Ahora el número de personas
que huyen de guerras,
violencia o desórdenes civiles
aumentó nuevamente
el año pasado, incluso cuando la pandemia
del coronavirus paralizó
gran parte del mundo.
A finales de 2020, había
82,4 millones de personas
que forzosamente
fueron desplazadas de sus hogares.
Esto es según la Agencia
de las Naciones Unidas para refugiados
y, como se puede ver, es el doble
del número que había hace una década.
Más de dos tercios de aquellos
oficialmente reconocidos
como refugiados
provienen de sólo cinco países:
Siria, Venezuela, Afganistán,
Sudán del Sur y Myanmar.
Nuestro próximo informe
nos lleva a Pakistán,
que ha acogido a cientos de miles
de refugiados afganos
durante cuatro décadas.
Bahauddin Khan dirige una pequeña tienda
en este campamento de
refugiados en Pakistán.
Todos los días revisa sus ingresos
y sus gastos.
Él tenía más o menos la
misma edad que este niño
cuando su familia huyó de Afganistán
hace unos 40 años.
Hoy es un recuerdo lejano.
Tuvimos que salir de Afganistán.
Había una guerra en curso.
Así que cuando la situación empeoró,
nosotros huimos,
Pakistán nos acogió.
Hemos podido vivir aquí
desde entonces.
Haji Bahadur también huyó de Afganistán
después de la invasión soviética en 1979.
Ha vivido en el campamento desde entonces.
Es uno de los 20
en esta provincia sola.
Más de un
millón de afganos viven en Pakistán,
están en gran parte solos.
Mentiría si dijera que tuvimos
ayuda financiera.
La verdad es que no tenemos ayuda
del gobierno paquistaní.
Ahora, por primera vez, Pakistán está
registrando a los refugiados afganos
que residen en el país.
A los refugiados registrados se
le da una tarjeta de identidad biométrica.
Muchos niños nacidos aquí nunca han sido
registrados en absoluto.
Se espera que los datos den den
a las agencias internacionales
de ayuda una imagen más clara
de las necesidades en
la comunidad de refugiados.
Con este ejercicio, estamos recopilando
la información más actualizada
de los refugiados afganos, como el nivel
educativo, las habilidades vocacionales,
como también el idioma
y como también la vulnerabilidad.
Y esta información actualizada también
nos ayudará a diseñar
mejor nuestras actividades,
no solo en Pakistán,
sino también en Afganistán
cuando ellos regresen a su país.
Las autoridades paquistaníes
han tratado de
alentar a los refugiados a volver a casa.
Nadeen Ejaz está
entrevistando a las familias
para ver si están listas
para hacer el movimiento
después de que las tropas de
la OTAN abandonen Afganistán.
Sus nuevas tarjetas de identidad
son solo válidas hasta 2023.
En un cuestionario, se les pregunta si
la situación en Afganistán se normaliza,
entonces, ¿quieren irse?
El noventa por ciento de los
refugiados responde con un no.
No quieren volver a
su país de origen.
Para Bahauddin Khan, una cosa está clara:
solo regresará a casa
si hay paz.
Ellos son los caminantes.
Millones de ellos han
abandonado Venezuela,
huyendo de la crisis humanitaria del país.
Ahora algunos de ellos están regresando.
La pandemia y la agitación política
en Colombia vecino ha provocado
una ola de venezolanos
cansados de la dificultad económica
para hacer el viaje de regreso a casa.
Dejé mi país con el
objetivo de tener éxito
y ayudar a mi familia, pero ahora
precios son demasiado altos en Colombia.
No podía llegar a fin de mes.
Luis Arias acaba de regresar a Venezuela
después de caminar durante dos semanas
con su familia desde la
capital colombiana, Bogotá.
Sobrevivieron gracias a la buena
voluntad de la gente en el camino,
pero eso se acabó
cuando cruzaron la frontera.
La situación en casa es desesperada.
Las ONGs dicen que el país necesitan mas
ayuda internacional para evitar
el hambre paralizante.
La financiación ha sido mucho menor
de lo necesario en relación con
las dimensiones de crisis del país
Los números son vergonzosos.
Incluso la ayuda que llega a Venezuela
es difícil de distribuir.
Los esfuerzos de los activistas a
menudo se ven obstaculizados por
la escasez de combustible,
la violencia, la corrupción
y la interferencia política.
Según el Programa Mundial de Alimentos,
Venezuela está entre los cuatro
países con peor seguridad
alimentaria en el mundo.
Y la ONU predice que para finales de este año
siete millones de personas
podrían haber dejado Venezuela,
convirtiéndolo en la segunda
migración más grande
después de Siria, sin embargo,
la ayuda humanitaria
para Venezuela está en su mínimo.
Andreina Bermúdez pensó en unirse al éxodo,
pero dice que el riesgo
era y es demasiado alto
con niños pequeños.
Gracias a la escuela de su hija mayor,
su familia recibió
alimentos y suministros
educativos de UNICEF hasta diciembre.
Ahora esperan que más ayuda
pueda reiniciar el programa.
Noté que cuando recibimos la ayuda,
muchos padres estaban felices y agradecidos,
principalmente por la comida
porque podíamos darles
una comida equilibrada a
los niños de nuestra escuela.
Para llegar a fin de mes, esta
madre que se queda en casa
depende de lo que no puede encontrar.