Creo que cada que la idea de fracaso aparece los artistas se asustan un poco, pero también creo que es algo muy saludable. He tenido un par de fracasos que me han permitido entender qué funciona y qué no. Algunas veces, use imágenes simples en áreas difíciles, y quizá se necesitaba una una imagen mucho más compleja. Cuando se trabaja en nuevos proyectos o nuevas técnicas el fracaso es inminente. Pero para mí es necesario —es esencial— llegar a este estado. Es como nadar en agua repleta de tiburones, solo dejarse llevar. Si lo consigues, bien, si no, igualmente está bien. Solamente participas. Cuando sucede le doy la bienvenida, porque sé que voy a aprender algo de ello, pero odio que trás pasar horas y horas con un proyecto, y de estar unido a una idea que pensaste iba a funcionar, todo termine siendo un completo desastre. La cuestión tiene dos caras.