En la década de 1950
un grupo de ganaderos en Idaho
se desconcertó cuando
sus ovejas dieron a luz
a corderos con una
deformidad singular.
Confundidos por estas ovejas cíclopes,
llamaron a científicos de Departamento
de Agricultura de EE. UU. para investigar.
Los investigadores plantearon
la hipótesis de que las ovejas preñadas
habían comido plantas venenosas causantes
de defectos de nacimiento.
Recolectaron la flora local y alimentaron
con muestras a ratas de laboratorio,
pero tuvieron problemas
para reproducir el efecto.
Entonces decidieron
observar directamente a las ovejas
con un científico que incluso vivió
con el rebaño durante tres veranos.
Después de una década de prueba y error,
los científicos finalmente
encontraron al culpable,
los lirios de maíz silvestre.
Los lirios contenían una molécula activa
con seis anillos conectados
que llamaron ciclopamina
en referencia a la oveja cíclope.
No sabían exactamente cómo
la ciclopamina causaba el defecto,
pero les dijeron a los ganaderos
que se mantuvieran alejados.
Pasaron unas cuatro décadas
antes de que un equipo de biólogos,
dirigido por el profesor Philip Beachy,
tropezara con la respuesta.
Su laboratorio estaba estudiando un gen
específico encontrado en muchas especies,
desde ratones hasta humanos,
llamado gen hedgehog.
Fue nombrado por dos científicos,
que más tarde compartieron
el Premio Noble por su trabajo,
quienes descubrieron que la mutación
de este gen en las moscas de fruta
producía espinas puntiagudas
como un erizo.
Beachy y sus colegas realizaron
modificaciones genéticas
para desactivar
los genes hedgehog en ratones.
Esto dio lugar a graves defectos
en el desarrollo
de sus cerebros, órganos y ojos
o más bien, el ojo.
Luego, mientras examinaba
un libro de texto,
Beachy encontró fotos
de la oveja cíclope
y se dio cuenta de lo que había eludido
a los científicos durante cuatro décadas.
Algo debe haber salido mal
con el gen hedgehog.
Retrocedamos un paso.
Los genes tienen direcciones que le dicen
a las células qué hacer y cuándo hacerlo,
y comunican sus directivas con proteínas.
El propio gen hedgehog dice a las células
que liberen la llamada proteína hedgehog,
que inicia una compleja serie
de señales celulares.
Así es como funciona
en un desarrollo saludable normal.
La proteína hedgehog se engancha
a una proteína llamada patched.
Eso inhibe, o mantiene a patched relegado,
lo que permite que otra proteína
llamada smoothened
envíe señales libremente a las células,
para decirles adónde ir
y qué tipo de tejidos deben llegar a ser.
La ciclopamina, por ejemplo,
en forma de un delicioso lirio de maíz,
interrumpe este camino
uniéndose a smoothened.
Ese bloquea a un smoothened
para que no pueda enviar las señales
necesarias para moldear
el cerebro en dos hemisferios
y formar dedos o separar los ojos.
Así que, aunque la proteína hedgehog
todavía está haciendo su trabajo
de mantener el camino despejado
para smoothened,
la ciclopamina, impide a smoothened
transmitir su mensaje químico.
Eso resolvió la ciencia
detrás de la oveja de un solo ojo,
pero Beachy y su equipo captaron el brillo
de otra conexión más beneficiosa.
Notaron que la activación incontrolada
de la proteína smoothened
estaba asociada con un síndrome humano.
Se lo conoce como
Síndrome del Nevo Basocelular
y predispone a las personas
a ciertos cánceres.
Los científicos propusieron
utilizar los poderes de smoothened
vinculados a la ciclopamina
para un buen uso,
como tratamiento para estos cánceres,
siempre y cuando la paciente
no estuviera embarazada.
Desafortunadamente, los investigadores
finalmente descubrieron que la ciclopamina
causa efectos secundarios negativos
y sus propiedades químicas
dificultan el trabajo.
Pero descubrieron que las moléculas
estrechamente relacionadas
son seguras y efectivas,
y dos de estos medicamentos
se aprobaron en 2012 y 2015
como medicamentos para el cáncer de piel.
Cuando esos granjeros vieron
por primera vez a las ovejas cíclopes,
pudieron haberlo atribuido a una extraña
mutación genética y marcharse.
En cambio, su decisión de investigar
convirtió un misterio en medicina,
mostrando que a veces
hay más de lo que parece.