En mi industria creemos
que las imágenes pueden cambiar el mundo.
Está bien, somos unos ingenuos.
La verdad es que sabemos
que solas no cambian el mundo,
y que, desde los inicios de la fotografía,
las imágenes han provocado reacciones,
que son las causantes de los cambios.
Empecemos con un grupo de imágenes.
Me sorprendería muchísimo
si no reconocen la mayoría de ellas.
Son consideradas icónicas,
tan icónicas que quizás son clichés.
De hecho, son tan conocidas
que las puedes reconocer
si se modifican un poco o mucho.
(Risas)
Creo que buscamos algo más.
Buscamos algo más,
imágenes que arrojen
una luz sobre asuntos cruciales,
que trasciendan fronteras, religiones,
imágenes que nos muevan
a levantarnos y hacer algo,
en otras palabras, a actuar.
Bien, esta imagen que todos han visto
cambió nuestra forma de ver el mundo.
Nunca lo habíamos visto de esta manera.
Mucha gente cree
que el movimiento medioambiental nace
al haber visto el mundo así
por primera vez,
su pequeñez, su fragilidad.
40 años después, este grupo, más que cualquiera,
es consciente del poder destructivo
que las especies pueden causar.
Ahora parece que hacemos algo al respecto.
Este poder tiene muchas formas.
Miren estas fotos tomadas por Brent Stirton
en el Congo,
esos gorilas fueron asesinados, crucificados,
y obviamente,
despertaron el repudio internacional.
Recientemente, hemos recordado
el poder destructivo de la naturaleza
con el reciente terremoto en Haití.
Creo que el peor poder destructivo
es el de los humanos entre ellos.
Samuel Pisar, superviviente de Auschwitz dijo,
y lo citaré,
"El holocausto nos enseña que
la naturaleza, aún en su peor momento,
es benigna comparada con el ser humano
cuando pierde la moral y la razón".
Existe otra forma de crucifixión.
Las horribles imágenes de Abu Ghraib,
al igual que las de Guantánamo,
tuvieron un impacto profundo.
La publicación de estas imágenes,
no las imágenes en sí, hicieron
que el gobierno cambiara su política.
Algunos pueden argumentar que
provocaron más insurgencia en Iraq
que cualquier otro acto.
Es más, esas imágenes destruyeron
los argumentos de la ocupación.
Volvamos un poco.
En los años 60 y 70,
la guerra del Vietnam fue básicamente
transmitida en EE.UU. día tras otro.
La fotos enseñaban a las víctimas:
una niña quemada con napalm,
un estudiante asesinado por la Guardia Nacional
en la universidad en Ohio, durante una protesta.
De hecho estas imágenes se convirtieron
en voces de protestas.
Ahora bien, las imágenes tienen el poder
de darnos entendimiento
sobre la sospecha, la ignorancia,
y en particular, he hablado mucho de esto
pero solo les mostraré una imagen,
el asunto del VIH/SIDA.
En los 80 la estigmatización
fue una barrera grande
para siquiera discutirlo o enfrentarlo.
El simple acto, en 1987, de una mujer famosa,
la princesa de Gales, de tocar
a un bebé infectado con VIH/SIDA,
ayudó mucho, especialmente en Europa.
Ella sabía el poder de una imagen.
Si tenemos una imagen poderosa,
tenemos dos opciones.
Podemos desviar la mirada o enfrentarla.
Gracias a que estas fotos aparecieron
en The Guardian en 1998,
se puso mucha atención, y mucho dinero,
en los esfuerzos para reducir el hambre en Sudán.
¿Estas imágenes cambiaron el mundo?
No, pero tuvieron mucho impacto.
Nos hacen preguntarnos sobre nuestros valores
y nuestra responsabilidad con los demás.
Todos vimos imágenes después del Katrina,
y creo que para millones de personas
tuvieron un impacto muy fuerte,
y creo que aún estaban
en la mente de los estadounidenses
cuando votaron en noviembre del 2008.
Algunas imágenes importantes
son demasiado explícitas para que las veamos.
Les mostraré una foto
de Eugene Richards, un veterano de la guerra de Iraq,
parte de una obra de arte
que nunca se publicó: "La guerra es Personal".
Las imágenes no necesitan ser gráficas
para recordarnos la tragedia de la guerra.
John Moore hizo esta foto en el cementerio de Arlington.
Tras los momentos tensos del conflicto,
en todas las zonas en conflicto del mundo
hay una foto en un lugar mucho más calmado
que aún me persigue, mucho más que las otras.
Ansel Adams dijo, y no estoy de acuerdo,
"Tú no tomas una foto, la haces".
No es el fotógrafo quien hace la foto,
eres tú.
Llevamos a cada imagen
nuestros valores y creencias,
y por eso la imagen resuena en nosotros,
Mi compañía tiene 70 millones de imágenes.
Tengo una en mi oficina.
Es esta.
Espero que la próxima vez que vean
una imagen que les despierte algo,
entiendan el porqué,
y sé que, les hablo a ustedes,
ustedes harán algo.
Y gracias a todos los fotógrafos.
(Aplauso)