No dejo de mirarlo, tengo que volver atrás y empezar a trabajar de nuevo.
Lo que estoy buscando es la resolución. Lo tengo un día sí y un día no.
Es por eso que ser un artista es tan genial porque puedes conseguir ese tipo de satisfacción.
Lo que ha sido difícil respecto a estas obras es que no sé cómo las culminaré.
Pienso que, cuando hice los bosquejos para esta pintura, que estaba muy entusiasmada.
Se veían muy bien, a mi parecer.
Luego las arruiné.
Y los chicos que hacen estas formas para mí, tuvieron una idea, lo hicieron y la regresaron al estudio.
Y, te digo, en el momento en que la vi, no sabía como encajaría todo.
Inclusive antes de tocarla. Simplemente por como trabajan las formas.
"¡¿En qué estaba pensando?! Esto se verá horrible":
Y esta pintura recorrió un camino muy largo.
Los colores que pensé que iba a usar, ninguno funcionó al principio.
Pero eso ya había pasado.
Toda la pintura era horrible.
Es común que cuando comienzo a odiarlo de verdad, las cosas se empiezan a arreglar.
Parece que para entenderlo y hacerlo bien tienes que
llegar a odiarlo por completo. Hasta el punto que lo quieres quitar de la pared,
romperlo y botarlo. Es muy extraño.