EE. UU. es el segundo
mayor importador de café en el mundo.
Es un cultivo muy laborioso
porque una planta puede tomar
de tres a cuatro años
para llegar a producir ese fruto
que nos sirve para tostar y moler.
Pero en esta cadena las dos personas
que típicamente cobran menos
son el caficultor y el barista.
Aprender sobre el café es entender
hacia dónde va tu dinero.
Hoy seguimos una de esas cadenas
de Michigan a Yemen.
EL CAFÉ DE UNA ZONA DE CONFLICTO
Hola, ¿cómo estás?
¿Qué me recomiendas hoy?
(Alhasbani) ¿Quieres algo
con nata o sin nata?
Puedes agregar un poco de nata,
algo dulce...
(Alhasbani) Entonces, el Mofawar.
Para tomar aquí, ¿cierto?
(cliente) Sí, señor.
(Amel) Ibrahim Alhasbani
tiene el potencial de un magnate del café.
Abrió su primera tienda
en Dearborn en el 2017,
y ahora se está expandiendo
con dos lugares nuevos,
uno al otro lado de la ciudad
y otro en Nueva York.
Pero Alhasbani no sirve
el café común al estilo americano.
Sus granos de café vienen de Yemen.
(Alhasbani) Que lo disfruten.
(cliente) Gracias.
(Alhasbani) Vamos a preparar
un café sana'ani y un café jubani.
(Amel) Vale.
(Alhasbani) Para el sana'ani usamos
un tueste medio y tiene cardamomo.
Para el jubani, usamos
un tueste de claro, un tueste medio,
cáscaras de café,
jengibre, canela y cardamomo.
- Vale.
- Es como una mezcla especial.
(Amel) Esta es la bebida
que te transporta a Yemen.
Sí, es como un puente.
No tiene azúcar.
El café yemení es famoso
porque tiene dulzura natural.
Yo tomo mi café con azúcar
cada mañana,
pero puedo beber esto sin azúcar.
Qué bueno.
Entonces, ahora vas a cambiar.
(Amel) Estos granos de café
son más dulces porque se cultivan
en las regiones montañosas
más altas del país.
¿Por qué el café
es tan importante para Yemen?
Para Yemen, primero, es nuestra cultura.
Bebemos café todos los días.
También ha abierto Yemen a otros países.
Cuando comenzamos a exportar
a diferentes países,
las personas comienzan
a leer más sobre Yemen,
quieren visitarla,
y quieren ver qué la hace especial.
(Amel) ¿Qué edad tenías cuando
tomaste tu primera taza de café?
(Alhasbani) Mi mamá me contó
que cuando era un niño
me gustaban dos cosas:
el café y el picante.
Pensó que algo raro
le pasaba a este bebé. (risas)
(Amel) Yemen podría haber sido
el primero en tomar café
hace casi mil años atrás
cuando lo exportaba desde
el famoso puerto de Moca.
Pero el colonialismo,
los conflictos,
y la creciente popularidad
de los cultivos de café en otros lugares
opacaron su relevancia.
Alhasbani emigró en 2011,
pero su hermano todavía está en Haraz
y maneja la finca de café de la familia.
¿Aló?
Aló, hola.
¿Cómo estás?
Todo muy bien, gracias a Dios.
¿Cómo está todo por allá?
Todo está muy bien.
Los granos de café están estupendo.
Asegúrate de tostarlos
solo por el tiempo necesario
y en el momento adecuado.
Sí, claro.
Venga, vamos, vamos...
Venga, Abadan.
Venga, Noureddeen.
Nos vamos, ya es mediodía.
El sol está calentando.
Sostén esto.
Aquí. Sostén esto.
Sostén esto.
Cuidado con mi pie.
Los rojos y los tiernos.
El rojo.
Este es uno de los mejores tipos de café.
Mira, están rojos.
Venga, vamos.
El cafeto es el sustento de la gente.
Si te fijas, todos los valles
y los terrenos vacíos
se utilizan para cultivar café.
Todas las riquezas desaparecieron
y todos aquí solo cultivan café.
No queda más nada.
(Amel) Durante cinco años,
una milicia rebelde
con base en el norte, los hutíes,
ha estado luchando contra
una coalición respaldado por los sauditas
por el control del país.
La coalición bloqueó la entrada
de la mayoría de las importaciones,
y el conflicto ha hecho de la vida
en el país más pobre de la región
un infierno.
Más de 100.000 personas
han muerto hasta ahora
por los ataques aéreos, la hambruna,
y enfermedades rampantes.
Y exportar cualquier cosa
en medio de todo este caos
a veces es imposible.
Es más barato intentar exportar
solo una vez al año,
y la única forma de mantener
los granos frescos
es tostarlos y molerlos en EE. UU.
Debes creer realmente en el café yemení.
Sí.
Primero, creo en nuestra marca.
Creo en nuestros granos de café yemení
como uno de los mejores
granos de café en el mundo.
También creo en mí mismo.
No le hice caso a nadie.
Invertí todos mis ahorros,
mi jubilación, todo.
Usé todas mis tarjetas de crédito,
y todo el dinero que tenía.
Todo el mundo me decía: "Estás loco".
(Amel) Cuando la gente
escucha la palabra Yemen,
lo primero que piensan
es en la guerra actual,
las muertes...
Pero para ti Yemen significa otra cosa.
Es mi vida, es mi país natal.
Dejé de ver las noticias, especialmente
cuando se trata de Yemen
porque es demasiado triste.
Estoy acá, tan lejos,
y no puedo hacer nada.
No puedo controlar mis emociones,
mis sentimientos.
Por dentro me siento mal.
Allá está toda mi familia.
Tuve una hermana que estaba enferma
y como no había
ningún hospital en Yemen,
no hay médicos, no hay medicina,
ella falleció en el camino.
La llevaron a un hospital
donde no le hicieron nada,
así que la enviaron de vuelta a casa
donde empeoró.
La llevaron de nuevo al hospital
pero falleció.
¿Te sientes culpable por estar aquí
y que ellos estén allá
en la zona del conflicto?
(Alhasbani) A veces me siento culpable
por no estar junto a ellos.
La familia es muy importante.
Por otro lado, no me siento culpable
porque al menos estoy aquí
para apoyarlos y para ayudarlos.
Si todos estuviéramos atrapados allá,
quién sabe por lo que
estaríamos pasando.
¿Cuáles son tus sueños
para un mejor Yemen?
La guerra tiene que terminar.
Eso es lo primero.
En segundo lugar, los yemeníes
tenemos que unificarnos...
Ah...
¿En qué estás pensando?
Es que siento muchas emociones...
Es que me da mucha rabia...
No cuando pienso en la gente...
Pero cuando se pelean entre sí...
es terrible.
Y si no hacemos nada,
nada cambiará.
Subtitulado por Jenny Lam-Chowdhury
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