Hay tanta variedad de opiniones aquí,
saben sobre física cuántica,
tecnología y demás.
No hablo con un multitud normal
de fashionistas,
o puede que algunos lo sean,
pero les hablo y hago moda por números.
O moda en números,
lo que sea más correcto.
Les hablaré sobre la moda en números
porque me encantan la moda y el estilo,
y creo que hay muchas cosas absorbentes
en esa industria y la idea de expresarnos
a través de la ropa,
pero también hay ciertos problemas
que trataremos en breve,
y creo que algunos números son enormes
y bastante reveladores.
La primera estadística, cuando investigaba
sobre la industria de la moda actual,
tuve que calcularla
reuniendo diversas investigaciones.
Y llegué a la conclusión de que se crean
unos 80 mil millones
de prendas cada año.
Algunos de ustedes, como yo, pensarán
que la mayoría acaban en sus armarios,
depende de cómo de avariciosos
sean comprando.
Otros pensarán que todas terminan
en el cesto de la ropa sucia,
y me incluyo,
pues lavo la ropa de mi familia.
Esa es una cifra estimada de las prendas
que se producen en el mundo cada año.
Lo raro es que aun así
terminamos con 2 millones de textiles,
sobre todo ropa, en el vertedero cada año.
Nos deshacemos de ella casi tan rápido
como la compramos.
Lo que apunta
a una cierta "desechabilidad",
a una cultura de lo desechable en la moda.
19 son los vaqueros que encontré
en mi armario al hacer inventario.
Les recomiendo que hagan
inventario de su armario
porque es muy revelador.
Incluso si creen no ser
adictos a la moda,
ni víctimas de la moda,
les sorprenderá la cantidad
que tienen de cada prenda.
Yo tengo 19 pares de vaqueros
y es significativo,
no porque 19 sea mi número de la suerte,
que lo es, no los compré por eso.
No caí en que tenía 19 porque
seguía consumiendo sin darme cuenta,
y cuando lo pensé, me di cuenta
de que la huella medioambiental
de la moda es enorme.
Por ejemplo, hacen falta
entre 11 000 y 12 000 litros de agua
para producir el algodón suficiente
para un solo par de vaqueros.
Y entonces empecé a fijarme
en el impacto de la moda.
La moda es una industria en toda regla, y,
a excepción de la industria alimentaria
y quizás la energética,
es difícil pensar en otro sector
que le deba tanto al planeta
como la moda.
Nos hemos convertido
en una nación de adictos a la moda,
y esto se ha facilitado
en los últimos veinte años
por un fenómeno conocido como moda rápida.
A veces es difícil imaginar
cómo vestía la gente hace 20 años,
antes de que la moda rápida pisara fuerte,
aunque sabemos que se vestían,
pero, ¿llevaban siempre
los mismos pantalones de campana?
¿Cómo lo lograban?
Porque lo que hemos hecho
es desarrollar un sistema totalmente nuevo
para vestirnos que gira en torno a
microtendencias muy rápidas
que van rápidamente de la pasarela
a nuestros armarios y a las tiendas.
El Reino Unido es uno de los líderes
mundiales en esta tendencia.
Tenemos varias de las grandes tiendas,
de las grandes marcas,
y hay que decir que interpretamos
la moda rápida bastante bien.
Pensemos en cómo
se presenta la moda a sí misma.
No les dice cuánto ha cambiado
en los últimos 20 años.
Así que, habrá gente aquí
que no ha conocido otra cosa.
Afortunados, porque son buenos y jóvenes.
Pero se ha revolucionado
completamente la forma
en que las prendas
se producen y se venden.
Pero no es esta la impresión que nos dan
las semanas de la moda.
Nos presentan una cara tradicional.
Tenemos dos temporadas,
otoño/invierno y primavera/verano,
y es entonces cuando las cosas
se filtran de la pasarela a la tienda,
y se fija la tendencia
de lo que vamos a llevar.
De hecho, esas temporadas
tienen tanto en común
con la industria de la moda actual
como el canto gregoriano
con la industria de la música actual.
Nada que ver.
Ahora, en lugar de ver
dos o cuatro estaciones al año
vemos 52 estaciones.
Cada semana hay estilos nuevos,
ropa nueva en las tiendas, en internet
y se ha convertido
en un proceso muy rápido.
Algunos dirían que es como una mantequera.
Cuando miro a las jóvenes esperanzas
de la moda británica,
veo que estos brillantes diseñadores
tienen algo.
Aquí tenemos a Alice Temperley,
Jonathan Saunders, Roksanda Ilincic.
Son nombres importantes,
grandes esperanzas de futuro.
Y luego oímos acerca de la gente
que básicamente tiene éxito
entre las grandes masas de lujo
y deja atrás a esas marcas.
Y son nombres muy importantes
los que salen
a este sector
de miles de millones de libras
y representan el estilo británico.
Pero a menudo me pregunto:
"¿Estarán bien?"
Porque no solo la moda rápida
o de los mercados
es súper rápida, sino también
la industria de lujo.
Así es como compramos de verdad.
Compramos en masa, a granel y muy barato.
Algo que me encanta
es ir por la salida de las tiendas,
no tan llenas como esta,
y ver qué lleva la gente en las bolsas,
con su consentimiento, y es increíble
cuánta gente compra
a granel y por duplicado.
Uno de mis comentarios favoritos,
aunque no es precisamente bueno,
es que una compañera mía
estaba en la salida de Primark,
o pasaba cerca de allí,
y una chica salió con cuatro bolsas.
Podría pasar en cualquier tienda,
pero Primark usa esas bolsas de papel
y llovía muchísimo,
la bolsa se empapó
mientras esperaba el bus
o lo que sea y se rompió,
y la chica simplemente
dejó toda esa ropa nueva
en la acera y se fue.
Mi opinión es que si producimos,
si diseñamos para el vertedero,
si producimos ropa realmente desechable,
todos empezaremos a tratarla como basura.
No digo que esto también pase
con bienes de lujo,
porque creo que si se gastan
una fortuna en un bolso,
seguramente tendrán más cuidado,
pero el mismo ciclo
está empezando a darse
en el panorama de la moda.
Así que, esos diseñadores
de los que hablé,
esas caras nuevas, prometedoras y con
grandes expectativas de la moda británica
y de todo el mundo,
también están en ese círculo.
No hacen solo las colecciones
otoño/invierno, primavera/verano,
también tienen que trabajar
en las colecciones pre-otoño,
ropa de vacaciones, ropa de yate,
de subirse en yate, de bajarse del yate,
pos-yate, pre-yate,
¿para quién están diseñando?
¿Quién tiene todos estos yates?
(Risas)
Así que aclaremos un poco
esto de la moda rápida.
Tiene algunas cosas positivas.
La primera, da vida
al estancado mercado británico.
Los que sean lo suficientemente mayores
recordarán que había
una cierta falta de opciones
un look que había en el mercado
hace unos 20-25 años, que no era
muy atractivo ni quedaba muy bien.
Las marcas del mercado
han democratizado el estilo,
podemos hacernos con él.
Recuerdo cuando me mudé de Londres
y volví al noroeste,
y la gente solía acercarse y decirme:
"¿eso es de Londres?"
Ahora pasa justamente al revés.
Así de democrático se ha vuelto el estilo.
Zara, la marca española,
produce aproximadamente
814 millones de prendas al año.
Eso es mucha ropa.
Y tienen 45 000 diseños,
así que sus diseñadores
crean nuevas tendencias cada año.
No todas llegarán a las tiendas,
pero sí un buen porcentaje,
lo que muestra de dónde viene todo esto,
estas microtendencias.
Cuando Zara empezó en el Reino Unido
nadie lo entendía,
porque iba allí y el consumidor decía:
"Es bonito, pero un poco caro".
Y luego: "Me lo pensaré, volveré".
Volvían y ya no estaba,
porque ahora las tiendas
no reponen, no lo necesitan
porque pasan a la siguiente tendencia.
Si parpadeas, te lo pierdes.
Número 3, sigo con lo de
la moda en números.
Ese es el puesto de Amancio Ortega,
propietario de Zara,
en la lista internacional de ricos.
Es la tercera persona más rica del mundo.
Hay mucho dinero en el negocio de la moda.
Este es Philip Green, puede sea él
quien compra la ropa vacaciones en yate,
porque tiene un yate.
Y esta es una foto
de un pueblo entero de Inglaterra
comprado por Stefan Persson,
Director Ejecutivo de H&M.
Eso les da una idea de los ricos
sobre los que hablamos.
Lo menciono, no porque sea ilegal
ganar dinero, que no lo es,
sino para mostrarles
un poco de desigualdad,
porque ¿quién es el verdadero motor
de esta máquina, de este ciclo de la moda?
Sucede en Bangladesh.
También pasa en otros países,
pero en Bangladesh, el 80% del PIB
lo constituye la industria
de la ropa confeccionada,
lo que equivale
a 20 mil millones de dólares.
Así que, cuando hablamos de problemas,
no es factible para las empresas
dejarlo y listo,
porque la economía
depende de ese comercio.
Cuento esto porque recientemente hubo
una lista de poder de la moda,
y conté 4 musas en el top 30.
No estoy segura de qué hace una musa,
pero había cuatro musas y
no se mencionaba en absoluto
a la gente que hace las prendas,
cosa que me pareció muy interesante,
y creo que esto saca a relucir
un problema de toda la industria.
Se realizan 101 procesos
para fabricar una prenda.
Solo unos 6-8 de esos se hacen
en fábricas como las de Bangladesh.
Y son básicamente los que hace
el ejército de corte, confección y adorno.
Con un cálculo prudente,
3 millones, principalmente mujeres,
trabajan en el corte, confección y adorno,
y son la parte central
de la cadena de suministro,
cuando se preparan realmente las prendas.
Estas son fábricas enormes,
con enormes cadenas de producción.
48,5 segundos es el tiempo estimado
que debería tardar una de las personas
en coser una costura.
Es un trabajo incansable.
Esta es una frase de Ali Hewson,
que fundó la marca EDUN:
"Llevamos con nosotros
la historia de la gente
que hace nuestra ropa".
Y es cierto, pero no nos damos cuenta,
que es por lo que mostré
esa foto de la musa
y señalé esa lista de poder.
Ellos son la gente que no vemos
en la cadena de producción.
5 600, es el número de fábricas de prendas
que hay en Bangladesh,
sobre todo cerca de Dhaka.
En el último recuento,
cuando salió este informe,
había menos de 200 inspectores,
creo que serían menos,
pero solo estoy siendo pedante.
En 1911 sucedió la mayor tragedia
del sector textil hasta la fecha.
Fue en el incendio en Triangle Shirtwaist,
en el distrito textil de Nueva York.
146 personas murieron en 18 minutos,
y este fue el peor desastre
jamás visto en el sector.
Y esto no impulsó una revolución,
sino muchas formaciones de piquetes,
y gran movimiento laboral,
y aún se recuerda.
Cada año, en el aniversario,
la gente va y recuerda,
las uniones de trabajadores recuerdan
que el desastre ocurrió.
Y lo que más me sorprendió
es que nosotros nunca recordamos.
Había montones de muertes en las fábricas,
en incendios y estampidas,
montones de bajas
en las cadena de producción.
Probablemente una o dos al mes
que supiéramos en nuestra era,
y nunca dijimos nada sobre ello.
Pero no podemos ignorar este número
y hacer que se esfume.
1 133, es el número de gente que murió
el 24 de abril en el Rana Plaza.
El Rana Plaza básicamente se derrumbó
como una casa de cartas.
Había 2 000 personas trabajando dentro,
era un complejo multiusos,
pero los que murieron
fueron los obreros del textil,
porque fueron los únicos
a los que hicieron volver a entrar.
Y desafortunadamente eso es normal,
los obreros del textil siempre están allí.
Es probable que les suenen estas imágenes,
porque se emitieron
por todo el mundo y, por primera vez,
las agencias de noticias entrevistaron
a estos trabajadores del textil.
La diferencia estaba
en que estaban bajo los escombros.
Según las llamativas estadísticas
2 500 heridos, 700 niños huérfanos
y la batalla del Rana Plaza
por una compensación continúa.
Pero hizo ruido. ¿Quién hace nuestra ropa?
¿De dónde viene?
No es lo único en la cadena de suministro.
Esto es la industria de algodón
de Uzbekistán:
1,5 millones de niños
que supuestamente trabajan cosechándolo.
Y sucede cada año.
Los mandan a los campos
alrededor de Septiembre
y recogen la cosecha, que luego
se vende en el mercado internacional.
Y esto es Gulnara,
esta es la hija del dictador,
y lo digo porque esta es ella
en la semana de la moda,
mostrando su colección.
Ven la terrible dicotomía
de cómo escondemos este trabajo
de esclavos en la industria de la moda.
¿Podemos hacerlo mejor?
Sí, podemos.
Creo que todo el movimiento
del estilo sostenible
se ha tipificado, y dificultado un tanto
porque la gente teme el teñido anudado.
Temen tener que llevar
esa estética de sombrero de tofu
hecho por ti
y no están en absoluto dispuestos a ello.
Así que, lo que hice fue
reunirme con unos amigos,
y creamos algo,
no lo llamamos hippie chic,
lo llamamos La Alfombra Verde del Reto.
Ahora estamos intentando
investigar unas ideas.
Me encanta. Esta es una fotografía
de una fotógrafa de moda influyente
llamada Lillian Bassman.
No le dio ninguna implicación ecológica
cuando la hizo,
pero me encanta
la idea de más kilometraje por vestido.
Así que, tengo otra cifra
que me gustaría que recordasen: 30.
No compren nada a no ser
que sepan de verdad
que se lo van a poner 30 veces.
Es un buen indicador.
Comenzamos el Reto de la Alfombra Verde,
y encargamos a los diseñadores
que nos hicieran algo sostenible.
Esto es un vestido de Armani.
Y 40, es el número de estrellas
que mandamos por la alfombra roja
desde los Oscars a los Globos
o a los lo que sea
en estos trajes sostenibles.
Queríamos probar
a la industria de la moda, a los editores,
a todos los que lo vieran,
que podía hacerse,
y que era atractivo.
Hay más.
Queríamos trabajar
en la cadena de suministro,
así que estudiamos por ejemplo
la cadena del cuero.
Cada año se fabrican
11 mil millones de pares de zapatos.
El 60% del cuero va a los zapatos.
Cuando ven un zapato
en el que pone "hecho en Italia",
piensan, "Bien, genial".
Y les preguntan a los dependientes
y les dicen: "Sí, el cuero es Italiano".
No puede ser, porque si lo fuera,
toda Italia estaría llena de vacas.
Habría vacas en la Fontana de Trevi.
Imposible.
No, suelen ser de Brasil o de China,
y en Brasil,
la industria del cuero y la carne
impulsan a la deforestación.
Así que queríamos crear
mercado para el cuero limpio.
Cuero que pudiera probarse
que no deforesta.
Así que fuimos a Gucci,
y se le ocurrió este bolsito,
que no creo que parezca
sostenible para nada.
No está hecho de cáñamo,
no es muy hippie,
Simplemente parece un bolso.
Más de 100 empresas han firmado el Acuerdo
de Seguridad Antiincendios de Bangladesh.
No voy a explicar por qué,
porque me estoy quedando sin tiempo,
pero creo que es
un indicador muy importante,
y llegado el momento,
podría marcar la diferencia.
Lo que les insto a hacer
es prestar atención,
mantenerse al tanto
de lo que sucede en la moda,
de dónde compran y quién firma qué.
Es muy, muy importante.
Añadan 2 peniques
a una camiseta de 6 libras,
eso doblaría el sueldo
de un trabajador textil en Bangladesh.
Creo que es un coste que podemos asimilar.
24 de abril, esa es otra fecha
que quiero que recuerden.
El 24, recuerden, es el aniversario
del Rana Plaza
y su Día de la Revolución de la Moda.
Gracias.
(Aplausos)