(Campana) (Campana) (Campana) (Campana) Querido y respetado Thay, querida sangha, queridos amigos, Me hace feliz estar juntos de nuevo este 8 de noviembre del año 2018. Tenemos un día de plena conciencia, un día de plena conciencia para estar juntos con practicantes laicos de muchos países. Estamos agradecidos a Thay por haber hecho siempre posible que los practicantes laicos se unan en Plum Village al retiro de las lluvias de tres meses, que en algunos países no se abre para que los practicantes laicos practiquen con los monásticos. Desde el nacimiento de Plum Village, esta ha sido nuestra forma de practicar como sangha de cuatro brazos. Esto incluye los monjes y las monjas, hombres y mujeres, y los practicantes laicos, hombres y mujeres. Eso significa sangha de cuatro brazos. En el retiro de las lluvias, hemos ofrecido los domingos nuestra comprensión y práctica de los 14 entrenamientos, y los jueves se han dado enseñanzas diversas. Hasta ahora, se ha hablado de las prácticas básicas de Plum Village, algunas puertas del Dharma, creo, como Empezar de nuevo, Alumbrar la luz, meditaciones guiadas, la reconciliación en las familias y en las relaciones. En las semanas próximas, hablaremos sobre nuestra comprensión y práctica de algunos de los sutras. Esta mañana hablaremos del Discurso sobre el amor. Recordarán que la charla del domingo pasado acabó con unos versos de Thay que decían: Aceptémonos unos a otros. Compartamos la visión para hacer posible el nacimiento del Gran Amor. Quizá nos preguntemos; ¿qué es este Gran Amor? Buda dio enseñanzas maravillosas sobre el Gran Amor. Y Thay también dio hondas enseñanzas sobre lo que él llama Amor Verdadero. Sabemos que este Gran Amor, este Amor Verdadero se expresa de cuatro formas. Las llamamos la bondad amorosa, que también se llama maitri o metta, la compasión, también llamada karuna en pali o sánscrito. La alegría, mudita, y la ecuanimidad, upeksha. Buda explicó estas cuatro formas de expresión del amor en el Discurso sobre el amor. Este discurso aparece en todos nuestros libros de recitación, Cantos del corazón, y en todas las traducciones del libro de recitación. Figura en la sesión del lunes, lunes por la mañana. Este texto o sutra es muy importante, muy amado y practicado en la tradición budista teravada. Son los países donde se practica el "budismo de origen" como Thay lo llama, o budismo original. Se da en Tailandia, Vietnam, Laos, Camboya, Sri Lanka, India y Myanmar. Sobre todo países del sudeste asiático. Este texto está en pali, y parte de la práctica diaria consiste en recitar este discurso, este sutra. He descubierto que existen 20 traducciones al inglés. Se pueden ver 19 en Internet, y la 20 es la que hicieron Thay y la hermana Chan Duc, la hermana Virtud Verdadera, hermana Annabel. Para mí, es la más bella. Si les interesa el estudio, pueden consultar las otras traducciones, que creo que son muy precisas. No conozco el pali. Pero leyendo la traducción de la que disponemos a diario, veo que es muy, muy hermosa, esta traducción. Así que por qué no escuchamos el Discurso sobre el amor. Lo leeré: Creo que muchos de ustedes ya lo han oído, pero es agradable volver a oírlo. Porque he descubierto que riega mis semillas de felicidad y bondad. Es un texto maravilloso para nutrir nuestras cualidades beneficiosas. Discurso sobre el amor. Y es la traducción de Thay y la hermana Annabel. "Aquel o aquella que quiera alcanzar la paz debería practicar ser honesto, humilde y capaz de emplear el habla amorosa. Él o ella sabrá vivir feliz y de forma simple, con los sentidos en calma, con pocos deseos y sin dejarse llevar por las emociones de la mayoría. Él o ella no hará nada que pueda ser desaprobado por los sabios. Y he aquí lo que contempla: Que todos vivan felices y a salvo, y que todos los corazones se llenen de alegría. Que todos los seres vivan en paz y seguridad, sean débiles o fuertes, grandes o pequeños, visibles o invisibles, próximos o lejanos, ya nacidos o por nacer. Que todos moren en la perfecta tranquilidad. Que nadie haga mal a otro. Que nadie ponga en peligro la vida de otro. Que nadie, por ira o malevolencia, desee mal a otro. Como una madre ama y protege a su único hijo arriesgando la vida, cultivemos el amor infinito para ofrecerlo a todos los seres en todo el cosmos. Que nuestro amor infinito penetre en todo el universo, arriba, abajo y en derredor. Nuestro amor no encontrará ningún obstáculo. Nuestro corazón estará libre de odio y aversión. En pie o caminando, sentados o tumbados, desde que nos despertamos, cultivaremos este amor dentro del corazón. Esta es la forma más noble de vivir. Libres de toda visión errónea, ansia y deseo sensual, viviendo en la belleza y realizando la comprensión perfecta, quienes practican el amor infinito trascenderán nacimiento y muerte." He descubierto que este sutra crecía en mí. Cuando lo oí por vez primera, pensé: "Muy bonito, muy bello, pero ¿cómo puedo practicarlo?". Tener todas esas cualidades me parecía un auténtico reto, y ser capaz de practicar el amor infinito. Lo que hice fue leerlo, leerlo a menudo. Y tan solo esperé. No pensaba que yo fuera capaz de practicarlo. Me bastaba con leerlo. Aún lo hago a diario, leo este sutra. Es muy interesante descubrir que este sutra tiene una historia. Tiene un origen, la historia de su génesis. Pero antes de contar la historia de cómo Buda ofreció este sutra, quiero decir algo sobre el significado de las historias de génesis. Cuando estudiamos o escuchamos algunas enseñanzas budistas. ¿Saben que los laicos del tiempo de Buda son el origen de muchos de los entrenamientos? O de los preceptos, como se llamaban entonces. Tanto de los laicos como de los monásticos. ¿Y cómo ocurrió? Por ejemplo, los cinco entrenamientos los creó Buda en respuesta a la petición de los padres de un monje que acababa de ordenarse. Sus padres fueron a ver a Buda y le dijeron: "Honrado por el Mundo, ¿puedes darnos alguna directriz a los laicos que vivimos en el mundo, para vivir con más felicidad y paz?". Así que Buda reflexionó y aceptó, dijo: "Sí, crearé algunas directrices". Esas directrices, entonces, empezaban con la expresión: "No mataré. Me abstendré de robar". Etcétera. Buda usó las palabras adecuadas para aquel tiempo y cultura de la India antigua. Creo que si usáramos esas expresiones en la actualidad, los entrenamientos no serían aceptados tan fácilmente. Así que Thay, que conoce y comprende bien nuestra sociedad y cultura, los reformuló y los llamó entrenamientos de la plena conciencia, que es de lo que tratan. Cultivamos la conciencia plena y entrenamos la mente para que piense y actúe de forma beneficiosa. Thay los llamó entrenamientos, y en vez de empezar cada uno con la expresión "No cometeré" o "Me abstendré de", ya que nuestra cultura es más de hacer que de abstenerse, Thay eligió usar las palabras: "Consciente del sufrimiento causado" al matar, al robar. Si sabemos que esos actos generarán sufrimiento, que nuestras palabras o pensamientos generarán sufrimiento, pensaremos: "¡Por supuesto! Aprenderé más y practicaré". Practicar los entrenamientos. Luego, Thay nos da formas de comprender cómo practicar ese entrenamiento. Me comprometo a hacer esto. Estoy determinada a hacer aquello para no causarme sufrimiento ni a mí ni a nadie. Buda también creó los preceptos para monjes y monjas después de que se produjera algún error o tras algún incidente. Buda no creó los preceptos o los entrenamientos a priori, con anterioridad. Buda quería que los monásticos llevaran una vida que hiciera que los laicos pudiesen hacerles preguntas con facilidad, que pudieran aprender de los monásticos y respetarlos. Todos los preceptos monásticos nacen de algún incidente concreto. ¿Y cómo se enteraba Buda de esos incidentes? ¿De ese comportamiento de los monásticos? Por los laicos. Los laicos, cuando veían u oían cómo actuaban y hablaban monjes y monjas, si no les agradaba, si no les hacía felices, iban a ver a Buda y se lo contaban: "He visto esto, ha pasado aquello". Y luego Buda tomaba una decisión para evitar que los monásticos repitiesen el mismo error. Y así creó los preceptos monásticos. Hemos de comprender que al principio la sangha monástica se estaba creando. Era nuevecita. Pero no sabían mucho de cómo ser un monástico, así que poco a poco aprendieron, Buda aprendió, los monásticos aprendieron cuál era el estilo de vida más apropiado. Y Buda creó los modales conscientes, un código de comportamiento correcto. Estamos muy agradecidos a la sangha laica. En aquel tiempo, ayudaron a Buda y a otros monásticos a saber qué consideraban un comportamiento adecuado. Disfrutemos un instante de regresar a nosotros mismos. Escucharemos la campana y respiraremos en plena conciencia. (Campana) He hablado algo de orígenes, de historias sobre la génesis. Los preceptos monásticos tienen una génesis. Descubrimos qué pasó, algo que dio origen quizá a una incomprensión, algo que creó descontento, y así se creó una directriz. La historia de su génesis. He usado el ejemplo de los entrenamientos para la sangha de laicos, los modales conscientes para monásticos y los preceptos monásticos. Y también les he transmitido, con mucho aprecio y gratitud, qué importantes son ustedes para nuestra práctica. En tiempos de Buda, ustedes fueron decisivos para ayudar a formular el código de comportamiento monástico correcto. Quiero añadir que otros monásticos también acudieron a Buda para hablarle de lo que veían hacer a otros monásticos. No solo acudían a él los laicos, también los monásticos informaban a Buda. Creo que Buda estaba muy ocupado, ¿verdad? No solo enseñando, también recibiendo toda esta información sobre los hechos, las palabras, el pensamiento, etc., de la gente. Buda escuchaba con hondura, seguro, y luego reflexionaba. Así que desde los tiempos de Buda, él estableció la sangha de cuatro brazos de monásticos y laicos practicando juntos y apoyándose unos a otros para practicar. Ahora me gustaría hablarles de la génesis de este sutra. Se dice que una vez, unos 500 bhikkhus, monjes con ordenación plena, después de recibir instrucciones para meditar como la conciencia de la respiración, que es lo que Thay ha elegido como nuestra práctica básica de meditación, el Sutra anapanasati, lo practicaban a diario, conciencia de la inspiración y la espiración, del cuerpo, relajarlo. Buda les propuso algunos temas para su meditación. Luego, se fueron a un bosque en los Himalayas para practicarlo. Entonces no tenía un centro de práctica como los de ahora. Iban al pie de un árbol o al interior de un bosque, a un lugar tranquilo y apartado para practicar. Sobre todo meditación sentada y caminando despacio. Pero sabemos que también comían en plena conciencia. Pero había algunos devas. Un deva sería como un ángel de la tradición cristiana. Los devas vivían en el bosque, en la naturaleza, donde hubiera árboles y matorrales, mucha flora y fauna. Pero en ese bosque vivían ya unos devas. Los devas son como seres que no tienen forma corporal, pero ya han desarrollado un nivel de conciencia. Había ya devas viviendo allí. Al principio, los devas toleraron la presencia de los monjes. Pero vieron que los bhikkhus pensaban quedarse y meditar. Y no tenían intención de irse. Los devas lo vieron y se enfadaron con los bhikkhus por quitarles el sitio, por venir a ocupar su territorio. ¿Y qué hicieron? Los devas hicieron sonidos horribles, suspiros aterradores que agitaron los seis órganos sensoriales de los monjes. Y lo hicieron de noche para asustarlos y que se fuesen. Los bhikkhus estaban tan alterados que enfermaron y no podían progresar en la meditación. Decidieron dejar el bosque y volver con Buda. Le contaron sus experiencias de lo que pasó. Buda recibió esta información y en su meditación sondeó el área para encontrar otro bosque donde los monjes pudieran practicar en silencio. Pero no encontró por allá ningún otro bosque adecuado. Así que les dijo que volvieran al bosque. Sin embargo, antes de regresar Buda dio a sus monjes esta meditación de metta. El Sutra de metta para que lo recitasen a diario y como meditación para apaciguar a los devas, para calmarlos, y como protección de los monjes. Los monjes regresaron al bosque donde vivían los devas, supongo que estaban algo inquietos, preguntándose si las enseñanzas de Buda bastarían para calmar a los devas. Porque los devas los habían intranquilizado mucho. Así que los monjes regresaron y recitaron a diario el Sutra de metta y la meditación de metta a lo largo del día. Y creo que de la noche. Dormían en breves ratos. El resultado fue transformador. Al recibir esta energía de metta de los monjes, esta energía de bondad amorosa y compasión de los monjes, los devas ganaron confianza y fe en los monjes. Los acogieron. Y así fueron benevolentes hacia los monjes e incluso los cuidaron, asegurándose de que tuvieran bastante comida y sus necesidades cubiertas. Los monjes también desarrollaron en sí estas cualidades, y ofrecieron a los devas su amistad y su benevolencia, su amabilidad y una presencia pacífica. Esto ayudó a calmarlos y a regar sus mejores semillas, pero también las de las mentes y corazones de los devas. Así que esta práctica benefició a todos. Y se dice, que tras estos tres meses de retiro de las lluvias que los bhikkhus pasaron en esta meditación en el bosque con los devas, se dice que los 500 bhikkhus se convirtieron en arhats. Y en la tradición del budismo teravada, un arhat es alguien que ha purificado todas sus aflicciones, como el ansia, el odio y la ignorancia. Se ha desarrollado al máximo. Quien llega a ser arhat no padece más aflicciones. Creo que está justo antes de llegar a ser un buda. Ser un arhat es bastante bueno. Son los buenos frutos de su práctica de esta meditación de metta. Como practicantes en la vida diaria, allá donde vivamos, en el bosque, donde hay árboles. Por cierto, saben que existen Greenpeace y otras organizaciones que protegen los árboles, impiden que se talen bosques ancestrales, algo que ocurre en muchos países. Talan bosques centenarios, ¿y qué hacen después? A veces, siembran pasto para traer ganado. Para criar... Hacen tierra de pasto. Pero los bosques centenarios nos proveen de oxígeno fresco y hermoso. Las hojas de los árboles nos dan oxígeno y absorben el dióxido de carbono en la fotosíntesis. Los bosques antiguos son un tesoro. Lo mismo si vivimos en un viejo bosque que en una ciudad, podemos realizar prácticas relacionadas con este sutra de metta. He pensado sobre la forma de hablarles hoy de este sutra. Y lo único que se me ha ocurrido es hacer lo que hacía Thay. Durante los retiros de invierno, el retiro de las lluvias de tres meses, Thay solía escoger un sutra. Y luego tomaba secciones cortas del sutra y comentaba cada sección. Espero que les parezca bien que haga lo que Thay hacía. Vamos escuchar comentarios de este sutra, y luego aprenderemos esta meditación basada en el sutra, la meditación de metta. Vamos a tomar un instante para estirarnos o cambiar de postura, si quieren, o sentarse en una silla, si les resulta más cómodo. Oiremos un sonido de campana para reconectarnos con nosotros y con los demás. Porque cuando respiramos juntos, a la vez, creamos una energía colectiva de plena conciencia, una energía colectiva de concentración compartida. Es una experiencia del interser. (Campana) Nuestro comentario sobre el sutra suele ser diferente a veces. Agradezco su deseo de escuchar, lo que resulte estará bien. Empieza: "Aquel o aquella que quiera alcanzar la paz debería practicar ser honesto, humilde y capaz de emplear el habla amorosa". Así que el inicio del sutra nos da la oportunidad de reflexionar sobre cómo podemos vivir con sencillez y felices. Cómo hablar con amor. Sabemos que los entrenamientos nos ayudan a usar el habla amorosa. También tenemos la práctica de Empezar de nuevo, donde aprendemos a hablar con amor y a comunicar nuestro aprecio por los demás, cuánta gratitud tenemos por las personas que nos rodean. Ser honesto, ¿qué quiere decir? Significa que tenemos valores éticos. Que vivimos según esos valores. Que una persona sea honesta, sugiere que es de confianza, que tiene valores éticos. Podemos tomar refugio en ella a causa de su honestidad. Su capacidad para comprender. Y no hacer nada que pueda ser decepcionante. No buscamos la perfección, ¿bien? Alguien honesto es alguien que practica, para decirlo sencillamente. Alguien que ama la práctica y lo hace de corazón. Pero no hablamos de perfecta honestidad. No existe la honestidad perfecta. Solo honestidad humana, ¿sí? Es suficiente. Una forma de vivir sencilla, sin desear lo que otros tienen. Tenemos lo suficiente. Hay una palabra en sánscrito, 'samtusta'. Nos basta lo que tenemos. Dice: Sabrá vivir feliz y de forma simple, con los sentidos en calma, con pocos deseos y sin dejarse llevar por las emociones de la mayoría. Si en nuestro entorno hay una mayoría de personas y vemos que ahora necesitamos estar en paz y en calma, y quizá en ese entorno la mayoría de las personas están algo agitadas, sin calma ni paz, podemos elegir no ser arrastrados por las emociones presentes. Pero no juzgaremos las emociones de la mayoría. Solo observamos. Es mera atención, observamos lo que nos rodea, qué emociones se expresan. Observamos. No juzgamos. Y si no queremos ser arrastrados por cualquier emoción de esa mayoría, si no deseamos experimentarla, regresamos a nosotros mismos y practicamos la respiración y el caminar conscientes. A veces, vemos que tenemos que alejarnos. Y está bien, para no ser arrastrados por algunos ambientes, podemos optar por buscar otro entorno durante un tiempo. Nos alejamos y disfrutamos de caminar en plena conciencia, de respirar. Ya hemos aprendido cómo proteger los órganos sensoriales. En el sutra se dice: con los sentidos en calma. Significa que todo lo que veamos, oigamos, degustemos o toquemos, si su efecto es que nos crea agitación o nos irrita, ya no estamos en paz, y buscamos formas de proteger los ojos, los oídos, para que no reciban sin cesar esos estímulos. Aprendemos a hacerlo poco a poco. Aprendemos sobre nuestro entorno, sobre cómo me siento, y para hacerlo, nos hacemos conscientes del cuerpo. Si en nosotros surgen emociones, como la preocupación, la ansiedad, la ira o el miedo. Podemos mantener la estabilidad. Podemos mantener la paz. Esta es, en cierto modo, la práctica de conservar la calma de los seis sentidos. Mantenemos nuestra estabilidad, mantenemos nuestra paz. En una situación en que estoy en minoría, si estoy en un entorno en que los otros son la mayoría, acepto estar en minoría, ¿sí? En el día a día, puedes estar en minoría en el trabajo. O en la escuela. Los colegas te invitan el viernes para... Lo llaman la hora de la felicidad o algo así. Quiere decir ir al bar, sí. (Risas) Tú practicas, practicas los cinco entrenamientos. ¡Vaya! ¿Qué vas a hacer? Dices: Bien, estoy en minoría. ¿Qué voy a hacer? Si sabes... Si tu práctica es lo bastante sólida, y no vas a dejarte llevar por pasar un rato en el bar, o en el café, o donde sea, si confías en tu práctica, puedes ir. Está bien. Pero el reto es: ¿qué vas a pedir para beber? (Risas) Este es el reto, ¿verdad? Les dejo elegir. (Risas) Encontrar cómo estar en minoría cuando los amigos o colegas son mayoría, o los miembros de la familia, cuando celebras Navidad o Año Nuevo con ellos. Quizá sea algo de lo que hablar en los grupos de compartir el Dharma. ¿Cómo estar en minoría y aún así tomar refugio en la práctica? Está bien estar en minoría. No se sientan mal, ni crean que si están en minoría no pueden practicar. Pueden. Solo tienes que experimentar tu práctica de la respiración y el caminar conscientes que te da la seguridad de que la práctica está ahí, en uno. No tenemos por qué hablar, por ejemplo al comer. Imagina que te invitan a unirte a la mayoría para comer o cenar. Y te dices: ¿cómo puedo practicar la comida consciente? Estoy en minoría. Puedes. Puedes masticar con atención, despacio, saborear y sonreír. Puedes estar en silencio un tiempo. Sabemos que nuestra práctica es flexible. Puedes decir algo. Pero he aprendido que cuando practico comer en conciencia en un grupo que no practique, he aprendido a no hacer preguntas. Es decir, estoy hablando, y entonces quizá alguien quiera que aclare una cuestión. Ahí estoy atrapada. Hablaré más en una comida consciente con otros, con personas que quizá no practican muy bien. Sabemos que podemos vivir con sencillez y felices en el estilo de vida de un practicante. Y puedes seguir tu tradición religiosa si no eres budista. No tienes que ser budista. Thay anima a todos a conservar su tradición de origen, sea la que sea, puedes guardarla. Tan solo añade las prácticas de plena conciencia. Eso es. Así que, con pocos deseos. Quiere decir no desear lo que veas que tienen los demás. Tal vez alguien tenga un par de zapatos nuevos, o muy bonitos, pero sabes que cuestan 150 euros, así que abandonamos ese deseo. O un auto nuevo, cualquier cosa nueva. O antigua. Así que no deseamos, no tenemos envidia. Envidia de tener lo que otros tienen. Luego, no dejarse llevar por las emociones de la mayoría. Nos refugiamos en la práctica. Bien. Sigue así: Que todos vivan felices y a salvo, y que todos los corazones se llenen de alegría. Queremos que todos sientan alegría. Saben, pueden decir estas palabras aunque no sientan alegría alguna. Porque mientras repetimos estas palabras, estamos abriendo en el cerebro una vía neural. Y hacemos que la alegría fluya por esa vía neural. Dejamos que la bondad amorosa fluya por esa vía neural. Dejamos que la compasión, la alegría y la ecuanimidad fluyan por esa nueva vía neural que creamos al decir esas palabras. Cuando las repetimos. Así, la mente y el corazón entran en un bello estado de atención al repetir estas palabras deseando compartir esta energía, este deseo, esta volición con todos. Que todos vivan felices y a salvo. ¿Cómo podemos contribuir a la felicidad y seguridad de todos? Una de mis prácticas para proteger la seguridad de los pequeños seres. No tiene por qué ser una acción enorme que proteja a todo el planeta. Claro, cuando lo hacemos, protegemos a la Madre Tierra. Si veo un caracol, algo pequeño, o una babosa, sabemos qué son las babosas, los limacos, a veces los veo cruzar la carretera. Y son muy lentos. (Risas) Entonces, ¿qué hago? Esto es lo que trato de hacer. Busco una hoja, porque a mí... Saben, están fríos y viscosos, así que busco una hoja o una ramita. Un gusano. Vemos gusanos intentando cruzar. Los tomo con la mano, no importa, los tomo y los llevo al otro lado. A la otra orilla. (Risas) La orilla del no sufrimiento. La orilla donde la hierba es más verde. Intentan cruzar al otro lado, donde hay hierba. Y cuando los veo, caminan muy despacio sobre el pavimento. Así que tomo los caracoles, las babosas o los gusanos. Y los llevo al otro lado. Esto es ayudar a la seguridad de un ser. A su felicidad. Sabemos que si vivimos en el momento presente, tenemos muchas ocasiones de ver lo que está realmente ahí. Dejamos el pasado, donde tal vez no hubo mucha felicidad, y volvemos a lo que está ante nosotros, eso tan bello. Hay hojas de otoño. Esta mañana había una hermosa niebla, cuando llegamos. Había niebla, y todo aparecía suave. Había grandeza y suavidad, la niebla era muy bella. Poder estar ahí produce mucha felicidad. Estar ahí en el momento presente. Para ello, dejamos ir los pensamientos. He descubierto que es muy útil no pensar. En su lugar, inspiro y espiro. Cuando veo aparecer un pensamiento, pienso: vaya, hay un pensamiento. Hola, pensamiento. Hola, preocupación sobre el futuro. Hola, remordimiento sobre el pasado. Son cosas que surgen naturalmente. El depósito de conciencia envía sin cesar estos mensajeros a la mente. Estos pequeños mensajeros desde el pasado si esa semilla recibe riego. El depósito de conciencia, el nivel más hondo, alaya, siempre hace brotar una semilla si la regamos. Para protegernos, para estar felices y a salvo, podemos ser conscientes de qué semillas se riegan en mi entorno por lo que la gente dice, lo que escucho, lo que oigo, lo que veo. ¿Bien? Para ser feliz, disfruto la práctica de vivir en el momento presente. Veo una bella orquídea. La orquídea está ahí, tan solo siendo orquídea. No necesita hacer nada más, solo ser, estar. Y la orquídea está para todos. La vida está disponible para todos. Thay solía citar al escritor francés André Gide, quien dijo que Dios está disponible 24 horas al día. La cuestión es: ¿estamos disponibles para Dios? Y Thay respondería: "La vida está a nuestra disposición. La belleza, las maravillas. La felicidad está disponible 24 horas al día. ¿Y estamos disponibles para la vida?" Thay solía empezar sus charlas diciendo: "Inspirando, sé que estoy vivo. Espirando, sonrío a la vida en mí y alrededor de mí". Nuestra práctica puede ser: sonrío a la vida en mí y en torno a mí. Vida bajo todas sus formas. Todas las formas de vida. Una de las prácticas que amo para estar feliz, para regar en mí semillas de felicidad y estar en paz, es que cada vez que vengo a Upper Hamlet, si hay tiempo, disfruto de pasear alrededor del estanque de lotos que hay aquí. Es hermoso en todas las estaciones. Y, me gusta mirar el agua, ver los peces. Hay peces en él. ¿Los llaman peces dorados? ¿Carpas? Carpas. Se mueven juntas, son una sangha. No se ve una aislada, van juntas. Hay una bonita historia sobre los peces de ese estanque. En un tiempo, después del desayuno, la gente de aquí solía darles algo de pan. En una época, veías trozos de pan flotar por todo el estanque. Pero ya no pasa. Me gusta ver cómo crecen. Crecen, y me preguntaba: ¿cómo crecen? ¿Qué comen? ¿Qué los alimenta? Pero al parecer no necesitan mucha comida. Así que queremos que el corazón de todos los seres se llene de alegría. Y enviamos esta energía. Que vivas feliz y a salvo, y que tu corazón se llene de alegría. Sigue así: Que todos los seres vivan en paz y seguridad. Lo deseamos para todos. Queremos que nuestros hijos conozcan seguridad y paz en la sociedad. Por supuesto en casa y en la escuela. Lo queremos para las sanghas, la familia, los amigos. Descubrimos que con nuestra práctica de estar en paz y de saber transformar las emociones fuertes en paz y felicidad, podemos contribuir a la seguridad y la paz de todos los seres. Queremos contribuir a la paz y la felicidad de la Madre Tierra, porque sabemos que ella está en nosotros, en los cuatro elementos que son nuestra comida, eso es la Madre Tierra. Y nosotros estamos en la Madre Tierra. Vivimos en la Madre Tierra. Existe una conexión real, profunda, una conexión de interser con la Madre Tierra. Y queremos vivir a salvo y en paz y ofrecer eso a la Madre Tierra. Seres débiles o fuertes, grandes o pequeños, visibles o invisibles, próximos o lejanos, ya nacidos o por nacer. Que todos moren en la perfecta tranquilidad. No se deja nada fuera. Lo abarca todo. Toda forma de vida, en cualquier lugar. Bien sea frágil, con salud, sin salud, alto, bajo, grande, pequeño, minúsculo, visible, que podamos verlo, o que no podamos verlos, como los ácaros en agosto, si alguna vez han venido. ¿Conocen estos pequeños bichos del campo? En otros países viven en la hierba, y cuando hace calor, nos adoran, y pican. Y nos rascamos. Bien, que podamos verlos o que no podamos, como el virus de la gripe. ¿Ya ha llegado? No podemos verlo, pero sí sus efectos. Visible o no visible, cercano o lejano, ya nacido o por nacer. Que estén de camino a manifestarse. Que todos moren en la perfecta tranquilidad. Significa tranquilidad para estar libres del miedo, la ansiedad, la angustia, provocada por ser discriminados. Es decir, hay discriminación en el mundo, discriminación por el tamaño o por otras cualidades, como la raza, nacionalidad religión o género. La discriminación puede tomar formas y expresiones diversas. Nosotros somos bodhisattvas, seres despiertos. Deseamos bienestar para todos los seres. Ningún mal. Y enviamos esta energía de amor y bienestar a todos, próximos o lejanos, ya nacidos, visibles o no, en todo el cosmos. Quiero decir algo que... Ahora hay bodhisattvas en todas partes. Es muy alentador. Sabemos que hay muchos refugiados en todo el mundo. El Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas ha publicado cifras según las cuales hay 68,5 millones de personas en el mundo que son refugiadas. 25,4 millones han tenido que asentarse en varios países. Y más de la mitad tiene menos de 18 años. Vemos que ese Alto Comisionado para los Refugiados tiene un equipo de 11.517 personas, y yo las llamo bodhisattvas. Están allá, ayudando. Hacen rescate en el mar, en barcos que rescatan personas. Sabemos que durante la guerra de Vietnam, Thay y su co Chan Khong fueron tal vez los primeros en empezar rescates en el mar, alquilaron barcos para ir al mar y salvar refugiados. Esta práctica de bodhisattva continúa. Algunos de estos bodhisattvas, tenemos el honor de encontrarlos en Plum Village. Quizá ustedes sean esos bodhisattvas. Están ahí, son bodhisattvas. Solo que no lo sabemos. Durante el retiro de verano, tuvimos el honor de conocer a algunos. Son seres humanos corrientes, pero con un gran corazón. Hubo una mujer, que junto a su familia adoptaron a una familia de refugiados de un país en guerra, devastado por la guerra. Esa familia huyó y esta mujer, su marido y familia los adoptaron. Y crean o no, este verano llegaron dos perros a New Hamlet. Parece que en verano es cuando llegan los perros, los gatos. Así que abandonaron dos perros, llegaron a New Hamlet y, ¿saben? Ella volvió a su casa con uno de estos perros, y su hija, en un pequeño auto. Eso es... Eso es metta, eso es amor. Supimos que hay una compañía de agua, de agua mineral, en la región de Auvernia, en Francia. Colaboran con la UNESCO desde hace más de 12 años para llevar agua limpia, potable a niños y familias de África. A las zonas que sufren sequía de África. Y dicen que por cada litro de su agua que compremos, ofrecen 10 litros de agua potable en África. Eso es metta. Hacer posible que todos estén felices y a salvo, proteger sus vidas. Como una madre ama y protege a su único hijo arriesgando la vida, cultivemos el amor infinito para ofrecerlo a todos los seres en todo el cosmos. Los neurocientíficos nos muestran que hay una región en el cerebro donde se localiza la compasión, por así decir. Y esta área del cerebro que identifican con la compasión está muy, muy cerca del núcleo del amor maternal. Es interesante. Así como una madre protegerá a su hijo, este es un amor que quizá sea instintivo. He visto imágenes de leonas protegiendo a sus cachorros, perras protegiendo a sus cachorritos, etcétera. Y según mi experiencia escuchando consultas de personas que querían contarme cuestiones de su vida, cómo practicar con ello, he escuchado a muchas madres y también a padres. Y he aprendido que aman de verdad a sus hijas e hijos. Existe de verdad el amor. Sin importar lo que sus hijos sean, sin importar lo he hacen o hicieron, o si sus hijos no les hablan desde hace 5, 10 años o los que sean. Puede haber sufrimiento, claro, pero he escuchado y aprendido que ahí hay amor, que hay amor maternal y paternal. La dificultad reside en que el sufrimiento de los padres es a veces demasiado grande. La madre ha sufrido demasiado durante demasiado tiempo, o ha recibido sufrimiento de sus padres, ha recibido un sufrimiento ancestral. Y por eso no han aprendido a expresar su amor. Y las hijas y los hijos pueden pensar que su madre no los ama, no las ama, que su padre no los ama, no las ama. Pero yo creo que existe ahí amor de padres. Y que en lo más hondo de nosotros podemos aprender a perdonar si hace falta, y a amar a nuestros padres cuando los comprendemos y sabemos más. Este amor, este amor infinito se desarrolla ahora hasta el punto en que Buda dice: Que nuestro amor infinito penetre en todo el universo, en todas las direcciones, de arriba abajo y en derredor. En las diez direcciones. Es decir, noroeste, sudoeste, ya saben, noreste, sudeste, ya lo saben, bien. Que en todas las direcciones haya amor infinito. Podemos albergar este pensamiento, esta intención, esta volición incluso si aún no ha crecido en nosotros. ¿De acuerdo? Por favor, créanme, basta con decir las palabras. Este amor quizá sea como el que aparece en el Nuevo Testamento, en la versión del rey Jacobo. El amor que Jesús dio y predicó. Cuando se tradujo el Nuevo Testamento al griego, el término usado fue 'agape', 'agape'. Este término describía el amor espiritual. Sabemos que hay muchas clases de amor. Ustedes tienen muchas relaciones. Pueden reflexionar sobre la naturaleza del amor en sus relaciones. Pero el amor infinito es como el amor que vemos en la Biblia, el 'agape', y en el Antiguo Testamento hay un término hebreo llamado 'chesed', no sé si lo pronuncio bien, c-h-e-s-e-d. ¿[Jesed]? Sí, [jesed], contamos con ayuda. Bien. Significa amor, bondad o gentileza, como metta. Esta clase de amor, este amor infinito se encuentra en otras tradiciones espirituales, tiene su equivalente en otras tradiciones. Así que no hay obstáculos para el amor. Aunque en la mente surjan la ira, el odio. Sí, son solo formaciones mentales. No estén... No las rieguen. No se apeguen a ellas, a estas formaciones mentales llamadas ira, odio, todo eso. Son formaciones mentales, y aparecerán. Están ahí, en lo más hondo de nuestra conciencia, sí. Aparecen cuando las condiciones son favorables. Y luego, dejamos que regresen a lo más hondo. Pero ahora queremos hacer que aparezca metta, este amor infinito. ¿Y qué es este amor infinito? Dice que no tiene obstáculos, en realidad. Lo primero que queremos es convencer a nuestra mente de que el amor infinito existe. Porque la conciencia mental nos dice a veces: "No, no hay amor en el mundo. Lee las noticias, mira todo eso. No hay amor". Queremos convencer a nuestra mente. Sí, el amor existe. De acuerdo. Y como he apuntado antes, existe este amor infinito, y lo que nos ayudará es recitar el sutra. Hay un poema de Thay llamado 'Solo de nuevo'. Es un hermoso poema. Hacia el final, hay estos versos: "Sabiendo que el amor es inmortal, aquellos que te aman te estarán contemplando, seguirán contemplándote a través de 10.000 mundos de nacimiento y muerte". Los bodhisattvas nunca abandonan a nadie. Mantenemos este amor en el corazón sin importar lo que esté ocurriendo. Sin importar lo que veamos u oigamos. Cultivamos este amor, la inmortalidad del amor. Saben, las personas que aman, que practican el amor, somos impermanentes. Las personas vienen y van, ¿verdad? Pero el amor perdura. Sigue manifestándose. Las personas que tocan la guitarra, sus manos vienen y van. Muchas manos tocan la guitarra. Pero la guitarra perdura. Así perdura el amor. Las personas inspiran y espiran. Los pulmones vienen y van. Hay muchos pulmones, ¿verdad? Pero el aliento perdura. La respiración consciente ha perdurado. La marcha consciente ha perdurado. Los pies cambian, la gente que camina en consciencia, sus pies cambian, ¿verdad? Pero la marcha consciente ha perdurado. Así: "Viviendo en la belleza y realizando la comprensión perfecta, quienes practican el amor infinito trascenderán nacimiento y muerte." Viviendo en la belleza y realizando la comprensión perfecta. ¿Cómo podemos vivir en la belleza? Hay una canción de los indios de América, "Ahora camino en la belleza". Belleza ante mí, belleza sobre mí, la belleza me rodea por arriba y por debajo. Así que hay belleza en las diez direcciones. Podemos vivir en la belleza, como dije, viviendo en el momento presente. Y la comprensión perfecta. Para comprender, tenemos que poder detenernos un minuto para practicar la parada con cada paso. Eso es vipassana, ¿sí? Según la tradición del sur, nos paramos, regresamos a nosotros gracias a la respiración consciente, y luego miramos con hondura. Esa es la comprensión que llegará cuando tengamos plena conciencia, concentración, que llevarán a la visión profunda. Practiquemos ahora el primer vipassana, detenernos. Pararemos un minuto y respiraremos. Y escucharemos el sonido de la campana. La campana es siempre la voz que nos invita a regresar a nosotros. (Campana) Bien. Ahora estamos listos para la versión corta de este sutra. La hemos escrito en el tablero. Es la meditación de metta. Los monjes practicaron el sutra extenso, cada frase de ese sutra, y luego fue abreviado. Esta versión corta la escribió Buddhaghosa. Era un comentarista, un monje que vivió en Sri Lanka en el siglo V, hace más de 1.500 años. Era un erudito que escribió comentarios a las enseñanzas de Buda. Escribió un libro llamado Visuddhimagga, que significa "El camino de purificación". Es el manual de meditación budista más importante para la escuela budista teravada. Ese es el budismo practicado en los países del sudeste asiático que mencioné antes. Buddhaghosa ofreció esta enseñanza sobre los cuatro brahmaviharas, las cuatro mentes ilimitadas. Está en la segunda parte, en la sección dedicada a la concentración, porque ayuda a concentrarse. Thay ha basado esta meditación de metta que hemos escrito para ustedes, es la versión de Thay de la meditación ofrecida por Buddhaghosa sobre las cuatro mentes ilimitadas, que son: bondad amorosa, como dije, compasión, ecuanimidad... Perdón: bondad amorosa, compasión, alegría, alegría compasiva, y ecuanimidad. Usamos estas cuatro expresiones del amor cuando practicamos esta meditación. Quiero contar desde mi experiencia por qué les ofrezco esta meditación. Porque ha sido mi práctica matinal durante año y medio. Y lo cuento a menudo. Porque he visto que en mí había mucho que transformar. Semillas de ira, malevolencia o irritación, enojarme con facilidad, todo eso. Quizá ustedes experimenten lo mismo. No lo sé. Pero decidí creo que después de escuchar a amigos laicos y a algunos monásticos decir que cada mañana empiezan por leer este sutra. Así que empecé a hacerlo. Me despertaba más temprano, leía este sutra en voz baja, eso era estupendo, y luego salía de la cama. Así que lo practico antes de salir de la cama. Es mi primera acción. Mi primer pensamiento del día. Para mí, los primeros instantes de cada día son muy importantes. Antes de cepillarme los dientes. Porque suelo tener que esperar. Somos muchas compartiendo el baño, así que hay que esperar. Empiezo mi práctica antes. Me siento en la cama y empiezo por leer este sutra. Y luego me dije: ¿cómo puedo ayudar a mi mente? Porque leer el sutra era de gran ayuda. Entonces decidí probar con esta meditación guiada: Que yo esté feliz, que yo esté en paz. Muy bien. Me enviaba esta energía positiva antes de empezar la jornada. Era muy agradable. Me estaba dando un buen inicio antes de que mis formaciones mentales recibiesen riego. De que se manifestasen formaciones mentales no beneficiosas. Empezaba regando las buenas formaciones mentales, haciendo brotar pensamientos beneficiosos. Y observé que a veces en la sangha se daban situaciones en las que había poca armonía, o dos personas tenían dificultades en su relación. O alguna hermana no estaba contenta conmigo. Lo sabía por su forma de actuar, se apartaba en cuanto me veía, o salía corriendo. Sabía que no era el momento de un Empezar de nuevo. Porque las palabras no llegarían, no eran posibles. A veces el sufrimiento de una persona es tan grande, que todo lo que digas puede regar su sufrimiento. Tienes la intención de ayudar, hablas con amor y con palabras dulces. Y sin embargo, lo que el otro recibe depende de lo que percibe, ¿sí? La forma en que oiga lo que dices depende de su percepción. ¿Y qué determina nuestra percepción? Las experiencias pasadas. Tenemos experiencias pasadas del tono de voz que otros han usado, de las palabras que han usado. Todas esas experiencias pasadas están en nuestro depósito de conciencia. Duermen allí. Aunque nos acerquemos a alguien que nos evita y le hablemos con dulzura y ternura, puede que lo escuche de otra forma. Porque en el pasado la gente le habló a gritos y con ira. No puedo controlar la percepción del otro. Cuento con mi intención, mi motivación, pero cómo lo percibirá el otro, no lo sé. Pero observo. Y si veo que las palabras no son lo mejor en ese momento, lo que hago es esta meditación. Por la mañana decía, traía a la mente a esta persona, la visualizaba, lo que fuera. Puedes hacerlo con miembros de tu familia o compañeros de cuarto, con políticos. Con cualquiera. Piensas en esa persona, ves a esa persona. Y envías esta energía. Hay una parte de esta meditación que dice: Que tú estés feliz, que tú estés en paz. Pronuncias cada línea. Que estés a salvo y libre de accidentes. Que estés libre de tu ira, de tu miedo, de tu ansiedad. Puedes detallar lo que desees que esa persona pueda transformar. Que aprendas a mirarte con los ojos de la comprensión y el amor. A menudo no sabemos mirarnos con comprensión y amor. Le enviamos este deseo: Que puedas empezar a mirarte con comprensión y compasión. Que puedas mirar aquello que te hace sufrir, que empieces a verlo. Porque a veces no podemos. Es demasiado aterrador. Podemos decir: Cuando llegue el momento oportuno, que puedas empezar a mirar la fuente que tu malestar. Luego enviamos un deseo: Que aprendas a reconocer tus fuentes de felicidad y alegría. Que puedas aprender a nutrir y entrar en contacto con tus fuentes de felicidad y alegría. Cuando puedes hacerlo, puedes empezar a vivir con frescura, solidez y libertad. Te sientes fresca, más fresca, cuando despiertas. Eres más sólida en relación con la práctica, sabes que la práctica te está ayudando. Y te liberas más de esos momentos de sufrimiento. Así que empecé a hacerlo en una situación concreta, y seguí aunque el momento era difícil. No me desvié de mi camino para tener contacto, la respeté. Le ofrecí distancia y espacio. Y, ¿saben? Después de 21 días, un día se acercó a mí y me dijo: "Buenos días". Así que se ha demostrado su eficacia. Se dio una situación que fue realmente... Que me confirmó que la práctica ayuda. Y he visto que ayuda de forma general. Así que si no saben qué hacer, y en realidad no se puede hacer nada por ahora en esa situación concreta, hay algo que pueden hacer. Existe la práctica de la meditación de metta. Se ofrece como una posibilidad. No es una obligación. Pueden ir paso a paso o leer tan solo una frase del sutra. Pueden elegir una frase. O no lean el sutra, no tienen que hacerlo. Si quieren elegir una sola frase de la meditación, es una posibilidad. Recuerden que no tenemos que hacerlo todo de una vez. Como los cinco entrenamientos. No tenemos que practicar todos de una vez. Podemos elegir el que más nos llama. Recordemos que este sutra y esta meditación de metta sobre amor universal, enviar nuestro amor a todas partes, hizo posible que los monjes regresaran al bosque y siguieran practicando tres meses más. Calmó la energía negativa. Podemos ofrecer esta meditación de metta en muchas circunstancias. En cualquier relación difícil. Uno mismo puede no estar en una relación difícil. Puede tratarse de nuestros padres, hermanos, de cualquiera. Es posible. De personas enfermas. Es posible aplicar esta práctica. También mencioné la práctica de metta de los cuatro mantras del amor que Thay creó. Quizá los conozcan. Decimos: Estoy aquí para ti. Lo dices a otra persona. Es tu manera de hacerla feliz. Este es el primero, la bondad amorosa. Se lo dices a alguien que te quiere. No se lo dices a alguien que no te quiera. No le hará feliz. A alguien que amas. Es el mantra del amor, cuatro mantras de amor. Bien. El segundo: Sé que estás ahí y soy muy feliz. ¿Sí? Esta es la alegría, y la bondad amorosa. Sé que estás ahí y estoy alegre, estoy feliz. Tu presencia me hace feliz y alegre. Tercer mantra: Sé que estás sufriendo. Por eso, estoy aquí para ti. Ahora practicamos la compasión de las cuatro mentes ilimitadas de amor, la compasión. Veo que sufres. La compasión es querer aliviar el sufrimiento de los demás. Quieres hacerlo y puedes hacerlo. La bondad amorosa es querer hacer felices a los demás. Quieres dar felicidad y puedes hacerlo. El tercer mantra de amor es: Sé que estás sufriendo, por eso estoy aquí para ti. Hay compasión en ti, quieres aliviar su sufrimiento, y ofreces bastante felicidad como para poder aliviar su sufrimiento. Puedo estar aquí para ti. Hay en mí felicidad y compasión suficientes. Quiero aliviar tu sufrimiento, por eso vengo a estar contigo, o te llamo, o lo que sea. El cuarto mantra de amor es: Estoy sufriendo, ayúdame. Por favor ayúdame. Es cuando sufrimos y necesitamos la ayuda de la compasión de los demás. Pero la pedimos a las personas que nos aman, ¿sí? Bien. Acudimos a los demás, a la sangha, a los amigos, a los seres amados. Se lo hacemos saber: estoy en una situación difícil. Pueden ayudarme haciendo esto. Apelamos no solo a su compasión, también a su bondad amorosa. A su alegría por poder ayudarnos. Así que la bondad amorosa, la compasión, la alegría y la ecuanimidad, es la práctica de la no discriminación. No tomar partido, incluir a todos. Este es el cuarto aspecto del amor ilimitado, un corazón amplio y grande que incluye a todos, no discriminación. No tomamos partido, tenemos una actitud equilibrada. Tenemos ecuanimidad, que es equilibrio. Conocemos la práctica de Comenzar de nuevo, eso también es practicar. La bondad amorosa, dar felicidad con nuestras palabras, con la escucha. Ser capaz de decir: "Lo siento". Practicamos la compasión disculpándonos por nuestros errores, para aliviar su sufrimiento ante nuestro error. Tenemos compasión suficiente como para disculparnos. Y hablamos de nuestras dificultades, para darles una posibilidad de comprender y de abrir su corazón de ecuanimidad. Comprenderán y podrán aceptar mejor nuestra dificultad. Hablar de nuestro sufrimiento, nuestras heridas, por eso apelamos a su compasión. A su comprensión y ecuanimidad. Bondad amorosa, compasión, alegría y ecuanimidad son semillas que tenemos todos. Están en el depósito de conciencia. Solo queremos poder regarlas cada día, si lo desean, para que se manifiesten y se hagan cada vez más fuertes. Sabemos que cuando una semilla se manifiesta porque ha sido regada, cuando se manifiesta se hace más fuerte, más desarrollada. Así que en vez de dejar que nuestra ira, resentimiento, espíritu crítico, miedo, todo eso surja a menudo y se haga fuerte y grande, queremos que esas semillas de sufrimiento retrocedan e invitar a otras a brotar. Sabemos ahora que la meditación de metta, que el Discurso sobre el amor es una forma de hacer riego selectivo de las semillas más beneficiosas y saludables en nuestro depósito de conciencia, para que se manifiesten en la conciencia mental y se hagan fuertes y sólidas. Y el resultado será más felicidad. Tendremos más paz. Podremos trascender el miedo al nacimiento y a la muerte. Y esto hará que tengamos gran confianza y fe en esta meditación de metta, que veamos que todo es manifestación. Nuestro amor, nuestra paz y alegría. Todo se manifiesta y luego deja de manifestarse. El amor, el amor infinito y sus cuatro aspectos serán nuestra experiencia de vida. Comprenderemos que nacimiento y muerte son meras ideas. Son tan solo conceptos. Leí que Thay dijo que nacimiento y muerte existen solo porque creemos que existen. Es algo muy profundo. Solo porque pensamos que existen. Lo que hay en lugar de nacimiento y muerte es manifestación y cese de manifestación porque ya no se dan las causas para manifestarse. Pero quiero honrar todas las traducciones, las otras 19 traducciones que se han hecho de este sutra. Dicen así: Quienes practiquen el amor infinito no nacerán más en un útero. Esa es la forma en que la traducción tradicional del pali expresa que no volverás a nacer. ¿De acuerdo? No estarás sujeto a volver a manifestarte en el mundo. Pero en la traducción de Thay y la hermana Chan Duc, en vez de decir: "No volverás a nacer en un útero", dicen: Si practicas el amor infinito, trascenderás nacimiento y muerte. Es muy hermoso. Queridos amigos, gracias por su paciencia, que es un signo de amor. He de decir que deben de quererme, porque ha sido largo. Gracias por su paciencia y su escucha. He dado a los responsables de cada aldea copias del sutra en francés y en inglés, y también la meditación guiada que hemos escrito en el tablero. Quizá los responsables puedan facilitar más copias a los amigos que se queden otras cinco semanas. Si no van a quedarse cinco semanas, quizá puedan hacer una fotografía, todos tienen aparatos hoy en día, o pueden anotarla. Ahora escucharemos tres sonidos de la campana, y quizá haya algún anuncio. Gracias, queridos amigos. Estar con ustedes me ha procurado alegría y felicidad. (Campana) (Campana) (Campana) (Campana)