Traducido gracias a Carlos Poza Bienvenidos al programa, Explorando la Economía Circular de la Fundación Ellen MacArthur, el programa para discutir la transición desde una economía lineal que extrae, produce y desperdicia, hacia una que elimina contaminación y residuos desde el diseño, mantiene productos y materiales en uso y regenera sistemas naturales. Soy Seb, del equipo de educación de la Fundación, y su anfitrión para este programa. De hecho, me acompaña mi coanfitriona... Laura. Y gracias Seb, me emociona mucho presentar el programa de hoy, donde daremos vida a la idea de economía circular, compartiendo algunas de las experiencias más emocionantes e inspiradoras de este concepto en acción. Así es. La semana pasada empezamos a discutir algunas experiencias de la economía circular. Mencionamos a Replenish, Gerrard Street, empezamos a explorar el tema de edificios. Y al final del programa, llegamos a esta reflexión: muchos de los casos solo reflejan una parte del concepto de economía circular E introdujimos la idea de ciclos técnico y biológicos, los primeros relacionados a objetos hechos por el hombre y los últimos a cosas que pueden volver seguramente a la tierra, sobre todo en relación a ese tercer principio que ya mencioné, regenerar sistemas naturales. Hoy nos vamos a mover rápidamente por varias historias que empiezan a explicar esa parte de la economía circular. Nos acompaña nuevamente Nick Jeffries, del equipo de Análisis y Visión de la Fundación, un aficionado de estudios de caso. También nos acompaña Emma Chow, directora de la Iniciativa de Alimentos de la Fundación Ellen MacArthur. Bienvenido de vuelta Nick y bienvenida Emma. Nos entusiasma tenerlos acá con nosotros. Emma, la palabra 'regenerativo' surge cada vez que hablamos la economía circular. Pero nos puede explicar qué significa y ofrecer un ejemplo favorito para ilustrar la idea. Claro. Y saludos a todos. Un gusto acompañarlos. El lenguaje es una pieza importantísima. Me han pedido una definición precisa de 'regenerativo' muchas veces. A mí me gusta comparar acciones para sostener un campo, con suelos ya posiblemente degradados, con acciones que, de hecho, logran mejorar o maximizar el valor o la capacidad de ese lugar de regenerarse. Intacta, la naturaleza es inherentemente regenerativa. Entonces, la pregunta es: ¿Cómo, a través de acciones humanas, como la producción de alimentos, podemos aprovechar esa regeneración, los ciclos naturales que siempre existen? Creo que existen grandes ejemplos, alrededor del mundo y a diferentes escalas. Como ejemplo a gran escala, hay un proyecto en California que me gusta, Marine Carbon Project en el norte de California. Es parte de los planes y actividades del estado para mitigar el cambio climático enfocados en tierras de pastoreo. Hay 50 millones de hectáreas para pastoreo en el estado, la mayor categoría de uso de suelo en el estado. Creo que trabajan con diecinueve fincas, desde hace unos años, buscando cómo practicar la ganadería y el cultivo de granos de manera regenerativa. De hecho, la misma producción de esos alimentos no solo alimenta a personas a lo largo del país y el estado, sino que también aporta secuestrando carbón de la atmósfera, contribuyendo a combatir el cambio climático. Es un ejemplo de un impacto positivo sobre el medio ambiente, en vez de solo mitigar impactos negativos. Emma, nos has dado un ejemplo a gran escala, pero a veces en la agricultura y el sector de alimentos, exploramos este tema a otras escalas. Sabes, los pequeños productores agrícolas tienen una participación enorme. Nick, ¿solo se pueden practicar estas técnicas sobre miles de hectares? ¿O se pueden aplicar a otras escalas? Sí. Te agradezco la pregunta. Y, de paso, un gusto volver al programa. El público te aclama, Nick. Tuvimos que invitarte de nuevo. Gracias, Seb. Los halagos te podrían llevar donde quieras. Sí, las fincas pequeñas son muy importantes. De hecho, también son mayoritarias. 98% de las fincas del mundo tienen menos de 10 hectáreas y, en general, los pequeños productores producen muy bien. Uno de mis ejemplos favoritos de cómo, a pequeña escala, se puede ser más productivo reduciendo el impacto ambiental viene de Japón: un agricultor llamado Takao Furuno cultivaba arroz en su arrozal y, desde hace veinte años, empezaba la transición hacia agricultura orgánica. En su parcela tenía un problema con los caracoles. Los caracoles tienen un apetito voraz para las plantas de arroz. Empezó a pensar el tema y su visión consistía en pensar su finca más como un ecosistema que una fábrica. Pensó, ¿qué come caracoles? E introdujo patitos en el arrozal cuando las plantas ya tenían unas dos semanas. Y se comieron a los caracoles pero, como un plus, su caca también nutre las aguas del arrozal. Dando un paso más, su arrozal tenía una deficiencia de nitrógeno. ¿Qué aporta nitrógeno? Hay una maleza de arrozal que inicialmente fija nitrógeno pero luego crece y consume el recurso. Pensó el tema un poco y se preguntó qué podría introducir para tratar el tema. Introdujo una especie de pez locha que controló el crecimiento de la maleza, pero permitió suficientes brotes para fijar nitrógeno. El resultado fue una situación donde los peces, los patos y el arroz todos trabajan juntos. De hecho, el arrozal se enriqueció tanto de nutrientes que necesitó extraer los excedentes. Empezó a sembrar higos, frutas y hortalizas alrededor del arrozal. También implicó multiplicar los flujos de ingresos: de uno, el arroz, a tener cinco o seis fuentes de ingreso en pocos años. Incluso, el rendimiento del arroz creció entre 20 y 50%. Fue de vender arroz a vender además huevos de pato, carne de pato, pescado y varias hortalizas. El resultado final fue una reducción de insumos y costos de fertilizantes y pesticidas, algunos hasta eliminados, multiplicando sus ganancias por tres, por pensar su finca como un ecosistema. Me encanta este ejemplo, un clásico de la economía circular, conseguir más con menos, redirecionando recursos de una manera que beneficia al sistema entero. Nick, creo que es un gran ejemplo. Me preguntaba si se habrá extendido, trascendido los límites de esta finca o las fronteras de Japón. Sí. El principio básico es lograr colaboraciones entre especies, una simbiosis beneficiosa que en el contexto japonés hizo de arroz, pescado y patos una combinación acertada. Pero, digamos, en el sur de China, combinan pescados con arbustos de moras, cultivando gusanos de seda con las moras. Es una buena combinación. En Vietnam combinan verduras con cerdos y pescados. Dependiendo del contexto, surge la combinación indicada de especies. Depende del contexto, pero el principio es el mismo. Gracias Nick. Y no solo se trata de cómo producimos alimentos. También hay que ver qué hacemos con los cultivos cosechados. Sé que muchos alimentos se pierden en ruta al mercado. De hecho, en muchos países del mundo creo que hasta un 40% del alimento se pierde. Emma, ¿tienes algún ejemplo de cómo encarar estas situaciones? Sí, muchas veces no vemos estas pérdidas, son invisibles y muchas ocurren dentro de la misma finca, sobre todo en lugares que carecen de un buen acceso a la logística y la cadena de frío. Por ejemplo, productores de plátano u otras frutas en climas muy tropicales muchas veces tienen un excedente que se pudre sin salir de la finca o, en los peores casos, se quema. Por supuesto, se pierde mucho valor y defender el valor de la cosecha requiere conservar los productos o transformarlos en productos de mayor valor agregado, productos no perecederos. Un ejemplo de una gran innovación viene de Brasil, donde una empresa joven recientemente ganó el premio global de la plataforma Thought for Food, El año pasado, la plataforma dirigió la primera competencia global de Economía Circular en alimentos. Participaron más de 3 000 propuestas y ganó la empresa brasileña, Feitosa Foodtech, la cual trabaja con agricultores, principalmente agro-ecológicos, tomando el excedente de plátanos que anteriormente se desechaba y creando productos como este ketchup de plátano. El producto no solo integra el fruto, sino también la cáscara, la cual generalmente no comemos con el plátano. Han creado un proceso que incorpora estos elementos y genera este producto delicioso. Por otra parte, la economía circular no solo trata el producto en sí, sino también el embalaje y la entrega. También usan empaquetado reutilizable y completamente reciclable. Realmente consideran el sistema en su totalidad. Y es solamente un ejemplo de lo posible con el material orgánico que actualmente arroja como un desperdicio nuestro sistema alimentario. Se puede capturar ese excedente para generar mucho valor, mucho beneficio para nosotros, la naturaleza y la economía. Personalmente, me encantan los plátanos y me alegra saber que la cosecha entera se aprovecha con esa innovación. Comentamos el abastecimiento de alimentos, lo cual parece un buen punto de partida para discutir nuestro sistema alimentario Supongo que Feitosa es un ejemplo de cómo aprovechar al máximo los alimentos En tantos cultivos, a lo largo de la cadena de valor, hay tantas oportunidades. Emma, dijiste que hubo 3 000 propuestas en la competencia, lo cual demuestra el potencial de innovación en ese sector cuando se empieza a pensar de otra manera. Para pensar de otra manera nosotros, quería mencionar otra parte de la economía circular que se comenta menos, el ciclo biológico. No se trata solo de comida, ¿no Nick? Hay una enorme variedad de innovaciones en la economía biológica que merecen nuestra atención. Seguro que sí. Antes de responder, creo que muchos en la audiencia se estarán preguntando qué tengo acá atrás. Esto es un ejemplo de lo que decía Emma, los bohordos, la parte superior del ajo, que se cortan en algún momento de la vida de la planta para promover el crecimiento del bulbo. Generalmente se descartan o se usan para alimentar ganado, lo cual sería un buen uso. Pero también son deliciosos, asados con aceite de oliva. Solo quería mostrarlos... Esto se convierte en un programa de sugerencias de cocina. Vaya a buscar bohordos de ajo para freír en salsa parrillera. Absolutamente deliciosos. Consejos de cuarentena para amenizar una tarde calurosa. Pero tienes razón. Los derivados de la agricultura incluyen mucho más que alimentos. Tengo más utilería para mostrarles. Parece cuero pero tiene olor a bosque. Esto es 100% micelio de hongo, cultivado en desperdicios agrícolas. Luego se tiñe con té para protegerlo contra el clima. Me encanta este ejemplo porque surge de una especie de viaje de innovación que empezó con dos diseñadores del norte de Nueva York. Querían resolver el problema del poliestireno, que, como saben, es ese material de embalaje que se usa tal vez una vez y luego tarda milenios en degradarse, a veces terminando en las playas del mundo Los dos diseñadores trataron de pensar una alternativa al poliestireno. Estudiando la naturaleza, notaron que el micelio de hongo es una alternativa natural a materiales cementosos. Se cultiva mucho maíz en el norte de Nueva York y abunda el rastrojo de maíz, los subproductos del proceso como el tallo. Así que combinaron el micelio con el rastrojo de maíz, lo pusieron en moldes y crearon esta maravilla, una alternativa al poliestireno. Después de usarlo, se puede descartar en el suelo y se descompone para nutrir la próxima generación de plantas. Partiendo de ahí, fueron adaptando la mezcla de micelio, experimentando con diferentes consistencias en la mezcla. Muy pronto, tenían muebles, pantallas de lámpara, paneles arquitectónicos. Hasta una torre de 45 metros (150 pies), hecha de bloques de hongo en Nueva York. Luego hicieron una mezcla de 100% micelio y obtuvieron cuero. De hecho, Stella McCartney, quien, durante 20 años no usó cuero en sus colecciones, lanzó su primera cartera de cuero, usando cuero de hongos. Más recientemente, tengo entendido, empezaron a usar micelio para producir proteínas alternativas. Usan el micelio de hongo como una especie de andamio, sobre el cual cultivan las proteínas. Así logran la consistencia de un filete, no desmenuzado. Abre todo un panorama nuevo para proteínas alternativas. Es una ilustración maravillosa de cómo un pensamiento sistémico en la economía circular se vuelve es una fuente inagotable de innovación, que abrió una categoría completamente nueva de innovación material. De hecho, ahora abrieron su plataforma a emprendedores en todo el mundo. Si uno tiene materia prima, como cáscaras de arroz en China o Vietnam, tendría demanda para algo en esa área. Puedes emparejar esa oferta de materia prima con la demanda y hacer productos a medida para esa área. Una gran historia de innovación. ¿Dijiste una torre de 40 metros de hongos? Sí, 45 metros. ¿Fue solo para demostrar el potencial del material? Sí, una demostración. Sí, imagínate micelio como cemento. Cambiando la proporción de micelio rinde bloques con el tamaño y fuerza para sostener una torre de 45 metros. Creo que además es una gran ilustración de lo que podrían significar sistemas naturales y regenerativos en el área de materiales, como ropa, embalaje o materiales de construcción. También presenta otro tipo de insumo, para construir una economía alterna, considerando la diversidad de usos que enumeraste para el material. El tema de insumos, Emma, nos lleva a una cuestión central en nuestra iniciativa de alimentos. Una de las preguntas fundamentales es, ¿dónde empezar? Nuestro sistema alimentario podría ser el gran problema sistémico que enfrentamos. Nosotros nos enfocamos mucho en las ciudades Y me pregunto si tenemos un ejemplo de innovación urbana que nos sirva para empezar a entender por qué la ciudad es un lugar interesante para discutir la transformación del sistema alimentario. Claro que sí. Las ciudades tienen mucho potencial, mucho poder en todos sus sistemas, no solo los alimentos. Cuando consideramos estos materiales biológicos, reforzando lo que aportó Nick, hay tanto potencial, tomando estos materiales biológicos y subproductos directamente de nuestro sistema alimentario, para usar ampliamente en la bioeconomía. Eso abre, como decimos técnicamente, 'cascadas de valor' que podemos generar. Lo singular de los materiales biológicos es que están en un proceso activo de descomposición, de degradación. El espacio y el tiempo son críticos a la hora de diseñar soluciones. Quiero destacar The Plant en Chicago, una asociación única de organizaciones con y sin fines de lucro. Dede una fábrica reconvertida, antiguamente de carnes enlatadas, hoy operan cerca de 16 empresas locales de alimentos. Elaboran de todo: cerveza, pan. Cultivan verduras. Pero realmente pensaron el diseño. Se notan las relaciones simbióticas entre industrias desde el plano del edificio. Toman los residuos de una empresa y los convierten en insumos o materia prima para otra. Algunos son productos alimenticios y otros tienen usos bioeconómicos más amplios. Tienen un digestor anaeróbico en el edificio y reutilizan algunos materiales para generar su propia electricidad. Uno empieza a pensar las soluciones, indagar en las fuentes energéticas y renovables que sostienen la economía. Hay que pensar territorialmente, ponderar relaciones entre espacios. Creo que la planta en Chicago es un modelo a pequeña escala de cómo ciudades enteras pueden acercarse a una planificación territorial urbana que permita estos flujos, que elimine el concepto de los residuos desde el diseño. ¿Cuántas empresas dijiste que colaboran en The Plant? 16 Vaya, 16. Me parece un gran ejemplo de colaboración e innovación. Y seguramente tiene un gran potencial, que se podrá replicar en muchas otras ciudades en todo el mundo. Así que compartiste un gran ejemplo de cómo compartir recursos entre empresas y crear diferentes circuitos dentro de un edificio. Hoy, es una realidad que las ciudades producen muchos residuos orgánicos y se espera que esa producción se duplique para el 2025. Nick, corrígeme si me equivoco, pero creo que una porción ínfima, menos del 2%, de los nutrientes valiosos en esos recursos orgánicos descartados, realmente se reutiliza para fines productivos en las ciudades. Nick, ¿tenemos otro caso urbano que ejemplifique esta situación? Primero Laura, nunca me atrevería a corregirte de cualquier manera. Pero sí tengo un ejemplo, Agriprotein, una empresa fundada en Ciudad del Cabo. Creo que Agriprotein es un gran ejemplo. Como aclaraste, hoy los alimentos entran a las ciudades y luego generan enormes volúmenes de residuos orgánicos. La mayor parte de los residuos termina en vertederos o ríos o creando emisiones de carbono o atrayendo plagas o generando olores molestos en la ciudad. Tenemos un tema de gestión de residuos, pero también uno de seguridad alimentaria. La población crece, se urbaniza, se vuelve más pudiente y empieza a demandar productos como pescado, pero nuestros océanos están sobreexplotados y se hace evidente la necesidad de la acuicultura, que es cultivar peces. ¿Pero cómo alimentamos los peces en nuestras granjas marinas? ¡Con otros peces! O subproductos de pescadería o la captura incidental de la pesca comercial, lo cual remueve millones y millones de peces de los primeros eslabones de la cadena alimenticia marina, poniendo en peligro ecosistemas marinos. Agriprotein tiene dos fábricas en Ciudad del Cabo y una en Durban. Diariamente, cada una consume cerca de 250 toneladas de residuos orgánicos como alimento para larvas de moscas soldado negras. La mosca soldado negra es una criatura increíble, capaz de multiplicar su peso por 200 en 14 días. Así que engordan sus larvas de mosca y cuando llegan a su tamaño completo, justo antes de la adultez, los disecan para crear un alimento muy nutritivo, tanto para peces como aves de corral. Y luego lo que queda cuando las larvas terminan de alimentarse es una especie de estiércol de insecto, un abono. Ese abono, como el compost de lombriz, es altamente nutritivo y puede volver al periurbano o a las zonas de cultivo en la periferie para reforzar prácticas de agricultura regenerativa. Creo que Agriprotein es un ejemplo maravilloso de cómo algo previamente considerado un residuo, qué incluso acarrea costos de disposición, se puede convertir en un activo. Cada una de estas fábricas tiene ingresos anuales de 7 u 8 millones y emplea cerca de 30 operarios. Es una oportunidad económica increíble que crea puestos de trabajo, fortalece la seguridad alimentaria y evita amenazas a ecosistemas marinos, todo con una menor intensidad de emisión que las alternativas. Es un negocio redondo. Y cumple con los tres principios de la economía circular. Creo que es un ejemplo maravilloso ¿Y están radicados en ciudades o tratan de ubicarse cerca de ciudades, no es así? Sí, claro, porque ahí está su materia prima. Usan residuos de restaurantes o de mataderos. En las ciudades también se concentra la demanda para carne de pescado y los criaderos comerciales también podrían estar cerca. Es hermoso, como la simbiosis que describió Emma. Son relaciones simbióticas impulsadas por las demandas de las ciudades. De paso, agradezco a todos los que nos siguen y comparten. Preguntan en YouTube justamente sobre este tema. ¿Dónde entra el cultivo de insectos en el marco de la economía circular? Espero que ese ejemplo sirva para ilustrar una de las posibilidades. También nos preguntó Tania o Tanía. Puede que lo esté pronunciando mal. En el tema de alimento, preguntan: además de alimento vegetal, ¿cómo podemos integrar carne de ave, pescado, etc. en procesos regenerativos? Supongo que también hemos dado un par de ejemplos con los patos y peces en el arrozal. También con el caso que presentó Nick, donde el cultivo de larvas reemplaza pesca comercial y sostiene criaderos urbanos. Pero creo, Emma, que todo esto remite a una pregunta más amplia. Tal vez sea obvio pero, ¿cómo impactan estos temas en la conversación más amplia acerca de vegetarianismo y veganismo? ¿Alguna reflexión rápida? Sí, tengo un par de ideas. Volviendo a la mentalidad regenerativa, pensando en sistemas, No es blanco o negro. Deberíamos o no deberíamos comer carne, como si hubiera una solución única y milagrosa. Sino, como vemos con todos los alimentos, porque la agricultura vegetal puede ser tan lineal y destructiva, o incluso más destructiva que la producción de alimentos de origen animal. De entrada, tenemos que asumir una mentalidad integradora para diseñar soluciones donde, como en el caso que trajo Nick, con ciertas técnicas de pastoreo, el ganado puede ser parte de un sistema regenerativo. Todas estas partes tienen que caber en nuestro proceso de diseño. Esas partes tienen que definir cómo diseñamos productos y recetas, cómo nuestra cultura de comer evoluciona hacia esa idea. Genial. Entonces, desde el comienzo, vimos cómo se producen nuestros alimentos, el cultivo regenerativo, cómo aprovechar al máximo la comida, cómo se da ese proceso en las ciudades y cómo transformar de fondo nuestra noción de los residuos. De hecho, en el ciclo biológico, el componente de los alimentos está entretejido y es inseparable de otros aspectos de la economía circular Realmente lo exploramos todo. Creo que el relato del arrozal con patos y peces me resulta tan interesante porque el granjero empezó preguntándose, ¿cómo respondería la naturaleza a estas plagas? Los desequilibrios de una especie no abruman a la naturaleza. Tu manera de contar la historia, Nick, y la manera de superar cada desafío, fue un ejemplo muy interesante de otra manera de pensar. Así que muchas gracias a Emma y Nick por acompañarnos esta mañana, tarde, o noche, dependiendo de su zona horaria. Fue un placer. Realmente un placer.