No me gustan las reglas.
De hecho, jamás me han gustado.
Les decía a todos,
cuando tenía cinco años,
que "yo me mandaba sola".
A los profesores no les gustaba mucho eso.
Me decían que era una "niña mala".
Prefiero: "Fuerte y obstinada".
Mi escuela tenía un Club de Corredores
a los seis años y me uní.
Mi objetivo era correr
tantos km como me fuera posible.
En mi familia habían unas personas
que eran corredores y yo pensaba:
"No tienen reglas,
pueden ir donde quieran"
Pensaba: "Eso es bastante genial,
debo ser parte de esto".
Así que fijé una meta,
y en mi primer año en el
Club de Corredores, corrí 200 km.
En ese tiempo no habían mapas ni GPS,
por lo que tenían que estar ahí conmigo.
Bastante genial.
Decidí que me encantaba correr.
No existían reglas: podía ir
tan lejos y tan rápido como quisiera.
Era increíble.
Básicamente, soy una superheroína.
Fue una sensación increíble.
Luego las cosas empezaron
a cambiar lentamente.
Primero, mi cuerpo cambió,
me miraba al espejo y decía:
"¿Por qué tenía que tener esas piernas?"
Me miraba en el espejo
y veía mis pecas,
y decía: "¿Por qué tenía que tener
manchas en mi cara?"
Luego mi escuela cambió
y mis amigos cambiaron,
y parecía que mi mundo
cambió rotundamente.
Me preocupaba cómo encajaría en él.
"¿Quién soy?"
El asunto es que la educación física
y correr no estaban de moda.
De hecho, se volvió la asignatura
a la que más faltaban
las chicas en la secundaria.
Pensé: "Qué interesante.
Aquí estoy tratando de encajar y ser yo,
y lo que más amo no está de moda".
Al final, no estoy sola.
Entre los 12 y 19 años, un 64 % de
las jóvenes son consideradas inactivas.
Ese es un número bastante grande.
Me sentía asustada e insegura,
y no entendía qué hacer
al respecto.
Resulta que al mismo tiempo;
nuestra seguridad va disminuyendo.
Bajan nuestros puntajes del CI,
somos menos firmes,
somos menos seguras,
y todo esto es parte de ser una chica.
Para mi suerte, seguí corriendo.
Mis padres me alentaron
en lugar de mandarme a mi cuarto,
ellos decían: "Sal a correr,
Ashley, te sentirás mejor".
Y así fue. Y fue asombroso.
Tengo esto que llamo
"El garabato en mi cabeza".
Es colorido, es brillante
y nunca para de hablar.
Algunas veces se vuelve bastante oscuro.
Hace unos años,
Comencé a sentir una ansiedad de manera
más intensa, más oscura.
De una manera en la que no quieres dormir
y no quieres comer.
O quieres dormir hasta que todos
tus problemas desaparezcan, con suerte,
o no despertar hasta que lo hagan.
O comer hasta que no quede
comida en la casa
y esperar que con cada bocado elimine
un poco del problema.
Me sentí atrapada y asustada,
y no entendía realmente lo que sucedía,
y por qué una persona alegre y genial
como yo se podía sentir así.
Apareció un video en mis redes sociales,
y se trataba de una chica,
ella contaba su historia.
La historia se vuelve un poco más
deprimente a medida que avanza.
Ella no habla, solo muestra
estos letreros.
Habla acerca de sufrir bullying y
de sentirse sola y estar deprimida,
y estar ansiosa.
Me sentí identificada con su historia.
Sabía exactamente cómo se sentía.
Esta es la historia de Amanda Todd
Ella era de la región y a veces cuando
lidiamos con ansiedad y depresión,
te aíslas mental y físicamente,
y ella me lo recordó.
Pensé: "¿Cómo podría suicidarse
esta chica de 15 años?"
Eso no es justo y no es genial.
Así que ideé un programa.
Usé todas las habilidades ya que sabía que
cuando me sentía bien,
cuando salía de esa ansiedad oscura
y salía del garabato en mi cabeza
era cuando corría.
Era cuando estaba con mi comunidad
y ellos me apoyaban,
y yo los apoyaba.
Este programa se trata de
conectar chicas con chicas.
Conectamos estudiantes
de escuelas y universidades
que han tenido dificultades con
su imagen corporal y el bullying,
y todas esas cosas por las que pasamos,
y las conectamos con chicas adolescentes,
de ocho a doce años,
donde estamos en nuestra etapa más frágil,
ya que decidimos quiénes queremos ser.
Este programa dura nueve semanas
en el que las chicas desarrollan
seguridad,
pueden asociarse, porque sabemos
que las chicas que tienen mentores
tienen 2,5 veces más probabilidades
de sentirse seguras y sentir
que serán exitosas.
Creo que eso es bastante genial.
Entrenan para correr
una carrera divertida de 5 km.
Uso "correr" a la ligera
porque "correr" puede ser
saltar en un pie, brincar.
Puede ser cualquier cosa
que te haga sentir bien.
A eso le llamamos
nuestro "ritmo feliz".
Les enseñamos a las chicas
a encontrar su "ritmo feliz".
La ansiedad no se limita solo a mí
o solo a Amanda.
Nos abarca a todos;
Es algo con lo que todos lidiamos
de una forma u otra.
Imaginen sentir ansiedad todo el tiempo.
Podrían tenerla estudiando
para una prueba,
o preparando un evento
en el que habrá miles de personas.
Pero imaginen sufrirla y no tener las
herramientas o léxico para hablar de ella.
O las herramientas o el léxico
para saber lo que realmente sucede.
Correr ni siquiera se trata de correr.
Para mí correr trata
de nuestra salud mental.
La salud mental es algo que todos tenemos.
No es malo, no es peligroso.
Básicamente, si eres humano y tienes
una mente, entonces tienes salud mental.
Es algo que se debe cuidar,
así como lavarse los dientes.
Correr es la herramienta más accesible y
poco utilizada que tenemos
para construir una salud mental positiva.
Cuando digo a gente adulta que
soy corredora, obtengo dos respuestas.
Primera: "¡Me encanta correr! ¡Perfecto!
¡Vamos! ¿Cuándo podemos entrenar?"
Segunda: "¡Oh Dios, detesto correr!"
"Tengo una lesión, no tengo
la contextura adecuada".
"No tengo quién me acompañe".
La lista continúa.
Creo que es cosa de cambiar
nuestra perspectiva;
de mirar de forma diferente
el verdadero significado de correr.
Para mí, desarrolla tantas cosas,
pero tres cosas en particular.
Seguridad; cuando corres,
te sientes bien contigo.
Puedes desarrollar seguridad y
mostrarla,
y puedes construir una comunidad.
Una comunidad de gente
que te apoyará
porque entienden quién eres.
Y concentración.
Podemos recordar nuestros puntajes del CI
y concentrarnos y enfocarnos
en lo que realmente importa,
y salir del garabato en nuestra cabeza
y poder entender realmente
lo que queremos hacer.
Quiero compartir una breve historia
con Uds.
acerca de una chica
que se unió al programa,
Su nombre es Nicole.
Nicole no se unió al programa,
porque le gustaba correr.
En realidad, su mamá me dijo
que Nicole odiaba Educación Física.
Nicole había sufrido bullying
en el tercer grado, y en el cuarto,
lidiaba con chicas malas
y amigas cínicas.
Por si no lo sabes, las amigas cínicas
y las chicas malas
a veces son tus amigas y
otras veces no lo son.
Nicole se unió al programa
porque sus amigas lo hicieron.
Esta razón es por la que generalmente
hacemos muchas cosas.
Pero Nicole hizo un compromiso
por separado.
Ella venía todas las semanas,
trabajaba, aprendía y corría.
Lo que amaba de Nicole es que
al final de las ocho semanas,
ella no solo había desarrollado
la seguridad suficiente para correr
en una carrera divertida
de 5 km.
sino que ahora iba a educación física
y competía contra los chicos.
Creo que eso es bastante genial.
Nicole es una inspiración ahora.
Se ha unido a su grupo de liderazgo
en la escuela,
y elige a sus amigos basándose
en quién es.
Ahora tiene amigos de todos lados
y diferentes grupos
porque ella sabe quién es.
Cada acción o movimiento
comienza con un paso.
Para mí, ese paso comienza
con mis zapatillas de correr.
Elijo levantarme todos los días
y salir a correr.
A veces es una fiesta para bailar,
a veces es una carrera.
A veces es más un salto con un pie,
o un brinco, pero voy.
Porque sé que estaré menos irritable,
más amable, más calmada,
y con mayor capacidad para comprometerme
con otras personas, cuando corro.
Espero que quizá pueda inspirar
a una chica para que sea activa,
porque ella podría inspirar a una más
y ella podría inspirar una más.
El 11 % de chicas que
actualmente están activas,
consideraron realizar la actividad física
suficiente para beneficiar su salud
tienen 16 y 17 años,
ese 11% va a cambiar,
debido a esa chica.
Esa chica puede ser ella misma y puede
desarrollar su seguridad y se siente bien.
Estuve en un evento el mes pasado y
pregunté a 300 personas, la mayoría adultos,
"¿Quién estaba activo cuando
tenían diez o doce años?"
Todas estas manos se elevaron,
y yo pensé: "¡Genial!"
Luego les pregunté: "¿Quién todavía
realiza esas actividades?"
Todas estas manos bajaron.
Si las chicas no son activas
cuando tengan diez años,
solo tienes un 10 % de ser activa
cuando tengas 25.
Ese es un número bastante bajo.
A veces, estoy vestida con mi
ropa deportiva y lista para correr,
y estoy sentada en mi auto, en casa,
y pienso: "Estoy muy ocupada,
tengo muchas cosas que hacer,
¡no tengo tiempo!"
"Necesito irme", y me quedo ahí.
Si no puedo mentalizarme en salir,
llamo a mi mejor amiga.
Le digo lo que sucede,
me puedo sentir algo ansiosa.
Ella responde todas las veces, sin fallar:
"Ashley, necesitas hacerlo,
da ese primer paso.
Da esos primeros pasos,
hazlo por cinco minutos.
No tienes que ir lejos,
no tienes que ir rápido
pero necesitas hacerlo cinco minutos".
Respondo: "OK".
Ella dice: "Anda esos cinco minutos,
y se pueden convertir en diez,
y luego en 20.
Se puede convertir en una hora,
realmente no importa
porque no hay reglas.
Pero es seguro que esos primeros pasos
harán que te sientas mejor".
¿Y esos primeros pasos?
Podrían llegar a cambiar tu vida.
Gracias.
(Aplausos)