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[Alex] ¡Hola a todos!
Hoy quiero hablar sobre la aplicación
de algunos de los principios de economía
a saber: externalidades e incentivos.
para entender el COVID
y la política de vacunación.
Comencemos
con una inyección contra la gripe.
Una inyección contra la gripe
es un buen ejemplo de un bien
de externalidad positiva.
Cuando me inyectan, yo me beneficio,
pero también se benefician otras personas
porque es menos probable
que yo transmita el virus.
De hecho, el economista
Corey White ha estimado
que cada dos inmunizaciones
contra la gripe evita que alguien más
se enferme y pierda un día de trabajo
y por cada 4000 inmunizaciones
se salva una vida que es
una forma rentable de salvar una vida.
El problema es
que, aunque los beneficios sociales
son muy altos, es poco probable
que las personas valoren
los beneficios sociales de la misma forma
en que ellos valoran sus beneficios;
por tanto, los individuos están
poco incentivados a vacunarse
contra la gripe.
Nosotros tratamos
con los beneficios externos
de las inmunizaciones de diversas maneras.
En algunos casos,
como con la de la poliomelitis,
se requiere por ley
que lo escolares sean vacunados.
En otros casos se ofrecen incentivos,
subsidiamos las vacunas
para que su precio se mantenga bajo.
A propósito,
no es solo política gubernamental,
algunas firmas le ofrecerán gratuitamente
a sus trabajadores la vacunación
contra la gripe, un caso interesante
donde los trabajadores interiorizan
algunas de las externalidades positivas
de la vacunación.
El COVID es especialmente fascinante
porque realmente podemos ver
las externalidades
en los precios del mercado.
Siempre que las compañías
que hacen vacunas
tienen alguna nueva noticia,
digamos, una prueba clínica,
todo el mercado de acciones se eleva.
Las acciones de las aerolíneas,
por ejemplo, se elevan
con cada noticia buena sobre vacunas.
En otras palabras, las aerolíneas obtienen
algunos de los beneficios producidos
por los productores de vacunas.
Y, debido a que los productores de vacunas
no obtienen todos las ganancias
por producir vacunas,
las compañías que hacen
vacunas están poco incentivadas.
Este es un caso
en el que la economía los lleva
a una conclusión completamente distinta
a la del ciudadano común.
El ciudadano común se preocupa
de que los productores de vacunas
ganen demasiado,
que pongan precios abusivos.
Los economistas se preocupan
de que los productores de vacunas
no se beneficien lo suficiente.
Por cierto, la innovación
en general está poco incentivada.
El economista, ganador del premio novel,
William Nordhaus ha estimado
que los innovadores solo reciben cerca
del 2 a 2,5 % del valor
de sus invenciones.
Pero tenemos algunas instituciones
que tratan de aliviar este problema.
Subsidiamos la investigación básica
en las universidades,
y les ofrecemos patentes
a las firmas, por ejemplo.
Pero ninguna de estas soluciones
va a funcionar bien para el COVID.
Es muy tarde para subsidiar
la investigación básica
y la patente es completamente
una mala idea.
Una patente aumenta el precio
por encima del precio competitivo
y sabemos que el precio competitivo
es demasiado alto.
Para un bien con una externalidad positiva
como la vacuna, queremos que el precio
esté por debajo del precio competitivo
y una patente crea
una mala distribución de recursos severa.
Entonces, ¿qué hacemos?
Si no podemos aumentar los beneficios
de las compañías que hacen vacunas,
digamos que debido a las políticas,
podemos cortar sus costos.
Esa es la razón por la cual los ganadores
del premio nobel Michael Kremer,
Susan Athey, Chris Snyder y yo
trabajamos con un equipo de economistas
para acelerar las tecnologías de salud
porque hemos propuesto pagar
a los productores de vacuna
parte de sus costos.
Desafortunadamente,
muchas vacunas fracasan
y, por lo general, un productor de vacunas
no tomará el riesgo
de levantar una fábrica
de vacunas y de ponerla a funcionar
hasta después de que se pruebe
que la vacuna sea segura y eficaz.
Pero, si seguimos la ruta normal,
pudiéramos terminar
con una vacuna aprobada
y sin suficiente capacidad
para producir millones
de pinchazos en los brazos en meses.
Lo que queremos hacer es
pagarle a las firmas
para que ya construyan a riesgo.
Es caro construir
una fábrica para una vacuna
que, tal vez, nunca sea aprobada.
Pero es incluso más caro
no tener una vacuna disponible
en el momento en que se prueba
que una sea segura y eficaz.
Solamente en Estados Unidos,
cada mes sin vacuna está costando
miles de vidas y mil millones
de dólares del PIB.
Acelerar la producción
de una vacuna segura y eficaz
es extremadamente valioso
y vale la pena la inversión.
Okay, ahí lo tienen:
externalidades, incentivos,
política de innovación,
el uso de diseño de mercado
para mejorar los resultados sociales,
estos son principios clave de la economía;
ellos nos pueden ayudar a mejorar
la política en una pandemia.
[Narrador] Si eres profesor,
tienes que ver
las actividades de aula
que incluye este video.
Si eres aprendiz,
asegúrate de asimilar este video
haciendo algunos ejercicios de práctica.
Para aprender más
sobre externalidades, haz clic aquí.
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