Seguramente están viendo
el título de mi charla ahora mismo
y preguntándose:
"¿Qué diablos podría saber este chico?"
Y estarían en lo cierto.
Tengo 20 años
y me queda mucho por aprender.
Lo reconozco.
Pero en los últimos cinco años,
he tenido un par de experiencias locas,
que compartiré con Uds.,
esperando que signifiquen
lo mismo para Uds. que para mí.
Bien, me llamo Alex.
Si alguna vez se preguntaron
cómo es un canadiense,
aquí lo tienen.
(Risas)
Soy hijo de inmigrantes.
Crecí jugando al hockey.
Básicamente me crié sobre unos esquís.
Y hablo francés,
así que no van a ver
a nadie más canadiense que yo.
(Risas)
Cuando tenía 12 años,
inventé un novedoso soporte de navegación
para personas con discapacidad visual.
Y este año, tuve la suerte de convertirme
en el Joven Líder de la Reina para Canadá.
Cuando tenía 12 años,
caminaba por el centro
y me encontré a una mujer
a un lado de la carretera.
No del tipo de mujer que piensan.
(Risas)
Y ella estaba parada
en la esquina del camino,
frente al cruce,
pero no se movía, no estaba cruzando.
Solo estaba inmóvil.
Y tampoco estaba perdida.
La expresión de su cara era de miedo,
y estaba temblando.
Pensé que era un comportamiento extraño.
Me acerqué a ella
para ver si podía ayudarla,
la miré a los ojos cuando me acerqué,
y me di cuenta de que estaba ciega.
Ella comenzó a contarme su historia.
Su perro guía acababa de morir,
y uno nuevo costaría USD 40 000.
Mientras tanto,
le habían dado un bastón blanco,
pero ella lo descartó
porque, por ejemplo,
no le ayudaba a cruzar la calle.
Perder la vista
le había quitado mucho más.
La había despojado de su confianza
y su independencia.
Me alejé de ese encuentro,
y estaba realmente aturdido
y un poco conmovido
porque, por primera vez, me di cuenta
de que los discapacitados visuales
no tienen toda la ayuda que necesitan,
y 285 millones de personas
en el planeta tienen trastornos visuales,
y la mayoría de ellos
no tienen personas que los ayuden.
Así que volví a casa,
y pedí un montón de piezas robóticas,
y pensé que encontrar una solución
podría ser divertido como hobby,
pero no era programador
y no era codificador,
así que tuve que buscar ayuda.
Fui y encontré un grupo
de inventores en EE.UU,
y esto es básicamente
un grupo de hombres de 60 años
a los que les encanta hacer cosas.
Y habían alquilado ese enorme almacén,
que era básicamente
un patio de recreo para su imaginación.
Y para mí, fue el paraíso.
No sé si alguna vez han trabajado
con técnicos estadounidenses antes,
pero en menos de tres minutos
ya les han contado todo sobre su trabajo,
lo cual es genial.
Y están ansiosos
por conectarles con todos,
desde sus amigos codificadores
hasta su gran tío Pete.
Y eso es exactamente lo que hicieron.
Me conectaron con inventores
de Sudáfrica y Argentina,
inventores mayores,
y estas mentes creativas y brillantes
se convirtieron en mis mentores.
Durante los siguientes dos años,
empecé a desarrollar mi idea,
y fueron dos años muy frustrantes,
pero, a los 14 años,
inventé un prototipo que llamé iBelt.
El iBelt tenía básicamente
un sensor acoplado en el cinturón,
y si algo se interponía,
alertaba al usuario.
Llevé el iBelt al Instituto Nacional
Canadiense para Ciegos, el CNIB,
y para resumir, no funcionó en absoluto.
El dispositivo,
técnicamente, era perfecto,
pero los comentarios y la respuesta
que recibí me hicieron retroceder.
Estaba claro que realmente
no entendía el problema.
Entonces, volví al CNIB,
y les dije a los pacientes
"Olvídate del iBelt.
¿Cómo se siente al ser tú?
¿Cómo es estar en tu lugar?"
Las respuestas que recibí
fueron algunas de las conversaciones
más reveladoras que he tenido nunca.
Supe que algunos de los pacientes
no estaban completamente ciegos,
pero muchos, sino la mayoría,
tenían miedo de salir de casa
porque no se sentían seguros
fuera de ellas.
Solo salían si tenían un amigo a su lado.
No estaban buscando algún producto
o solución de alta tecnología.
Necesitaban confianza.
Un par de semanas después,
estaba en una clase de arte.
Soy un gran pintor.
Y, para mí, un lienzo en blanco,
en donde se puede crear algo nuevo,
es como una adicción;
es muy, muy emocionante.
Así que, estaba pintando esta imagen
de la "Niña Afgana" de Steve McCurry,
y estaba pintando con los dedos,
y me di cuenta de que,
mientras pasaba los dedos por el lienzo,
podía sentir todos los granos
y la textura...
mis dedos eran tan sensibles al tacto.
¿Por qué no dirigir a los discapacitados
visuales usando sus manos?
Así que eso es lo que hice.
Construí un pequeño joystick
que se pone en la palma de la mano,
y gira automáticamente
para decirles a dónde ir.
También se inclina
para decirles a qué distancia están.
Así que, en muchos sentidos,
es como tener un amigo a su lado 24/7,
sosteniendo su mano,
llevándoles a su destino.
Pone la confianza en la amistad
nuevamente en manos del usuario.
A los pacientes les encantó,
así que llamé al prototipo final el iAid.
Les mostraré un breve vídeo,
una demostración de uno
de los prototipos anteriores del iAid,
que muestra el componente
del joystick en movimiento.
(Vídeo)
Voy a tener que salir
de esta habitación por mi izquierda.
Así que verán el joystick,
solo en un minuto, girar.
Lo sigo y sé a dónde ir.
El joystick me da instrucciones
paso a paso,
y puedo sentirlo muy facilmente
y saber a dónde ir.
En otro par de segundos,
me van a ver girar a la izquierda.
El joystick girará,
me giro, lo sigo y sé a dónde ir.
(Fin del vídeo)
El próximo verano, iré a Botswana.
Voy a trabajar
con la fundación Reina Elizabeth,
y vamos a trabajar en el primer programa
para proporcionar exámenes visuales
gratuitos a los niños de la escuela,
y la meta específica
es acabar con el tracoma cegador
y la ceguera de río de Botswana.
Pero esto también será
un territorio extraño para el iAid.
Nunca lo he adaptado para su uso
en un país en desarrollo,
y creo que la clave del éxito
sería entender cuáles son
las necesidades de la población
antes de hacer cambios
drásticos en el dispositivo.
Así que cuando el iAid
comenzó a llamar la atención,
los medios que cubrieron la historia
me retrataron de forma muy específica.
De repente, comencé a recibir
todos estos términos,
niño genio, tecnología proto,
chico maravilla,
pero todo eso me molestó mucho.
Estoy acostumbrado
a dar discursos a una multitud
de aproximadamente un pie
más bajo que todos Uds.
Yo trabajo con gente joven.
Y cuando me llaman "niño genio",
hacen que los jóvenes piensen
que lo que hago es inalcanzable
y les hace pensar
que no podrían haber inventado el iAid.
Cuando, de hecho, es todo lo contrario.
No soy un inventor adolescente
o un genio adolescente.
Soy un niño que tuvo una idea.
No tenía ningún acceso especial
a un laboratorio o conocimiento previo.
Tenía USD 100 en piezas robóticas,
acceso a Internet
y amor por construir cosas.
Mi éxito no estaba limitado
por ser un niño normal o por mi edad.
De hecho, mi edad es una ventaja para mí.
Acabo de empezar a trabajar
con una compañía de coches,
y estamos desarrollando nuevas tecnologías
para que jóvenes no mensajeen al conducir,
pero a mi me pidieron que trabajara
en el proyecto porque era joven.
Estoy en posición
de entender realmente el problema
y encontrar una solución
que pueda funcionar.
Cuando comencé a trabajar en el iAid,
la gente me decía que era maduro
por pensar en una solución
que pudiera ayudar a otras personas,
pero la verdad es un poco más triste.
Empecé a trabajar en el iAid
porque pensé que sería un hobby divertido.
El iAid no comenzó por puro desinterés.
En realidad,
comenzó por un poco de egoísmo.
Así que esta es mi llamada de auxilio.
Soy prueba de que todo lo que se necesita
es un niño normal con una idea loca
para inventar algo especial.
Tenemos que tomar el tiempo que tenemos
y dedicarlo a nuestros talentos.
Tenemos que salir
de nuestra zona de confort,
tenemos que deshacernos
de los intereses personales,
y lo más importante,
tenemos que aprender que la creatividad
y la capacidad pueden ser normales.
Muchas gracias.
(Aplausos)