El llamado de Jesús
Bienvenidos a esta lección, en donde
hablaremos acerca de el llamado de Jesús
y cómo el llamado que Jesús nos dio en la
Biblia es el mismo hoy.
Lo que Jesús dijo en la Biblia es lo mismo
para ti y para mí que vivimos hoy.
El segundo capítulo de mi libro:
"El llamado de Jesús", se titula:
"Los Doce y los Setenta".
En ese capítulo también muestro que existe
una diferencia entre lo que Jesús dijo
a los Doce y lo que Dios dijo a los
Setenta.
Pero no me quiero enfocar tanto en
aquello aquí.
Necesitas leer el libro para conocer
cuál es dicha diferencia.
Lo que necesitamos entender es que el
llamado que Jesús nos dio
es para nosotros hoy en día.
Lo que Jesús le dijo a los Doce y a los
Setenta es para ti y para mi que vivimos
hoy en día.
Pero antes, vamos a ver Lucas
capítulo 10. Intenta imaginar
que has caminado con Jesús durante
tres años y medio,
y ahora Jesús quiere abandonarte,
y Él quiere decirte algo a ti.
Las últimas palabras de Jesús, creo yo
que de veras, de veras, de veras,
revelan su corazón
en una muy pero que muy especial manera.
Y podemos leer dichas últimas palabras
en el final de los evangelios de Mateo
y Marcos.
En Mateo 28:18-20, Jesús habló estas
últimas palabras. Él dijo aquí:
"Toda potestad me es dada en el cielo
y en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado;
y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén".
Esas fueron las últimas palabras de
Jesús allí.
Las últimas palabras de Jesús en Marcos
(Marcos 16:15-19) fueron:
"Id por todo el mundo y
predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado,
será salvo;
mas el que no creyere, será condenado.
Y estas señales seguirán a los que creen:
En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes,
y si bebieren cosa mortífera, no les
hará daño;
sobre los enfermos pondrán sus manos,
y sanarán".
Estas fueron las últimas palabras de
Jesús.
Y esto revela el corazón de Jesús.
No solo Su corazón en aquel tiempo, sino
que también revela Su corazón hoy en día.
¿Por qué? Porque Él no ha cambiado.
Nosotros hemos, tal vez, cambiado.
La iglesia ha cambiado.
Nuestro enfoque ha cambiado.
Pero Jesús es el mismo ayer, hoy
y para siempre.
Y lo que Él dijo allí
es también lo que Él quiere decirnos
a nosotros hoy.
Jesús murió por todo el mundo, no solo
por ti y por mi.
El murió por todos allá afuera.
Este es Su corazón.
Él vino aquí a encontrar, a buscar,
aquellos que se habían perdido.
Y una cosa que Él dice allí, en el final
de Mateo, quiero leerla de nuevo.
Primeramente Él dice en el final
de Mateo (Mateo 28:18-19):
"Toda potestad me es dada en el cielo y
en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones...".
Pero la pregunta es: ¿Cómo?
¿Cómo hacemos eso?
¿Cómo salimos y hacemos discípulos de
todas las naciones?
¿Vamos y encontramos un edificio,
conseguimos una hermosa iglesia,
conseguimos una genial banda de adoración,
y después de eso, ojalá, los pecadores
vendrán a nosotros?
¿Es esto lo que Jesús nos dijo que
teníamos que hacer?
No estoy diciendo que está mal, pero...
eso no es lo que Jesús nos dijo que
teníamos que hacer.
Lo que usualmente olvidamos es que
Jesús no dijo solamente:
"Vayan y hagan discípulos de todas
las naciones".
Él también les explicó cómo. Cómo Él
quería que ellos lo hicieran.
Cómo Él quería que ellos y nosotros
hagamos discípulos de todas las naciones.
Olvidamos, usualmente, que Jesús dijo
muchísimo más
que solamente: "¡Vayan!".
Así que, veamos la Palabra de nuevo y
leamos un poco más allá en Mateo 28.
Él dijo, como leemos:
(Mateo 28:18-19)
"Toda potestad me es dada
en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en..."
Y aquí es cuando viene.
"...enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado...".
Jesús quería que esos discípulos hicieran
discípulos de todas las naciones,
bautizándolos y enseñándoles a obedecer
todo aquello que Él les había ordenado
a ellos.
Así que, lo que Jesús ordenó a sus
discípulos, no solo en Mateo 28,
sino que también aquello que ordenó cuando
todavía caminaba junto a ellos
en la Tierra.
Cuando Él se marchó de la Tierra,
Él dijo:
"Ahora, lo que les estuve enseñando,
vayan ustedes, hagan discípulos de todas
las naciones, bautizándolos
y enséñenles a obedecer lo mismo.
Y después tú ve y has discípulos de
otras naciones
y enséñales a obedecer lo mismo.
Y ahora nosotros estamos aquí y es lo
mismo para ti y para mi.
Lo que Jesús les ordenó a ellos no
ha cambiado.
Es lo mismo para ti y para mi, que
vivimos hoy.
Mi pregunta es: ¿Por qué no lo hacemos?
¿Por qué estamos tan enfocados en salir y
arrendar un bonito edificio para la
iglesia
y tratar de conseguir que personas vengan
a nuestra iglesia, porque esto no es
lo que Él nos ha ordenado.
¿Por qué estamos tan ocupados haciendo
tantas otras muchas cosas en vez de las que
Jesús nos dijo en la Biblia?
Casi pareciera que esto ha cambiado,
pero... ¿cuándo cambió?
¿Cambió en el año 500?
¿Cambió en el año 1500?
¿Cambió cuando llegamos al año 2000?
¿Cambió de pronto Jesús y dijo:
"paren, paren, paren....
No quiero que que hagas lo que te dije
que hicieras. Quiero que, en cambio,
hagas esto.
No. Pero seamos honestos.
La mayor parte de la gente hoy en día
está ocupada con la iglesia,
está ocupada con las actividades de
la iglesia,
está ocupada con programas,
está ocupada con tantas muchas cosas,
pero no están realmente obedeciendo lo
que leemos que Jesús estaba diciendo.
Están tan ocupados, sin tomarse el tiempo
para mirar lo que, de hecho,
Jesús quiere que nosotros obedezcamos.
¿Y qué fue lo que Jesús le dijo a
sus discípulos?
¿Qué fue lo que le dijo a sus discípulos
que nos debían de enseñar,
de forma que nosotros obedezcamos?
Uno de los lugares en que leemos lo que
Jesús le dijo a sus discípulos
que Él quería que ellos nos enseñaran a
nosotros, de manera que nosotros
obedezcamos y le enseñemos a otros,
de forma que ellos también puedan obede-
cer, es lo que podemos leer en Lucas
capítulo 10.
Así que, cuando leamos esas palabras de
Lucas capítulo 10, recuerda
que lo que Él le dijo ahí a ellos, Él
luego le dijo a ellos
que ellos tienen que enseñarnos a noso-
tros, de forma que obedezcamos lo mismo.
Así que, lo que Jesús dice aquí, es lo
mismo que para nosotros que vivimos
en el día de hoy.
Y seamos honestos.
¿Dónde encontramos en los textos que
leeré a continuación
que tenemos que tener agradables y
hermosas iglesias, con bandas de
adoración profesionales
y que, si tenemos una buena banda de
adoración y una agradable y hermosa
iglesia,
la cosecha vendrá a nosotros?
No puedo leer en la Biblia que se suponía
que la cosecha tenía que venir a nosotros.
No. Se suponía que nosotros fuéramos
a la cosecha.
Y la cosecha está lista y es abundante y
está aguardándonos a nosotros.
No estoy diciendo que está mal tener un
edificio de iglesia y congregarse en él,
pero el problema es el siguiente: si solo
nos conformamos con eso y no obedecemos
a Jesús, tenemos un problema.
Veamos lo que Jesús le dice a sus
discípulos
y lo que Jesús nos está diciendo a ti y a
mi en Lucas capítulo 10. Leamos esas
palabras:
"Después de estas cosas, designó el Señor
también a otros setenta, a quienes envió
de dos en dos delante de él a toda ciudad
y lugar
adonde él había de ir.
Y les decía: La mies a la verdad es
mucha, mas los obreros pocos;
por tanto, rogad al Señor de la mies
que envíe obreros a su mies.
Id; he aquí yo os envío como corderos en
medio de lobos.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado;
y a nadie saludéis por el camino".
Escúchame aquí.
¿Dónde hace aquello la gente
hoy en día?
¿Dónde la gente se reúne de dos en
dos y salen juntos
a la cosecha que es grande y abundante?
¿Dónde encontramos a gente que está oran-
do al Señor de la mies que envíe obreros
como aquí estamos leyendo?
¿Sabes? La mies está lista, la mies es
abundante,
no hay nada que esté mal con la mies.
El problema son los obreros.
Necesitamos salir nosotros (a la mies).
Y continuemos con aquello que Él
está diciendo.
Porque... ¿qué es lo que Él quiere que
nosotros salgamos a hacer?
Él quiere que nosotros encontremos a
alguien. Él dice aquí (Lucas 10:5-11):
"En cualquier casa donde entréis, primera-
mente decid: Paz sea a esta casa.
Y si hubiere allí algún hijo de paz,
vuestra paz reposará sobre él; y si no,
se volverá a vosotros.
Y posad en aquella misma casa, comiendo y
bebiendo lo que os den;
porque el obrero es digno de su salario.
No os paséis de casa en casa.
En cualquier ciudad donde entréis, y os
reciban,
comed lo que os pongan delante;
y sanad a los enfermos que en ella haya,
y decidles:
Se ha acercado a vosotros el reino
de Dios.
Mas en cualquier ciudad donde entréis,
y no os reciban,
saliendo por sus calles, decid: Aun el
polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado
a nuestros pies, lo sacudimos contra
vosotros".
Como un testimonio contra ellos.
"Pero esto sabed, que el reino de Dios se
ha acercado a vosotros".
Estas eran algunas de las cosas que Jesús
estaba diciendo.
Que necesitamos salir y hallar una persona
de paz.
Muchas personas no saben lo que es una
persona de paz.
No saben a qué es lo que están saliendo
y, por ello, ellos no encontrarán
lo que Jesús les llamó a hacer.
Y Él dijo qué es lo que tenemos que hacer
cuando encontremos a esa persona,
que debemos quedarnos en esa casa,
debemos comer y beber.
Él dijo que debíamos sanar a los enfer-
mos, cómo debíamos de compartir el
evangelio,
cómo no debíamos de ir de casa en casa.
Él también dijo que cuando la gente no
reciba nuestro mensaje,
debíamos de sacudir el polvo de nuestros
pies y manos y seguir adelante.
Fue lo que Jesús dijo.
Y quiero decirte, por muchos años hice
iglesia a mi manera,
la hice de la forma que la mayor parte de
las personas la hace.
Pero, hace algunos años, paré de hacerla
a mi manera
y empecé a hacerla de la forma que Jesús
dice aquí,
y eso lo cambió todo.
Lo cambió todo, no solo mi vida, sino que
también las vidas de aquellos alrededor
mío.
Sí. Nosotros no vivimos en Israel y
muchas cosas han cambiado hoy en día.
La cultura ha cambiado, la tecnología ha
cambiado
y muchas cosas son diferentes hoy en día,
pero el llamado de Jesús es el mismo.
Y una cosa sucede cuando obedecemos
a Jesús.
Gozo. Experimentamos gozo. Experimentamos
emoción, cuando Dios nos está utilizando.
Y cuando Jesús envió a sus discípulos en
Lucas capítulo 10, leemos luego
(Lucas 10:17):
"Volvieron los setenta con gozo, dicien-
do: Señor, aun los demonios se nos sujetan
en tu nombre".
Ellos volvieron con gozo.
Déjame leer algo aquí de mi libro:
"Lo que necesitamos darnos cuenta aquí,
es que los setenta discípulos volvieron a
casa: ¡regocijándose!
Y esto es lo que debiera de suceder,
cuando servimos a Dios.
Cuando damos un paso en fe en las pala-
bras de Jesús y vemos a Su Espíritu traba-
jar a través de nosotros.
¡Debería de producir un gran gozo!
No deberíamos ser capaces de contener
nuestra emoción.
He visto esto en tantas personas,
en donde estos han tomado el primer paso,
han orado por alguien por primera vez,
han compartido el evangelio con alguien
por primera vez,
han bautizado a alguien en las aguas
por primera vez,
han bautizado a alguien con el Espíritu
Santo por primera vez.
¡Y ellos no pueden esconder su emoción.!
¡Ellos son llenos de gozo, pues se han
dado cuenta
de que Dios los usó para expandir Su
Reino!"
¿Puedes verlo? ¡Aleluya!
Ese gozo, ese gozo, ese gozo, ese
gozo es para ti.
Ese gozo es para ti y cuando tú empieces
a obedecer las palabras de Jesús.
Tú experimentas ese gozo, experimentas
que estás vivo.
No te frustres.
Obedece a Jesús.
Porque el problema es que mucha gente en
las iglesias están frustradas
y están perdiendo su primer amor y su fe.
Quiero leer un poco más de mi libro:
"Una sorprendente revelación en el capítu-
lo 10 de Lucas es que esto es para todos.
Jesús no solo entregó estos mandamientos
a pastores
o a personas con un estatus especial o un
especial llamado o talentos.
Los mandamientos que Jesús hizo en el
capítulo 10 de Lucas son tanto para
personas jóvenes como antiguas en Cristo.
No tienes que esperar para empezar a
obedecer lo que Jesús está diciendo aquí.
Muchos cristianos están sentados
en sus iglesias sintiéndose frustrados.
Están frustrados porque están esperando.
Están esperando por algo.
Están esperando por su turno para ser
usados por Dios.
Están esperando para que el pastor se fije
en ellos y les de una oportunidad para ser
usados por Dios
Pero te estoy diciendo: que no necesitas
esperar ya más.
Jesús ya te dio Su llamado y mandamiento
para tu vida,
y cuánto más claro está, escrito justo
enfrente de ti".
Quiero decir que: esto es para todos.
Y cuando entiendas lo que Jesús está
diciendo,
que la mies, de verdad, es abundante
y está lista
y lo que es una persona de paz
y cómo tú puedes hallar a una persona
de paz,
cómo tú puedes sanar a los enfermos,
cómo tú puedes compartir el evangelio,
como tú puedes bautizar en tu tina de
baño, cómo tú puedes hacer discípulos,
te cambiará, como dije, no solo a ti,
sino que a mucha, mucha, mucha gente
alrededor tuyo.
Y lo que queremos hacer en esta serie
de vídeos
y lo que quiero hacer en el libro:
"El llamado de Jesús"
es pasar mucho tiempo en Lucas
capítulo 10.
Quiero analizar Lucas capítulo 10,
versículo por versículo por versículo.
Y, luego, darte ejemplos de cómo esto se
aplica hoy en día
y darte herramientas para que tú puedas
empezar a hallar a esa persona de paz
y sanar a los enfermos, y hacer lo que
Jesús te mandó a hacer.
Así que, hasta la próxima vez, tómate un
poquito de más tiempo
para leer Lucas capítulo 9, Lucas capítulo
10 y Mateo capítulo 10.
Solo sé honesto, mira a la Palabra y
luego mira a tu iglesia,
mira tu vida, mira al contexto en el que
creciste inserto
y pregúntate: ¿realmente hemos estado
haciendo la Palabra?
¿Hemos estado haciendo lo que Jesús nos
ha llamado a hacer?
¿O hemos estado ocupados haciendo tantas
muchas otras cosas
que Él no nos ha llamado a hacer?
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Queremos que esto esté disponible para
tantas personas como sea posible.
Es tiempo para obedecer el llamado que
Jesús nos ha dado,
porque la mies es grande, los obreros
son pocos,
y en ese momento, que comencemos
a obedecer Su llamado,
esto cambiará al mundo.
¡Dios te bendiga! ¡Nos vemos la próxima
vez! ¡Chao, chao!
El llamado de Jesús