La simetría está en todas partes en la naturaleza, y, por lo general, la asociamos con belleza: una hoja de forma perfecta, o una mariposa con patrones intrincados reflejados en cada ala. Pero resulta que la asimetría es muy importante, también, y mucho más común de lo que se piensa, desde cangrejos con una garra de pinza gigante a especies de caracol cuyas conchas se embobinan siempre en la misma dirección. Algunas especies de frijol solo suben sus enrejados hacia la derecha, otras, solo hacia la izquierda, y aunque el cuerpo humano se ve bastante simétrico por fuera, por dentro es otra historia. La mayor parte de tus órganos vitales están dispuestos asimétricamente. El corazón, estómago, bazo y páncreas se encuentran en la izquierda. La vesícula biliar y la mayor parte de tu hígado en la derecha. Incluso tus pulmones son diferentes. El de la izquierda tiene dos lóbulos y el de la derecha tres. Ambas partes del cerebro parecen iguales, pero funcionan de manera diferente. Asegurarse de que esta asimetría se distribuye de forma correcta es crucial. Si todos tus órganos internos están invertidos, una condición llamada situs inverso, casi siempre es inofensivo. Pero reversiones incompletas pueden ser fatales, especialmente si el corazón está involucrado. Pero ¿de dónde proviene esta asimetría, si en un embrión nuevo la parte derecha y la izquierda es idéntica? Una teoría se centra en una pequeña hendidura en el embrión llamada nodo. El nodo está lleno de pequeños pelos llamados cilios, que se inclinan y oscilan rápidamente, todos en la misma dirección. Esta rotación sincronizada empuja el fluido del lado derecho del embrión a la izquierda. En el borde izquierdo del nodo, otro cilios sienten este flujo de fluido y activan genes específicos en el lado izquierdo del embrión. Estos genes llevan a las células a producir ciertas proteínas, y en solo unas horas, los lados derecho e izquierdo del embrión serán químicamente diferentes, aun teniendo el mismo aspecto, estas diferencias químicas se convierten finalmente en órganos asimétricos. La asimetría se manifiesta en el corazón primero. Comienza como un tubo recto a lo largo del centro del embrión, pero cuando el embrión llega a las tres semanas, el tubo comienza a doblarse en forma de C y a girar hacia el lado derecho del cuerpo. Crecen estructuras diferentes en cada lado, convirtiéndose finalmente en el corazón asimétrico que conocemos. Mientras, los otros órganos principales surgen de un tubo central y crecen hacia sus posiciones finales. No obstante, algunos organismos, como el cerdo, no tiene cilios embrionarios y sin embargo, tienen órganos internos asimétricos. ¿Podrían ser todas las células intrínsecamente asimétricas? Probablemente. Colonias bacterianas crecen enrollándose en la misma dirección como enredaderas y las células humanas cultivadas en el interior de un límite en forma de anillo tienden a alinearse como los surcos en una rosquilla. Si nos acercamos aún más, vemos que muchos de los bloques básicos de las células, como los ácidos nucleicos, proteínas y azúcares son inherentemente asimétricos. Las proteínas tienen formas asimétricas complejas, y esas proteínas controlan a dónde emigran las células y la forma cómo los cilios embrionarios se enrollan. Estas biomoléculas tienen una propiedad llamada quiralidad, lo que significa que una molécula y su molécula espejo no son idénticas. Como las manos derecha e izquierda, que tienen el mismo aspecto, pero se demuestra que no, al intentar poner la mano derecha en el guante de la izquierda. Esta asimetría a nivel molecular se refleja en las células asimétricas, embriones asimétricos, y organismos finalmente asimétricos. Mientras que la simetría puede ser bella, la asimetría tiene un encanto propio, que se encuentra en sus giros elegantes, su complejidad organizada, y sus imperfecciones sorprendentes.