Yo solo escribo las historias, pero ellas nacen de algo en mí que no entiendo o que prefiero no hurgar. (p. 86) "Podría debatirse si Madeleine se había enamorado o no de Leonard desde el primer instantes en que lo vio. Entonces ni siquiera lo conocía, y por tanto lo único que sintió fue atracción sexual, no amor. Incluso después de haber ido a tomar un café juntos, Madeleine no podía saber si lo que estaba sintiendo era algo más que un encaprichamiento. Pero desde la noche en que volvieron paseando hasta la casa de Leonard después de haber visto 'Amarcord' y empezaron a estar juntos, y Madeleine descubrió que en lugar de enfriarse ante el aspecto físico de la relación -que era lo que solía pasarle con los chicos-, en lugar de soportarlo o de tratar de pasarlo por alto, se pasó toda la noche temiendo que era ella quien enfriaba a Leonard". Creo que para ser escritor primero debes saber cómo escribir una oración de la misma manera que un músico debe aprender a tocar las escalas. Debes aprender a tocar los sonidos correctamente antes de poder tocar la canción completa. Muchas personas tienen ideas para grandes libros pero no saben cómo escribirlos porque realmente no saben cómo escribir una oración así que creo que debes empezar por el lenguaje. Todos empiezan con pequeños relatos. Si vas a aprender a escribir debes aprender a escribir en la escala más pequeña posible, en efecto, la oración. Así que si tienes suficientes oraciones juntas quizás eso sea un cuento. Y una vez que hayas escrito algunos cuentos pensarás "Quizás pueda escribir una novela". En el fondo pienso que es más fácil escribir novela que cuentos. Una vez me costó mucho... todavía me cuesta mucho escribir cuentos. Mi mente está acomodada para el formato largo así que, aunque aprendí a escribir y aprendí todo lo que necesitaba saber para escribir novelas con los cuentos, para mí fue como montar bicicleta con rueditas. Debes aprender, con los cuentos, a sugerir la totalidad sin describirla explícitamente. Hace falta cierta dosis de sabiduría y reserva que creo solo llega luego de muchos años de escritura. Así que siempre regreso al cuento para ver si soy capaz de hacerlo. Eso significa dejar muchas cosas por fuera que ciertamente me gustaría ponerlas. Y a veces, en una novela, poner esas cosas realmente [...] Así que me considero un novelista y no un escritor de cuentos. (p.86) "y que su cuerpo no era lo bastante deseable, o que el aliento le olía a la ensalada César que tan desacertadamente había pedido para cenar; preocupándose, también, por haber sugerido que pidiesen unos martinis, ya que Leonard había dicho sarcásticamente: 'Claro, martinis. Podemos hacer que somos unos personajes de Salinger'". En el libro "Middlesex" al principio pensé que sería un libro regularmente corto, una autobiografía ficcional de una persona intersexual, alguien que nace chica y se vuelve chico. Pero al investigar el material y pensar más sobre el asunto, descubrí que ciertas condiciones genéticas originaron este estado en que el narrador se encuentra. Y cuando empecé a pensar en la genética, empecé a considerar toda una familia, un gen que circula a través de diferentes generaciones de una familia, eso trajo una historia, hasta culminar en Asia menor y muchas otras cosas. Entonces, de una pequeña idea, muchas, muchas otras ideas llegaron y se pegaron al concepto original. Así es como trabaja mi mente. Siempre trabaja por medio de conexiones metafóricas entre varias cosas que lucen disímiles al principio y yo les encuentro un punto en común. De repente, tengo una relato muy largo, una gran historia que contar. Comencé a interesarme en la idea de "La trama nupcial" al leer novelas que tienen una verdadera trama matrimonial. Mi libro no lo tiene, mi libro no es una novela victoriana, es una novela contemporánea. Pero la gran historia, la gran trama de... ciertamente, de la novela inglesa, pero de la novela en general es la trama matrimonial, una novela sobre una joven en busca de esposo quien tiene cierto número de pretendientes para escoger. Comenzó con Jane Austen, en aquellos libros era más sencillo, se centran en encontrar un esposo, cuando la heroína encuentra un esposo el libro se acaba. Al acabarse el siglo XIX las novelas comenzaron a seguir a estas mujeres en su matrimonio. Tenemos novelas más profundas, más trágicas como Anna Karenina o Madame Bovary donde podemos ver lo que ocurre en el matrimonio y el adulterio, por supuesto, esto se alza y se hace central en la novela. Todos esos libros son algunas de las más grandes novelas alguna vez escritas, no puedes evitar querer escribir uno si eres novelista. El problema ahora es que se hacen imposibles escribir porque las condiciones sociales han cambiado demasiado de tal manera que esas tramas ya no funcionan. Así que pensé sobre esto, y pensé "Bien, ¿cómo se puede escribir una trama matrimonial verdadera hoy día? Lo que concluí es que no se puede, pero que todos esos libros, libros ancestrales, aún funcionan en nuestras mentes e influencian nuestro comportamiento. Todavía tenemos muchos sueños románticos sobre el matrimonio, la gente todavía se casa y cría hijos; muchas de esas novelas fueron las que nos dieron esas ideas de quiénes debemos llegar a ser y de que podemos encontrar nuestro verdadero amor. (p. 86) "después de, a causa de toda esa ansiedad, no haber obtenido mucho placer sexual, pese a la más que respetable sesión que ambos habían dedicado a este fin; y después de que Leonard (como todos los chicos) se hubiera quedado dormido de inmediato, dejándola a ella despierta en la cama, acariciándole la cabeza y esperando vagamente no haber contraído ninguna infección en el tracto urinario, Madeleine se preguntó si el hecho de haber pasado toda la noche preocupada no era, de hecho, una señal inequívoca de que estaba enamorándose". Siempre fue difícil, no puedo decir que se haya hecho más difícil, con el tiempo se hizo más cómodo. Cuando escribía "Las vírgenes suicidas" tenía un trabajo a tiempo completo, así que fue arduo, debía escribir solo de noche y los fines de semana, así que ahora tengo mucho más tiempo. Se siente igual en cuanto a dificultad, ni más fácil ni más difícil. Me alegra que se haya hecho más cómodo, pienso que he llegado a cierta edad. Debo llegar a un libro que sea así de fácil, siempre espero que el próximo sea ese libro, porque escuchas escritores diciendo: "Ese lo escribí en seis meses, fue increíble, no sé cómo pasó, simplemente lo escribí". Estoy siempre esperando que me suceda a mí pero no ha ocurrido aún. Me gustaría volver atrás, o mantener las condiciones originales con que empecé a escribir, como no ser profesional, no pensar que estoy escribiendo una novela que todos van a leer, no entendiendo que me pagan como parte de una industria comercial; solo un joven, solo en su habitación, quien quiere escribir algo solo por la emoción de hacerlo. Esas son las condiciones que trato de pretender existen a mi alrededor. Mudarme a Berlín desde Nueva York me ayudó a pretender que ese fue el caso porque no conocía a nadie en la ciudad, me alejé de todos y me sentí otra vez como un escritor comenzando de cero. Creo que esa forma de anonimato, inocencia y emoción juvenil, que creo siempre lo deseas incluso si eres viejo o adulto, siempre quieres sentirla. "Y, ciertamente, después de haberse pasado los tres días siguientes en el cuarto de Leonard haciendo el amor y comiendo pizza, después de haberse relajado lo bastante para ser capaz de correrse al menos de vez en cuando, y de finalmente haber dejado de preocuparse por alcanzar el orgasmo, ya que su hambre de Leonard se veía satisfecha en cierto modo con la satisfacción de este". No creo que sea especial ser un artista o ser escritor, no creo que haya una manera culturamente distinta de ver el mundo, obviamente, tratamos de ser observadores minuciosos de lo que ocurre en el mundo; pero cualquier idea o valoración de eso, de que es especial o es como un sacerdote, no veo que sea ese el caso, es más una hermandad profesional en vez de un sacerdocio.