Vivimos en una sociedad pos organizadora.
Todos, y me incluyo, hemos reorganizado
nuestra casa a fondo alguna vez.
Ponemos todas nuestras cosas
en medio del cuarto,
decidimos qué nos hace felices,
y luego nos despedimos
de un set de espátulas
en busca de una vida
más tranquila y feliz.
¿Pero y si pudieramos juntar
todo lo demás,
tareas, eventos, obligaciones, relaciones,
y librarnos de ello sin remordimientos?
Y al hacerlo,
pudieramos dedicar libremente
nuestro tiempo, energía y dinero
a lo que realmente nos hace feliz.
Pues descubrí cómo hacerlo.
Es genial y lo llamo:
"La magia transformadora
de que les importe un carajo".
(Vítores) (Aplausos)
Espero que perdonen la expresión
porque hay mucho más de donde salió.
Antes de que pueda enseñarles
cómo mandar algo al carajo,
tenemos que saber qué significa
darle importancia a algo.
Que "No les de igual" significa
que les importa, ¿verdad?
Así que cuando digo:
"Me da igual 'Juego de tronos'",
significa que "No me importa
'Juego de tronos'".
(Risas)
Exploremos un poco más este concepto.
Vamos a definir la palabra "carajo"
como el tiempo, energía y dinero de Uds.
(Risas)
Si algo no les importa, deberían
dejar de gastar sus carajos en eso.
Me da igual "Juego de tronos",
así que no pierdo tiempo viéndolo.
No gasto energía preguntándome
por la próxima temporada
y tampoco gasto mi dinero en los libros
o productos relacionados con Westeros.
"Juego de tronos" no se lleva
ninguno de mis carajos.
(Risas)
¿Tiene sentido?
Al tomar estas decisiones deliberadamente,
acabarán con más tiempo, energía y dinero
para gastarlos en las cosas
que realmente les importan.
Y a eso lo llamo "hacer
un presupuesto del 'carajo'".
(Risas)
Enseguida les explico lo que es,
pero primero quiero hablarles un poco
de cómo la magia transformadora
de que algo importe un carajo llegó a mí.
Hace dos años y medio,
yo era la editora principal en una
de las mejores editoriales de Nueva York.
Pasé 15 años subiendo de cargo,
con mi lista de los autores más vendidos,
y estaba viviendo todo lo que siempre
había querido para mi carrera.
Pero me sentía tremendamente triste.
El tipo de tristeza por la que cuesta
que uno se levante por la mañana,
que nos arrastra 45 minutos en metro
para ir a trabajar en Nueva York
y por la que pasamos de ocho a diez horas
en un escritorio antes de girarnos,
volver a casa y hacer lo mismo otra vez.
Así que lo dejé.
Y esa decisión fue muy difícil también.
Mucho vino tinto y muchas lágrimas.
Pero lo que pasó después
no fue menos transformador.
Una vez que salí de la cultura y el estilo
de un trabajo que no me hacía feliz,
podía concentrar mi tiempo
y energia en lo que sí lo hacía,
incluyendo otro tipo de trabajo,
y al final cambié Brooklyn
por una isla tropical.
Ya no gastaba mis carajos trabajando
para una empresa, llevando pantalones
y pasando tanto tiempo en el metro.
Empecé a gastar mis carajos
trabajando para mí misma en bikini
y dando largos paseos por la playa.
Les aseguro que es transformador.
(Risas)
Pero este cambio no se produjo
porque hubiera organizado mi apartamento.
Fue porque despejé mi mente.
Intentaré explicarselo.
Imaginen que su mente es un almacén,
y que dentro de él está
todo lo que les hace felices,
pero también todo lo que les molesta.
Ahí está el potencial para una vida feliz,
pero para alcanzar la felicidad
tienen que deshacerse de lo molesto.
Es la reorganización mental y es mágica.
Lo hize sin pensar cuando dejé mi trabajo.
Fue tan increible que desarrollé una forma
para que Uds. lo hagan conscientemente.
Lo llamo: "Método para no culparse".
Hay dos pasos a seguir.
Primer paso: Decidan
qué les importa un carajo.
Segundo paso: Manden esas cosas al carajo.
(Risas)
Sencillo, ¿verdad?
Pero sé lo que están pensando:
Esto más parece la receta
de cómo volverse un estúpido.
(Risas)
No pasa nada, me lo dicen mucho.
Y ahí es cuando usamos
el "método para no culparse".
Éste muestra lo que nos importa un carajo
usando nuestra honestidad y educación.
Al final, no tienen
que sentirse culpables.
Se están comportando de la mejor manera
y no tienen que disculparse de nada.
Casi literalmente, Uds. no lo sienten.
Tampoco están siendo estúpidos.
¿Cómo podría funcionar el método con Uds.?
Digamos que les encanta "Juego de tronos"
y les han invitado a una cena
el domingo por la noche
que les impide ver su serie favorita.
Se sienten mal si recusan la invitación,
pero son fanáticos de "Juego de tronos",
y no quieren grabarlo para verlo
después para evitar spoilers.
Tienen un límite de tiempo, energia
y dinero para la noche del domingo.
Así que consultan
su presupuesto del carajo.
(Risas)
Deciden qué actividad
les hace sentirse mejor
y distribuyen sus carajos
de manera apropiada.
(Risas)
Se lo garantizo,
si contestan de forma oportuna:
"No, gracias, no podré ir a la cena",
no habrán hecho nada mal.
Uds. fueron honestos, educados,
y no tienen que sentirse culpables.
Y eso es sólo la punta del carajo.
(Risas)
El método para no culparse
puede aplicarse a todo:
tareas, eventos, obligaciones,
incluso a personas.
Empiecen por hacer una lista
del caos de su almacén mental:
Todas las imposiciones
en su tiempo, energía y dinero,
que son los carajos que les han pedido.
Para que sea manejable,
lo divido en categorías.
Por ejemplo, el trabajo es una categoría,
y cinco carajos de la lista van seguro
para las reuniones, teleconferencias,
la media maratón benéfica
de sus compañeros de trabajo,
una fiesta de despedida
de un compañero que ni les gusta,
y para hacer su propio trabajo.
(Risas)
Cuando las hayan listado,
apliquen el método para no culparse.
Primer paso: decidan lo que les molesta.
Lo que no es esencial y no les importa.
Segundo paso: No gasten sus carajos,
como tiempo, energía y dinero, en eso.
Después táchenlos en su lista
con un marcador negro.
Se sentirán bien.
Pruébenlo.
(Risas)
Lo que digo es que, sí, tendrán
que levantarse e ir al trabajo cada día,
y tendrán que ir a reuniones obligatorias.
Pero no tendrán que ir
a la fiesta de despedida
de un colega que no les gusta.
Si aún así, les resulta difícil
que les importe un carajo,
les recomiendo un ejercicio visual.
Imaginen cómo se sentirán
cuando entren en esa fiesta:
¿Irritado o muy feliz?
(Risas)
Ha sido un largo día,
les duelen los pies,
no les gusta mucho salir
con los colegas de la oficina,
y menos a un bar de mierda.
(Risas)
Las jarras de Coors Light caliente
no es algo que les apasione.
¿Qué deberían hacer entonces?
Confirmar su asistencia con un "No".
¿Por qué gastarían sus carajos
o su dinero de verdad en esa fiesta?
Les diré por qué.
Lo hacen porque se sienten
obligados y culpables.
Se están reprimiendo para no dar
una respuesta perfectamente válida: "No",
incluso antes de intentarlo.
Mucha gente no lo piensa bien.
Dicen "Sí" a cosas como ésta en seguida,
y después acaban malgastando
tiempo, energía y dinero
en una noche aburrida y pesada.
Malgastan incluso más tiempo y energía
temiendo la fiesta una semana antes.
Y más aún intentando encontrar
formas de eludir el compromiso,
y preocupándose porque le consideren
idiota por largarse en el último momento.
¿Y sinceramente?
Si se largan en el último momento,
cuando ni querían ir desde un principio,
entonces sí que son unos idiotas.
Y deberían sentirse mal por ello.
(Risas)
En lugar de eso: paren,
visualicen,
y digan un oportuno y educado:
"No, gracias. No podré ir".
Así es como paran de gastar
un tiempo que no tienen,
con personas que no les gustan
y haciendo cosas que no quieren.
Se sentirán menos ocupados,
más leves y menos irritados.
Tendrán muchísimo más tiempo,
energía y dinero,
y se preguntarán porque no dejaron de ir
a baby showers hace 10 años.
(Risas)
Pero, bueno.
Uds. no tienen que dejar su trabajo
e irse a una isla tropical como hice yo.
Pueden conseguir un cambio
enorme, liberador y significativo
con sólo vaciar su almacén mental,
hacer su presupuesto del carajo,
y no salirse de él.
No tienen que venderlo todo.
Simplemente digan
las palabras "No, gracias".
"No tengo tiempo".
"No me lo puedo permitir".
Pueden hasta decir: "No quiero".
El mundo no se acaba.
Éste es su "yo" honesto y educado.
Sin gastar más carajos y sin culpas.
La magia transformadora
está ahí para quien la quiera.
Para ser sincera, reorganizar la casa
sólo nos lleva una semana.
Después eso dura una o dos.
Sin embargo, ¿la reorganización mental?
¿Aprender a decir "No", colocar límites,
y usar menos y mejores carajos?
Eso dura para siempre.
Gracias.
(Vítores) (Aplausos)