El 6 de septiembre de 1522
el "Victoria" llegó a puerto
al sur de España.
El maltrecho buque y sus 18 tripulantes
eran todo lo que quedaba
de una flota que había partido
tres años antes.
Aun así su expedición
fue considerada un éxito
pues el "Victoria" había alcanzado
un logro sin precedentes:
la primera circunnavegación del mundo.
Pero esta historia realmente
comienza en 1494
dos años después de la expedición
de Cristóbal Colón en nombre de España.
Los descubrimientos de Colón habían
provocado que los Reyes Católicos
acudieran al Papa para impedir exigencias
de nuevas tierras por parte de Portugal.
El Papa resolvió esta disputa dibujando
una línea imaginaria en el mapa del mundo.
España tenía derecho a las tierras
al oeste de la línea
y Portugal al este de la misma.
España y Portugal, las dos mayores
potencias marineras de aquel tiempo
acordaron estos términos en lo que se
conoció como el Tratado de Tordesillas.
En aquel tiempo, estas naciones
ansiaban el mismo premio:
las rutas de comercio con las Islas de
las Especias, en la actual Indonesia.
Las especias encontradas allí,
que eran usadas como condimento,
conservante alimenticio
y afrodisiaco,
valían muchas veces su peso en oro.
Pero debido al control portugués
sobre las rutas del este
la única opción viable de España
era navegar al oeste.
Así que cuando un desertor portugués
llamado Fernando de Magallanes
declaró que existía una ruta hacia el
oeste a las Islas de las Especias
el Rey Carlos lo nombró
capitán de la Armada Española
y le dio todos los recursos
que necesitara.
Junto con una parte de los beneficios
de la expedición
le concedió a Magallanes
cinco barcos y unos 260 hombres.
La tripulación incluía a un joven
esclavo llamado Enrique,
capturado por Magallanes en un
viaje anterior a Malaca,
y a Antonio Pigafetta
un noble veneciano en busca de aventuras.
El 20 de septiembre de 1519
la flota levó anclas
y se dirigió al suroeste.
Tras tocar tierra
en lo que es ahora Brasil
continuó a lo largo de la costa explorando
cualquier isla con canales de agua.
Estaban buscando el legendario canal
que conectaba este y oeste.
A medida que el tiempo empeoraba
el resentimiento de los españoles por
tener un capitán portugués crecía.
Pronto estalló un salvaje motín
que Magallanes aplastó
con horrible crueldad.
Pero sus problemas
solo acababan de empezar.
Durante una misión de reconocimiento
el "Santiago" fue destrozado
por una tormenta.
Luego mientras exploraban
un canal estrecho
el capitán del "San Antonio" aprovechó la
primera oportunidad para escapar
y navegar rumbo a casa.
Magallanes los presionó a seguir adelante
y el 21 de octubre, empezó a explorar
una vía marítima navegable.
27 gélidos días después
las tres naves restantes salieron
del que ahora llamamos
el Estrecho de Magallanes
hacia el Océano Pacífico.
La flota nunca esperó que el nuevo
océano fuera tan extenso.
Tras 98 días en el mar,
docenas de marineros habían sucumbido
al escorbuto y la hambruna.
Cuando finalmente
alcanzaron tierra de nuevo,
Enrique, el joven esclavo, demostró ser
capaz de comunicarse con los nativos.
Su destino no podía estar lejos.
Navegando más lejos al oeste,
Magallanes fue calurosamente recibido
por el Rajá Humabon de Cebú.
Así que cuando el gobernante
le pidió que le ayudara a someter
y convertir al jefe rebelde de Mactán
el capitán aceptó de inmediato.
Esa aventura sería la última para él.
Con exceso de confianza
y seriamente superados en número
las fuerzas de Magallanes
fueron aplastadas
y las lanzas de bambú de los nativos
acabaron con la vida del capitán.
Aun así la expedición debía continuar.
El testamento de Magallanes especificaba
que Enrique debía ser liberado
pero la expedición seguía
necesitando un intérprete.
Con su libertad en riesgo,
se cree que Enrique conspiró
un plan con el Rajá
para matar a unos 30 de los españoles
asesinados en un banquete en la playa.
Nunca más se volvió a oír
hablar de Enrique
pero si finalmente consiguió
llegar a Malaca
podría en realidad haber sido la primera
persona en circunnavegar el globo.
Mientras tanto, los supervivientes
quemaron el "Concepción"
y siguieron adelante.
Finalmente llegaron a las Islas de las
Especias el 21 de noviembre de 1521
y cargaron los barcos
con valiosos cargamentos.
Pero aún tenían que volver a España.
El "Trinidad" se hundió poco después
de ser capturado por los portugueses.
El "Victoria" continuó al oeste,
pilotado por Juan Sebastián Elcano
uno de los amotinados indultados.
Contra todo pronóstico, el pequeño
buque consiguió llegar a España
con un cargamento repleto
de clavos y canela
suficiente para cubrir los gastos de
la expedición y dar beneficios.
Un cronista obsesivo,
Pigafetta describió las tierras y las
gentes que se encontraron.
Con la ayuda de un humilde esclavo
también recopiló
el primer libro de expresiones
de las lenguas indígenas.
Su diario es la razón por la que
podemos contar esta historia.
El legado de Magallanes sobrevive.
Galaxias y programas espaciales han
sido nombradas en su honor.
Elcano, también, fue homenajeado en España
con un escudo de armas y su cara
impresa en la moneda y en sellos.
Unidos por el destino, los supervivientes
y los cientos que sacrificaron sus vidas
desafiaron la creencia popular
y completaron un histórico viaje
que alguna vez se creyó imposible.