Si, apóyate cómodamente. Como lo harías normalmente. Si, eso está mejor. Piernas arribas, si. Firme, firme. Eso es perfecto, eso es genial. Okay, eso es genial. Los últimos días de Pompeya. Sin duda es una secuencia fotográfica. Es dirigir a una gran cantidad de actores. Está ubicado en otro período histórico. Se relaciona con el arte, la teatralidad y esencialmente se relaciona con lo que yo creo que es nuestra situación actual. Párate, deja verte de pie, okay. Apóyate en él. Es muy perfecto, no se muevan aún chicos. Estamos sacando otra. Miré a La Jolla. La ciudad estaba expuesta en esta increíble bahía y la miré y pensé es como Pompeya. Está llena con estas hermosas, ricas personas viviendo la vida buena al borde de la aniquilación. Y por supuesto, California lo estamos de todos modos. La relación entre América, como este gran poder colonial y una de las primeras potencias coloniales, Roma. Fue muy claro para mí. Siempre trabajo con gente, y por supuesto uso la creatividad de la gente y cómo lucen y la forma en que se manejan y la forma en que hablan, pero soy realmente definitiva sobre qué es lo que quiero. Soy una especie de dictadora. ¿Quieres ponerte el casco una vez más? Tengo que tener una buena consulta en esto Me gusta de las dos formas, voy a fotografiarlo de las dos formas. Pero hazlo así, sostiene esta mano asi. Ahora Mike, mira, no olvides tu pulgar. Abajo con tu pulgar ahora, no mires. A por ello, eso está bien. Hagánlo. Hagánlo. Háganlo. Hagánlo. Hagánlo. Perfecto. Me gusta eso. realmente me gusta eso. Se realizó en la casa de campo de mi amiga. En Rancho Santa Fe, California. Y si alguien, supongo, está bailando al borde del abismo de la destrucción supongo que debería ser Rancho Santa Fe. Recientemente llamada la comunidad más rica de Estados Unidos. Tengo una especie de, supongo, relación amorosa con el pasado. Cuando era niña, quería haber sido una Griega Antigua. Y estamos hablando de como 5 años, 6 años, estaba fascinada con la Mitología Griega. Y estaba apasionadamente enamorada de las esculturas. Sabes, soy originalmente de Nueva York. El Museo Metropolitano, toda esa gente patética y rota. Era como una especie de Mausoleo de lisiados. Cuando estaba en la secundaria, solía faltar a clases e ir al Metropolitano a tocar a, ya sabes, Perseo y todos eso pobres tipos, y a veces un guardia me atrapaba y decía no hagas eso. Solía jugar con muñecas de papel durante toda mi infancia. Continué estas largas y complicadas historias y debo decir que incluso mucho después, cuando estaba en la secundaria y ya no jugaba con estas pero aún las tenía, y en los días cuando estaba muy deprimida, volvía a casa y jugaba con mis muñecas de papel. Era algo como, lo llamaría masturbarse o algo así. Era como humillante. Pero era muy importante, dejó salir mucho, sabes. Hay una riqueza en eso, en que puedo hacer eso, ese tipo de fantasía. Que supongo que es por eso que volví con ellas e incluso mis grandes figuras son, en cierto modo, recortadas, solo que son más grandes. Una de mis mayores pasiones siempre ha sido la narrativa y siempre he sentido que la narrativa es una necesidad tan humana como respirar. Explicarnos y comunicarnos constantemente en términos de poner material junto que en cierta forma tiene aspecto de historia. definiría lo que hago, esencialmente, como el inventar historias. Solía tener esta fantasía, cuando era niña, de que sería esta persona invisible que estaría ahí cuando Keats estaba muriendo, cuando Marlowe fue asesinado, cuando Caravaggio estaba acostándose con quienquiera que estuviera acostándose. Todas estas cosas estarían pasando y yo estaría ahí invisible y sabría todo. Es una imagen muy fáustica, especialmente para una niña, no sé de donde la saqué, pero era esta pasión y era siempre el pasado. Solía pensar que no tenía un yo que era mío y literalmente decidí ser actriz cuando decidí que si no tenía un yo propio, podría tomar prestado el de otras personas. Es algo que continuó cuando empecé a trabajar con persona, porque fue una muy buena manera de lidiar con muchos problemas políticos y sociales, que eran de mi interés. Como una joven feminista, estaba interesada en lo qué sería mi yo masculino entonces pensé me pondré pelo en la cara. La otra posibilidad era un poco difícil. Así que me puse barba y descubrí que era un rey y, como sea, se convirtió en mi yo político. Y luego, mi yo femenino más glamoroso y maravilloso, en aquellos días, una bailarina, Antinova y había tomado algo de lecciones de ballet varios años antes, pero realmente esencialmente me enseñé a mi misma desde un libro, inmóvil, con una silla, en mi estudio frente a un espejo. Siempre tiendo a ver el lado divertido de las cosas. Esa es la experiencia más rica, es cuando es la risa, y es las lágrimas juntas, y sé que suena muy judío, y tal vez eso es parte de mi yo judío, probablemente lo sea el tipo de humor con el que me criaron, este como humor infinito en mi vida familiar y al mismo tiempo... 100 botas. De alguna forma, vino a mí en un sueño. Ahí, botas negras. Grandes botas negras, las conseguí en el Army-Navy Surplus, luego las imprimí en tarjetas postales y finalmente, en el transcurso de 2 años y medio, se enviaron 51 tarjetas a unas mil personas en todo el mundo, ahora es una pieza que vi como una especie de novela pictórica que fue enviada por correo, llegó sin avisar, sin pedir, que llegó en medio de la vida de la gente. Así que esta fue la primera, que de alguna manera preparó el escenario: ''100 botas frente al mar''. La siguiente, que creo que la enviamos unas 3 semanas más tarde, fue "100 botas van a la Iglesia''. Y un amigo artista, Allan Sekula, me dijo recientemente, que una de las razones por la que ama mucho esta pieza es porque es la vieja California, que ya no existe. La Iglesia se ha ido, hay algún condominio, Solana Beach se ha convertido en el cielo de los condominios. Y después ''100 botas doblan la esquina'' Hay un poco de angustia, estaban haciendo cosas suburbanas y felices, y ahora algo está pasando. ''100 botas hacen un allanamiento''. Primer crimen. Ahí están. Me subí a las bombas de la compañía eléctrica y puse mis botas ahí, y la indicación, como ven, dice "allanamiento, tirar basura, manosear" prohibido por ley. 3 días después, envié ''100 botas sobre una Lambo''. Esto es alrededor de la mitad de la pieza ''100 botas en el trabajo''. Y esto es en Signal Hill, con las pequeñas torres petrolíferas, cerca, en Los Ángeles, en Long Beach. Y después, unas semanas más tarde, ''100 botas fuera del trabajo''. Y el lugar donde fotografié esto, con todas esas horribles chimeneas y todo eso, es un lugar en Long Beach, llamado Terminal Island. Y luego, finalmente, el Museo de Arte Moderno me pidió hacer una exposición allí, y dije bueno, tengo que terminar, ya sabes, la serie, y ellos dijeron bueno, y también fotografié las botas en Nueva York. Esta es una de las fotos de Nueva York. Puedes ver el World Trade Center por allí. Y luego, después de que había terminado, el último día de su exposición de vuelta en California, envié esta ''100 botas se van de vacaciones''. Y ahí ves sus suelas, es un mal chiste. Algunos de mis trabajos son escandalosos y divertidos, obviamente. Pero en su lugar, incluso eso que parece como lo más obviamente ridículo, hay, pienso, una relación con la experiencia humana, que le da una capa más rica. Adoro el ballet en algunos aspectos, pero es una forma de arte totalmente ridícula, quiero decir, es tan estúpido. Me encanta, porque es patético a su manera, y es ridículo que la gente camine en zancos. Es una tontería, y hay algo hermoso y triste en eso, y muy lúgubre, de alguna forma. Olvidé cuál de los bailares masculinos estaba explicando el ballet en la televisión, y hay una bailarina ahí, y la agarra por la entrepierna así, y le sostiene la mano así, y dice algunas personas, no sé lo que algunas personas llamaría a esto, pero yo lo llamo arte. Y sexual, el sexo y el ballet son en realidad, ya sabes, muy cercanos, también de la manera que el romanticismo y el sexo lo son. Así que, obviamente, me estoy burlando de ese aspecto de esto.