Soy una persona muy sensible.
¿Qué es lo primero que piensan
cuando digo esto?
¿Que soy tímida o introvertida?
¿O tal vez muy emocional?
¿Que quizás hay que ser
muy cuidadoso cuando se está cerca de mí?
La suposición común
sobre las personas muy sensibles
es que somos, de alguna manera,
criaturas débiles y frágiles
a las que les tocó perder
en la lotería genética de la vida.
Solo necesitan buscar en Google
la palabra "sensible".
Verán imágenes de
dolor de muelas, piel irritada,
(Risas)
dientes de león mustios
y gente llorando.
La sensibilidad, definitivamente,
tiene un problema de relaciones públicas.
(Risas)
Hoy quiero ayudar a cambiar eso.
Probablemente se estén preguntando
cómo es ser altamente sensible.
Imaginen vivir con los sentidos
en estado de alerta.
Tenemos un mundo interior vívido,
donde las emociones
se magnifican.
La tristeza es dolor,
y la felicidad es éxtasis.
Te preocupas sin razón
y empatizas sin límites.
Imaginen estar en ósmosis
con todo su alrededor.
Las personas altamente sensibles
con frecuencia oyen cosas como:
"Eres muy sensible",
"No te lo tomes todo tan a pecho",
o mi favorito: "Deberías ser más fuerte".
El mensaje principal es claro:
ser sensible es igual a ser débil.
Solía estar de acuerdo con eso.
Siempre creí que debía venir
con alguna señal de advertencia
o aviso: "Cuidado, muy sensible".
Pero déjenme compartir con Uds.
algunas de las ventajas
de ser altamente sensible.
Tengo una mente hiperactiva,
lo que significa que es imposible apagarla
y que el insomnio es mi mejor amigo;
como pueden imaginar,
esto es bastante útil la noche
antes de una charla en TED.
(Risas)
Tampoco puedo ver películas
de miedo o violencia
porque esas imágenes
me atormentarán siempre.
Recuerdo que cuando era pequeña
vi la película "Tiburón".
Me traumatizó tanto
que no pude ir a la piscina,
y mucho menos al mar, durante años.
Algo vergonzoso:
me sentía orgullosa de mi apodo
"Princesa del guisante"
en cuanto a viajes y camas de hoteles.
El colchón no debía ser ni muy duro,
ni muy blando; tenía que ser adecuado.
Mi padre una vez bromeó sobre
que debía empezar a viajar con
mi propia cama y mi almohada
para evitar futuras molestias.
(Risas)
Me preguntaba: "¿Qué bien me puede
hacer ser así?"
El don de la sensibilidad
me sorprendió.
Adoro poder conectar fácil
y profundamente con otros
y tener una intuición fuerte
que me guía como un GPS infalible.
Cuando tan solo tenía 25 años,
encontré un libro
que cambió mi vida:
"Las personas altamente sensibles"
de la Dra. Elaine Aron.
Al fin pude poner nombre
a mi abrumadoramente e intensa
experiencia de vida,
y fue bueno saber que no estaba sola.
El libro describe a las personas
altamente sensibles, o PAS,
como personas de procesamiento
sensorial genético.
Eso parece un trabalenguas.
Sorprendentemente, el 15 % a 20%
de la población es PAS.
Resume los rasgos principales como "PSES"
La "P" es "profundidad de procesamiento".
Las PAS tenemos una gran habilidad
para analizar todo en profundidad.
Mi ejemplo favorito es lo que llamo
"síndrome del restaurante chino".
(Risas)
Básicamente podemos pasarnos una
hora para leer el menú de 40 hojas,
y finalmente pedir
nuestro plato favorito.
(Risas)
La "S" quiere decir "sobreestimulación".
Nos agobia el mundo que nos rodea.
Soy bávara y adoro nuestro Oktoberfest,
pero después de una hora tengo que irme
porque me saturan
la mezcla de olores de pollo asado
y algodón de azúcar,
la cacofonía de canciones
y las multitudes.
Es demasiado para mis sentidos.
La "E" quiere decir "empatía":
las PAS sienten lo que otros sienten.
Es como el viejo dicho hebreo:
"Cuando uno llora,
el otro saborea la sal".
Por último, la "S" es el
"conocimiento de la sutileza".
Las PAS tienen una especie de sensor
pueden percatarse de lo más mínimo.
Desafortunadamente, eso quiere decir
que son ese tipo de personas
que te despertarán a las tres de la mañana
para decirte que oyeron gotear
el grifo de la cocina
dos pisos más abajo.
Como ven, ser PAS es más
que una reacción emocional.
Quisiera tratar dos grandes temas
sobre estereotipos de PAS.
La primera creencia es que las PAS
son introvertidos encubiertos
que quieren un mejor nombre.
(Risas)
Sin embargo, el 30 %
de PAS son extrovertidos,
no podemos clasificarlos
en la categoría de "inadaptado".
las PAS vienen en todas formas y colores.
Segundo, debido a la supuesta feminidad
de los rasgos de las PAS,
muchos piensan que los PSA son mujeres.
Les sorprenderá que el 50 %
de las PAS sean hombres.
En nuestra sociedad, los hombres
no "deberían" ser sensibles,
sino agresivos y competitivos.
Tristemente, que los hombres
puedan ser sensibles y fuertes a la vez
es un concepto extraño.
Ahora es un buen momento para contarles
que no creo que las PSA sean mejores
o peores que nadie;
simplemente son diferentes.
Quisiera señalar que
a, pesar de los rumores,
no son miembros de la
"Sociedad del copo de nieve especial"
y que no tienen un saludo secreto
para identificarse.
(Risas)
Las PAS son como todo el mundo,
solo que sienten el mundo
de forma más vívida.
Si piensan que todas las PAS son iguales,
se equivocan:
no hay dos PAS iguales.
Cada uno tiene sus propias
huellas dactilares sensibles,
además de otros marcadores
como el sexo, la etnia y el entorno
cultural y social.
Quiero recalcar que ser una PAS
no es una enfermedad
ni ninguna elección.
Es un rasgo genético.
Esencialmente, nacemos para ser apacibles.
Si dicen que una PAS es "muy sensible",
es como decirle a alguien de ojos azules
que sus ojos son demasiado azules.
Existen muchas probabilidades,
no importa cuántas veces lo digan,
de que sigan teniendo los mismos ojos
mirándolos.
Pensamos en la sensibilidad
como un error;
un desafortunado tendón de Aquiles
emocional que se atenúa
con nuestra habilidad para ser
perfeccionados, imparciales y robotizados.
Menospreciamos a los idealistas,
los soñadores y los creadores.
Sin embargo, no siempre fue así.
En los siglos anteriores filántropos,
filósofos, poetas, artistas y pintores
eran venerados por sus sensible
contribución a la sociedad.
¿Quiénes seríamos sin Leonardo
da Vinci o sin Mozart?
¿Sin Anaïs Nin o Balzac?
¿O sin la Madre Teresa o Gandhi?
Nuestro mundo sería, sin duda,
un poco más oscuro.
No digo que todos las PAS
sean genios que den forma al mundo.
Pero la mayoría de las PAS necesitan crear
conexión y sentido.
Dado que sienten todo el dolor que ven,
quieren levantar a los olvidados
y salvar a los desafortunados.
Cuando las PAS tratan de esconder
su sensibilidad para encajar,
todos perdemos.
¿No será la sociedad más pobre
si le falta el corazón palpitante
de la creación sensible?
¿Eso desacredita la imaginación,
la intuición y la empatía?
Yo lo creo así.
Por eso creo que necesitamos
empezar a aceptar
y apreciar la sensibilidad
por el efecto regulador
sobre este mundo impetuoso.
Creo que todos somos sensibles
en distintos niveles y maneras.
Las PAS están en el extremo
del espectro.
Por esa razón, pensamos que
la sensibilidad nos afecta a todos.
Como sociedad, tenemos que unirnos
para cambiar la creencia popular
negativa sobre la sensibilidad
y convertirla en positiva.
Necesitamos borrar la idea de que
la sensibilidad es una debilidad
para beneficiarnos de
su infinita fortaleza.
Al hacerlo, crearemos un ambiente donde
todos nos sintamos seguros para
expresar nuestro lado más delicado,
no solamente las PAS.
¿Cómo podemos volver para crear
una conciencia y aceptación
más positivas para la sensibilidad?
A nivel público, creo que
los cambios más urgentes
deben ocurrir en escuelas
y lugares de trabajo.
Debemos formar mejor
a los maestros y así reconozcan
y entiendan a niños sensibles.
E igualmente en padres y maestros,
el habitual bien intencionado
deseo de endurecerlos
para sobrevivir en el gran
y mezquino mundo
tiene que parar.
No debemos vestir las ovejas
con piel de lobos.
A nivel corporativo,
el sistema está configurado para favorecer
a aquellos con codos de acero.
Dado que las personas sensibles
son más fáciles de tratar
y más cooperativas
en vez de competitivas,
por lo general, son dejados atrás
en la escalera corporativa.
Para cambiar esto,
necesitamos crear un ambiente donde
florezcan todas las personalidades,
no solo algunas.
Por eso creo,
que las empresas, por su interés,
deben invitar a personas
sensibles a la mesa.
Sin personas sensibles,
se arriesgan a no tener innovación,
integridad y, en última instancia, humanidad.
A nivel personal,
todos podemos contribuir
no juzgando las finas diferencias
de los sensibles de alrededor.
La próxima vez que quieran decirle
a alguien: "Eres muy sensible",
les pido que paren y lo piensen.
Llenen esa pausa con comprensión.
Verán que el simple acto de aceptarlo
los enriquecerá a ambos.
A mis compañeros PAS, les digo:
Tengan valor y no se avergüencen
de ser Uds. mismos.
No traten de endurecerse.
No se escondan: son hermosos como son.
No se sientan extraños,
porque no son Uds. los que deben
ser considerados raros, sino más bien,
un mundo donde la corrupción,
la violencia y la ambición son la norma.
Como dijo Krishnamurti:
"No es signo de buena salud
estar adaptado a una sociedad
profundamente enferma".
Cuando era niña,
me encantaba perseguir a las mariposas
en nuestro jardín
y admirar su frágil belleza.
Sentía un profundo deseo de protegerlas,
así que decidí retenerlas en tarros
llenos de hierba y flores
para mantenerlas a salvo conmigo
en mi habitación.
Pronto comprendí:
a las mariposas no les gusta
estar en cautiverio.
Entendí que no necesitaban ser rescatadas.
Su colorida contribución
al ecosistema natural
era tal y como debía ser.
Igualmente,
las PAS no deberían esconderse del dolor
en una incubadora.
Deben dar un paso adelante y compartir
sus dones sensibles con todos nosotros.
Creo que, como humanos, estamos unidos
por nuestra experiencia
de sensibilidad y empatía.
Tampoco creo que tengas que ser PAS
para marcar la diferencia.
Estamos afrontando serios problemas
políticos, culturales y medioambientales.
Ahora, más que nunca,
necesitamos la ayuda de corazones
y mentes sensibles
y crear la ruta para
los tiempos difíciles.
Cuanto más conectemos con nuestros
dones sensibles,
mejor podemos curarnos
a nosotros mismos y al
planeta en el que vivimos.
Inspirada por John Lennon,
quien quizá escribió el himno
más sensible de todos los tiempos
"Imagine",
déjenme terminar diciendo:
Por favor, no digan que soy soñadora,
pues sé que no soy la única sensible.
Tengan fe y unan sus fuerzas conmigo
para hacer de este mundo uno mejor.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
(Aplausos)
(Aplausos)