En 1943, Albert Hofmann, químico suizo, elaboraba medicamentos para el tratamiento de la migraña cuando se expuso a uno por error. Se notó raro y se fue a su casa, pero sabía muy bien a lo que estuvo expuesto. Así que tres días después, volvió al laboratorio y consumió 250 microgramos de LSD. (Risas) En esa época, se consideraba una cantidad mínima a tomar. Los fármacos y medicamentos se administraban en miligramos, no en microgramos, pero ahora sabemos que era una gran dosis. (Risas) Cuando empezó a sentir los efectos, vio que el laboratorio no era el mejor lugar. Se subió a su bicicleta, y se fue camino a su casa. Y describe las imágenes nítidas, la belleza de la naturaleza. y siguió a autoexperimentando con LSD, y observó que tenía estos efectos profundos. Pero no sabía de su utilidad clínica. Así el LSD se envió a investigadores de todo el mundo, y condujo a la publicación de miles de artículos, que demostraron que el uso del LSD en la psicoterapia era eficaz para tratar una serie de trastornos psicológicos. Uno de esos investigadores era Timothy Leary, profesor de psicología en la Universidad de Harvard. Pero, por desgracia, sus metodologías se desvirtuaron. Al final, regalaba LSD a todo aquel que lo quisiera. (Risas) Así que lo despidieron de Harvard, pero... (Risas) fue una época de revolución cultural. Los jóvenes estadounidenses tomaban LSD, y Leary fue su estandarte. Estuvo en la televisión nacional incitando a los jóvenes a excitarse, disfrutar y desconectarse. No era un buen momento para una revolución cultural. Estados Unidos estaba en guerra con Vietnam, y las autoridades se dieron cuenta de que quienes se oponían a la guerra consumían LSD. Por eso, el LSD se consideró un peligro para las entidades estadounidenses, y fue prohibido en 1968, que marcó el inicio de la guerra contra las drogas. Más tarde, en 1971, se prohibió en todo el mundo, año en que Nixon dijo que las drogas eran el principal enemigo público. ¿Las drogas a las que se refería? Los alucinógenos. Por desgracia, esto significó el fin de la ciencia psicodélica. Con la prohibición llegó una campaña propagandística con mitos tan influyentes que hoy siguen presentes. Uno es que el LSD podría contener el veneno de la estricnina. Este mito tiene tanto peso que aparece en la cuarta edición del "Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales", publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, donde figura que uno de los peligros de consumir LSD es la exposición a la estricnina. Ahora bien, este es el manual de diagnóstico que utilizan psicólogos y psiquiatras de todo el mundo. Por suerte, en su edición más reciente, publicada en 2013, se eliminó esta referencia, porque nunca se detectó la estricnina. No hay evidencia que indique que el LSD contenga estricnina. Y, aún así, se publicó en este prestigioso libro. Existe la preocupación de que si consumes LSD perderás la razón. En un artículo científico sobre todos los estudios clínicos realizados antes de la prohibición del LSD, se descubrió que menos del 0,01 % de los participantes en los ensayos no experimentaron ningún síntoma de psicosis, ni durante ni después del consumo de alucinógenos en la psicoterapia. Aquí es importante diferenciar entre el uso médico de las drogas alucinógenas, que es a lo que yo me refiero, y el uso recreativo de estas drogas, con el que estamos tan familiarizados. Después, en 1990, el Dr. Rick Strassman, un psiquiatra formado durante la época de la terapia con alucinógenos y soñaba con dar terapias de este tipo, retomó la investigación sobre las drogas alucinógenas. Fue animado por su supervisor a estudiar la droga dimetiltriptamina, porque la universidad no sabía lo que era. (Risas) La dimetiltriptamina es posiblemente el alucinógeno más fuerte que la humanidad haya conocido. Los chamanes de Sudamérica lo usan para entrar al mundo espiritual. Lo convencieron para hacer análisis de sangre a baja escala solo para estudiar el metabolismo de la droga. Pero lo que le resultó más impactante fueron las experiencias de los participantes. Decían que fueron transportados a dimensiones paralelas en las que había entidades que se comunicaban con ellos. Al final, Strassman tuvo que darle fina a su investigación porque sintió que era poco ético empujar a personas al abismo psicológico sin saber a dónde iban. Pero era demasiado tarde. Había abierto la caja de Pandora. Luego, llegó el bum de la investigación sobre alucinógenos, que ahora se conoce como el "Renacimiento psicodélico". ¿Qué hemos aprendido? Hemos aprendido un montón sobre el cerebro. Pero lo que de verdad me apasiona como psicólogo clínico es la creciente evidencia de que las psicoterapias con alucinógenos son eficaces en el tratamiento de personas que no responden a otras terapias destinadas a enfermedades mentales. Echemos un vistazo a las pruebas. Pensábamos que los alucinógenos activaban partes del cerebro. Ahora hemos descubierto que lo que en realidad hace es desactivar una parte del cerebro llamada "red neuronal por defecto". La red neuronal por defecto es una serie de vías neuronales que conectan ciertas áreas del cerebro, y a la vez evitan una acción cruzada entre otras regiones cerebrales. Está activo cuando estamos despierto. Es más activo cuando hacemos una narración autobiográfica, es decir, esa vocecilla que habla en nuestra mente. Y se vuelve hiperactivo cuando las personas sufren depresión y TOC. Los alucinógenos desactivan la red neuronal por defecto. ¿Cómo se manifiesta esto? Esta imagen muestra el cerebro sin el efecto de estas drogas y esta otra, el cerebro bajo el efecto de estas drogas. Observen todas las intercomunicaciones y conexiones que se producen entre partes del cerebro que no suelen comunicarse. Se ha planteado la hipótesis de que esta es la razón por la que la gente se vuelve creativa y espiritual cuando consume drogas alucinógenas. Pero, sobre todo, se ha planteado la hipótesis que esta mayor comunicación y conectividad del cerebro ayudaría a personas depresivas que son resistentes al tratamiento. Porque con toda esta interconectividad en el cerebro, quizá puedan superar sus creencias arraigadas y ver el mundo desde una perspectiva totalmente diferente. Últimamente, ha sido probado por un grupo de investigadores del Imperial College en Londres. Suministraron psilocibina, que es un principio activo de las setas alucinógenas, a 12 personas depresivas resistentes al tratamiento durante la psicoterapia. ¿Los resultados? El consumo de psilocibina produce una gran disminución de los síntomas de la depresión. Esto se mantuvo en mucha gente en los tres meses de seguimiento. Pero lo más interesante es que, según mostraban los encefalogramas, las personas cuyos síntomas depresivos más disminuían eran aquellas cuya red neuronal por defecto estaba menos activa. La adicción es otro ámbito en el que vemos malos resultados. Un grupo de la Universidad Johns Hopkins realizó a una prueba de psicoterapia a base de psilocibina para tratar la adicción al tabaco. Los resultados fueron asombrosos: el 80 % dejó de fumar en los seis meses de seguimiento. Esto, considerando que los fármacos líderes de la actualidad destinados al tratamiento del tabaquismo solo son efectivos para un 25 % de las personas. Este grupo está reclutando más participantes y realizando ensayos clínicos para reunir más evidencia para este tratamiento. En tanto, en la Universidad de Nueva York, están reclutando a 140 personas para realizar un ensayo clínico que evalúe si la psicoterapia a base de alucinógenos surge efecto en las personas con adicción al alcohol. También descubrimos que los alucinógenos pueden ayudar a las personas a morir dignamente. Se han publicado numerosos estudios. Ensayos clínicos, demuestran que cuando la psicoterapia a base de alucinógenos se utiliza en pacientes con cáncer en estadio terminal, reducen significativamente los síntomas de ansiedad, mejoran su calidad de vida y la relación con sus seres queridos. Otro trastorno que debilita notablemente es el trastorno de estrés postraumático. Los tratamientos disponibles son efectivos solo en un 30 % de la gente. Los que no responden al tratamiento corren el riesgo de adicción, rupturas afectivas y suicidio. En el primer ensayo clínico de psicoterapia a base de MDMA para personas resistentes al tratamiento de estrés postraumático, descubrieron que se producía una mejora importante. De hecho, el 83 % de los participantes ya no no reunían los criterios de diagnóstico de TEPT después de someterse a la psicoterapia con MDMA. Y esto se mantuvo durante tres años y medio de seguimiento. Este estudio se ha replicado en Israel, Colorado, Canadá y Suiza. Y el patrocinador del ensayo, la "Asociación multidisciplinaria para estudios psicodélicos", ha logrado reunir esa información, y se contactaron con la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. y ahora han sido aprobados para llevar a cabo ensayos clínicos de Fase 3. ¿Por qué es importante? La Fase 3 de los ensayos clínicos es la fase final antes de que una droga sea aprobada como medicamento. Y en los próximos años, la MDMA será un medicamento para el tratamiento del TEPT en los Estados Unidos. He nombrado varios países: Israel, Canadá, Reino Unido. Hay otros países que participan en el "Renacimiento psicodélico": Brasil, República Checa, incluso Nueva Zelanda, pero hay un país que no he nombrado. ¿Cuál? ¿Porqué no hay investigación sobre alucinógenos en Australia? (Risas) Bueno, les puedo decir que no es por falta de voluntad. En 2011, como creo que estos compuestos, estas drogas alucinógenas, ayudarían en el sufrimiento de cientos de miles de australianos, contribuí a formar el "Estudio psicodélico en la ciencia y la medicina", la primera y única organización australiana sin ánimos de lucro que tiene la misión de iniciar, financiar y facilitar el estudio de alucinógenos en Australia. Colaboramos estrechamente con MAPS, y nuestro primer intento fue realizar, básicamente, el mismo ensayo que estaban haciendo en Estados Unidos, Israel, Colorado y Suiza, salvo que queríamos centrarnos en los veteranos de guerra. El motivo era estratégico. ¿Cuál es la mayor causa de muerte en los soldados australianos? ¡Se me han adelantado! No son las bombas, ni las balas. Es el suicidio. Se trata de una epidemia. Pensamos que esto tendría el apoyo del público, y presentamos el protocolo de investigación a un comité de ética independiente. No cuestionaron la metodología. Tampoco se opusieron a suministrar MDMA a los veteranos de guerra con estrés postraumático que no respondían al tratamiento. Pero les preocupaba que no se llevara a cabo en un entorno académico. Así que solicitamos a un profesor que pudiera unirse como investigador principal. Trabajaba en Victoria University, y el año pasado presentamos el protocolo al comité ético de esa universidad. Antes de que llegara al comité ético, la suplente del rector intervino y lo vetó. Dijo: "No realizaremos este tipo de investigación en nuestra universidad". Creemos que este es el resultado del conservadurismo académico. ¿Y qué quiero decir con esto? Bueno, cuando pensamos en gente que consume drogas ilícitas, la mayoría no sufre daños. Todas las investigaciones que realizamos se centran en este pequeño grupo que sí sufre daños. Mugford lo describió como el paradigma patológico del consumo de drogas. (Risas) Las drogas no son ilegales por ser perjudiciales; se consideran perjudiciales por ser ilegales, y solo la investigación que mantiene ese punto de vista está financiada por el gobierno. Este es un gran obstáculo para hacer investigaciones sobre drogas alucinógenas en Australia, porque queremos demostrar el beneficio terapéutico de estas sustancias ilícitas. Además, hay intereses creados en quienes brindan e investigan los tratamientos convencionales. Dicen que funcionan. En tanto, las instituciones reciben financiamiento estatal para perpetuar la idea de que las drogas ilícitas, incluyendo los alucinógenos, son perjudiciales. Pero esto no nos hizo claudicar. En los últimos seis meses, publicamos los primeros dos artículos sobre la ciencia psicodélica en la literatura científica australiana. Esperamos despertar la conciencia de los académicos, del personal sanitario para tener otra oportunidad y conseguir que la psicoterapia a base de MDMA y otras investigaciones sobre alucinógenos se pongan en marcha en Australia. Porque si no actuamos ahora, y si no empezamos un programa científico sobre alucinógenos en Australia, cientos de miles de australianos seguirán sufriendo. Los veteranos de guerra seguirán suicidándose, o la MDMA se convertirá en medicamento en EE. UU. y tendrán que ir a Estados Unidos para recibir tratamiento. ¿En cuánto tiempo se unirá Australia al "Renacimiento psicodélico" internacional? Gracias. (Aplausos)