Bien, en verdad, me replantee varias veces
si en realidad debería hablar de esto
frente a una audiencia tan vital como esta.
Luego recordé una cita de Gloria Steinem
que reza:
"La verdad te liberará,
pero antes te molestará". (Risas)
Así... (Risas)
Así que con eso en mente, voy
a tratar de hacer eso aquí
y les hablaré de la muerte en el siglo XXI.
Bien, lo primero que les molestará, sin duda,
es que todos nosotros moriremos
en el siglo XXI.
Sin excepciones.
Aparentemente, uno de cada ocho de Uds.
piensa que es inmortal
según las encuestas, pero
(Risas)
desgraciadamente,
eso no sucederá.
En los próximos 10 minutos,
mientras doy esta charla,
100 millones de mis células morirán,
y en el transcurso del dia
2000 células cerebrales
morirán y nunca regresarán.
Así que podríamos decir
que el proceso de la muerte
comienza bastante temprano.
De cualquier manera, la segunda cosa
que quiero comentar sobre el morir
en el siglo XXI, además de que es
algo que nos sucederá a todos,
es que está destinado
a ser un desastre
para la mayoría de todos nosotros
a menos que hagamos algo
para recuperar este proceso
y desviarlo de esa
trayectoria inexorable.
Es eso. Esa es la verdad.
Sin duda los molestará,
pero ahora veamos
si podemos liberarlos.
No les prometo nada.
Bien, como escucharon en la introducción,
trabajo en cuidados intensivos
y creo haber vivido en el apogeo
de los cuidados intensivos.
Ha sido una gran experiencia.
Ha sido fantástico.
Tenemos máquinas que emiten sonidos.
Hay muchas allí.
Y tenemos tecnología
de asistencia que, creo,
ha funcionado realmente bien
y durante el periodo
en el que trabajé en cuidados intensivos,
la tasa de mortalidad
masculina en Australia
se redujo a la mitad
y los cuidados intensivos
han tenido que ver con eso.
Definitivamente, mucha de la tecnología que usamos
tiene que ver con ello.
Así que hemos tenido un éxito enorme
y, en cierta manera,
terminamos envueltos en nuestro propio éxito
y comenzamos a usar expresiones
como "salvar vidas".
Les pido perdón a todos
por haber hecho eso,
porque, evidentemente,
no hacemos eso.
Lo que hacemos es prolongar
la vida de alguien
y demorar la muerte,
y redireccionar la muerte,
pero lo que no podemos
es salvar vidas, en sentido estricto,
de forma permanente.
Y lo que realmente ha pasado
durante el tiempo
en que trabajé en cuidados intensivos es que
aquellas personas a las que
habíamos salvado en los '70,
los '80 y los '90, ahora iban
a morir en el siglo XXI
por enfermedades a las cuales
no podemos enfrentarnos
de la forma en que
lo habíamos hecho entonces.
Así que lo que está pasando ahora
es que se produjo un gran
cambio en la forma
en que la gente muere
y muchas de las causas actuales
no son tan curables
como solían serlo
en los '80 y '90 cuando yo hacía esto.
Así que, en cierta manera,
nos vimos atrapados por esto
y no hemos esclarecido realmente con Uds.
lo que realmente está pasando ahora,
y era hora de que lo hiciéramos.
Yo me encontré con esto a fines de los '90
cuando conocí a este hombre.
Este hombre se llamaba Jim,
Jim Smith, y así se veía.
Me llamaron a la sala para verlo.
La suya es la mano pequeña.
Un neumólogo me llamó
a la sala para verlo.
Me dijo: "Mira, tengo un paciente aquí,
tiene neumonía,
y me parece que necesita cuidados intensivos.
Su hija está aquí y quiere que se haga
todo lo que sea posible".
La cual es una frase muy escuchada por todos nosotros.
Así que me dirijo a la sala para ver a Jim
y su piel es traslucida como esta.
Se podían ver sus huesos a través de la piel.
Es muy, muy flaco
y, de hecho, esta muy enfermo de neumonía.
Está tan enfermo que no puede hablarme,
así que hablo con su hija,
Kathleen, y le digo:
"¿Alguna vez Jim y tú hablaron
de lo que querrían que se hiciese
si se daba una situación como esta?"
Ella me miro y dijo:
"¡Claro que no!"
"Bien, tomémoslo con calma", pensé.
Y me puse a hablar con ella
y, luego de un tiempo, me dijo:
"¿Sabes? siempre pensé que habría tiempo".
Jim tenía 94. (Risas)
Y me di cuenta de que
algo no estaba pasando.
No existía ese dialogo
que yo imaginaba que estaba ocurriendo.
Entonces con un grupo de enfermeros
comenzamos a hacer encuestas
y visitamos a 4500 pacientes en
residencias de ancianos en Newcastle,
en el área de Newcastle,
y encontramos que solo uno de cada cien
tenía pensado qué hacer cuando
sus corazones dejaran de latir.
Uno de cada cien.
Y solo uno de 500 tenía planificado qué hacer
si tenían alguna enfermedad de gravedad.
Y me di cuenta, por supuesto,
que esta conversación
definitivamente no tenía lugar
entre el público en general.
Bien, yo trabajo en el servicio
de cuidados agudos.
Este es el hospital John Hunter.
Y pensé: "seguramente podemos
hacer algo más que esto".
Así que con una compañera mía de enfermería
llamada Lisa Shaw
revisamos cientos
y cientos de notas
del archivo de historias clínicas
buscando alguna señal que nos indicara
si alguien alguna vez había expresado
lo que le gustaría
que hiciesen con ellos
si el tratamiento que estaban
recibiendo no resultaba exitoso
y debían enfrentar la muerte.
Pero no encontramos un solo registro de preferencias
sobre objetivos, tratamientos
o resultados en ninguna
de las notas realizadas por los médicos
o por los pacientes.
Entonces nos dimos cuenta
de que había un problema;
y el problema es más grave
a causa de esto.
Lo que sabemos es que inevitablemente
todos vamos a morir,
pero como morimos es,
en realidad, muy importante.
No solo para nosotros,
sino también para el impacto
que eso tendrá en las vidas de todos
los que nos sobrevivan.
Cómo morimos queda grabado
en la memoria de todos
los que nos sobreviven
y el estrés provocado por una muerte
en una familia es enorme;
de hecho, el estrés provocado
por una muerte en cuidados intensivos
es siete veces mayor al generado
por cualquier otro tipo de muerte.
Así que morir en cuidados intensivos
no se encuentra entre las mejores opciones,
si pudiéramos elegir.
Y como si eso no fuera suficiente,
todo esto está rápidamente avanzando hacia el hecho
de que muchos de Uds. --de hecho uno de cada 10
en este momento--
morirá en cuidados intensivos.
En los EE.UU, uno de cada cinco.
En Miami, tres de cada cinco personas
morirá en cuidados intensivos.
Así que este es el impulso
que tenemos en este momento.
La razón de que todo
esto suceda es este hecho,
y yo tengo que darles a conocer
de qué se trata esto.
Estas son las cuatro opciones.
Así que una de estas es la que
nos sucederá a todos nosotros.
Las que seguramente conocen más son
las que se están volviendo
de interés histórico:
muerte repentina.
Es muy probable en una audiencia de este tamaño,
pero no les sucederá a todos los aquí presentes.
La muerte súbita se ha vuelto algo muy raro.
La muerte de Little Nell y Cordelia
y de todo ese tipo de personajes
ya no sucede a menudo.
El proceso de muerte de aquellos
con una enfermedad terminal
como las que hemos visto
tiene lugar solo en los jóvenes.
Cuando uno ha llegado a los 80
es muy poco probable que esto le suceda.
Solo una de cada 10 personas
mayores de 80 morirá de cáncer.
Lo que más aumenta son estas dos causas.
Puedes morir por una falla orgánica;
y tu sistema respiratorio, cardíaco, renal
o cualquier otro órgano dejará de funcionar.
Cada una de estas fallas
será la causa de que termines
en una unidad de cuidados intensivos;
y al final, o en algún momento,
alguien dice: "es suficiente"
y debemos detenernos.
Y esta es la causa que mayor
aumento experimenta,
y al menos seis de 10 de los
que estamos en esta sala
morirá de esta manera, que es
la disminución de nuestra capacidad
y el aumento de la fragilidad;
y la fragilidad es una
parte inevitable del envejecimiento,
y el aumento de la fragilidad es,
de hecho, la principal causa
de muerte en la actualidad;
y los últimos años,
o el último año de nuestra vida
lo pasamos con un alto grado
de minusvalía, desgraciadamente.
¿La están pasando bien? (Risas)
(Risas)
Perdón, me siento como...
me siento como Casandra aquí.
(Risas)
¿Qué les puedo decir que sea bueno?
Lo que es bueno
es que esto está sucediendo
a una edad mayor en la actualidad.
Todos, o casi todos,
llegaremos a este punto.
¿Saben? históricamente
nunca habíamos logrado esto.
Esto es lo que sucede
cuando la esperanza de vida aumenta,
pero, desafortunadamente,
una mayor longevidad implica
mas vejez y no más juventud.
Siento decirles eso. (Risas)
Lo que hicimos, de todos modos...
miren lo que hicimos
Nosotros no solo llevamos esos resultados
al Hospital John Hunter y a todo el mundo,
sino que comenzamos una serie de proyectos
para tratar de investigar si podríamos,
de hecho, involucrar
más a las personas en las cosas
que les suceden a ellos.
Pero, claro, nos dimos cuenta
de que estábamos tratando
cuestiones culturales
y eso es... adoro esta obra de Klimt,
porque cuanto uno más la mira más percibe
el conjunto de cosas que suceden allí,
que es claramente la separación
de la vida y la muerte
y el temor. Como, si se fija bien,
hay una mujer allí
que tiene sus ojos abiertos.
Ella es la persona
a la que él está mirando
y [ella] es a quien él
se dirige. ¿Pueden ver eso?
Ella luce aterrorizada.
Es un cuadro maravilloso.
Bien, como les decía,
tuvimos un gran problema cultural.
Era evidente que la gente no quería
que le hablásemos de la muerte,
o al menos eso pensamos nosotros.
Entonces, con un gran fondo del gobierno federal
y de los servicios de salud local,
introdujimos en el
John Hunter algo llamado
"Respeto a las elecciones de los pacientes"
Entrenamos cientos de personas para ir a las salas
y hablar con la gente sobre el hecho de que morirían
y sobre que querrían que
se hiciese en esa circunstancia.
A ellos les encantó. A las familias
y a los pacientes les encantó.
El 98 % de las personas realmente pensaba
que esto debería ser una práctica común
y que así deberían hacerse las cosas.
Y cuando nos expresaban deseos,
todos esos deseos se realizaban,
como debería ser.
Nosotros fuimos capaces de hacérselos realidad.
Pero luego, los fondos se acabaron
volvimos a investigar seis meses después
y todo el mundo había parado
y nadie tenía estas conversaciones ya.
Eso fue devastador para nosotros
porque pensábamos que esto realmente funcionaria.
El factor cultural se había reafirmado.
Bien, resumiendo:
pienso que es importante
que no solo entremos en la autopista
hacia la UCI sin pensar mucho si es allí
donde queremos terminar,
especialmente a medida que envejecemos
y nos volvemos más frágiles
y la UCI tiene cada vez menos para ofrecernos.
Tiene que haber alguna callecita paralela
para las personas que no quieren seguir ese camino.
Yo tengo una pequeña idea
y una gran idea sobre lo que podría suceder.
Y esta es la idea pequeña.
La pequeña idea es: vamos todos
a envolvernos más en este
camino que Jason ilustró.
¿Porqué no podemos tener
este tipo de conversaciones
con nuestros mayores
y con todos aquellos que tal vez
estén próximos a esto?
Hay un par de cosas que podemos hacer.
Una de ellas es
formular una simple pregunta.
Esta pregunta nunca falla.
"En caso de que estuvieras muy enfermo
y no pudieras expresarte,
¿quién querrías que hablase por ti?"
Esa es una pregunta muy importante
para realizar a las personas
porque darle a la gente el control
sobre quien puede ser
produce un resultado asombroso.
La segunda cosa que
uno puede preguntar es:
"¿Has hablado con esa persona
sobre las cosas que son importantes para ti
de forma tal que sepamos mejor
qué es lo que podemos hacer?"
Esa es la idea pequeña.
La gran idea, pienso, es más política.
Pienso que tenemos que concentrarnos en eso.
Yo sugerí que debíamos tener el Ocupa Muerte.
(Risas)
Mi esposa me dijo: "Si, claro,
protestas en la morgue.
Si, si. Como no". (Risas)
Entonces eso no tuvo lugar en verdad,
pero estaba muy afectado por esto.
Bien, soy un hippie envejecido.
No sé, no creo que todavía me vea así, pero
tuve dos de mis hijos nacidos en casa en los '80
cuando el parto en casa era algo
muy grande y nosotros, los baby boomers,
estamos acostumbrados a tomar
el control de la situación.
así que si reemplazas todas
estas palabras relacionadas al nacimiento,
me gusta "Paz, Amor y Muerte Natural"
como una buena opción.
Pienso que debemos ser más políticos
y comenzar a reclamar este proceso del
modelo medicalizado en el que tiene lugar ahora.
Ahora, escuchen, esto suena
como una apología a la eutanasia.
Pero quiero que quede bien en claro:
odio la eutanasia.
Pienso que es algo de mal gusto.
No creo que la eutanasia importe.
Pienso, en realidad, que
en lugares como en Oregón,
donde se puede tener
un suicidio asistido por un médico,
donde uno toma una dosis de algún veneno,
apenas medio por ciento
de las personas lo hacen.
Me interesa más lo que
le sucede al 99,5 %
restante que no quiere hacer eso.
Creo que la mayoría
de las personas no quieren morir
pero también creo que la mayoría
quisiera tener algo de control
sobre cómo se desarrolla
su proceso de muerte.
Por eso me opongo a la eutanasia.
Pero creo que tenemos que devolverle
a la gente algo de control.
Eso le quita a la eutanasia
el suministro de oxígeno.
Pienso que deberíamos buscar detener
la voluntad de realizar una eutanasia,
no para hacerla legal o ilegal
y preocuparse por eso.
Esta es una cita de Dame Cicely Saunders,
quien conocí cuando era estudiante de medicina.
Fue la fundadora del movimiento hospicio.
Ella dijo: "Tú importas porque eres tú,
y tú importas hasta el último momento de tu vida".
Y creo firmemente que
ese es el mensaje
que tenemos que transmitir.
Gracias. (Aplausos)