(Campana)
(Campana)
(Campana)
(Campana)
Querida sangha,
el tema del retiro de este otoño es
"Los catorce entrenamientos de la plena
conciencia de la Orden del Interser".
La semana pasada escuchamos una charla
del Dharma de la hermana Doan Nghiem
sobre el origen, el fundador de la escuela
a la que pertenece Plum Village,
la escuela Lieu Quan.
Hoy seguiremos hablando
de algunas de las bases éticas
que son el fundamento
de los catorce entrenamientos
en el budismo
y en la tradición de Plum Village.
Si estuviste la semana pasada,
recordarás que el maestro Lieu Quan
escribió un poema o gatha
que es el poema del linaje.
Cada palabra de este poema
representa una generación
del linaje del maestro Lieu Quan,
su continuación espiritual en la escuela
Lieu Quan, su linaje.
La primera palabra es su propio nombre,
y la segunda...
La primera es su nombre
y la segunda es el nombre que dio
a sus discípulos cuando él vivía.
La tercera palabra es para
los discípulos de sus discípulos.
Nosotros somos de la 9ª generación,
y llevamos el nombre "tâm",
que significa "corazón".
Si has recibido los cinco entrenamientos,
tendrás un nombre que acaba en "corazón".
Esta es la 9ª palabra del poema.
Ahora me detendré en este verso.
El poema tiene cuatro palabras por verso.
Y ahora veremos este verso del poema.
Hoy tengo una oportunidad
para practicar meditación caminando.
[La fuente de la mente]
[penetra en todas partes]
[De la raíz de la virtud]
[brota la compasión]
"La fuente de la mente
penetra en todas partes.
De la raíz de la virtud
brota la compasión".
Algo así.
Es la traducción de Thay,
que puedes consultar
en el certificado que te dieron
al recibir los 14 entrenamientos.
Creo que la traducción al inglés
es más o menos así.
Es como si hubiera una fuente
de agua en la montaña
y el agua corre hacia abajo,
y penetra en la tierra
por todas partes.
Aquí dice:
"Las raíces de la virtud".
Esta palabra, "phong"
significa algo como...
¿Existe en vietnamita y en chino?
¿"Phong tục ", "phong "?
Significa algo como una costumbre.
Una costumbre, un camino o una tradición.
Y esta palabra, "từ", se suele traducir
como "bondad amorosa",
pero Thay la traduce como "compasión",
porque significa "từ bi",
que quiere decir
bondad amorosa y compasión.
Así que de las raíces de la virtud
brota la costumbre de la compasión,
o bondad amorosa,
la tradición de la compasión
o de la bondad amorosa.
Y a veces hay un movimiento,
como el movimiento Wake Up,
el movimiento de jóvenes budistas y no
budistas por una sociedad compasiva.
Aquí la idea es compasión de toda una
sociedad, la compasión de una tradición,
o un hábito de compasión.
Hoy en día, se usa mucho
la palabra compasión.
A los neurocientíficos
les interesa mucho la compasión.
Los neurocientíficos que conocen
el budismo tibetano
y han hablado con el Dalai Lama,
están muy interesados en encontrar
dónde está la compasión en el cerebro.
La procedencia de la compasión
en el cerebro.
SI hay compasión en el cerebro humano,
¿supone que también la hay
en el cerebro animal?
Porque se suele decir
que los seres humanos pueden
tener un comportamiento ético,
los seres humanos pueden ser compasivos,
y que esto los diferencia de los animales.
Pero ahora vemos que los humanos
son también animales.
El cerebro humano es continuación
del cerebro animal.
No difiere mucho del cerebro animal.
Es otro asunto que debemos estudiar.
Solemos creer que los seres humanos
somos muy especiales.
¿Mejor así?
Somos especiales, tenemos
algo único
que los animales no tienen.
Recuerdo que algunos neurocientíficos
hicieron un experimento para probar
que las ratas son compasivas.
Enseñaron a una rata a abrir la jaula.
Pusieron libre una rata
fuera de la jaula,
y otra que estaba en la jaula.
Vieron que la rata libre
sabía cómo abrir la jaula
y dejaba salir a la otra rata.
La liberaba.
El científico, feliz, dijo:
"Ahora sabemos que los animales
también pueden ser compasivos entre sí.
Esa rata no quería que la otra sufriera
en la jaula, por eso la liberó".
Pero vino otro científico y dijo:
"¿Cómo lo sabes?
Tal vez solo quería tener
a alguien con quien jugar,
así que la liberó por un motivo egoísta".
Siempre podemos encontrar
la forma de probar
que los humanos son algo especial.
Pero es muy importante
que sepamos encontrar,
que sepamos establecer,
que sepamos ayudar a establecer
una sociedad compasiva
en la que la costumbre, la cultura
sea una cultura de compasión.
Si la compasión es inherente
a nuestro cerebro,
solo tenemos que encontrar la forma
de ayudarla,
ayudar a esa semilla
como la llamamos en el budismo
para que florezca y se haga planta
en el ser humano.
Volviendo a la neurociencia.
Los científicos emplean
la palabra "empatía".
[empatía]
He buscado la traducción al vietnamita,
pero no la he encontrado.
Solo he encontrado "thấu cảm"(?).
Pero creo que no significa empatía,
así que no la voy a escribir.
Pero la empatía es algo
que los animales tienen.
Han encontrado en el cerebro
el lugar de origen de la empatía.
Empatía es que puedes sentir
el sufrimiento de otro.
Puedes sentir que otra persona sufre.
Y te afecta.
Cuando vemos sufrir a una persona,
también te sientes mal.
No estás feliz.
Eso se llama empatía.
Y ves a alguien feliz,
y también te sientes feliz.
Luego si somos empáticos,
también podemos ser compasivos.
Pero la empatía no es en sí compasión.
La empatía pertenece
a cierta región cerebral
ligada con la compasión,
que excita otra región cerebral.
Los científicos dicen que la empatía
puede originar dos cosas.
Una es la compasión.
[compasión]
Y la otra es el estrés empático.
[estrés empático]
Cuando sientes compasión,
tu sentimiento se dirige
a otra persona.
[dirigido a otro]
En este caso, se dice que
está dirigido a uno mismo.
[dirigido a uno mismo]
Luego, esta emoción,
cuando hay compasión, la emoción es
bondad amorosa o felicidad,
o ambas.
[bondad amorosa]
[felicidad]
En este caso, la emoción es de estrés.
[estrés]
Y es sufrimiento.
[sufrimiento]
Esto lleva a la salud.
[salud]
Y eso lleva a la enfermedad.
[enfermedad]
Creo que se lo hemos oído decir
a Thay mucho tiempo.
Cuando tenemos un pensamiento compasivo,
nos aporta salud al instante,
y lleva salud al mundo.
Sin compasión, no puede haber
verdadera felicidad.
La compasión nos trae mucha felicidad.
Cuando sientes compasión por alguien,
quien se beneficia primero
de esa sensación compasiva
es la persona que la siente,
incluso antes de haber hecho algo
para ayudar a esa persona,
ya te sientes mejor,
porque hay compasión en tu corazón.
Otra cosa que dicen es que aquí
se produce acercamiento
[acercamiento]
y aquí retirada.
[retirada]
Creo que nos resulta fácil
ante una persona que sufre,
o un animal que sufre,
o ante cualquier sufrimiento social,
podemos preguntarnos:
¿Qué estoy sintiendo?
¿Siento compasión?
¿O siento eso llamado estrés empático?
Es decir, queremos retirarnos.
No podemos soportarlo,
ese sufrimiento nos supera,
el sufrimiento de esa persona.
Eso ocurre cuando estamos exhaustos.
Los que trabajan
en el movimiento ambiental
y otros movimientos para ayudar al mundo.
Sienten que no progresan,
y en vez de sentir compasión
ante el sufrimiento,
sienten angustia
y frustración.
Ahora, muchos terapeutas
enseñan a sus pacientes
la práctica de la meditación
sobre la bondad amorosa,
la meditación sobre la compasión.
Porque ven que la felicidad es posible
cuando pueden sentir compasión.
Y los neurocientíficos han investigado.
Personas que han practicado
la meditación de la bondad amorosa 7 días
ya presentan cambios en sus vías neurales.
Al igual que la práctica
es hoy en día muy popular
sin que se la considere budista,
una práctica que puede hacer
sigas o no alguna religión,
la meditación de la bondad amorosa
también se ha hecho popular.
No tienes que ser budista para practicarla
aunque nació en el budismo.
Sabes que cuando practicas
la meditación de la bondad amorosa,
el primer objeto de tu meditación
eres tú mismo.
"Que yo esté en paz, feliz y ligero
de cuerpo y mente".
Tienes que sentirlo de verdad
por ti mismo.
Es algo que deseas de verdad.
Y cuando puedes tenerlo,
puedes ser muy feliz.
Si no lo sientes por ti,
no es fácil que lo sientas
por otra persona.
El paso siguiente de la meditación
de la bondad amorosa es:
"Que yo esté en seguridad
y libre de accidentes".
Es algo que todos queremos.
Todos queremos poder estar
totalmente a salvo, donde nada nos hiera.
Si es posible encontrar un lugar así,
es otra cuestión.
Pero tenemos un profundo deseo
de estar a salvo y libres de accidentes.
Hemos de reconocer ese deseo.
Y luego reconocemos que todos
desean eso mismo.
Así que luego nos dirigimos
hacia una persona amiga:
"Que ella, él, esté feliz, en paz y ligero
en cuerpo y mente".
"Que ella, él, esté a salvo
y libre de accidentes".
Nos resulta fácil sentirlo por un amigo.
Luego nos dirigimos a una persona neutra,
que ni nos gusta en especial
ni nos causa mala sensación.
Alguien que encuentres de vez en cuando.
Y se lo deseas.
Lo interesante es que cuando te diriges
a una persona que te resulta neutra,
"Que él, ella, esté feliz, en paz y ligera
de cuerpo y mente",
de pronto esa persona ya no es neutra.
Gracias a esa meditación,
se convierte en alguien
hacia quien albergas
sentimientos positivos.
Luego deberíamos pensar
en alguien que nos causa problemas.
Y mientras meditamos,
"Que ella, él, esté feliz,
en paz y ligero",
entramos en contacto con el cuerpo
y las sensaciones de esa persona
sobre la que meditamos,
y empezamos a comprenderla mejor.
Comprendemos que igual que yo tengo
un profundo deseo de estar a salvo,
esa persona que me hace sufrir
también lo tiene.
Y gracias a esa meditación, podremos
cambiar nuestra forma de considerar
a esa persona que nos hace sufrir.
Y este cambio se puede percibir
si hacemos una resonancia
al cerebro del practicante.
Es una forma de cultivar felicidad.
Es una forma de cultivar salud.
Cuando descubrí el budismo,
pensaba que todo lo que hacíamos,
todas las prácticas que hacíamos,
eran para ayudar a otras personas.
La meditación metta
no es en mi beneficio propio
sino en beneficio de los otros seres.
Entonces ves que también
te beneficia a ti.
Hoy, que la meditación metta
se está haciendo popular,
se hace en realidad
para ayudarse a uno mismo.
Es lo primero.
Primero te ayuda a ti
y luego, indirectamente,
ayudará también a otras personas.
La motivación es algo diferente.
Sin embargo,
una vez que empiezas a practicar,
tu motivación también cambia.
Es como cuando empiezas
a practicar la plena conciencia.
Al principio lo haces solo para ti,
pero luego ves que al practicar
también ayudas a los demás
y tu motivación se convierte
en ayudar a los demás.
Es lo que deseas, ayudar a otras personas.
Al principio, solo buscas ayudarte a ti.
Cuando pienso en las cosas
que pasan en nuestra sociedad,
aunque lo hagas por ti en primer lugar,
creo que vamos en la buena dirección
para intentar construir una sociedad
compasiva, una cultura de compasión.
(Campana)
(Campana)
También se habla de dos tipos de compasión.
Pero no sé si es muy correcto.
Por una parte, una compasión
emocional e intuitiva.
Por otra, una compasión
más racional y explícita.
Se puede seguir hablando de esto.
Los seres humanos tenemos ambos aspectos.
Tenemos un lado racional
y un lado emocional.
Según mi comprensión, la compasión
debería tener ambos elementos.
A menudo encaramos dilemas morales.
No sabemos qué hacer
en una situación concreta.
A veces empleamos el razonamiento
y otras las emociones
cuando queremos decidir qué hacer.
Hace poco, en un retiro,
una hermana más joven me preguntó:
"¿Debo ir a ayudar a esta persona laica?
¿Debo ir sola a ayudarla?
¿O debo quedarme en el retiro y
participar en el compartir del Dharma?"
Cuando me hizo la pregunta, rápidamente
apareció mi entrenamiento:
Debes quedarte en el compartir,
porque en el compartir
ayudarás a mucha gente.
SI te vas sola
a ayudar a esa persona laica,
solo ayudarás a una persona.
Con mi mente racional veía con claridad
lo que debíamos hacer.
Pero cuando seguí mi respiración
y observé, parando todo pensamiento,
sentí de pronto que algo no estaba bien.
Y no sé por qué.
Pero desde la emoción y la intuición,
sentí que debía dejar que la hermana
fuese a ayudar a esa persona.
Mi hermana me dijo:
"Ambas opciones me parecen bien.
Si me dices que me quede,
estaré feliz de quedarme.
Si me dices que vaya,
estaré feliz de irme".
A veces estás ante un dilema moral
como este
y no sabemos si emplear
nuestro lado racional
o nuestro lado emocional.
Pero tengo gran confianza
en el depósito de conciencia.
Es la parte menos consciente de mi mente.
A veces, desde el depósito de conciencia
surge una intuición
que viene de la energía de hábito
del depósito de conciencia.
Hemos actuado así durante tanto tiempo,
que de forma intuitiva queremos actuar así
movidos por una energía de hábito.
Pero si mi mente está clara,
si sigo mi respiración y
vacío la mente de todo pensamiento,
tengo una oportunidad de que aparezca
una intuición profunda.
A veces podemos emplearla
para tomar una decisión moral.
Pero debemos asegurarnos de estar
tranquilos y con la mente muy clara
cuando aparece esa intuición profunda.
Sentimos: "Sí, he hecho lo mejor,
he observado mi lado racional
y he acogido mi lado emocional.
He pedido silencio a ambos lados
y he dejado que surja una intución.
Eso es lo maravilloso de la ética budista,
que cada situación es algo diferente.
No podemos adoptar un esquema fijo
y decir que siempre está mal hacer algo
y siempre está bien hacer otra cosa.
Es también lo difícil de la ética budista.
A veces cuentas con lo que se llama
ética deontológica,
que te dice que
puedes hacer esto y eso no.
Te dice lo que debes hacer, es sencillo.
Solo dices: "De acuerdo, haré esto".
Pero sientes que no está del todo bien.
En budismo, en toda situación
hemos de emplear nuestra compasión,
nuestra mirada profunda, plena conciencia,
concentración y visión profunda
para poder tomar una decisión.
Claro, no es lo mejor
que tomes una decisión tú solo,
es mucho mejor hacerlo unidos,
como una sangha.
Cuando se da un dilema moral difícil,
un solo par de ojos, una sola intuición
del depósito de conciencia
no es tan segura como la intuición
que proviene de muchas personas.
(Campana)
(Campana)
Cuando recibí
los 14 entrenamientos en 1988,
eran muy distintos de como son hoy.
El espíritu era el mismo,
pero la redacción era muy diferente.
Cada entrenamiento
empezaba por "không thể",
no debes, no deberías.
Recientemente
se revisaron los entrenamientos.
Y ahora empiezan por "Consciente...".
A menudo es
"Consciente del sufrimiento...".
"Consciente del sufrimiento causado
por el fanatismo y la intolerancia,
me comprometo a..."
No recuerdo... Abandonaré mi...
No lo recuerdo, no importa.
El segundo es:
"Consciente del sufrimiento creado
por el apego a las opiniones
y percepciones erróneas,
me comprometo a escuchar
profundamente a los demás".
Y el tercer entrenamiento:
"Consciente del sufrimiento creado
cuando obligo a los demás
a aceptar mi punto de vista", algo así.
"Consciente del sufrimiento creado cuando
imponemos nuestro punto de vista a otros,
y consciente de que la falta de
comunicación trae siempre sufrimiento...".
Y el noveno entrenamiento:
"Consciente de que las palabras
pueden crear felicidad o sufrimiento...".
Y el undécimo entrenamiento:
"Consciente de que se ha realizado
una gran injusticia y violencia contra
nuestra sociedad y medio ambiente...".
"Consciente del gran sufrimiento
creado por la guerra o los conflictos...".
"Consciente de que el sexo motivado
por el ansia creará más sufrimiento...".
En la base de la ética está
la conciencia del sufrimiento,
la primera noble verdad.
Podemos practicarlo racionalmente
con la mente intelectual
para mirar con hondura
y ver el sufrimiento.
Pero hemos de dejar
que nuestra mente emocional,
nuestro lado emocional
también sienta el sufrimiento
antes de tomar la determinación
de actuar para ayudar
a aliviar el sufrimiento que hemos visto.
Cada dos semanas, leemos juntos
los entrenamientos,
o los recitamos cada mes.
Y cada vez te haces más consciente
del sufrimiento,
y puedes tomar mayor determinación
para hacer algo para ayudar
a aliviar el sufrimiento.
La compasión es una parte importante
del comportamiento ético.
Y podemos cultivar compasión
a través de nuestra forma de pensar,
nuestra forma de habla cada día.
Nunca debemos decir de alguien
que no tiene compasión.
Nunca debemos decir de uno mismo:
"No tengo compasión".
La tienes.
La compasión está relacionada
con el instinto maternal.
Es la misma región cerebral,
el amor maternal y la compasión.
Si lees "El discurso sobre el amor",
verás que Buda no necesitó una resonancia
para poder ver
que al igual que una madre ama
y protege a su propio hijo,
arriesgando su vida,
nosotros debemos cultivar compasión
hacia todos los seres vivos.
Todos tenemos compasión.
Lo que necesitamos hacer,
necesitamos encontrar formas
para que nuestra compasión
pueda manifestarse.
Si nos hemos procurado demasiadas
oportunidades
para estar en contacto
con sufrimiento excesivo,
puede que estemos padeciendo
lo que hemos llamado
"estrés empático".
No importa que lo estemos sufriendo.
Pero es muy importante
que seamos conscientes de ello,
que nos demos cuenta de lo que ha pasado
y hagamos todo lo posible
por cuidar de nuestra felicidad.
Ver el otro lado.
Ver lo que va bien,
en lugar de lo que va mal.
Si estás con otra persona
y sientes que al escuchar su sufrimiento
necesitas apartarte,
si sientes estrés,
tienes derecho de apartarte.
Porque sabes que
no puedes ayudar a esa persona.
Tienes que alejarte
para poder cuidar de ti.
Para sentir compasión hacia ti.
Y si es posible, buscar a alguien
que ayude a esa persona que sufre.
A veces, la gente mira a los bebés
y ve que son compasivos.
Otras veces, los miran y ven
que son codiciosos y exigentes.
Depende de quién mira al bebé,
de lo que ve.
Con niños de dos años,
han hecho un experimento.
A un niño le dan...
Tienen un grupo de niños,
y a uno le dan algo
que los demás no tienen,
algo que puede ser compartido.
Ese niño de dos años de forma espontánea
lo repartirá con todos los demás.
Si tienes nietos,
sobrinas en mi caso,
hijos, nietos, sobrinos y sobrinas,
sabes que ocurre a menudo.
Le das algo a uno
y va a compartirlo con los demás.
Esa es la práctica de la bondad amorosa,
que parece estar ya en nosotros.
En 1993, en Chicago, se celebró
el Parlamento Mundial de las Religiones,
una conferencia.
Invitaron a nuestro maestro, Thay.
Había 200 delegados, creo.
Y se alojaron en un hotel muy lujoso.
Se celebraba el centenario
del Parlamento Mundial de las Religiones.
En 1893 se reunió por vez primera
y lo hizo cada 2 o 3 años, creo.
En 1893, estuvieron representados
el hinduismo, el budismo, el islam,
diferentes escuelas cristianas,
incluyendo las orientales
y la ortodoxa rusa.
Y también el judaísmo.
Creo que eso era todo.
Pero en 1993, decidieron invitar
a representantes
de las tradiciones espirituales de los
nativos de América y al chamanismo.
Algunos de los delegados
se molestaron mucho.
Dijeron que esas religiones
no eran religiones,
que no tenían nombre.
Y se fueron. Sí, se fueron.
No fue una reunión armoniosa.
Thay estaba allí.
Creo que la persona
que convocó esa reunión
fue un teólogo suizo llamado Hans Küng,
¿Kung?
No quiero ser descortés,
mi alemán no es muy bueno.
[Hans Küng]
Un teólogo católico.
Creo que este año cumple 90 años.
Es casi de la misma edad que Thay.
90 o 92 años.
Él ha dedicado su vida a hacer reformas,
a intentar reformar la Iglesia Católica.
No es...
Y también a desarrollar una ética global.
Tiene una profunda aspiración
por una ética global.
Thay también.
Thay dijo en una charla del Dharma
que cuando se practica
meditación sentada en Upper Hamlet,
al final de la meditación
todos tocan la Tierra tres veces.
Y cuando Thay toca la Tierra,
hace un profundo voto:
"Que Thay y la sangha puedan
contribuir a una ética global
para que podamos aliviar
mucho del sufrimiento en el mundo".
Como decía, en 1993,
en el Parlamento de las Religiones
asistieron varios representantes
de los nativos de América.
No tienen nada
que pueda llamarse en sí religión,
pero cuidan mucho la Tierra.
Tiene gran respeto y cuidan mucho
la Tierra, la Madre Tierra.
En un libro reciente,
"Una carta de amor a la Tierra",
en su apéndice,
Thay dice que necesitamos
una espiritualidad global.
Tal vez esa espiritualidad
se base en nuestra reverencia y admiración
por el mundo natural, la Madre Tierra,
las galaxias, el cosmos.
Porque todos los seres humanos
sienten un profundo asombro
cuando observan el cosmos.
Encontrar algo común a todos nosotros
y acordar cómo ponerlo en palabras
no es fácil.
Creo que en aquel Parlamento
de las Religiones
estuvieron de acuerdo sobre
el sufrimiento que nos rodea.
Pero no se pusieron de acuerdo
en un texto,
como los 5 entrenamientos o algo parecido,
que ayude a la gente
a aliviar ese sufrimiento.
Esa es una tarea pendiente.
Queremos ser realmente
continuación de Thay,
continuar sus esfuerzos
por soltar a veces
aquello a lo que nos aferramos
para poder contribuir a una ética global.
Cuando contribuimos a una ética global,
también tenemos que considerar
otras éticas
distintas de la ética budista
y descubrir aquello que
toda mente humana puede aceptar,
en lo que todos los seres humanos
estén de acuerdo.
En 1993,
casi todo el mundo, no todos,
acordaron cuatro puntos, cuatro
compromisos que quería asumir.
El primero era proteger la vida.
"Un compromiso por una cultura de la
no violencia y del respeto a toda vida".
Cuando vemos los 14 entrenamientos
de la Orden del Interser,
vemos las raíces
de nuestra falta de habilidad
para proteger la vida,
de nuestra violencia..
Son el fanatismo, el dogmatismo.
Si nos aferramos a un dogma,
si creo que tengo razón y tú te equivocas,
eso contribuye a la violencia.
Cuando nos comprometemos
por la no violencia,
por una parte nos comprometemos
a observar con hondura
las raíces de la violencia en nosotros
y la forma de dejar de regar
esa violencia que tenemos.
Pero al mismo tiempo, queremos descubrir
qué vuelve violenta a la gente.
Si me aferro a mi dogma
y tú te aferras al tuyo,
y ninguno acepta el dogma del otro,
eso lleva también a la violencia
generada entre todos.
El segundo compromiso que tomaron
es el compromiso
con una cultura de solidaridad
y un orden económico justo.
Aquí "solidaridad" significa,
como en ""đoàn kết",
significa que nos mantenemos unidos.
El Este se mantiene unido con el Oeste.
Y si en el Oeste vemos
que el Sur o el Este sufren,
sabemos que ese sufrimiento
es también nuestro.
Y queremos ayudar.
El Norte desea ayudar al Sur,
desea mantenerse unido al Sur.
Es una cultura de solidaridad.
Y un orden económico justo, como
(Vietnamita).
Eso supone que deseamos
abandonar el consumismo.
Deseamos abandonar
nuestro confort material
para poder compartir nuestra riqueza
con los países que no tienen
la riqueza que nosotros tenemos.
El tercer compromiso
que acordaron mutuamente
es el compromiso por una cultura
de tolerancia y veracidad.
La capacidad de abrazarnos unos a otros.
Tolerancia es "bao dung".
Ser verdaderos, auténticos unos con otros.
El cuarto es un compromiso
por una cultura de la igualdad de derechos
y por la hermandad entre hombre y mujer.
Igualdad de derechos es "bình quyền"
y hermandad aquí es ""sự hợp tác".
Entre hombre y mujer.
Al detallar ese compromiso
se habla mucho de sexualidad,
contra la explotación sexual,
la compraventa de sexo, ese asunto.
El teólogo Hans Küng
también pasó gran parte de su vida
hablando a empresarios
sobre una ética global.
(Campana)
(Campana)
En el capítulo 2 del Anguttara Nikaya,
Buda dice: "Hay dos cosas, monjes,
que protegen el mundo,
que preservan el mundo.
¿Cuáles son esas dos cosas?
Son hiri y ottapa".
[hiri]
[ottapa]
Cuando consultas un diccionario de pali,
estas palabras se traducen así.
Quizá vergüenza moral temor moral
no suene muy...
Decir que estas dos cosas
protegen el mundo, lo preservan,
puede que no te parezca muy positivo.
Vergüenza moral es que cuando hago algo,
reconozco que me produce sufrimiento a mí
y siento vergüenza.
Así que no lo hago.
Y temor moral significa que temo
cometer un error.
Me da miedo hacer algo.
Temo hacer algo que me haga sufrir a mi
y haga sufrir a otros.
A veces, nos da miedo hacer algo
porque creemos que iremos la infierno.
O creemos que seremos castigados.
Puede que temas robar un banco
porque creas que irás a la cárcel.
En algunos templos budistas,
hay frescos o pinturas
con los terribles castigos del infierno.
Como ser arrojado en un caldero
de aceite hirviendo, cosas así,
por una mala acción cometida.
La idea es que eso te da miedo,
así que no lo haces.
Pero la verdad es que en Plum Village
no creemos en el infierno
como un lugar al que vas al morir
para ser castigado
por lo que hiciste en vida.
Creemos que el infierno es más bien
un estado mental.
Y puedes ir allí muy fácilmente
mientras estás vivo
si eliges pensar de cierta forma
o actuar de cierta forma.
Como cuando te enojas, es un tipo
de infierno: te sientes arder.
Pero aquí, significa
una aspiración profunda:
"No quiero sufrir y no quiero
hacer sufrir a otros".
Así que evito hacer ciertas cosas.
Y cuando hago algo que me hace sufrir
y hace sufrir a otra persona,
reconozco que me he equivocado.
Y siento vergüenza.
Y me confieso con alguien
o conmigo mismo,
y empleo palabras como:
"Me he equivocado, te he hecho sufrir
y me he hecho sufrir.
No volveré a hacerlo.
Lo siento mucho".
Y se acaba ahí.
Si no acaba ahí, y sigo pensando:
"Hice algo terrible, no puedo olvidarlo",
se convierte en culpa.
La culpa es un complejo,
no es positiva como lo es la vergüenza.
La vergüenza es positiva,
me ayuda a superar mis errores
y a no repetir el mismo error.
El filósofo
el filósofo Mencio,
Mạnh Tử,
dijo que el ser humano
es innatamente bueno.
Tienen una compasión innata.
Habló de cuatro cosas
que llamó "las cuatro bases"
que llevan a una vida moral.
(Vietnamita)
Creo que corresponde con esto.
"Tu" aquí significa sentir vergüenza.
Es como "hiri". Esto es Mencio.
Y "ô'" significa odiar.
Odias hacer el mal.
Es como temer actuar mal.
No quieres actuar mal.
Esto significa compasión.
Esto significa algo que
se puede traducir como compasión.
Mencio dijo que si estás dentro de casa,
y ves que fuera un niño
se acerca al borde de un pozo,
inmediatamente deseas salir
y tomar a ese niño en tus brazos
para que no caiga en el pozo.
Y si la puerta está cerrada
y no puedes salir,
te sientes muy mal,
muy contrariado.
No sabrás qué hacer.
Esa es nuestra compasión natural,
querer salvar las vidas de otros.
Esto significa que nos avergonzamos
de actuar mal
y esto que no queremos, no nos gusta
hacer algo malo.
(Vietnamita)
El último que recuerdo... Es faćil.
Significa que dices adiós a algo.
Como en "từ", dices adiós.
Retrocedes, no lo haces.
Ves que puedes abandonarlo
y no hacerlo.
Y "nhượng" significa rendirse.
Puedes dejarlo ir, no te aferras.
Si es necesario hacer algo,
lo harás.
Si se trata de no hacer algo,
puedes decirle adiós y no hacerlo.
Puedes evitar hacer algo.
Como alguien que viene a decirme:
"Sabes, amo mucho a una persona
que trabaja conmigo.
Pero tiene un marido e hijos,
yo también tengo esposa e hijos.
Sé que tengo que olvidar
mi amor por esa persona,
porque tengo que cuidar
a mi familia, a mi esposa.
Y ella tiene que cuidar
a su familia y a su marido".
Eso es abandonar.
Luego vemos que hay algo que hacer
y lo hacemos.
Esto supone que tenemos la capacidad
de distinguir entre lo que está bien
y lo que está mal.
Pero como dije antes, tenemos que...
En el budismo, no sabemos de antemano
lo que está bien y lo que está mal.
Hemos de emplear la plena conciencia,
la concentración y la visión profunda
en cada situación para saber
lo que es correcto o incorrecto.
En los 14 entrenamientos
y en los 5 entrenamientos
tenemos una guía básica que nos ayuda
en ese sentido.
Pero al final hemos de emplear
la plena conciencia,
la concentración, la visión profunda
y la sabiduría colectiva de la sangha
para saber lo que es correcto o incorrecto
en una situación.
Por eso, en la meditación
del anochecer decimos:
"Ya no hay más pensamientos sobre
lo correcto o lo incorrecto".
Porque mientras meditas,
no quieres estar pensando:
"¿Debo hacer esto o aquello?".
En la meditación, debemos ser capaces
de regresar a nuestra respiración,
dejar pasar nuestros pensamientos
y refrescar la mente
para mirar con hondura.
Este es un pequeño discurso
sobre metaética en el budismo.
Existe la ética, que es "đạo đức học",
pero también existe la metaética,
que es "siêu đạo đức học".
¿Qué hay en la base de la ética?
Puede que sea el no pensar
en correcto e incorrecto.
En la base de la ética
está la conciencia del sufrimiento,
la conciencia de la felicidad
y la habilidad de abandonar toda idea
sobre correcto e incorrecto
para poder encontrar
qué traerá mayor felicidad
y menos sufrimiento
en una circunstancia concreta.
Creo que Jeremy Bentham y John Stuart Mill
en el siglo XIX
hablaron de la mayor felicidad
para el mayor número
como base de toda ética.
Los budistas
podemos estar de acuerdo con eso.
Sentimos que queremos
reducir la cantidad de sufrimiento.
Pero también sabemos
que el sufrimiento es esencial
para que exista la compasión.
Y la compasión es esencial
para que haya felicidad.
Pero siempre habrá sufrimiento.
No tenemos que preocuparnos
por que un día ya no haya sufrimiento.
Pero no queremos crear más sufrimiento
del que ya se nos ofrece.
(Campana)
(Campana)
Creo que Jeremy Bentham
y John Stuart Mill
hablaron mucho
sobre la felicidad material.
Existe gran pobreza.
Existe aún mucha pobreza.
Y poder erradicar la pobreza
traería felicidad material,
que llevará a la felicidad espiritual.
Porque cuando alguien es muy pobre,
no tiene tiempo ni ocasión
de desarrollar su vida espiritual.
Luego este es un paso básico.
Pero también vemos
que la felicidad espiritual
es muy importante.
Cuando yo vivía en la India,
en un lugar muy pobre,
observaba a los niños.
No tenían casi ropas,
solo algunos harapos a veces.
Pero eran felices.
Jugaban juntos,
aunque no tuvieran juguetes
ni vistieran ropa adecuada.
Pero tenían una felicidad
que a veces no ves en niños
que tienen ropa y muchos juguetes.
Tiene algo que ver
con el reparto de nuestra riqueza,
de forma que todos tenga lo bastante
pero no más de lo necesario.
Un economista alemán dijo
que es posible que todo el mundo
perciba un salario idéntico,
que todo el mundo gane
la misma cantidad de dinero.
Durante los tres meses
del retiro de otoño,
tenemos una oportunidad
de poder indagar
cómo afectan los 14 entrenamientos
a nuestra forma de vivir.
Cómo pueden ayudarnos
a desarrollar nuestra compasión.
Tenemos muchas oportunidades
en nuestra meditación sentada
para practicar la meditación
de la bondad amorosa si queremos,
para hacer brotar con facilidad
la compasión innata
que todos tenemos.
(Campana)
(Campana)
(Campana)
(Campana)
(Campana)
(Campana)
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