Es estupendo estar en Bergen
por segunda vez esta semana.
Yo vivo en Oslo, supongo que
vivo en el lugar equivocado.
(Risas)
Como bien dices, mi nombre, Pellegrino,
que es mi nombre de pila,
significa "peregrino".
Me lo pusieron mis padres italianos.
Es como si supiesen lo que iba a hacer
el resto de mi vida.
"Vamos a llamarle 'peregrino'
y así viajará por todo el mundo".
Y eso es básicamente lo que hice.
Aquí trabajo.
Viajo mucho.
Puedo ponerle un nombre sofisticado,
pero lo que hago es intentar ayudar
a la gente a comunicarse mejor,
especialmente en el mundo empresarial.
Intento ayudar a la gente a comunicarse
mejor con otras nacionalidades.
Lo primero que pensamos cuando trabajamos
con otras nacionalidades
y con comunicación intercultural
es "Miremos a las demás culturas".
Yo tengo un enfoque un poco distinto.
Digo a la gente: "Mírate a ti mismo".
Voy a hablar sobre la percepción
porque lo que la gente ve viene
de la percepción y el entendimiento.
Como ven, tengo algo de italiano
y tengo mucho de británico.
La gente se suele sorprender
por mi acento inglés.
Es genial, ¿verdad?
Porque no esperaban esto,
esperaban que hable con acento italiano.
Yo no hablo así. (Risas)
He vivido en Noruega durante
un tercio de mi vida,
así que tengo mucho de noruego también.
Me gusta hacer con la gente
pequeños experimentos sociales
para comprobar su imagen de mí.
Como dije, viajo mucho, así que
me gusta jugar con las aerolíneas.
Me gusta llegar a la aerolínea
y hablar en inglés,
o a veces pongo acento italiano,
para ver qué reacciones obtengo
y con el inglés consigo la mejor.
Si quieres un buen servicio
habla en inglés como yo.
Te toman en serio.
Sí, lo hacen, de veras.
Por ejemplo, ayer el avión
a Bergen iba con retraso.
Si digo: "Disculpe, vamos
con 30 minutos de retraso,
soy una persona puntual
no me gusta llegar tarde".
Te toman en serio.
Pero ayer pensé probar con
acento italiano. (Risas)
Así que fui y dije:
"Disculpe, pero el avión
va con 30 minutos de retraso,
soy una persona puntual, ¿sabe?"
(Risas)
¡Exactamente!
Obtuve esa misma reacción.
(Risas)
Este es uno de los problemas de
trabajar con otras nacionalidades:
la gente ve lo que quiere ver,
no siempre ve lo que tú ves.
Y este es uno de los retos.
Antes de adentrarnos en el tema,
cultura, veamos qué es eso.
Mi definición de cultura.
Sé que esto no lo abarca todo,
pero digámoslo de forma sencilla.
Suelo hacer talleres sobre este tema,
tengo 18 minutos,
"un sistema de comportamiento para actuar
de una forma conocida o aceptada".
Palabras clave: aceptada o conocida.
Hacemos cosas, básicamente,
que son aceptadas en nuestro grupo social
y que son conocidas.
Gran parte de mi trabajo consiste en
explicar el comportamiento noruego
a otras nacionalidades.
Siempre investigo cosas del tipo:
"¿Podemos describir brevemente
a un noruego?"
Creo que lo encontré. Encontré
este fantástico texto en Internet,
quiero que lo lean,
realmente merece la pena.
"Si tuvieses que describir a esta persona
con un color, sería el verde.
Vive aislado en su casa, un lugar que
describe como "suyo" y "acogedor".
Sin embargo, no es el más receptivo
cuando se trata de visitas".
El típico noruego.
"Es un poco primitivo,
pero sincero, directo,
todo lo que quiere son pequeños placeres
como paz y tranquilidad".
¿Les suena algo de esto?
Hay palabras clave, ¿las ven?
Saltan a la vista.
Y, sí, es un estereotipo, pero
mucho de esto es un poco verdad.
Enseño esto a los noruegos
y asienten ligeramente:
"Sí, tienes razón en eso".
Luego les sorprendo:
esta descripción no es de un noruego,
sino de una estrella de Hollywood.
¡Sí! ¿Quieren saber quién es?
Ahí lo tienen. Ese de ahí.
(Risas)
El caso es que muchas veces
se creen lo que la gente les dice.
Podría sentarme ahí y decirles
esto es un noruego y lo creerían.
No es para nada un noruego,
aunque podría ser un noruego
que está saliendo de su casa.
Hay muchas palabras ahí que
son aceptadas y conocidas.
Otra cosa aceptada y conocida
de la vida noruega
es el bosque noruego; yo vivo
cerca de Oslo, todo es bosque ahí.
Trabajar a nivel internacional
implica no aceptar completamente
que tus suposiciones son
las mismas que las de los demás.
Es lógico; es de sentido común.
El bosque noruego está muy bien,
¿verdad, noruegos de la sala?
Todo es bueno: aire fresco, naturaleza
alces, esquí. Es fantástico.
Es lo que pensó mi mujer la primera vez
que mi padre nos visitó en Noruega
porque pensó que haríamos algo agradable.
Ella le preguntó a mi padre italiano:
"¿Le gustaría salir a dar
un paseo por el bosque?"
Y mi padre la miró y le dijo:
"¿Por qué?"
(Risas)
Tuve que explicarle a mi mujer
que si le dices a un italiano:
"Vamos a dar un paseo por el bosque".
quiere decir otra cosa,
no se hace eso. (Risas)
¿Cómo saber eso? ¿Cómo saberlo?
Aceptado y conocido.
Aquella vez, fuimos a dar
un paseo en coche con mi padre,
y todos estábamos mirando lo mismo.
Un bonito paisaje noruego.
Y mi padre sacaba fotos
para enseñar a sus amigos.
La carretera tenía baches,
así que le dijo a mi mujer:
"¿Podrías ir más despacio? Para,
quiero sacar una foto mejor",
Mi mujer le dijo: "Pero Sr. Riccardi,
esto es la nada".
Él la miró y le dijo:
"Lo sé, nunca había visto la nada".
(Risas)
Lo increíble de esto es que
estábamos mirando la misma imagen
y usando palabras muy distintas
para describirla.
Este es el reto de trabajar
entre fronteras.
Tenemos ideas distintas
de lo aceptado y conocido.
Esto es lo aceptado y conocido
para mí cuando hago cola.
Me crié en Reino Unido,
somos campeones mundiales de
hacer cola, esperar en fila.
Y, ¿saben? Somos fantásticos.
Si haces cola en un supermercado
en Reino Unido
-- pongamos que hay 10 personas en fila,
todos nos estamos impacientando un poco
porque estamos haciendo cola --
y entonces abren una nueva caja,
¿saben qué pasaría en Reino Unido?
Los cuatro primeros no se moverían,
permanecerían en la cola.
Los seis siguientes se pasarían
a la siguiente caja
en casi el mismo orden,
y comprueban que todos lo hagan.
Si abren otra caja, ocurrirá lo mismo.
Es como una marcha militar.
Es fantástico.
¿Ocurriría lo mismo en Noruega?
No. ¿Qué pasaría si gritasen
en noruego "Ledig kasse"?
Que significa "Caja disponible".
¿Qué ocurre? Que todos van.
El que primero llega, se lo lleva, ¿no?
¿No es eso lo aceptado y conocido?
La primera vez que me pasó,
estaba muy sorprendido y dije cosas
no muy buenas de los noruegos.
(Risas)
Hay que indagar más a fondo para saber
por qué los noruegos hacen eso.
¿Por qué corren hacia esa caja?
¿Por qué tanta prisa por ser el primero?
Creo que tiene que ver con esto.
"¿Qué?" Me preguntan.
Este es el rey de Noruega
en un tren en 1973.
El de la gorra a la derecha.
Esto es igualdad
y creo que hacer cola en Noruega
se basa en la igualdad.
En la atención por orden
de llegada prima la igualdad.
La capacidad de indagar más a fondo
nos permite descubrir
los valores subyacentes.
Así aprendes a comunicarte con la gente.
Esta igualdad es muy importante
en Noruega.
Por eso estamos tan relajados
entre nosotros,
no nos importan los títulos,
vestimos de forma casual,
esto crea un ambiente estupendo
para los negocios, ¿verdad?
Pero, a veces, puede tomarte
un poco por sorpresa,
y en esas situaciones en las
que estás incómodo o irritado,
tendemos a sacar conclusiones negativas
antes que positivas.
Yo viajo por todo el mundo
(y esto no es publicidad
para las aerolíneas)
pero tenemos Scandinavian Airlines,
Lufthansa y Singapore Airlines,
y todos sabemos que Singapore Airlines
tiene el mejor servicio. ¿Por qué?
Porque tienen unas sociedades
mucho más jerárquicas.
Por lo tanto, cuando te sirven,
te sirven,
y el personal de Singapore Airlines
(si alguna vez han ido con ellos)
desde el momento en que te saludan,
parece que te van a servir.
Es decir, solo con el lenguaje corporal,
dicen "Cualquier cosa para Ud., señor".
Pero si alguien de Scandinavian Airlines
hiciese eso cuando entras,
sí, justo, parecería sospechoso,
¿verdad?
¿Qué pasa? (Risas)
Porque no es aceptado ni conocido,
sencillamente.
Todo se trata de eso.
Así lo hacemos.
Y observen el espacio.
El espacio es importante, nadie se toca.
Si van a Finlandia, ese espacio
es mayor, ¿ven?
(Risas)
Es fantástico. (Risas)
Miren cómo hacen cola en Francia.
No se parece nada a cómo hago cola yo,
y cambia cada día, nunca es igual.
Y en algunas culturas necesitas
más motivación para hacer cola.
Esta es mi favorita,
es fantástica, miren.
(Risas)
¿No es genial?
Todas son distintas.
Todos hacemos lo mismo de
formas ligeramente distintas.
¿Cómo moverse entre fronteras?
¿Cómo navegar en estas aguas?
Porque no puedes aprender
todos los códigos. Es imposible.
Un consejo: Lo que realmente
me apasiona es la curiosidad.
Soy, siempre he sido y seré,
una persona curiosa.
La curiosidad te abre muchas puertas.
Creo que puedes preguntar cualquier cosa
a cualquier persona
siempre que lo hagas con curiosidad.
Así es. La curiosidad es estupenda.
Tengo tres hijos.
Los niños son las criaturas
más curiosas del planeta.
Según una encuesta reciente (que
no creo, pero debo mencionar),
los niños de 4 años hacen
unas 390 preguntas al día.
El 82 % de las preguntas se las hacen
a las madres y no a los padres.
¿Saben por qué?
Si el niño le pregunta al padre,
¿qué le responde?
Pregúntale a tu madre. (Risas)
La curiosidad es muy importante.
Una de mis situaciones más difíciles.
Estaba comiendo en Helsinki,
en Finlandia,
y estaba sentado.
El caso es que cuando los italianos
comemos, tenemos que hablar.
Comemos y hablamos, comemos y hablamos.
No somos los únicos,
muchas culturas lo hacen.
Los finlandeses, por otro lado,
no tienen que hablar.
Pueden hablar, pero no tienen
por qué.
Estaba sentado al lado
de un finlandés,
intentando ser curioso
y crear una conversación,
y pensé: "Bien, charla trivial".
Reglas para mantener
una charla trivial:
Regla número 1: haz una pregunta simple.
Curiosa y sencilla.
Regla número 2: escucha la respuesta,
elige una palabra y sigue por ahí.
Es muy sencillo en realidad.
Así que ahí estaba sentado
al lado del finlandés callado.
Me giré hacia él y dije:
"¿Has vivido toda tu vida en Helsinki?"
Me miró de una forma rara
y dijo: "Aún no".
(Risas)
En momentos como este,
¿qué palabra sigo: "no" o "aún"?
(Risas)
Tu curiosidad se ve desafiada,
pero tienes que ser curioso.
Es muy sencillo.
¿Saben la clave de las culturas nórdicas?
Se basa en la economía del lenguaje.
Los italianos usan muchas palabras
para decir muy poco, en realidad.
En los países nórdicos
es diferente, es lo contrario;
el mayor mensaje con menos palabras.
Donde crecí, en Reino Unido,
(donde también se usan muchas palabras)
miren esto: "Disculpe, ¿podría tan solo
interrumpirle un segundo?"
Son 7 palabras.
Son demasiadas palabras.
Los noruegos dicen esto en una palabra.
A eso llamo yo economía del lenguaje.
¿Cuál es esa palabra?
Miren. (Risas)
Sí. "Tú" (en noruego). Eso es todo.
"Perdone por tropezar así con Ud.,
soy tremendamente torpe".
Demasiadas palabras.
Los noruegos lo dicen en una.
¿Listos? Ahí va: [Oi!]
Fantástico. (Risas)
Y mi favorita (ya saben la respuesta):
"Disculpe, no he entendido
lo que ha dicho".
Público: Hae?
Eso es. "Hae?" Una palabra.
La primera vez que lo oí,
solo oí eso, "Hae?" (Risas)
Tengo tres hijos diciendo siempre,
"Hae"? "Hae"? "Hae"?
(Risas)
Pero miren más allá de la parte negativa
y observen la curiosidad.
Y es así, solemos percibir erróneamente.
Porque en un contexto serio, este "Hae?",
que he oído muchas veces,
no se suele percibir como algo positivo
fuera de nuestro país.
Lo entienden, ¿no?
Todos hemos sido malinterpretados
alguna vez.
A los holandeses se les suele
malinterpretar.
Se quejan mucho, son campeones
mundiales en quejarse.
Pero, ¿por qué lo hacen?
Porque buscan algo mejor.
Puedes quejarte y buscar
un resultado mejor, lo cual es difícil.
Trabajé con un chico que
era francés, es francés.
Solía trabajar con él,
se llama Yves.
Yves. Yves también se quejaba mucho.
Se quejaba por todo
y lo cuestionaba todo.
Tenía una mente genial.
Podía entrar en el trabajo
y al entrar le decía a Yves:
"¡Buenos días!"
Me miraba y decía, "¿Tú crees?"
(Risas)
Estaba en ese nivel.
Yo también me he enfrentado a retos.
Mi mayor desafío ha sido,
al vivir en Noruega y tratar
de comunicarme con los noruegos,
sin duda, los sentimientos
y cómo expresarlos.
De donde yo vengo, nos expresamos.
Lo que he aprendido a hacer,
tuve que aprender
es a moderarme un poco al vivir
en países nórdicos, en Noruega.
A moderarme, contenerme, mantener
la calma, porque eso funciona,
pero suele ser muy, muy difícil.
Otro tema son las normas, todavía
las encuentro un poco complicadas.
Debo admitir que en eso
soy bastante italiano.
Esta gente va en coche a su trabajo
en una ciudad de Noruega.
Siguen las normas, ¿ven?
Son normas sencillas:
mantente entre las líneas
y no uses aquel carril,
el del transporte público,
a no ser que seas bus, taxi,
o coche eléctrico; normas simples.
Y miren esto:
todos y cada uno de los coches
conducen entre las líneas, es fantástico.
Este es un pequeño vídeo que grabé
este verano mientras iba a Italia.
Es un coche de policía. Ese coche
no tiene nada que ver con él.
Es solo un pequeño vídeo,
pero obsérvenlo.
¿Harían eso en Noruega?
Saben que no.
Este es otro vídeo en Francia.
Lo que hacen --sí, sí, miren--
lo que pasa es que van sin rumbo.
Me encanta el del BMW,
ese francés está pensando:
"¿Derecha o izquierda? Aún no sé,
no lo he decidido". (Risas)
Es fantástico.
En algunos países, ni siquiera
puedes ver las líneas.
¿Dónde están las líneas? ¿Dónde están?
Una vez le sugerí a un compañero indio:
"Tal vez, si pintasen las líneas
más a menudo,
la gente seguiría las normas".
Él me dijo: "No, sería malgastar
la pintura".
(Risas)
Por eso en Noruega tenemos
guardias de tránsito.
Este es un guardia de tránsito en Noruega
poniéndole una multa a un coche.
Ahora voy a comprobar algo.
Como ven, los noruegos conocen
estas normas de forma instintiva.
Es tu deber conocer las normas.
¿Puedo preguntarles por qué
van a multar a ese coche?
Está demasiado cerca
de aquel paso de cebra.
¿Cuál es la distancia mínima?
La gente murmura "25".
Saben estas cosas,
es una pregunta estúpida.
El día que aparqué en Oslo...
Les explicaré qué está pasando.
La línea va por aquí
y luego por debajo de la rueda,
esto no es un aparcamiento,
yo tenía un poco de prisa.
Mi mujer me dijo: "Creo que deberías
mover el coche un poco hacia adelante".
Le pregunté: "¿Por qué?"
"Tú muévelo. Es que te van a multar".
"¿Por qué?"
"Muévelo y ya está, por favor".
(Risas)
Era evidente que estaba muy incómoda
y eso me irritaba, pensé:
"No tengo tiempo para esto. Vamos".
Así que me fui.
Bien, para los noruegos de la sala,
¿me multaron?
Público: Sí.
¿Les doy pena? No.
No sienten compasión. (Risas)
Ni un ápice de compasión.
Es una maldita norma sencilla,
sigue las reglas.
Los italianos piensan que el poder
de la palabra, de la persuasión
es la principal herramienta en la vida.
Creemos poder encandilar a la gente;
si eres bueno haciéndolo,
puede que te escuchen
y quizá te den una solución alternativa.
Así que pensaba que podría llamar
a la guardia de tránsito de Oslo
y explicarles mi problema.
Puedo ver a los noruegos diciendo:
"¡Oh, no! Pierdes el tiempo.
Ni te molestes".
¡No! Yo decidí intentarlo.
Llamé a la guardia de tránsito de Oslo:
"Hola, soy Pellegrino..."
Por cierto, hablé en inglés,
por supuesto, no en noruego
porque te toman más en serio.
"Hola, soy Pellegrino,
llamo por el caso número 78206".
"Sí, lo tengo aquí delante".
"Me preguntaba si podría ser
un poco flexible con este tema
estamos hablando de solo 20 centímetros.
Lo siento mucho, he aprendido la lección,
no lo volveré a hacer".
¿Eso ayudó?
En absoluto.
A su favor diré que era bueno,
era muy bueno.
Podía escuchar como tecleaba,
tenía todas las normas,
me decía: "Lo siento mucho,
pero la rueda tiene que estar dentro.
(Risas)
Lo dice aquí la norma 5, párrafo D".
Tenía todas las respuestas delante.
Luego dijo algo que nunca olvidaré.
"Se llama Riccardi, debe de ser italiano.
Probablemente le guste el fútbol".
Dije: "Sí, me gusta".
"Bueno, esto es como el fútbol.
La pelota debe estar dentro,
la rueda debe..." (Risas)
Pero es fantástico.
Fue genial. Tenía todas las repuestas,
negro y blanco, lo tenía todo.
Bien.
Le conté esto a mi amigo Yves,
el chico francés,
que se cabreó mucho.
¿Recuerdan a Yves? "¿Tú crees?"
Se le da muy bien hacer preguntas
y me dijo: "Bien, la rueda
debe estar dentro.
¿Qué pasa si quito la rueda
del coche? ¿Qué pasaría?"
Pensé que era muy interesante.
(Risas)
Llamé de nuevo y pregunté:
"¿Qué pasaría si quito la rueda?"
No tenía una respuesta.
No pudo responderme a esa pregunta.
¿Por qué no?
No es una pregunta aceptada ni conocida.
Y él carece de ese enfoque.
Necesitas la ayuda de un italiano
porque cuando aparqué en Italia...
Estaba buscando un sitio donde aparcar
un día festivo. Imposible.
Veo a una guardia de tránsito
y me acerco.
Empiezo a hablarle en italiano:
"Mire, estoy buscando sitio".
Me dice: "Hay un aparcamiento cerca,
pero no aparque ahí".
"¿Por qué no?"
Me dice: "Es muy caro, ¡40 euros!"
(Risas)
"¿Sí? ¿Qué puedo hacer?"
Me dice: "Me cae bien,
parece un buen tipo.
Me gusta como habla italiano,
le voy a ayudar hoy.
Aparque por aquí".
Y me indica esta señal y dice:
"Aparque allí".
(Risas)
"Venga ya, no puedo..."
"No pasa nada, no es peligroso.
Aparque ahí.
No pague 40 euros en el
aparcamiento. Aparque ahí.
Le pongo una multa de 30 euros
y se ahorra 10".
(Risas)
No estoy aquí para discutir
si está bien o mal,
pero les puedo decir que lo entiendo.
Lo entiendo porque lo llevo dentro.
Lo he visto antes y lo acepto
y puedo ver los aspectos positivos.
Estas tres culturas que llevo dentro.
Para concluir, esto
es lo que me apasiona:
Llevo tres culturas dentro.
Todas son muy distintas,
son planetas distintos,
realmente lo son, en algunos aspectos.
¿Saben qué hago en mi día a día,
especialmente con mis hijos?
Intento tomar lo mejor de cada uno
y trato de fundirlo en una nueva cultura,
donde puedan tomar lo mejor de las tres.
Traspasar fronteras no significa
cruzarlas en la mente,
se trata de expandir tus fronteras
y crear otras a tu alrededor.
Y si puedes crear una nueva cultura
tomando lo mejor de tres,
como yo trato de hacer,
y no es fácil, ¿saben qué pasa?
Se crea lo que llamamos
una mentalidad global.
Y yo creo que esto es lo que
hace que el mundo gire.
Muchas gracias.
(Aplausos)