(Campana)
(Campana)
(Campana)
(Campana)
Querido y respetado Thay,
querida sangha, queridos amigos,
Me hace feliz estar juntos de nuevo
este 8 de noviembre
del año 2018.
Tenemos un día de plena conciencia,
un día de plena conciencia
para estar juntos
con practicantes laicos de muchos países.
Estamos agradecidos a Thay
por haber hecho siempre posible
que los practicantes laicos se unan
en Plum Village al retiro
de las lluvias de tres meses,
que en algunos países no se abre
para que los practicantes laicos
practiquen con los monásticos.
Desde el nacimiento de Plum Village,
esta ha sido nuestra forma de practicar
como sangha de cuatro brazos.
Esto incluye
los monjes y las monjas,
hombres y mujeres,
y los practicantes laicos,
hombres y mujeres.
Eso significa sangha de cuatro brazos.
En el retiro de las lluvias,
hemos ofrecido
los domingos nuestra comprensión
y práctica de los 14 entrenamientos,
y los jueves se han dado
enseñanzas diversas.
Hasta ahora, se ha hablado
de las prácticas básicas de Plum Village,
algunas puertas del Dharma,
creo, como Empezar de nuevo, Alumbrar
la luz, meditaciones guiadas,
la reconciliación en las familias
y en las relaciones.
En las semanas próximas, hablaremos
sobre nuestra comprensión y práctica
de algunos de los sutras.
Esta mañana hablaremos
del Discurso sobre el amor.
Recordarán que la charla del domingo
pasado acabó con unos versos de Thay
que decían:
Aceptémonos unos a otros.
Compartamos la visión para hacer posible
el nacimiento del Gran Amor.
Quizá nos preguntemos;
¿qué es este Gran Amor?
Buda dio enseñanzas maravillosas
sobre el Gran Amor.
Y Thay también dio hondas enseñanzas
sobre lo que él llama Amor Verdadero.
Sabemos que este Gran Amor, este Amor
Verdadero se expresa de cuatro formas.
Las llamamos la bondad amorosa,
que también se llama maitri o metta,
la compasión,
también llamada karuna
en pali o sánscrito.
La alegría, mudita,
y la ecuanimidad, upeksha.
Buda explicó estas cuatro formas
de expresión del amor
en el Discurso sobre el amor.
Este discurso aparece en todos
nuestros libros de recitación,
Cantos del corazón, y en todas
las traducciones del libro de recitación.
Figura en la sesión del lunes,
lunes por la mañana.
Este texto o sutra es muy importante,
muy amado y practicado
en la tradición budista teravada.
Son los países donde se practica
el "budismo de origen" como Thay lo llama,
o budismo original.
Se da en Tailandia, Vietnam,
Laos, Camboya,
Sri Lanka, India y Myanmar.
Sobre todo países del sudeste asiático.
Este texto está en pali, y parte
de la práctica diaria
consiste en recitar
este discurso, este sutra.
He descubierto que existen
20 traducciones al inglés.
Se pueden ver 19 en Internet,
y la 20 es la que hicieron Thay
y la hermana Chan Duc,
la hermana Virtud Verdadera, hermana
Annabel. Para mí, es la más bella.
Si les interesa el estudio,
pueden consultar las otras traducciones,
que creo que son muy precisas.
No conozco el pali.
Pero leyendo la traducción
de la que disponemos a diario,
veo que es muy, muy hermosa,
esta traducción.
Así que por qué no escuchamos
el Discurso sobre el amor.
Lo leeré:
Creo que muchos de ustedes
ya lo han oído,
pero es agradable volver a oírlo.
Porque he descubierto que riega
mis semillas de felicidad y bondad.
Es un texto maravilloso para nutrir
nuestras cualidades beneficiosas.
Discurso sobre el amor. Y es la traducción
de Thay y la hermana Annabel.
"Aquel o aquella
que quiera alcanzar la paz
debería practicar ser honesto, humilde
y capaz de emplear el habla amorosa.
Él o ella sabrá vivir feliz y de forma
simple, con los sentidos en calma,
con pocos deseos y sin dejarse llevar
por las emociones de la mayoría.
Él o ella no hará nada que pueda ser
desaprobado por los sabios.
Y he aquí lo que contempla:
Que todos vivan felices y a salvo, y que
todos los corazones se llenen de alegría.
Que todos los seres
vivan en paz y seguridad,
sean débiles o fuertes, grandes
o pequeños, visibles o invisibles,
próximos o lejanos,
ya nacidos o por nacer.
Que todos moren
en la perfecta tranquilidad.
Que nadie haga mal a otro.
Que nadie ponga en peligro
la vida de otro.
Que nadie, por ira o malevolencia,
desee mal a otro.
Como una madre ama y protege
a su único hijo arriesgando la vida,
cultivemos el amor infinito para ofrecerlo
a todos los seres en todo el cosmos.
Que nuestro amor infinito penetre en todo
el universo, arriba, abajo y en derredor.
Nuestro amor
no encontrará ningún obstáculo.
Nuestro corazón
estará libre de odio y aversión.
En pie o caminando, sentados o tumbados,
desde que nos despertamos,
cultivaremos este amor
dentro del corazón.
Esta es la forma más noble de vivir.
Libres de toda visión errónea,
ansia y deseo sensual,
viviendo en la belleza y
realizando la comprensión perfecta,
quienes practican el amor infinito
trascenderán nacimiento y muerte."
He descubierto
que este sutra crecía en mí.
Cuando lo oí por vez primera, pensé:
"Muy bonito, muy bello, pero
¿cómo puedo practicarlo?".
Tener todas esas cualidades
me parecía un auténtico reto,
y ser capaz de practicar el amor infinito.
Lo que hice fue leerlo, leerlo a menudo.
Y tan solo esperé.
No pensaba que
yo fuera capaz de practicarlo.
Me bastaba con leerlo.
Aún lo hago a diario, leo este sutra.
Es muy interesante descubrir
que este sutra tiene una historia.
Tiene un origen,
la historia de su génesis.
Pero antes de contar la historia
de cómo Buda ofreció este sutra,
quiero decir algo sobre el significado
de las historias de génesis.
Cuando
estudiamos o escuchamos
algunas enseñanzas budistas.
¿Saben que los laicos
del tiempo de Buda
son el origen de muchos
de los entrenamientos?
O de los preceptos,
como se llamaban entonces.
Tanto de los laicos
como de los monásticos.
¿Y cómo ocurrió?
Por ejemplo, los cinco entrenamientos
los creó Buda
en respuesta a la petición de los padres
de un monje que acababa de ordenarse.
Sus padres fueron
a ver a Buda y le dijeron:
"Honrado por el Mundo,
¿puedes darnos alguna directriz
a los laicos que vivimos en el mundo,
para vivir con más felicidad y paz?".
Así que Buda reflexionó y aceptó,
dijo: "Sí, crearé algunas directrices".
Esas directrices, entonces,
empezaban con la expresión:
"No mataré. Me abstendré de robar".
Etcétera.
Buda usó las palabras adecuadas
para aquel tiempo y cultura
de la India antigua.
Creo que si usáramos esas expresiones
en la actualidad,
los entrenamientos no serían aceptados
tan fácilmente.
Así que Thay, que conoce y comprende bien
nuestra sociedad y cultura,
los reformuló y los llamó
entrenamientos de la plena conciencia,
que es de lo que tratan.
Cultivamos la conciencia plena
y entrenamos la mente para que
piense y actúe de forma beneficiosa.
Thay los llamó entrenamientos,
y en vez de empezar cada uno
con la expresión
"No cometeré" o "Me abstendré de",
ya que nuestra cultura
es más de hacer que de abstenerse,
Thay eligió usar las palabras: "Consciente
del sufrimiento causado" al matar,
al robar.
Si sabemos que esos actos
generarán sufrimiento,
que nuestras palabras o pensamientos
generarán sufrimiento,
pensaremos: "¡Por supuesto!
Aprenderé más y practicaré".
Practicar los entrenamientos.
Luego, Thay nos da formas de comprender
cómo practicar ese entrenamiento.
Me comprometo a hacer esto.
Estoy determinada
a hacer aquello para no causarme
sufrimiento ni a mí ni a nadie.
Buda también creó los preceptos
para monjes y monjas
después de que se produjera algún error
o tras algún incidente.
Buda no creó los preceptos
o los entrenamientos
a priori, con anterioridad.
Buda quería que los monásticos
llevaran una vida
que hiciera que los laicos pudiesen
hacerles preguntas con facilidad,
que pudieran aprender
de los monásticos y respetarlos.
Todos los preceptos monásticos
nacen de algún incidente concreto.
¿Y cómo se enteraba Buda
de esos incidentes?
¿De ese comportamiento de los monásticos?
Por los laicos.
Los laicos, cuando veían u oían
cómo actuaban y hablaban
monjes y monjas,
si no les agradaba,
si no les hacía felices,
iban a ver a Buda y se lo contaban:
"He visto esto, ha pasado aquello".
Y luego Buda tomaba una decisión
para evitar que los monásticos
repitiesen el mismo error.
Y así creó los preceptos monásticos.
Hemos de comprender que al principio
la sangha monástica se estaba creando.
Era nuevecita.
Pero no sabían mucho
de cómo ser un monástico,
así que poco a poco
aprendieron, Buda aprendió,
los monásticos aprendieron
cuál era el estilo de vida más apropiado.
Y Buda creó los modales conscientes,
un código de comportamiento correcto.
Estamos muy agradecidos a la sangha laica.
En aquel tiempo, ayudaron a Buda
y a otros monásticos
a saber qué consideraban
un comportamiento adecuado.
Disfrutemos un instante
de regresar a nosotros mismos.
Escucharemos la campana
y respiraremos en plena conciencia.
(Campana)
He hablado algo de orígenes,
de historias sobre la génesis.
Los preceptos monásticos
tienen una génesis.
Descubrimos qué pasó,
algo que dio origen quizá
a una incomprensión,
algo que creó
descontento,
y así se creó una directriz.
La historia de su génesis.
He usado el ejemplo de los entrenamientos
para la sangha de laicos,
los modales conscientes para monásticos
y los preceptos monásticos.
Y también les he transmitido,
con mucho aprecio y gratitud,
qué importantes son ustedes
para nuestra práctica.
En tiempos de Buda,
ustedes fueron decisivos
para ayudar a formular el código
de comportamiento monástico correcto.
Quiero añadir que otros monásticos
también acudieron a Buda
para hablarle de lo que veían hacer
a otros monásticos.
No solo acudían a él los laicos,
también los monásticos informaban a Buda.
Creo que Buda estaba muy ocupado, ¿verdad?
No solo enseñando, también
recibiendo toda esta información
sobre los hechos, las palabras,
el pensamiento, etc., de la gente.
Buda escuchaba con hondura, seguro,
y luego reflexionaba.
Así que desde los tiempos de Buda,
él estableció la sangha de cuatro brazos
de monásticos y laicos practicando juntos
y apoyándose unos a otros para practicar.
Ahora me gustaría hablarles
de la génesis
de este sutra.
Se dice que una vez,
unos 500 bhikkhus, monjes
con ordenación plena,
después de recibir instrucciones
para meditar
como la conciencia de la respiración,
que es lo que Thay ha elegido como
nuestra práctica básica de meditación,
el Sutra anapanasati,
lo practicaban a diario,
conciencia de la inspiración y la
espiración, del cuerpo, relajarlo.
Buda les propuso algunos temas
para su meditación.
Luego, se fueron
a un bosque en los Himalayas
para practicarlo.
Entonces no tenía un centro de práctica
como los de ahora.
Iban al pie de un árbol
o al interior de un bosque,
a un lugar tranquilo y apartado
para practicar.
Sobre todo meditación sentada
y caminando despacio.
Pero sabemos que también comían
en plena conciencia.
Pero había algunos devas.
Un deva sería como un ángel
de la tradición cristiana.
Los devas vivían en el bosque,
en la naturaleza, donde hubiera árboles
y matorrales, mucha flora y fauna.
Pero en ese bosque vivían ya unos devas.
Los devas son como
seres que no tienen forma corporal,
pero ya han desarrollado
un nivel de conciencia.
Había ya devas viviendo allí.
Al principio, los devas toleraron
la presencia de los monjes.
Pero vieron
que los bhikkhus pensaban
quedarse y meditar.
Y no tenían intención de irse.
Los devas lo vieron y se enfadaron
con los bhikkhus
por quitarles el sitio,
por venir a ocupar su territorio.
¿Y qué hicieron?
Los devas hicieron sonidos horribles,
suspiros aterradores
que agitaron los seis órganos sensoriales
de los monjes.
Y lo hicieron de noche
para asustarlos y que se fuesen.
Los bhikkhus estaban tan alterados
que enfermaron
y no podían progresar en la meditación.
Decidieron dejar el bosque
y volver con Buda.
Le contaron sus experiencias
de lo que pasó.
Buda recibió esta información
y en su meditación
sondeó el área para encontrar otro bosque
donde los monjes
pudieran practicar en silencio.
Pero no encontró por allá
ningún otro bosque adecuado.
Así que les dijo que volvieran al bosque.
Sin embargo, antes de regresar
Buda dio a sus monjes
esta meditación de metta.
El Sutra de metta
para que lo recitasen a diario
y como meditación
para apaciguar a los devas,
para calmarlos,
y como protección de los monjes.
Los monjes regresaron al bosque
donde vivían los devas,
supongo que estaban algo inquietos,
preguntándose si las enseñanzas de Buda
bastarían para calmar a los devas.
Porque los devas los habían
intranquilizado mucho.
Así que los monjes regresaron
y recitaron a diario el Sutra de metta
y la meditación de metta
a lo largo del día.
Y creo que de la noche.
Dormían en breves ratos.
El resultado fue transformador.
Al recibir esta energía de metta
de los monjes,
esta energía de bondad amorosa
y compasión de los monjes,
los devas ganaron confianza
y fe en los monjes.
Los acogieron.
Y así fueron benevolentes hacia los monjes
e incluso los cuidaron,
asegurándose de que tuvieran bastante
comida y sus necesidades cubiertas.
Los monjes también desarrollaron en sí
estas cualidades,
y ofrecieron a los devas
su amistad y su benevolencia,
su amabilidad y una presencia pacífica.
Esto ayudó a calmarlos y a regar
sus mejores semillas,
pero también
las de las mentes
y corazones de los devas.
Así que esta práctica benefició a todos.
Y se dice,
que tras estos tres meses
de retiro de las lluvias
que los bhikkhus pasaron en esta
meditación en el bosque con los devas,
se dice que los 500 bhikkhus
se convirtieron en arhats.
Y en la tradición del budismo teravada,
un arhat es alguien que ha purificado
todas sus aflicciones,
como el ansia, el odio y la ignorancia.
Se ha desarrollado al máximo.
Quien llega a ser arhat
no padece más aflicciones.
Creo que está justo antes
de llegar a ser un buda.
Ser un arhat es bastante bueno.
Son los buenos frutos de su práctica
de esta meditación de metta.
Como practicantes en la vida diaria,
allá donde vivamos,
en el bosque,
donde hay árboles.
Por cierto, saben que existen
Greenpeace y otras organizaciones
que protegen los árboles,
impiden que se talen bosques ancestrales,
algo que ocurre en muchos países.
Talan bosques centenarios,
¿y qué hacen después?
A veces, siembran pasto para traer ganado.
Para criar... Hacen tierra de pasto.
Pero los bosques centenarios nos proveen
de oxígeno fresco y hermoso.
Las hojas de los árboles nos dan oxígeno
y absorben el dióxido de carbono
en la fotosíntesis.
Los bosques antiguos son un tesoro.
Lo mismo si vivimos en un viejo bosque
que en una ciudad,
podemos realizar prácticas
relacionadas con este sutra de metta.
He pensado sobre la forma
de hablarles hoy de este sutra.
Y lo único que se me ha ocurrido
es hacer lo que hacía Thay.
Durante los retiros de invierno,
el retiro de las lluvias de tres meses,
Thay solía escoger un sutra.
Y luego tomaba secciones cortas del sutra
y comentaba cada sección.
Espero que les parezca bien
que haga lo que Thay hacía.
Vamos escuchar comentarios de este sutra,
y luego aprenderemos esta meditación
basada en el sutra,
la meditación de metta.
Vamos a tomar un instante para estirarnos
o cambiar de postura,
si quieren, o sentarse en una silla,
si les resulta más cómodo.
Oiremos un sonido de campana
para reconectarnos
con nosotros y con los demás.
Porque cuando respiramos juntos,
a la vez, creamos una energía
colectiva de plena conciencia,
una energía colectiva
de concentración compartida.
Es una experiencia del interser.
(Campana)
Nuestro comentario sobre el sutra
suele ser diferente a veces.
Agradezco
su deseo de escuchar,
lo que resulte estará bien.
Empieza: "Aquel o aquella
que quiera alcanzar la paz
debería practicar ser honesto, humilde y
capaz de emplear el habla amorosa".
Así que el inicio del sutra
nos da la oportunidad
de reflexionar sobre cómo podemos
vivir con sencillez y felices.
Cómo hablar con amor.
Sabemos que los entrenamientos
nos ayudan a usar el habla amorosa.
También tenemos la práctica
de Empezar de nuevo,
donde aprendemos a hablar con amor
y a comunicar nuestro
aprecio por los demás,
cuánta gratitud tenemos
por las personas que nos rodean.
Ser honesto, ¿qué quiere decir?
Significa que tenemos valores éticos.
Que vivimos según esos valores.
Que una persona sea honesta,
sugiere que es de confianza,
que tiene valores éticos.
Podemos tomar refugio en ella
a causa de su honestidad.
Su capacidad para comprender.
Y no hacer nada que pueda
ser decepcionante.
No buscamos la perfección, ¿bien?
Alguien honesto es alguien que practica,
para decirlo sencillamente.
Alguien que ama la práctica
y lo hace de corazón.
Pero no hablamos de perfecta honestidad.
No existe la honestidad perfecta.
Solo honestidad humana, ¿sí?
Es suficiente.
Una forma de vivir sencilla,
sin desear lo que otros tienen.
Tenemos lo suficiente. Hay una
palabra en sánscrito, 'samtusta'.
Nos basta lo que tenemos.
Dice: Sabrá vivir feliz y de forma simple,
con los sentidos en calma,
con pocos deseos y sin dejarse llevar
por las emociones de la mayoría.
Si en nuestro entorno hay
una mayoría de personas
y vemos que ahora necesitamos
estar en paz y en calma,
y quizá en ese entorno
la mayoría de las personas
están algo agitadas,
sin calma ni paz,
podemos elegir
no ser arrastrados
por las emociones presentes.
Pero no juzgaremos las emociones
de la mayoría.
Solo observamos.
Es mera atención,
observamos lo que nos rodea,
qué emociones se expresan.
Observamos. No juzgamos.
Y si no queremos ser arrastrados
por cualquier emoción de esa mayoría,
si no deseamos experimentarla,
regresamos a nosotros mismos
y practicamos la respiración
y el caminar conscientes.
A veces, vemos que tenemos que alejarnos.
Y está bien,
para no ser arrastrados
por algunos ambientes,
podemos optar por buscar
otro entorno durante un tiempo.
Nos alejamos y disfrutamos
de caminar en plena conciencia,
de respirar. Ya hemos aprendido
cómo proteger los órganos sensoriales.
En el sutra se dice:
con los sentidos en calma.
Significa que todo lo que veamos, oigamos,
degustemos o toquemos,
si su efecto es que nos crea
agitación o nos irrita,
ya no estamos en paz,
y buscamos formas de proteger
los ojos, los oídos,
para que no reciban sin cesar
esos estímulos.
Aprendemos a hacerlo poco a poco.
Aprendemos sobre nuestro entorno,
sobre cómo me siento,
y para hacerlo, nos hacemos
conscientes del cuerpo.
Si en nosotros surgen emociones,
como la preocupación, la ansiedad,
la ira o el miedo.
Podemos mantener la estabilidad.
Podemos mantener la paz.
Esta es, en cierto modo,
la práctica de conservar la calma
de los seis sentidos.
Mantenemos nuestra estabilidad,
mantenemos nuestra paz.
En una situación en que estoy en minoría,
si estoy en un entorno en que
los otros son la mayoría,
acepto estar en minoría, ¿sí?
En el día a día, puedes
estar en minoría en el trabajo.
O en la escuela.
Los colegas te invitan el viernes para...
Lo llaman la hora de la felicidad
o algo así.
Quiere decir ir al bar, sí.
(Risas)
Tú practicas, practicas
los cinco entrenamientos.
¡Vaya! ¿Qué vas a hacer?
Dices: Bien, estoy en minoría.
¿Qué voy a hacer?
Si sabes... Si tu práctica
es lo bastante sólida,
y no vas a dejarte llevar
por pasar un rato en el bar,
o en el café, o donde sea,
si confías en tu práctica,
puedes ir. Está bien.
Pero el reto es:
¿qué vas a pedir para beber?
(Risas)
Este es el reto, ¿verdad?
Les dejo elegir.
(Risas)
Encontrar cómo estar en minoría
cuando los amigos o colegas son mayoría,
o los miembros de la familia,
cuando celebras Navidad
o Año Nuevo con ellos.
Quizá sea algo de lo que hablar
en los grupos de compartir el Dharma.
¿Cómo estar en minoría y aún así
tomar refugio en la práctica?
Está bien estar en minoría.
No se sientan mal,
ni crean que si están en minoría
no pueden practicar. Pueden.
Solo tienes que experimentar
tu práctica
de la respiración y el caminar conscientes
que te da la seguridad
de que la práctica está ahí, en uno.
No tenemos por qué hablar,
por ejemplo al comer.
Imagina que te invitan a unirte
a la mayoría para comer o cenar.
Y te dices: ¿cómo puedo practicar
la comida consciente? Estoy en minoría.
Puedes. Puedes masticar con atención,
despacio, saborear y sonreír.
Puedes estar en silencio un tiempo.
Sabemos que nuestra práctica
es flexible.
Puedes decir algo.
Pero he aprendido que cuando practico
comer en conciencia en un grupo
que no practique, he aprendido
a no hacer preguntas.
Es decir, estoy hablando,
y entonces quizá alguien quiera
que aclare una cuestión.
Ahí estoy atrapada. Hablaré más
en una comida consciente con otros,
con personas que
quizá no practican muy bien.
Sabemos que podemos vivir
con sencillez y felices
en el estilo de vida de un practicante.
Y puedes seguir tu tradición religiosa
si no eres budista.
No tienes que ser budista.
Thay anima a todos a conservar
su tradición de origen,
sea la que sea, puedes guardarla.
Tan solo añade las prácticas
de plena conciencia. Eso es.
Así que, con pocos deseos.
Quiere decir no desear lo que veas
que tienen los demás.
Tal vez alguien tenga un par
de zapatos nuevos, o muy bonitos,
pero sabes que cuestan 150 euros,
así que abandonamos ese deseo.
O un auto nuevo, cualquier cosa nueva.
O antigua.
Así que no deseamos, no tenemos envidia.
Envidia de tener lo que otros tienen.
Luego, no dejarse llevar
por las emociones de la mayoría.
Nos refugiamos en la práctica.
Bien. Sigue así:
Que todos vivan felices y a salvo, y que
todos los corazones se llenen de alegría.
Queremos que todos sientan alegría.
Saben, pueden decir estas palabras
aunque no sientan alegría alguna.
Porque mientras repetimos estas palabras,
estamos abriendo en el cerebro
una vía neural.
Y hacemos que la alegría
fluya por esa vía neural.
Dejamos que la bondad amorosa
fluya por esa vía neural.
Dejamos que la compasión,
la alegría y la ecuanimidad
fluyan por esa nueva vía neural
que creamos al decir esas palabras.
Cuando las repetimos.
Así, la mente y el corazón entran
en un bello estado de atención
al repetir estas palabras
deseando compartir esta energía,
este deseo, esta volición con todos.
Que todos vivan felices y a salvo.
¿Cómo podemos contribuir a la felicidad
y seguridad de todos?
Una de mis prácticas
para proteger la seguridad
de los pequeños seres.
No tiene por qué ser una acción enorme
que proteja a todo el planeta.
Claro, cuando lo hacemos,
protegemos a la Madre Tierra.
Si veo un caracol, algo pequeño,
o una babosa,
sabemos qué son las babosas, los limacos,
a veces los veo cruzar la carretera.
Y son muy lentos.
(Risas)
Entonces,
¿qué hago? Esto es lo que trato de hacer.
Busco una hoja, porque a mí...
Saben, están fríos y viscosos,
así que busco una hoja o una ramita.
Un gusano. Vemos gusanos
intentando cruzar.
Los tomo con la mano, no importa,
los tomo y los llevo al otro lado.
A la otra orilla.
(Risas)
La orilla del no sufrimiento.
La orilla donde la hierba es más verde.
Intentan cruzar al otro lado,
donde hay hierba.
Y cuando los veo, caminan muy despacio
sobre el pavimento.
Así que tomo los caracoles,
las babosas o los gusanos.
Y los llevo al otro lado.
Esto es ayudar a la seguridad de un ser.
A su felicidad.
Sabemos que si vivimos en el momento
presente, tenemos muchas ocasiones
de ver lo que está realmente ahí.
Dejamos el pasado, donde tal vez
no hubo mucha felicidad,
y volvemos a lo que está ante nosotros,
eso tan bello. Hay hojas de otoño.
Esta mañana había una hermosa niebla,
cuando llegamos.
Había niebla, y todo aparecía suave.
Había grandeza y suavidad,
la niebla era muy bella.
Poder estar ahí produce mucha felicidad.
Estar ahí en el momento presente.
Para ello, dejamos ir los pensamientos.
He descubierto que es muy útil
no pensar. En su lugar,
inspiro y espiro.
Cuando veo aparecer un pensamiento,
pienso: vaya, hay un pensamiento.
Hola, pensamiento. Hola, preocupación
sobre el futuro.
Hola, remordimiento sobre el pasado.
Son cosas que surgen naturalmente.
El depósito de conciencia envía sin cesar
estos mensajeros a la mente.
Estos pequeños mensajeros desde el pasado
si esa semilla recibe riego.
El depósito de conciencia,
el nivel más hondo, alaya,
siempre hace brotar una semilla
si la regamos.
Para protegernos,
para estar felices y a salvo,
podemos ser conscientes de qué semillas
se riegan en mi entorno
por lo que la gente dice,
lo que escucho, lo que oigo,
lo que veo. ¿Bien?
Para ser feliz, disfruto la práctica
de vivir en el momento presente.
Veo una bella orquídea.
La orquídea está ahí,
tan solo siendo orquídea.
No necesita hacer nada más,
solo ser, estar.
Y la orquídea está para todos.
La vida está disponible para todos.
Thay solía citar
al escritor francés André Gide,
quien dijo que Dios está disponible
24 horas al día.
La cuestión es:
¿estamos disponibles para Dios?
Y Thay respondería:
"La vida está a nuestra disposición.
La belleza, las maravillas.
La felicidad está disponible 24 horas al
día. ¿Y estamos disponibles para la vida?"
Thay solía empezar sus charlas diciendo:
"Inspirando, sé que estoy vivo.
Espirando, sonrío a la vida en mí
y alrededor de mí".
Nuestra práctica puede ser:
sonrío a la vida en mí y en torno a mí.
Vida bajo todas sus formas.
Todas las formas de vida.
Una de las prácticas que amo
para estar feliz,
para regar en mí semillas de felicidad
y estar en paz,
es que cada vez que vengo a Upper Hamlet,
si hay tiempo,
disfruto de pasear alrededor
del estanque de lotos que hay aquí.
Es hermoso en todas las estaciones.
Y,
me gusta mirar el agua, ver los peces.
Hay peces en él.
¿Los llaman peces dorados?
¿Carpas? Carpas.
Se mueven juntas, son una sangha.
No se ve una aislada, van juntas.
Hay una bonita historia
sobre los peces de ese estanque.
En un tiempo, después del desayuno,
la gente de aquí
solía darles algo de pan.
En una época, veías trozos de pan flotar
por todo el estanque. Pero ya no pasa.
Me gusta ver cómo crecen.
Crecen, y me preguntaba:
¿cómo crecen? ¿Qué comen?
¿Qué los alimenta?
Pero al parecer no necesitan mucha comida.
Así que queremos que el corazón
de todos los seres se llene de alegría.
Y enviamos esta energía.
Que vivas feliz y a salvo,
y que tu corazón se llene de alegría.
Sigue así: Que todos los seres
vivan en paz y seguridad.
Lo deseamos para todos.
Queremos que nuestros hijos conozcan
seguridad y paz en la sociedad.
Por supuesto en casa y en la escuela.
Lo queremos para las sanghas,
la familia, los amigos.
Descubrimos que con nuestra práctica
de estar en paz
y de saber transformar
las emociones fuertes
en paz y felicidad,
podemos contribuir a la seguridad
y la paz de todos los seres.
Queremos contribuir a la paz
y la felicidad de la Madre Tierra,
porque sabemos que ella está en nosotros,
en los cuatro elementos
que son nuestra comida,
eso es la Madre Tierra.
Y nosotros estamos en la Madre Tierra.
Vivimos en la Madre Tierra.
Existe una conexión real, profunda,
una conexión de interser
con la Madre Tierra.
Y queremos vivir a salvo y en paz
y ofrecer eso a la Madre Tierra.
Seres débiles o fuertes, grandes
o pequeños, visibles o invisibles,
próximos o lejanos,
ya nacidos o por nacer.
Que todos moren
en la perfecta tranquilidad.
No se deja nada fuera.
Lo abarca todo.
Toda forma de vida, en cualquier lugar.
Bien sea frágil, con salud, sin salud,
alto, bajo, grande, pequeño, minúsculo,
visible, que podamos verlo,
o que no podamos verlos,
como los ácaros en agosto,
si alguna vez han venido.
¿Conocen estos pequeños
bichos del campo? En otros países
viven en la hierba,
y cuando hace calor, nos adoran,
y pican.
Y nos rascamos.
Bien, que podamos verlos
o que no podamos,
como el virus de la gripe. ¿Ya ha llegado?
No podemos verlo, pero sí sus efectos.
Visible o no visible, cercano o lejano,
ya nacido o por nacer. Que estén
de camino a manifestarse.
Que todos moren
en la perfecta tranquilidad.
Significa tranquilidad para estar
libres del miedo,
la ansiedad, la angustia,
provocada por ser discriminados.
Es decir, hay discriminación en el mundo,
discriminación por el tamaño
o por otras cualidades,
como la raza, nacionalidad
religión o género.
La discriminación puede tomar formas
y expresiones diversas.
Nosotros somos bodhisattvas,
seres despiertos.
Deseamos bienestar para todos los seres.
Ningún mal.
Y enviamos esta energía de amor
y bienestar a todos,
próximos o lejanos, ya nacidos,
visibles o no, en todo el cosmos.
Quiero decir algo que...
Ahora hay bodhisattvas en todas partes.
Es muy alentador.
Sabemos que hay muchos refugiados
en todo el mundo.
El Alto Comisionado para los Refugiados
de las Naciones Unidas
ha publicado cifras según las cuales hay
68,5 millones de personas en el mundo
que son refugiadas.
25,4 millones han tenido que
asentarse en varios países.
Y más de la mitad
tiene menos de 18 años.
Vemos que ese Alto Comisionado
para los Refugiados tiene un equipo
de 11.517 personas,
y yo las llamo bodhisattvas.
Están allá, ayudando.
Hacen rescate en el mar,
en barcos que rescatan personas.
Sabemos que durante la guerra de Vietnam,
Thay y su co Chan Khong
fueron tal vez los primeros
en empezar rescates en el mar,
alquilaron barcos para ir al mar
y salvar refugiados.
Esta práctica de bodhisattva continúa.
Algunos de estos bodhisattvas, tenemos
el honor de encontrarlos en Plum Village.
Quizá ustedes sean esos bodhisattvas.
Están ahí, son bodhisattvas.
Solo que no lo sabemos.
Durante el retiro de verano,
tuvimos el honor de conocer a algunos.
Son seres humanos corrientes,
pero con un gran corazón.
Hubo una mujer,
que junto a su familia adoptaron
a una familia de refugiados
de un país en guerra,
devastado por la guerra.
Esa familia huyó
y esta mujer, su marido y familia
los adoptaron.
Y crean o no, este verano llegaron
dos perros a New Hamlet.
Parece que en verano es
cuando llegan los perros, los gatos.
Así que
abandonaron dos perros,
llegaron a New Hamlet
y, ¿saben? Ella volvió a su casa
con uno de estos perros,
y su hija, en un pequeño auto.
Eso es...
Eso es metta, eso es amor.
Supimos que hay una compañía de agua,
de agua mineral,
en la región de Auvernia, en Francia.
Colaboran con la UNESCO
desde hace más de 12 años
para llevar agua limpia, potable
a niños y familias de África.
A las zonas que sufren sequía de África.
Y dicen que por cada litro de su agua
que compremos,
ofrecen 10 litros
de agua potable en África.
Eso es metta.
Hacer posible que todos estén
felices y a salvo,
proteger sus vidas.
Como una madre ama y protege
a su único hijo arriesgando la vida,
cultivemos el amor infinito para ofrecerlo
a todos los seres en todo el cosmos.
Los neurocientíficos nos muestran
que hay una región en el cerebro
donde se localiza la compasión,
por así decir.
Y esta área del cerebro
que identifican con la compasión
está muy, muy cerca del núcleo
del amor maternal.
Es interesante.
Así como una madre protegerá a su hijo,
este es un amor
que quizá sea instintivo.
He visto imágenes de leonas
protegiendo a sus cachorros,
perras protegiendo a sus cachorritos,
etcétera.
Y según mi experiencia
escuchando consultas de
personas que querían contarme
cuestiones de su vida,
cómo practicar con ello,
he escuchado a muchas madres
y también a padres.
Y he aprendido que aman de verdad
a sus hijas e hijos.
Existe de verdad el amor.
Sin importar lo que sus hijos sean,
sin importar lo he hacen o hicieron,
o si sus hijos no les hablan
desde hace 5, 10 años o los que sean.
Puede haber sufrimiento, claro,
pero he escuchado
y aprendido que ahí hay amor,
que hay amor maternal y paternal.
La dificultad reside
en que el sufrimiento de los padres
es a veces demasiado grande.
La madre ha sufrido demasiado
durante demasiado tiempo,
o ha recibido sufrimiento de sus padres,
ha recibido un sufrimiento ancestral.
Y por eso no han aprendido
a expresar su amor.
Y las hijas y los hijos pueden pensar
que su madre no los ama, no las ama,
que su padre no los ama, no las ama.
Pero yo creo
que existe ahí amor de padres.
Y que en lo más hondo de nosotros
podemos aprender a perdonar si hace falta,
y a amar a nuestros padres
cuando los comprendemos y sabemos más.
Este amor, este amor infinito
se desarrolla ahora
hasta el punto en que Buda dice:
Que nuestro amor infinito
penetre en todo el universo,
en todas las direcciones, de arriba abajo
y en derredor.
En las diez direcciones.
Es decir, noroeste, sudoeste, ya saben,
noreste, sudeste, ya lo saben, bien.
Que en todas las direcciones
haya amor infinito.
Podemos albergar este pensamiento,
esta intención, esta volición
incluso si aún no ha crecido
en nosotros. ¿De acuerdo?
Por favor, créanme,
basta con decir las palabras.
Este amor quizá sea como
el que aparece en el Nuevo Testamento,
en la versión del rey Jacobo.
El amor que Jesús dio y predicó.
Cuando se tradujo el Nuevo Testamento
al griego,
el término usado fue 'agape', 'agape'.
Este término describía el amor espiritual.
Sabemos que hay muchas clases de amor.
Ustedes tienen muchas relaciones.
Pueden reflexionar sobre la naturaleza
del amor en sus relaciones.
Pero el amor infinito
es como el amor que vemos en la Biblia,
el 'agape',
y en el Antiguo Testamento
hay un término hebreo llamado
'chesed', no sé si lo pronuncio bien,
c-h-e-s-e-d.
¿[Jesed]?
Sí, [jesed], contamos con ayuda.
Bien. Significa amor, bondad
o gentileza, como metta.
Esta clase de amor,
este amor infinito se encuentra
en otras tradiciones espirituales,
tiene su equivalente en otras tradiciones.
Así que no hay obstáculos para el amor.
Aunque en la mente surjan la ira, el odio.
Sí, son solo formaciones mentales.
No estén...
No las rieguen.
No se apeguen a ellas,
a estas formaciones mentales llamadas
ira, odio, todo eso.
Son formaciones mentales, y aparecerán.
Están ahí, en lo más hondo
de nuestra conciencia, sí.
Aparecen cuando las condiciones
son favorables.
Y luego, dejamos que regresen
a lo más hondo.
Pero ahora queremos hacer
que aparezca metta, este amor infinito.
¿Y qué es este amor infinito?
Dice que no tiene obstáculos, en realidad.
Lo primero que queremos
es convencer a nuestra mente
de que el amor infinito existe.
Porque la conciencia mental nos dice
a veces: "No, no hay amor en el mundo.
Lee las noticias, mira todo eso.
No hay amor".
Queremos convencer a nuestra mente.
Sí, el amor existe.
De acuerdo. Y como he apuntado antes,
existe este amor infinito,
y lo que nos ayudará
es recitar el sutra.
Hay un poema de Thay llamado
'Solo de nuevo'.
Es un hermoso poema.
Hacia el final, hay estos versos:
"Sabiendo que el amor es inmortal,
aquellos que te aman
te estarán contemplando,
seguirán contemplándote a través
de 10.000 mundos de nacimiento y muerte".
Los bodhisattvas nunca abandonan a nadie.
Mantenemos este amor en el corazón
sin importar lo que esté ocurriendo.
Sin importar lo que veamos u oigamos.
Cultivamos este amor,
la inmortalidad del amor.
Saben, las personas que aman,
que practican el amor,
somos impermanentes.
Las personas vienen y van, ¿verdad?
Pero el amor perdura.
Sigue manifestándose.
Las personas que tocan la guitarra,
sus manos vienen y van.
Muchas manos tocan la guitarra.
Pero la guitarra perdura.
Así perdura el amor.
Las personas inspiran y espiran.
Los pulmones vienen y van.
Hay muchos pulmones, ¿verdad?
Pero el aliento perdura.
La respiración consciente ha perdurado.
La marcha consciente ha perdurado.
Los pies cambian,
la gente que camina en consciencia,
sus pies cambian, ¿verdad?
Pero la marcha consciente ha perdurado.
Así: "Viviendo en la belleza y
realizando la comprensión perfecta,
quienes practican el amor infinito
trascenderán nacimiento y muerte."
Viviendo en la belleza y
realizando la comprensión perfecta.
¿Cómo podemos vivir en la belleza?
Hay una canción de los indios de América,
"Ahora camino en la belleza".
Belleza ante mí,
belleza sobre mí,
la belleza me rodea
por arriba y por debajo.
Así que hay belleza
en las diez direcciones.
Podemos vivir en la belleza, como dije,
viviendo en el momento presente.
Y la comprensión perfecta.
Para comprender, tenemos que
poder detenernos un minuto
para practicar la parada con cada paso.
Eso es vipassana, ¿sí?
Según la tradición del sur, nos paramos,
regresamos a nosotros
gracias a la respiración consciente,
y luego miramos con hondura.
Esa es la comprensión que llegará
cuando tengamos plena conciencia,
concentración,
que llevarán a la visión profunda.
Practiquemos ahora el primer vipassana,
detenernos.
Pararemos un minuto y respiraremos.
Y escucharemos el sonido de la campana.
La campana es siempre la voz
que nos invita a regresar a nosotros.
(Campana)
Bien.
Ahora estamos listos para la versión corta
de este sutra.
La hemos escrito en el tablero.
Es la meditación de metta.
Los monjes practicaron el sutra extenso,
cada frase de ese sutra,
y luego fue abreviado.
Esta versión corta la escribió
Buddhaghosa. Era
un comentarista, un monje
que vivió en Sri Lanka en el siglo V,
hace más de 1.500 años.
Era un erudito que escribió comentarios
a las enseñanzas de Buda.
Escribió un libro llamado Visuddhimagga,
que significa "El camino de purificación".
Es el manual de meditación budista
más importante
para la escuela budista teravada.
Ese es el budismo practicado
en los países del sudeste asiático
que mencioné antes.
Buddhaghosa
ofreció esta enseñanza sobre
los cuatro brahmaviharas,
las cuatro mentes ilimitadas.
Está en la segunda parte,
en la sección dedicada a la concentración,
porque ayuda a concentrarse.
Thay ha basado esta meditación de metta
que hemos escrito para ustedes,
es la versión de Thay
de la meditación ofrecida por Buddhaghosa
sobre las cuatro mentes ilimitadas,
que son: bondad amorosa, como dije,
compasión, ecuanimidad... Perdón:
bondad amorosa, compasión,
alegría, alegría compasiva, y ecuanimidad.
Usamos estas cuatro expresiones del amor
cuando practicamos esta meditación.
Quiero contar desde mi experiencia
por qué les ofrezco esta meditación.
Porque ha sido mi práctica matinal
durante año y medio.
Y lo cuento a menudo.
Porque he visto que en mí había
mucho que transformar.
Semillas de ira, malevolencia
o irritación, enojarme con facilidad,
todo eso.
Quizá ustedes experimenten lo mismo.
No lo sé.
Pero decidí
creo que después de escuchar
a amigos laicos y a algunos monásticos
decir que cada mañana
empiezan por leer este sutra.
Así que empecé a hacerlo.
Me despertaba más temprano,
leía este sutra en voz baja,
eso era estupendo,
y luego salía de la cama.
Así que lo practico
antes de salir de la cama.
Es mi primera acción.
Mi primer pensamiento del día.
Para mí,
los primeros instantes de cada día
son muy importantes.
Antes de cepillarme los dientes.
Porque suelo tener que esperar.
Somos muchas compartiendo el baño,
así que hay que esperar.
Empiezo mi práctica antes.
Me siento en la cama
y empiezo por leer este sutra.
Y luego me dije:
¿cómo puedo ayudar a mi mente?
Porque leer el sutra era de gran ayuda.
Entonces decidí probar
con esta meditación guiada:
Que yo esté feliz, que yo esté en paz.
Muy bien. Me enviaba esta energía positiva
antes de empezar la jornada.
Era muy agradable. Me estaba dando
un buen inicio antes de que
mis formaciones mentales recibiesen riego.
De que se manifestasen
formaciones mentales no beneficiosas.
Empezaba regando las buenas
formaciones mentales,
haciendo brotar pensamientos beneficiosos.
Y observé que a veces en la sangha
se daban situaciones en las que había
poca armonía, o dos personas tenían
dificultades en su relación.
O alguna hermana
no estaba contenta conmigo.
Lo sabía por su forma de actuar,
se apartaba en cuanto me veía,
o salía corriendo.
Sabía que no era el momento
de un Empezar de nuevo.
Porque las palabras no llegarían,
no eran posibles.
A veces el sufrimiento de una persona
es tan grande,
que todo lo que digas
puede regar su sufrimiento.
Tienes la intención de ayudar,
hablas con amor y con palabras dulces.
Y sin embargo, lo que el otro recibe
depende de lo que percibe, ¿sí?
La forma en que oiga lo que dices
depende de su percepción.
¿Y qué determina nuestra percepción?
Las experiencias pasadas.
Tenemos experiencias pasadas
del tono de voz que otros han usado,
de las palabras que han usado.
Todas esas experiencias pasadas
están en nuestro depósito de conciencia.
Duermen allí.
Aunque nos acerquemos a alguien que nos
evita y le hablemos con dulzura y ternura,
puede que lo escuche de otra forma.
Porque en el pasado la gente le habló
a gritos y con ira.
No puedo controlar la percepción del otro.
Cuento con mi intención, mi motivación,
pero cómo lo percibirá el otro,
no lo sé.
Pero observo.
Y si veo que las palabras
no son lo mejor en ese momento,
lo que hago es esta meditación.
Por la mañana decía,
traía a la mente a esta persona,
la visualizaba, lo que fuera.
Puedes hacerlo con miembros de tu familia
o compañeros de cuarto,
con políticos.
Con cualquiera.
Piensas en esa persona,
ves a esa persona.
Y envías esta energía. Hay una parte
de esta meditación que dice:
Que tú estés feliz, que tú estés en paz.
Pronuncias cada línea.
Que estés a salvo y libre de accidentes.
Que estés libre de tu ira,
de tu miedo, de tu ansiedad.
Puedes detallar
lo que desees que esa persona
pueda transformar.
Que aprendas a mirarte con los ojos
de la comprensión y el amor.
A menudo no sabemos mirarnos
con comprensión y amor.
Le enviamos este deseo:
Que puedas empezar a mirarte
con comprensión y compasión.
Que puedas mirar
aquello que te hace sufrir,
que empieces a verlo. Porque a veces
no podemos. Es demasiado aterrador.
Podemos decir:
Cuando llegue el momento oportuno,
que puedas empezar a mirar
la fuente que tu malestar.
Luego enviamos un deseo:
Que aprendas a reconocer
tus fuentes de felicidad y alegría.
Que puedas aprender a nutrir
y entrar en contacto
con tus fuentes de felicidad y alegría.
Cuando puedes hacerlo,
puedes empezar a vivir
con frescura, solidez y libertad.
Te sientes fresca, más fresca,
cuando despiertas.
Eres más sólida
en relación con la práctica,
sabes que la práctica te está ayudando.
Y te liberas más
de esos momentos de sufrimiento.
Así que empecé a hacerlo
en una situación concreta,
y seguí aunque el momento era difícil.
No me desvié de mi camino
para tener contacto, la respeté.
Le ofrecí distancia y espacio.
Y, ¿saben? Después de 21 días,
un día se acercó a mí y me dijo:
"Buenos días".
Así que se ha demostrado su eficacia.
Se dio una situación que fue realmente...
Que me confirmó que la práctica ayuda.
Y he visto que ayuda de forma general.
Así que si no saben qué hacer,
y en realidad no se puede hacer nada
por ahora en esa situación concreta,
hay algo que pueden hacer. Existe
la práctica de la meditación de metta.
Se ofrece como una posibilidad.
No es una obligación.
Pueden ir paso a paso
o leer tan solo una frase del sutra.
Pueden elegir una frase.
O no lean el sutra, no tienen que hacerlo.
Si quieren elegir una sola frase
de la meditación,
es una posibilidad.
Recuerden que no tenemos que hacerlo
todo de una vez.
Como los cinco entrenamientos.
No tenemos que practicar todos
de una vez.
Podemos elegir el que más nos llama.
Recordemos que este sutra y esta
meditación de metta sobre amor universal,
enviar nuestro amor a todas partes,
hizo posible que los monjes
regresaran al bosque
y siguieran practicando tres meses más.
Calmó la energía negativa.
Podemos ofrecer esta meditación de metta
en muchas circunstancias.
En cualquier relación difícil.
Uno mismo puede no estar
en una relación difícil.
Puede tratarse de nuestros padres,
hermanos, de cualquiera.
Es posible. De personas enfermas.
Es posible aplicar esta práctica.
También mencioné la práctica de metta
de los cuatro mantras del amor
que Thay creó. Quizá los conozcan.
Decimos: Estoy aquí para ti.
Lo dices a otra persona.
Es tu manera de hacerla feliz.
Este es el primero, la bondad amorosa.
Se lo dices a alguien que te quiere.
No se lo dices a alguien que no te quiera.
No le hará feliz.
A alguien que amas. Es el mantra del amor,
cuatro mantras de amor. Bien.
El segundo: Sé que estás ahí
y soy muy feliz. ¿Sí?
Esta es la alegría, y la bondad amorosa.
Sé que estás ahí y estoy alegre,
estoy feliz.
Tu presencia me hace feliz y alegre.
Tercer mantra:
Sé que estás sufriendo.
Por eso, estoy aquí para ti.
Ahora practicamos la compasión
de las cuatro mentes ilimitadas de amor,
la compasión. Veo que sufres.
La compasión es querer aliviar
el sufrimiento de los demás.
Quieres hacerlo y puedes hacerlo.
La bondad amorosa es querer
hacer felices a los demás.
Quieres dar felicidad y puedes hacerlo.
El tercer mantra de amor es:
Sé que estás sufriendo,
por eso estoy aquí para ti.
Hay compasión en ti,
quieres aliviar su sufrimiento,
y ofreces bastante felicidad
como para poder aliviar su sufrimiento.
Puedo estar aquí para ti. Hay en mí
felicidad y compasión suficientes.
Quiero aliviar tu sufrimiento,
por eso vengo a estar contigo,
o te llamo, o lo que sea.
El cuarto mantra de amor es: Estoy
sufriendo, ayúdame. Por favor ayúdame.
Es cuando sufrimos y necesitamos
la ayuda de la compasión de los demás.
Pero la pedimos a las personas
que nos aman, ¿sí? Bien.
Acudimos a los demás, a la sangha,
a los amigos, a los seres amados.
Se lo hacemos saber: estoy
en una situación difícil.
Pueden ayudarme haciendo esto.
Apelamos no solo a su compasión,
también a su bondad amorosa.
A su alegría por poder ayudarnos.
Así que la bondad amorosa, la compasión,
la alegría y la ecuanimidad, es
la práctica de la no discriminación.
No tomar partido, incluir a todos.
Este es el cuarto aspecto
del amor ilimitado,
un corazón amplio y grande
que incluye a todos, no discriminación.
No tomamos partido,
tenemos una actitud equilibrada.
Tenemos ecuanimidad,
que es equilibrio.
Conocemos la práctica
de Comenzar de nuevo,
eso también es practicar.
La bondad amorosa, dar felicidad
con nuestras palabras, con la escucha.
Ser capaz de decir: "Lo siento".
Practicamos la compasión
disculpándonos por nuestros errores,
para aliviar su sufrimiento
ante nuestro error.
Tenemos compasión suficiente
como para disculparnos.
Y hablamos de nuestras dificultades, para
darles una posibilidad de comprender
y de abrir su corazón de ecuanimidad.
Comprenderán y podrán aceptar mejor
nuestra dificultad.
Hablar de nuestro sufrimiento,
nuestras heridas,
por eso apelamos a su compasión.
A su comprensión y ecuanimidad.
Bondad amorosa, compasión,
alegría y ecuanimidad
son semillas que tenemos todos.
Están en el depósito de conciencia.
Solo queremos poder regarlas cada día,
si lo desean, para que se manifiesten
y se hagan cada vez más fuertes.
Sabemos que cuando una semilla
se manifiesta porque ha sido regada,
cuando se manifiesta se hace
más fuerte, más desarrollada.
Así que en vez de dejar que nuestra ira,
resentimiento,
espíritu crítico, miedo, todo eso
surja a menudo y se haga
fuerte y grande,
queremos que esas semillas de sufrimiento
retrocedan e invitar a otras a brotar.
Sabemos ahora que la meditación de metta,
que el Discurso sobre el amor es una forma
de hacer riego selectivo de las semillas
más beneficiosas y saludables
en nuestro depósito de conciencia,
para que se manifiesten
en la conciencia mental
y se hagan fuertes y sólidas.
Y el resultado será más felicidad.
Tendremos más paz.
Podremos trascender el miedo
al nacimiento y a la muerte.
Y esto hará que tengamos gran confianza
y fe en esta meditación de metta,
que veamos que todo es manifestación.
Nuestro amor, nuestra paz y alegría.
Todo se manifiesta
y luego deja de manifestarse.
El amor, el amor infinito
y sus cuatro aspectos
serán nuestra experiencia de vida.
Comprenderemos que nacimiento y muerte
son meras ideas.
Son tan solo conceptos.
Leí que Thay dijo
que nacimiento y muerte existen
solo porque creemos que existen.
Es algo muy profundo.
Solo porque pensamos que existen.
Lo que hay en lugar de nacimiento y muerte
es manifestación
y cese de manifestación porque ya
no se dan las causas para manifestarse.
Pero quiero honrar todas las traducciones,
las otras 19 traducciones que se han hecho
de este sutra.
Dicen así: Quienes practiquen
el amor infinito
no nacerán más en un útero.
Esa es la forma en que la traducción
tradicional del pali expresa
que no volverás a nacer.
¿De acuerdo? No estarás sujeto a volver
a manifestarte en el mundo.
Pero en la traducción de Thay y la hermana
Chan Duc, en vez de decir:
"No volverás a nacer en un útero",
dicen:
Si practicas el amor infinito,
trascenderás nacimiento y muerte.
Es muy hermoso.
Queridos amigos, gracias por su paciencia,
que es un signo de amor.
He de decir que deben de quererme,
porque ha sido largo.
Gracias por su paciencia y su escucha.
He dado a los responsables de cada aldea
copias del sutra en francés y en inglés,
y también la meditación guiada
que hemos escrito en el tablero.
Quizá los responsables puedan facilitar
más copias a los amigos
que se queden otras cinco semanas.
Si no van a quedarse cinco semanas,
quizá puedan
hacer una fotografía, todos tienen
aparatos hoy en día,
o pueden anotarla.
Ahora escucharemos tres sonidos
de la campana,
y quizá haya algún anuncio.
Gracias, queridos amigos.
Estar con ustedes me ha procurado
alegría y felicidad.
(Campana)
(Campana)
(Campana)
(Campana)