite respirar
y, de hecho, nos permitió a los humanos
evolucionar con el tiempo.
A esta simbiosis
la llamamos micorriza,
mico de hongo,
rriza de raíz.
El hongo y la raíz juntos,
intercambian en beneficio mutuo.
Todos los árboles del
bosque de todo el mundo
dependen de estas micorrizas
para su propia supervivencia.
No pueden vivir sin ellas.
Y funciona así:
la semilla cae al suelo del bosque,
germina,
arraiga en el suelo,
y empieza a enviar señales químicas
a los hongos para que
crezcan hacia la raíz.
Y los hongos responden
con sus propias señales,
y le dicen a la raíz:
'Tienes que crecer hacia mí,
ramificarte y suavizarte'.
Y con esta comunicación,
crecen juntas en esta simbiosis mágica.
La simbiosis funciona así:
la planta toma su carbono arduamente
mediante la fotosíntesis
y se lo da al hongo
porque el hongo no puede
hacer fotosíntesis.
El hongo toma los nutrientes
y el agua que recoge del suelo,
donde las raíces de la planta
no pueden crecer,
y se la dan a la planta.
Así, ambos se benefician
de esta cooperación.
Conforme el hongo
crece en el suelo,
empieza la vinculación
entre planta y planta
y entre árbol y árbol
hasta que todo el bosque
está vinculado.
¿Sabían que ese simple árbol
puede vincularse literalmente
con cientos de otros árboles
hasta donde alcanza la vista?
Y mientras uno camina por el bosque,
lo que ve, los árboles,
las raíces, las setas,
son solo la punta del témpano.
Bajo un simple paso,
hay 480 km de células micóticas
apiladas codo a codo, moviendo cosas.
Y si pudieran mirar al suelo,
sería como esta súper autopista
con los auto yendo a todas partes.
Todas las redes tienen nodos y vínculos.
En los bosques, los nodos son árboles
y los vínculos, hongos.
Es como en la red de Facebook,
donde los nodos serían los amigos
y los vínculos, las amistades.
Sabemos que algunos de esos nodos,
o amigos,
están más ocupados que otros,
como ese amigo que siempre
envía mensajes grupales.
Lo mismo pasa con los bosques,
a los nodos del bosque
los llamamos hubs,
son los grandes árboles del bosque
con raíces que se extienden por doquier.
También hemos aprendido
que los sistemas organizados
en torno a estos hubs,
estos grandes y viejos árboles,
en los bosques, ocurre la regeneración.
En la red de Facebook,
que serían la forma
de organizar la fiestas,
en torno a ese hub que siempre
envía mensajes grupales.
A estos hubs del bosque
los llamamos árboles madre;
son los grandes árboles viejos del bosque.
Retienen el carbono en sus hojas,
y lo envían por sus enormes troncos
a las redes que hay en torno a ellos
que están vinculadas a los otros árboles
y plantones, los jóvenes,
y empiezan a enviar
ese carbono por doquier.
Cuanto más estresados
están esos plantones,
quizá por la sequía o la sombra,
más les envía el árbol madre.
Es como en sus familias,
en la que si están
un poco estresados,
mamá y papá entran en juego
y ayudan un poco más, ¿no?
Bueno, lo mismo ocurre en los bosques.
Lo otro que descubrimos recientemente
es que los árboles madre preferirán enviar
más señales a sus propios hijos.
Y así les ayudan a ser mejores,
y sobreviven más,
y luego pueden pasar sus genes
a las generaciones futuras.
¿Cómo funciona la selección natural?
La forma en que se organizan estos bosques
los hace resistentes y vulnerables.
Son resistentes porque
hay muchos árboles madre,
y hay muchas especies de hongos
que los vinculan entre sí.
Y esa red es muy difícil de romper.
Es bastante robusta.
Pero, claro,
los humanos hemos descubierto
la manera de romperla.
Y lo hacemos quitando los árboles madre.
Quizá quitar uno no hace la diferencia,
pero cuando quitamos cada vez más
y talamos cada vez más
eso puede hacer que el sistema
se derrumbe y caiga,
como fichas de dominó.
Y podemos cruzar los
puntos de inflexión
y causar más muerte en los bosques
y más calentamiento global,
y estamos haciéndolo.
Por eso lo que hacemos,
las decisiones que tomamos,
pueden llevarnos a la salud
o a la enfermedad globales.
Tenemos opciones.
Y me despido dejándoles 4 ideas
que creo vale la pena difundir.
Primero:
Amar el bosque,
pasar tiempo en él.
Vayan al bosque, conéctense con él.
Y luchen con fuerza para protegerlo.
Segundo:
Aprendan cómo funcionan.
Aprendan cómo esas redes
vinculan las cosas
en bosques organizados.
Y para ello,
tienen que salir y asumir riesgos,
cometer errores.
Tercero:
Protejan los bosques.
Necesitan que lo hagan
porque ellos no pueden
hacerlo solos.
Están atrapados.
No pueden escapar
de los humanos,
y no pueden huir del
calentamiento global.
Los necesitan.
Y, por último,
y lo más importante,
usen sus propias redes
muy inteligentes, brillantes,
neuronales y sociales para
crear mensajes increíbles,
y corran la voz de que vale
la pena salvar a los bosques
porque Uds. valen la pena
y creo que juntos
estamos programados
para la curación.