(Campana) (Campana) (Campana) (Campana) Querida sangha, el tema del retiro de este otoño es "Los catorce entrenamientos de la plena conciencia de la Orden del Interser". La semana pasada escuchamos una charla del Dharma de la hermana Doan Nghiem sobre el origen, el fundador de la escuela a la que pertenece Plum Village, la escuela Lieu Quan. Hoy seguiremos hablando de algunas de las bases éticas que son el fundamento de los catorce entrenamientos en el budismo y en la tradición de Plum Village. Si estuviste la semana pasada, recordarás que el maestro Lieu Quan escribió un poema o gatha que es el poema del linaje. Cada palabra de este poema representa una generación del linaje del maestro Lieu Quan, su continuación espiritual en la escuela Lieu Quan, su linaje. La primera palabra es su propio nombre, y la segunda... La primera es su nombre y la segunda es el nombre que dio a sus discípulos cuando él vivía. La tercera palabra es para los discípulos de sus discípulos. Nosotros somos de la 9ª generación, y llevamos el nombre "tâm", que significa "corazón". Si has recibido los cinco entrenamientos, tendrás un nombre que acaba en "corazón". Esta es la 9ª palabra del poema. Ahora me detendré en este verso. El poema tiene cuatro palabras por verso. Y ahora veremos este verso del poema. Hoy tengo una oportunidad para practicar meditación caminando. [La fuente de la mente] [penetra en todas partes] [De la raíz de la virtud] [brota la compasión] "La fuente de la mente penetra en todas partes. De la raíz de la virtud brota la compasión". Algo así. Es la traducción de Thay, que puedes consultar en el certificado que te dieron al recibir los 14 entrenamientos. Creo que la traducción al inglés es más o menos así. Es como si hubiera una fuente de agua en la montaña y el agua corre hacia abajo, y penetra en la tierra por todas partes. Aquí dice: "Las raíces de la virtud". Esta palabra, "phong" significa algo como... ¿Existe en vietnamita y en chino? ¿"Phong tục ", "phong "? Significa algo como una costumbre. Una costumbre, un camino o una tradición. Y esta palabra, "từ", se suele traducir como "bondad amorosa", pero Thay la traduce como "compasión", porque significa "từ bi", que quiere decir bondad amorosa y compasión. Así que de las raíces de la virtud brota la costumbre de la compasión, o bondad amorosa, la tradición de la compasión o de la bondad amorosa. Y a veces hay un movimiento, como el movimiento Wake Up, el movimiento de jóvenes budistas y no budistas por una sociedad compasiva. Aquí la idea es compasión de toda una sociedad, la compasión de una tradición, o un hábito de compasión. Hoy en día, se usa mucho la palabra compasión. A los neurocientíficos les interesa mucho la compasión. Los neurocientíficos que conocen el budismo tibetano y han hablado con el Dalai Lama, están muy interesados en encontrar dónde está la compasión en el cerebro. La procedencia de la compasión en el cerebro. SI hay compasión en el cerebro humano, ¿supone que también la hay en el cerebro animal? Porque se suele decir que los seres humanos pueden tener un comportamiento ético, los seres humanos pueden ser compasivos, y que esto los diferencia de los animales. Pero ahora vemos que los humanos son también animales. El cerebro humano es continuación del cerebro animal. No difiere mucho del cerebro animal. Es otro asunto que debemos estudiar. Solemos creer que los seres humanos somos muy especiales. ¿Mejor así? Somos especiales, tenemos algo único que los animales no tienen. Recuerdo que algunos neurocientíficos hicieron un experimento para probar que las ratas son compasivas. Enseñaron a una rata a abrir la jaula. Pusieron libre una rata fuera de la jaula, y otra que estaba en la jaula. Vieron que la rata libre sabía cómo abrir la jaula y dejaba salir a la otra rata. La liberaba. El científico, feliz, dijo: "Ahora sabemos que los animales también pueden ser compasivos entre sí. Esa rata no quería que la otra sufriera en la jaula, por eso la liberó". Pero vino otro científico y dijo: "¿Cómo lo sabes? Tal vez solo quería tener a alguien con quien jugar, así que la liberó por un motivo egoísta". Siempre podemos encontrar la forma de probar que los humanos son algo especial. Pero es muy importante que sepamos encontrar, que sepamos establecer, que sepamos ayudar a establecer una sociedad compasiva en la que la costumbre, la cultura sea una cultura de compasión. Si la compasión es inherente a nuestro cerebro, solo tenemos que encontrar la forma de ayudarla, ayudar a esa semilla como la llamamos en el budismo para que florezca y se haga planta en el ser humano. Volviendo a la neurociencia. Los científicos emplean la palabra "empatía". [empatía] He buscado la traducción al vietnamita, pero no la he encontrado. Solo he encontrado "thấu cảm"(?). Pero creo que no significa empatía, así que no la voy a escribir. Pero la empatía es algo que los animales tienen. Han encontrado en el cerebro el lugar de origen de la empatía. Empatía es que puedes sentir el sufrimiento de otro. Puedes sentir que otra persona sufre. Y te afecta. Cuando vemos sufrir a una persona, también te sientes mal. No estás feliz. Eso se llama empatía. Y ves a alguien feliz, y también te sientes feliz. Luego si somos empáticos, también podemos ser compasivos. Pero la empatía no es en sí compasión. La empatía pertenece a cierta región cerebral ligada con la compasión, que excita otra región cerebral. Los científicos dicen que la empatía puede originar dos cosas. Una es la compasión. [compasión] Y la otra es el estrés empático. [estrés empático] Cuando sientes compasión, tu sentimiento se dirige a otra persona. [dirigido a otro] En este caso, se dice que está dirigido a uno mismo. [dirigido a uno mismo] Luego, esta emoción, cuando hay compasión, la emoción es bondad amorosa o felicidad, o ambas. [bondad amorosa] [felicidad] En este caso, la emoción es de estrés. [estrés] Y es sufrimiento. [sufrimiento] Esto lleva a la salud. [salud] Y eso lleva a la enfermedad. [enfermedad] Creo que se lo hemos oído decir a Thay mucho tiempo. Cuando tenemos un pensamiento compasivo, nos aporta salud al instante, y lleva salud al mundo. Sin compasión, no puede haber verdadera felicidad. La compasión nos trae mucha felicidad. Cuando sientes compasión por alguien, quien se beneficia primero de esa sensación compasiva es la persona que la siente, incluso antes de haber hecho algo para ayudar a esa persona, ya te sientes mejor, porque hay compasión en tu corazón. Otra cosa que dicen es que aquí se produce acercamiento [acercamiento] y aquí retirada. [retirada] Creo que nos resulta fácil ante una persona que sufre, o un animal que sufre, o ante cualquier sufrimiento social, podemos preguntarnos: ¿Qué estoy sintiendo? ¿Siento compasión? ¿O siento eso llamado estrés empático? Es decir, queremos retirarnos. No podemos soportarlo, ese sufrimiento nos supera, el sufrimiento de esa persona. Eso ocurre cuando estamos exhaustos. Los que trabajan en el movimiento ambiental y otros movimientos para ayudar al mundo. Sienten que no progresan, y en vez de sentir compasión ante el sufrimiento, sienten angustia y frustración. Ahora, muchos terapeutas enseñan a sus pacientes la práctica de la meditación sobre la bondad amorosa, la meditación sobre la compasión. Porque ven que la felicidad es posible cuando pueden sentir compasión. Y los neurocientíficos han investigado. Personas que han practicado la meditación de la bondad amorosa 7 días ya presentan cambios en sus vías neurales. Al igual que la práctica es hoy en día muy popular sin que se la considere budista, una práctica que puede hacer sigas o no alguna religión, la meditación de la bondad amorosa también se ha hecho popular. No tienes que ser budista para practicarla aunque nació en el budismo. Sabes que cuando practicas la meditación de la bondad amorosa, el primer objeto de tu meditación eres tú mismo. "Que yo esté en paz, feliz y ligero de cuerpo y mente". Tienes que sentirlo de verdad por ti mismo. Es algo que deseas de verdad. Y cuando puedes tenerlo, puedes ser muy feliz. Si no lo sientes por ti, no es fácil que lo sientas por otra persona. El paso siguiente de la meditación de la bondad amorosa es: "Que yo esté en seguridad y libre de accidentes". Es algo que todos queremos. Todos queremos poder estar totalmente a salvo, donde nada nos hiera. Si es posible encontrar un lugar así, es otra cuestión. Pero tenemos un profundo deseo de estar a salvo y libres de accidentes. Hemos de reconocer ese deseo. Y luego reconocemos que todos desean eso mismo. Así que luego nos dirigimos hacia una persona amiga: "Que ella, él, esté feliz, en paz y ligero en cuerpo y mente". "Que ella, él, esté a salvo y libre de accidentes". Nos resulta fácil sentirlo por un amigo. Luego nos dirigimos a una persona neutra, que ni nos gusta en especial ni nos causa mala sensación. Alguien que encuentres de vez en cuando. Y se lo deseas. Lo interesante es que cuando te diriges a una persona que te resulta neutra, "Que él, ella, esté feliz, en paz y ligera de cuerpo y mente", de pronto esa persona ya no es neutra. Gracias a esa meditación, se convierte en alguien hacia quien albergas sentimientos positivos. Luego deberíamos pensar en alguien que nos causa problemas. Y mientras meditamos, "Que ella, él, esté feliz, en paz y ligero", entramos en contacto con el cuerpo y las sensaciones de esa persona sobre la que meditamos, y empezamos a comprenderla mejor. Comprendemos que igual que yo tengo un profundo deseo de estar a salvo, esa persona que me hace sufrir también lo tiene. Y gracias a esa meditación, podremos cambiar nuestra forma de considerar a esa persona que nos hace sufrir. Y este cambio se puede percibir si hacemos una resonancia al cerebro del practicante. Es una forma de cultivar felicidad. Es una forma de cultivar salud. Cuando descubrí el budismo, pensaba que todo lo que hacíamos, todas las prácticas que hacíamos, eran para ayudar a otras personas. La meditación metta no es en mi beneficio propio sino en beneficio de los otros seres. Entonces ves que también te beneficia a ti. Hoy, que la meditación metta se está haciendo popular, se hace en realidad para ayudarse a uno mismo. Es lo primero. Primero te ayuda a ti y luego, indirectamente, ayudará también a otras personas. La motivación es algo diferente. Sin embargo, una vez que empiezas a practicar, tu motivación también cambia. Es como cuando empiezas a practicar la plena conciencia. Al principio lo haces solo para ti, pero luego ves que al practicar también ayudas a los demás y tu motivación se convierte en ayudar a los demás. Es lo que deseas, ayudar a otras personas. Al principio, solo buscas ayudarte a ti. Cuando pienso en las cosas que pasan en nuestra sociedad, aunque lo hagas por ti en primer lugar, creo que vamos en la buena dirección para intentar construir una sociedad compasiva, una cultura de compasión. (Campana) (Campana) También se habla de dos tipos de compasión. Pero no sé si es muy correcto. Por una parte, una compasión emocional e intuitiva. Por otra, una compasión más racional y explícita. Se puede seguir hablando de esto. Los seres humanos tenemos ambos aspectos. Tenemos un lado racional y un lado emocional. Según mi comprensión, la compasión debería tener ambos elementos. A menudo encaramos dilemas morales. No sabemos qué hacer en una situación concreta. A veces empleamos el razonamiento y otras las emociones cuando queremos decidir qué hacer. Hace poco, en un retiro, una hermana más joven me preguntó: "¿Debo ir a ayudar a esta persona laica? ¿Debo ir sola a ayudarla? ¿O debo quedarme en el retiro y participar en el compartir del Dharma?" Cuando me hizo la pregunta, rápidamente apareció mi entrenamiento: Debes quedarte en el compartir, porque en el compartir ayudarás a mucha gente. SI te vas sola a ayudar a esa persona laica, solo ayudarás a una persona. Con mi mente racional veía con claridad lo que debíamos hacer. Pero cuando seguí mi respiración y observé, parando todo pensamiento, sentí de pronto que algo no estaba bien. Y no sé por qué. Pero desde la emoción y la intuición, sentí que debía dejar que la hermana fuese a ayudar a esa persona. Mi hermana me dijo: "Ambas opciones me parecen bien. Si me dices que me quede, estaré feliz de quedarme. Si me dices que vaya, estaré feliz de irme". A veces estás ante un dilema moral como este y no sabemos si emplear nuestro lado racional o nuestro lado emocional. Pero tengo gran confianza en el depósito de conciencia. Es la parte menos consciente de mi mente. A veces, desde el depósito de conciencia surge una intuición que viene de la energía de hábito del depósito de conciencia. Hemos actuado así durante tanto tiempo, que de forma intuitiva queremos actuar así movidos por una energía de hábito. Pero si mi mente está clara, si sigo mi respiración y vacío la mente de todo pensamiento, tengo una oportunidad de que aparezca una intuición profunda. A veces podemos emplearla para tomar una decisión moral. Pero debemos asegurarnos de estar tranquilos y con la mente muy clara cuando aparece esa intuición profunda. Sentimos: "Sí, he hecho lo mejor, he observado mi lado racional y he acogido mi lado emocional. He pedido silencio a ambos lados y he dejado que surja una intución. Eso es lo maravilloso de la ética budista, que cada situación es algo diferente. No podemos adoptar un esquema fijo y decir que siempre está mal hacer algo y siempre está bien hacer otra cosa. Es también lo difícil de la ética budista. A veces cuentas con lo que se llama ética deontológica, que te dice que puedes hacer esto y eso no. Te dice lo que debes hacer, es sencillo. Solo dices: "De acuerdo, haré esto". Pero sientes que no está del todo bien. En budismo, en toda situación hemos de emplear nuestra compasión, nuestra mirada profunda, plena conciencia, concentración y visión profunda para poder tomar una decisión. Claro, no es lo mejor que tomes una decisión tú solo, es mucho mejor hacerlo unidos, como una sangha. Cuando se da un dilema moral difícil, un solo par de ojos, una sola intuición del depósito de conciencia no es tan segura como la intuición que proviene de muchas personas. (Campana) (Campana) Cuando recibí los 14 entrenamientos en 1988, eran muy distintos de como son hoy. El espíritu era el mismo, pero la redacción era muy diferente. Cada entrenamiento empezaba por "không thể", no debes, no deberías. Recientemente se revisaron los entrenamientos. Y ahora empiezan por "Consciente...". A menudo es "Consciente del sufrimiento...". "Consciente del sufrimiento causado por el fanatismo y la intolerancia, me comprometo a..." No recuerdo... Abandonaré mi... No lo recuerdo, no importa. El segundo es: "Consciente del sufrimiento creado por el apego a las opiniones y percepciones erróneas, me comprometo a escuchar profundamente a los demás". Y el tercer entrenamiento: "Consciente del sufrimiento creado cuando obligo a los demás a aceptar mi punto de vista", algo así. "Consciente del sufrimiento creado cuando imponemos nuestro punto de vista a otros, y consciente de que la falta de comunicación trae siempre sufrimiento...". Y el noveno entrenamiento: "Consciente de que las palabras pueden crear felicidad o sufrimiento...". Y el undécimo entrenamiento: "Consciente de que se ha realizado una gran injusticia y violencia contra nuestra sociedad y medio ambiente...". "Consciente del gran sufrimiento creado por la guerra o los conflictos...". "Consciente de que el sexo motivado por el ansia creará más sufrimiento...". En la base de la ética está la conciencia del sufrimiento, la primera noble verdad. Podemos practicarlo racionalmente con la mente intelectual para mirar con hondura y ver el sufrimiento. Pero hemos de dejar que nuestra mente emocional, nuestro lado emocional también sienta el sufrimiento antes de tomar la determinación de actuar para ayudar a aliviar el sufrimiento que hemos visto. Cada dos semanas, leemos juntos los entrenamientos, o los recitamos cada mes. Y cada vez te haces más consciente del sufrimiento, y puedes tomar mayor determinación para hacer algo para ayudar a aliviar el sufrimiento. La compasión es una parte importante del comportamiento ético. Y podemos cultivar compasión a través de nuestra forma de pensar, nuestra forma de habla cada día. Nunca debemos decir de alguien que no tiene compasión. Nunca debemos decir de uno mismo: "No tengo compasión". La tienes. La compasión está relacionada con el instinto maternal. Es la misma región cerebral, el amor maternal y la compasión. Si lees "El discurso sobre el amor", verás que Buda no necesitó una resonancia para poder ver que al igual que una madre ama y protege a su propio hijo, arriesgando su vida, nosotros debemos cultivar compasión hacia todos los seres vivos. Todos tenemos compasión. Lo que necesitamos hacer, necesitamos encontrar formas para que nuestra compasión pueda manifestarse. Si nos hemos procurado demasiadas oportunidades para estar en contacto con sufrimiento excesivo, puede que estemos padeciendo lo que hemos llamado "estrés empático". No importa que lo estemos sufriendo. Pero es muy importante que seamos conscientes de ello, que nos demos cuenta de lo que ha pasado y hagamos todo lo posible por cuidar de nuestra felicidad. Ver el otro lado. Ver lo que va bien, en lugar de lo que va mal. Si estás con otra persona y sientes que al escuchar su sufrimiento necesitas apartarte, si sientes estrés, tienes derecho de apartarte. Porque sabes que no puedes ayudar a esa persona. Tienes que alejarte para poder cuidar de ti. Para sentir compasión hacia ti. Y si es posible, buscar a alguien que ayude a esa persona que sufre. A veces, la gente mira a los bebés y ve que son compasivos. Otras veces, los miran y ven que son codiciosos y exigentes. Depende de quién mira al bebé, de lo que ve. Con niños de dos años, han hecho un experimento. A un niño le dan... Tienen un grupo de niños, y a uno le dan algo que los demás no tienen, algo que puede ser compartido. Ese niño de dos años de forma espontánea lo repartirá con todos los demás. Si tienes nietos, sobrinas en mi caso, hijos, nietos, sobrinos y sobrinas, sabes que ocurre a menudo. Le das algo a uno y va a compartirlo con los demás. Esa es la práctica de la bondad amorosa, que parece estar ya en nosotros. En 1993, en Chicago, se celebró el Parlamento Mundial de las Religiones, una conferencia. Invitaron a nuestro maestro, Thay. Había 200 delegados, creo. Y se alojaron en un hotel muy lujoso. Se celebraba el centenario del Parlamento Mundial de las Religiones. En 1893 se reunió por vez primera y lo hizo cada 2 o 3 años, creo. En 1893, estuvieron representados el hinduismo, el budismo, el islam, diferentes escuelas cristianas, incluyendo las orientales y la ortodoxa rusa. Y también el judaísmo. Creo que eso era todo. Pero en 1993, decidieron invitar a representantes de las tradiciones espirituales de los nativos de América y al chamanismo. Algunos de los delegados se molestaron mucho. Dijeron que esas religiones no eran religiones, que no tenían nombre. Y se fueron. Sí, se fueron. No fue una reunión armoniosa. Thay estaba allí. Creo que la persona que convocó esa reunión fue un teólogo suizo llamado Hans Küng, ¿Kung? No quiero ser descortés, mi alemán no es muy bueno. [Hans Küng] Un teólogo católico. Creo que este año cumple 90 años. Es casi de la misma edad que Thay. 90 o 92 años. Él ha dedicado su vida a hacer reformas, a intentar reformar la Iglesia Católica. No es... Y también a desarrollar una ética global. Tiene una profunda aspiración por una ética global. Thay también. Thay dijo en una charla del Dharma que cuando se practica meditación sentada en Upper Hamlet, al final de la meditación todos tocan la Tierra tres veces. Y cuando Thay toca la Tierra, hace un profundo voto: "Que Thay y la sangha puedan contribuir a una ética global para que podamos aliviar mucho del sufrimiento en el mundo". Como decía, en 1993, en el Parlamento de las Religiones asistieron varios representantes de los nativos de América. No tienen nada que pueda llamarse en sí religión, pero cuidan mucho la Tierra. Tiene gran respeto y cuidan mucho la Tierra, la Madre Tierra. En un libro reciente, "Una carta de amor a la Tierra", en su apéndice, Thay dice que necesitamos una espiritualidad global. Tal vez esa espiritualidad se base en nuestra reverencia y admiración por el mundo natural, la Madre Tierra, las galaxias, el cosmos. Porque todos los seres humanos sienten un profundo asombro cuando observan el cosmos. Encontrar algo común a todos nosotros y acordar cómo ponerlo en palabras no es fácil. Creo que en aquel Parlamento de las Religiones estuvieron de acuerdo sobre el sufrimiento que nos rodea. Pero no se pusieron de acuerdo en un texto, como los 5 entrenamientos o algo parecido, que ayude a la gente a aliviar ese sufrimiento. Esa es una tarea pendiente. Queremos ser realmente continuación de Thay, continuar sus esfuerzos por soltar a veces aquello a lo que nos aferramos para poder contribuir a una ética global. Cuando contribuimos a una ética global, también tenemos que considerar otras éticas distintas de la ética budista y descubrir aquello que toda mente humana puede aceptar, en lo que todos los seres humanos estén de acuerdo. En 1993, casi todo el mundo, no todos, acordaron cuatro puntos, cuatro compromisos que quería asumir. El primero era proteger la vida. "Un compromiso por una cultura de la no violencia y del respeto a toda vida". Cuando vemos los 14 entrenamientos de la Orden del Interser, vemos las raíces de nuestra falta de habilidad para proteger la vida, de nuestra violencia.. Son el fanatismo, el dogmatismo. Si nos aferramos a un dogma, si creo que tengo razón y tú te equivocas, eso contribuye a la violencia. Cuando nos comprometemos por la no violencia, por una parte nos comprometemos a observar con hondura las raíces de la violencia en nosotros y la forma de dejar de regar esa violencia que tenemos. Pero al mismo tiempo, queremos descubrir qué vuelve violenta a la gente. Si me aferro a mi dogma y tú te aferras al tuyo, y ninguno acepta el dogma del otro, eso lleva también a la violencia generada entre todos. El segundo compromiso que tomaron es el compromiso con una cultura de solidaridad y un orden económico justo. Aquí "solidaridad" significa, como en ""đoàn kết", significa que nos mantenemos unidos. El Este se mantiene unido con el Oeste. Y si en el Oeste vemos que el Sur o el Este sufren, sabemos que ese sufrimiento es también nuestro. Y queremos ayudar. El Norte desea ayudar al Sur, desea mantenerse unido al Sur. Es una cultura de solidaridad. Y un orden económico justo, como (Vietnamita). Eso supone que deseamos abandonar el consumismo. Deseamos abandonar nuestro confort material para poder compartir nuestra riqueza con los países que no tienen la riqueza que nosotros tenemos. El tercer compromiso que acordaron mutuamente es el compromiso por una cultura de tolerancia y veracidad. La capacidad de abrazarnos unos a otros. Tolerancia es "bao dung". Ser verdaderos, auténticos unos con otros. El cuarto es un compromiso por una cultura de la igualdad de derechos y por la hermandad entre hombre y mujer. Igualdad de derechos es "bình quyền" y hermandad aquí es ""sự hợp tác". Entre hombre y mujer. Al detallar ese compromiso se habla mucho de sexualidad, contra la explotación sexual, la compraventa de sexo, ese asunto. El teólogo Hans Küng también pasó gran parte de su vida hablando a empresarios sobre una ética global. (Campana) (Campana) En el capítulo 2 del Anguttara Nikaya, Buda dice: "Hay dos cosas, monjes, que protegen el mundo, que preservan el mundo. ¿Cuáles son esas dos cosas? Son hiri y ottapa". [hiri] [ottapa] Cuando consultas un diccionario de pali, estas palabras se traducen así. Quizá vergüenza moral temor moral no suene muy... Decir que estas dos cosas protegen el mundo, lo preservan, puede que no te parezca muy positivo. Vergüenza moral es que cuando hago algo, reconozco que me produce sufrimiento a mí y siento vergüenza. Así que no lo hago. Y temor moral significa que temo cometer un error. Me da miedo hacer algo. Temo hacer algo que me haga sufrir a mi y haga sufrir a otros. A veces, nos da miedo hacer algo porque creemos que iremos la infierno. O creemos que seremos castigados. Puede que temas robar un banco porque creas que irás a la cárcel. En algunos templos budistas, hay frescos o pinturas con los terribles castigos del infierno. Como ser arrojado en un caldero de aceite hirviendo, cosas así, por una mala acción cometida. La idea es que eso te da miedo, así que no lo haces. Pero la verdad es que en Plum Village no creemos en el infierno como un lugar al que vas al morir para ser castigado por lo que hiciste en vida. Creemos que el infierno es más bien un estado mental. Y puedes ir allí muy fácilmente mientras estás vivo si eliges pensar de cierta forma o actuar de cierta forma. Como cuando te enojas, es un tipo de infierno: te sientes arder. Pero aquí, significa una aspiración profunda: "No quiero sufrir y no quiero hacer sufrir a otros". Así que evito hacer ciertas cosas. Y cuando hago algo que me hace sufrir y hace sufrir a otra persona, reconozco que me he equivocado. Y siento vergüenza. Y me confieso con alguien o conmigo mismo, y empleo palabras como: "Me he equivocado, te he hecho sufrir y me he hecho sufrir. No volveré a hacerlo. Lo siento mucho". Y se acaba ahí. Si no acaba ahí, y sigo pensando: "Hice algo terrible, no puedo olvidarlo", se convierte en culpa. La culpa es un complejo, no es positiva como lo es la vergüenza. La vergüenza es positiva, me ayuda a superar mis errores y a no repetir el mismo error. El filósofo el filósofo Mencio, Mạnh Tử, dijo que el ser humano es innatamente bueno. Tienen una compasión innata. Habló de cuatro cosas que llamó "las cuatro bases" que llevan a una vida moral. (Vietnamita) Creo que corresponde con esto. "Tu" aquí significa sentir vergüenza. Es como "hiri". Esto es Mencio. Y "ô'" significa odiar. Odias hacer el mal. Es como temer actuar mal. No quieres actuar mal. Esto significa compasión. Esto significa algo que se puede traducir como compasión. Mencio dijo que si estás dentro de casa, y ves que fuera un niño se acerca al borde de un pozo, inmediatamente deseas salir y tomar a ese niño en tus brazos para que no caiga en el pozo. Y si la puerta está cerrada y no puedes salir, te sientes muy mal, muy contrariado. No sabrás qué hacer. Esa es nuestra compasión natural, querer salvar las vidas de otros. Esto significa que nos avergonzamos de actuar mal y esto que no queremos, no nos gusta hacer algo malo. (Vietnamita) El último que recuerdo... Es faćil. Significa que dices adiós a algo. Como en "từ", dices adiós. Retrocedes, no lo haces. Ves que puedes abandonarlo y no hacerlo. Y "nhượng" significa rendirse. Puedes dejarlo ir, no te aferras. Si es necesario hacer algo, lo harás. Si se trata de no hacer algo, puedes decirle adiós y no hacerlo. Puedes evitar hacer algo. Como alguien que viene a decirme: "Sabes, amo mucho a una persona que trabaja conmigo. Pero tiene un marido e hijos, yo también tengo esposa e hijos. Sé que tengo que olvidar mi amor por esa persona, porque tengo que cuidar a mi familia, a mi esposa. Y ella tiene que cuidar a su familia y a su marido". Eso es abandonar. Luego vemos que hay algo que hacer y lo hacemos. Esto supone que tenemos la capacidad de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Pero como dije antes, tenemos que... En el budismo, no sabemos de antemano lo que está bien y lo que está mal. Hemos de emplear la plena conciencia, la concentración y la visión profunda en cada situación para saber lo que es correcto o incorrecto. En los 14 entrenamientos y en los 5 entrenamientos tenemos una guía básica que nos ayuda en ese sentido. Pero al final hemos de emplear la plena conciencia, la concentración, la visión profunda y la sabiduría colectiva de la sangha para saber lo que es correcto o incorrecto en una situación. Por eso, en la meditación del anochecer decimos: "Ya no hay más pensamientos sobre lo correcto o lo incorrecto". Porque mientras meditas, no quieres estar pensando: "¿Debo hacer esto o aquello?". En la meditación, debemos ser capaces de regresar a nuestra respiración, dejar pasar nuestros pensamientos y refrescar la mente para mirar con hondura. Este es un pequeño discurso sobre metaética en el budismo. Existe la ética, que es "đạo đức học", pero también existe la metaética, que es "siêu đạo đức học". ¿Qué hay en la base de la ética? Puede que sea el no pensar en correcto e incorrecto. En la base de la ética está la conciencia del sufrimiento, la conciencia de la felicidad y la habilidad de abandonar toda idea sobre correcto e incorrecto para poder encontrar qué traerá mayor felicidad y menos sufrimiento en una circunstancia concreta. Creo que Jeremy Bentham y John Stuart Mill en el siglo XIX hablaron de la mayor felicidad para el mayor número como base de toda ética. Los budistas podemos estar de acuerdo con eso. Sentimos que queremos reducir la cantidad de sufrimiento. Pero también sabemos que el sufrimiento es esencial para que exista la compasión. Y la compasión es esencial para que haya felicidad. Pero siempre habrá sufrimiento. No tenemos que preocuparnos por que un día ya no haya sufrimiento. Pero no queremos crear más sufrimiento del que ya se nos ofrece. (Campana) (Campana) Creo que Jeremy Bentham y John Stuart Mill hablaron mucho sobre la felicidad material. Existe gran pobreza. Existe aún mucha pobreza. Y poder erradicar la pobreza traería felicidad material, que llevará a la felicidad espiritual. Porque cuando alguien es muy pobre, no tiene tiempo ni ocasión de desarrollar su vida espiritual. Luego este es un paso básico. Pero también vemos que la felicidad espiritual es muy importante. Cuando yo vivía en la India, en un lugar muy pobre, observaba a los niños. No tenían casi ropas, solo algunos harapos a veces. Pero eran felices. Jugaban juntos, aunque no tuvieran juguetes ni vistieran ropa adecuada. Pero tenían una felicidad que a veces no ves en niños que tienen ropa y muchos juguetes. Tiene algo que ver con el reparto de nuestra riqueza, de forma que todos tenga lo bastante pero no más de lo necesario. Un economista alemán dijo que es posible que todo el mundo perciba un salario idéntico, que todo el mundo gane la misma cantidad de dinero. Durante los tres meses del retiro de otoño, tenemos una oportunidad de poder indagar cómo afectan los 14 entrenamientos a nuestra forma de vivir. Cómo pueden ayudarnos a desarrollar nuestra compasión. Tenemos muchas oportunidades en nuestra meditación sentada para practicar la meditación de la bondad amorosa si queremos, para hacer brotar con facilidad la compasión innata que todos tenemos. (Campana) (Campana) (Campana) (Campana) (Campana) (Campana) Estas retransmisiones son posibles solo gracias a las donaciones. Puede clicar aquí para donar. Gracias por su generosidad.