¿De dónde dirían que
soy por mi aspecto?
¿De India?
¿México?
¿Italia quizá?
¿Y Kirguistán?
Son algunos países de los
que la gente cree que soy.
En realidad soy mitad japonesa,
mitad irlando-estadounidense.
Hay un término que se suele usar
para identificar a gente como yo,
y es "hafu".
En mi experiencia diaria en Japón,
la gente se sorprende
al saber que soy hafu.
Gente que no conozco me pregunta:
"Okuni wa doko desuka?"
o, ¿De dónde eres?
Cuando saben que mi
apellido es Nishikura,
lo siguiente que preguntan es:
"Nihonjin to kekkon sarete masuka?"
o, ¿Estás casada con un japonés?
Suelo responder: no,
mi padre es japonés.
"Jitsuwa otousan ga Nihonjin desu".
Pero lo que quiero decir es:
es que soy japonesa.
Tengo suerte de venir de
una familia encantadora
que tenía medios para hacer
que pasara los veranos
en Estados Unidos.
Así que crecí entre
2 mundos distintos.
Recuerdo ir a festivales locales
en Japón, los matsuris,
y hacer todo lo posible
para atrapar la carpa
con esa cuchara de papel,
pero siempre fallaba.
En Estados Unidos, recuerdo
ir a los centros comerciales
y estar asombrada por cómo las
tiendas se alargaban y alargaban.
Era el paraíso para una niña.
Pero allá donde iba, cuando
no tenía el consuelo de mi familia,
sentía que no encajaba.
Quería encajar, creo que es
un deseo humano natural.
En Japón, quería que mis profesores
de la escuela primaria
no me prestaran tanta atención
por saber inglés.
En Estados Unidos,
quería tener coletas rubias
como las niñas del
barrio de mi abuela.
Tenía suerte de que no se metieran
conmigo en la escuela,
pero sabía que había
otra gente con la que sí.
Ya sea por inocencia o malicia,
ya sea por la forma en que
se nos habla o mira,
se nos recuerda que no somos
como la gente de nuestro entorno,
que no encajamos.
Y a veces, ese deseo es tan grande
que queremos esconder o cambiar
parte de lo que nos hace distintos.
Pero no es tan simple como
comprar un armario nuevo
para encajar con los niños "cool".
Negar lo que somos,
aunque sea una parte,
crea un sentimiento de asfixia,
de que no somos lo bastante buenos.
Incluso hoy mismo, me he visto
por un momento en el espejo
de un restaurante en el que
comía con mi familia
y pensé: "Parezco muy distinta.
¿Cómo es que somos familia?
¿Es este mi lugar?"
Un momento después, me emocioné.
Fue por pensar que,
aún con diferencias,
tanto culturales como raciales,
mis padres se enamoraron.
Esas diferencias eran tan grandes
que mis abuelos lucharon
en bandos opuestos.
Conociendo el valor de respetar
y amar ambas culturas,
mis padres me criaron para que pensara
que era japonesa y estadounidense.
Sin embargo, en Japón sobre todo,
a la sociedad le cuesta reflejar eso.
La gente ni siquiera me reconoce
como medio japonesa,
me ven como extranjera.
Algunos dirán que es comprensible
en un país en el que solo el 2 %
de la población es extranjera
y con muy pocas minorías étnicas.
Pero como alguien que ha crecido aquí,
y es japonesa de nacimiento,
¿por qué resulta tan difícil
ser reconocida como tal?
¿Qué significa ser japonesa?
Parece que hay una definición tácita.
Hay que parecer japonés, hablar japonés
y adherirse a todas sus
costumbres y tradiciones.
Y si alguien no lo hace todo,
entonces seguro
que esa persona no es japonesa.
Pero la gente como yo somos
cada vez más comunes.
Hoy, 1 de cada 18
matrimonios es internacional,
y, por ello, uno de cada 49 bebés
nace de esas parejas.
Eso supone más de 20 000 hafus al año.
Con una demografía que cambia tanto,
creo que lo que se considera
japonés debe cambiar.
[Una nueva definición del ser japonés]
Esta definición del ser japonés
debe ampliarse e incluir a los hafus.
"Konna kao demo Nihonjin de
arieru shakai ni nattehoshii".
Se puede tener mi aspecto,
mi voz y ser japonesa.
Como directora de cine, explorar
estos temas fue algo natural,
mediante la lente de una cámara.
Empezó en el colegio,
donde hice varios cortos
sobre mi identidad personal
y sobre mi familia,
hasta después de licenciarme,
cuando produje vídeos
para organizaciones que combaten
los prejuicios raciales
y fomentan el entendimiento
entre culturas.
Todo ello lleva a este momento,
cuando, a través del proyecto hafu,
conocí a 3 mujeres como yo,
y juntas dirigimos un largometraje.
A través de 5 historias rodadas
en un año, hicimos estas preguntas:
¿Qué significa ser hafu
y qué significa ser japonés?
(Video) Mujer: Le empezaron
a llamar de todo:
"No eres japonés, eres Eigo-jin".
Chico: Se metían conmigo todos los días.
[¿Qué significa ser mestizo en Japón?]
Hombre: Resaltaba por donde iba,
y la gente no me trataba igual.
Y yo pensaba, ¡trátenme normal!
¡Háblenme como a cualquier otro!
Mujer: Quería de verdad pensar
que era japonesa.
Y de pronto sentí que
no encajaba en ningún sitio.
Nadie quiere ser distinto de joven,
quieren ser como el resto.
Hombre: Me sentía distanciado de Japón.
[Cada año nacen más de
20 000 bebés japoneses mestizos]
Mujer: Siento que Japón cambia.
Cada día se ven a estos niños
japoneses mestizos por la calle.
Hombre: Descubrí que hay mucha gente
con orígenes similares.
Mujer: Se dio cuenta de que no tenía
que intentar ser alguien
que el resto espera que sea.
Hombre: Siempre hay prejuicios y racismo.
Quiero juntarme con gente
que me acepte como soy.
Mujer: Si no rechazamos lo distinto
y lo aceptamos y aprendemos de ello,
Japón tendrá un futuro mejor.
[SOPHIA
Australia y Japón]
[EDWARD
Venezuela y Japón]
[FUSAE
Corea y Japón]
[FAMILIA OI
México y Japón]
[DAVID
Ghana y Japón]
[Japón está cambiando]
[HAFU]
[Conoce a la nueva generación
de japoneses mestizos]
(Aplausos)
MN: Desde que empezamos a rodar,
la respuesta ha sido enorme.
Los hafus y sus familias nos escriben
de todos los rincones del mundo,
y nos ofrecen su apoyo y ánimo.
Para mí, es una prueba de que las partes
que sentimos que no se reconocen
quieren ser escuchadas.
La película se terminó en abril y ahora
se está proyectado en todo el mundo.
Ninguno de los hafus elegimos nacer así.
Sin embargo, el tener 2 padres
que proceden de culturas
o fenotipos distintos,
por nuestra mera presencia,
se nos ha dado la oportunidad
de empezar esta conversación
sobre las etiquetas que
la sociedad nos coloca.
Creo que estas etiquetas de separación
son lo que nos lleva a la exclusión,
discriminación, conflicto y a la guerra.
Finalmente, creo que esto no trata solo
de ser reconocidos como parte de Japón,
lo que de verdad buscamos
es que se nos vea de verdad
en nuestra totalidad,
tanto las partes que son japonesas
como las que no lo son.
Lo que al final he podido entender
es que depende de cada uno de nosotros
decidir quiénes somos
y no estar restringidos por los límites
que buscan definirnos o excluirnos.
En ese acto de conocernos y aceptarnos,
hacemos que el resto también sepa que
para nosotros también es bueno ser así.
Me llamo Nishikura Megumi.
Con este nombre y este rostro,
soy japonesa, estadounidense y hafu.
Gracias.
(Aplausos)